jueves, 1 de abril de 2021

La guerra que vendrá

Joaquín Mª Aguirre (UCM)



Quizá los lectores de La Vanguardia se asustaran un poco al leer el titular que el diario les ofrecía: "Las fuerzas armadas francesas se preparan para una guerra de alta intensidad". El titular podría parecer exagerado, pero se ciñe a la realidad: Francia está cambiando su estrategia en la misma medida en que lo están haciendo otros. Puede decirse que esta dinámica —uno empieza y otros le siguen— es característica de un sector en el que la preparación lo es todo.

El artículo publicado reproduce el aparecido en The Economist y tiene un indudable interés en un mundo que se debate —como España— en si se puede ir de vacaciones, si la mascarilla nos dejará marca si nos la ponemos en la playa, si Iglesias seguirá mandando desde la sombra o si Ayuso le quitará el asiento a Casado, todos ellos asuntos trascendentales de los que no podemos apartar nuestra mirada, excepto para seguir La Isla de las tentaciones o similares.


Tras contarnos los distintos movimientos de renovación del Ejército francés, las maniobras militares que están realizando para su entrenamiento, el artículo nos explica los cambios y su sentido:

 

Hace treinta años se dedicaban básicamente a operaciones de mantenimiento de la paz. En la última década, se centraron en la lucha contra la insurgencia y el terrorismo, bien en el extranjero (Operación Barján en el Sahel) o en territorio nacional (Operación Centinela). Sin embargo, en su visión estratégica para 2030 publicada el año pasado, el general Thierry Burkhard, jefe del ejército francés, subrayó la necesidad de prepararse para un conflicto de alta intensidad, interestatal. 

"Tenemos que prepararnos para un mundo más peligroso", declaró recientemente el general Burkhard a The Economist. Eso exige lo que denomina un "endurecimiento" del ejército de tierra. En la actualidad, Francia mantiene 5.100 soldados en el Sahel como parte de Barján. Las operaciones futuras "podrían involucrar varias brigadas o una división", es decir, entre 8.000 y 25.000 soldados. La necesidad de cambiar de escala en la próxima década, dice el general, hace necesaria una combinación de reformas: un reclutamiento más exigente, inversión en equipos modernos, estructuras organizativas más sencillas para que el ejército sea más ágil y un entrenamiento más duro para un conflicto mayor. "Se nos pondrá a prueba de forma cada vez más brutal", afirma. "Tenemos que asumirlo."*

 


Lo expresado en los dos párrafos anteriores es preocupante. El mundo se ha encogido y se han trazado lazos múltiples, unos positivos y otros negativos. En estos días hemos comentado los peligros de crear conflictos cuyo alcance es imprevisible si se desencadena, para lo que una sola chispa puede ser suficiente. ¿De qué naturaleza sería "la chispa"? Eso es lo que hay que tratar de resolver para evitarla a menos que el pensamiento o los intereses nos arrastren hacia conflictos que acaban siendo bélicos.

El paso del "mantenimiento de la paz" a "lucha contra la insurgencia y el terrorismo" ya es un indicador de la evolución que nos trae al momento presente.

Todo el aparato de seguridad que se creó tras la segunda Guerra Mundial estaba destinado a evitar guerras como las que nos dejó el S. XX, la primera, llamada "Gran Guerra" o "Guerra Europea" y la segunda extendida por todo el globo y, sin discusión, "Mundial". Los grandes conflictos se frenaron tras la transformación en Guerra Fría con toda una serie de puntos calientes como fueron las guerras de descolonización y los puntos como Corea y Vietnam, que duró hasta mediados de los 70. Otras tomaron el relevo, como los conflictos de los Balcanes o Afganistán.

El 11/S marcó un cambio en la situación mundial y el terrorismo se transformó en guerra abierta con la invasión de Irak. El salto sirvió para generar más terrorismo y sus consecuencias fueron la conversión de todo el norte de África y Oriente Medio, además de otros puntos en el Golfo, en un conflicto permanente que todavía está por resolver. La invasión rusa de Ucrania y la anexión de Crimea trasladaron a las fronteras europeas internas lo que ya estaba en las externas con la aparición del Estado Islámico, con el que se fusionaron los escenarios de guerra con los del terrorismo, una combinación que convertía el planeta en un imprevisible campo de batalla. Atentados y conquista de territorio fue el salto que supuso el paso de Al Qaeda al Estado Islámico, de socializar el dolor a la ocupación de ciudades y territorios, de la bomba al bombardeo, del grupo terrorista al ejército de conquista.




Hace tiempo que el terrorismo se ha modificado según el patrón de los "lobos solitarios" o de grupos residentes descontentos con su situación e ideologizados en lugares que van de cárceles y mezquitas a escuelas. Los atentados están muchas veces sujetos al azar de con quiénes se encuentran y acuchillan, otra modalidad.

Las noticias más terribles llegan del interior de África, recorrida por ejércitos de asesinos ideologizados y siembran el terror mediante asesinatos masivos de poblaciones, secuestros de niñas en las escuelas y otras modalidades desgraciadamente frecuentes en nuestros medios. África es un caos peligroso, con zonas de pobreza, hambrunas y muerte, que está siendo abandonada provocando flujos migratorios que huyen de mafias, asesinos y gobiernos corruptos para encontrarse con mafias, violadores y traficantes de mano de obra cautiva entre otros muchos males. Pero todo parece mejor que lo que dejan atrás, aquello de lo que huyen los que tienen el valor de hacerlo o no les queda más remedio. Si nos trasladamos a Centroamérica, otros panoramas de violencia se nos ofrecen hasta llegar al tapón de la frontera mexicana donde les está esperando más violencia.




Pero no es a todo esto a lo que le teme el Ejército francés, no es aquello por lo que se prepara. El artículo nos ilustra sobre el problema:

 

Los generales franceses consideran que tienen más o menos una década para adaptarse. Los grupos lo abarcan todo, desde la escasez de municiones hasta la resiliencia de la sociedad, incluido el hecho de si los ciudadanos están "preparados para aceptar un nivel de bajas que nunca hemos visto desde la segunda guerra mundial", dice uno de los participantes. El espectro de la guerra de alto nivel está ya tan extendido en el pensamiento militar francés que el escenario tiene su propio acrónimo: HEM, o "hipótesis de enfrentamiento mayor". Los presuntos adversarios no se identifican, pero los analistas no sólo apuntan a Rusia, sino también a Turquía o a un país del norte de África.*

 

Ponerle el nombre a la cosas o ideas es un primer paso para que estas circulen y sean desarrolladas y finalmente aceptadas como parte de la realidad. Supongo que es obligación de los militares franceses o de cualquier otro país prepararse para lo peor, pero también es cierto que es tarea de muchos otros tratar de evitar que lo peor ocurra.

Desgraciadamente, el mundo crece en tensión sin que quienes tienen la tarea de rebajarlas o evitar que se produzcan lo hagan, lo que a su vez realimenta el sentimiento de que hay que armarse para defenderse de lo que "inevitablemente ocurrirá".



El fenómeno de rearme es un hecho. Son muchas las noticias que tenemos sobre el aumento del poder nuclear británico, las inyecciones estadounidenses, los misiles de Irán o Corea, el crecimiento de la Armada china, etc. etc. Las armas llaman a las armas y estás se acaban utilizando.

Hace unos días la prensa prácticamente ignoró las nuevas declaraciones del Secretario General de la OTAN sobre establecer acuerdos de defensa con la India. Las declaraciones son una muestra más del clima anti chino. Sabemos que incluir, aunque sea como invitado, a un país bastante alejado de Europa o, si se prefiere, del Atlántico Norte, supone un pacto de intervención conjunta en su defensa. Esto, en un clima de tensión por los choques fronterizos con China, es crear una zona de altísimo riesgo en donde cualquier incidente se pueda transformar en un detonante que arrastre a un conflicto de envergadura difícil de calcular.

Pero se va más allá. Se pretende crear una OTAN asiática cuya finalidad única es crear ese frente anti chino al que Europa, lógicamente, se resiste. La idea de Trump no parece que sea mal acogida por la administración Biden, empeñada en jugar con fuego desde sus inicios. ¿Admitirá China que la cerquen desde la India hasta Corea del Sur? Eso sin contar el frente que tiene en el Oeste con los problemas islamistas.



The Japan Times especulaba hace unos días sobre qué actitud debería tomar Japón si China atacara Taiwán para anexionarlo. El artículo iba señalando las distintas posibilidades, dado que Japón tiene limitado su ejército constitucionalmente. Otros periódicos de la zona se dedicaban a especular igualmente sobre esas posibilidades.

Por todas partes estamos viendo que el armamento pasa a ser una prioridad. Lo hemos visto en Oriente Medio con las compras de armas por parte Egipto, Emiratos, Arabia Saudí, Israel. La aceptación de Israel por parte de algunos países árabes se hizo mediante la "compra" de armamento sofisticado a los Estados Unidos de Trump, además de lo comprando a Francia y a Italia para comprar silencios y evitarse problemas de sanciones.



Las acciones de Trump consistieron en unir a todos contra Irán, haciendo romper los acuerdos y pactos sobre desarrollo nuclear, y vender armas a todos los países de la zona, elevando el riesgo en la zona. Irán, a su vez, establece acuerdos con países a los que Estados Unidos se enfrenta por el control económico, como es el caso de China. Las enemistades norteamericanas obligan a juntarse con el fin de fortalecerse y disuadir.

Por lo que vemos, aquí nadie se disuade sino que se persuade. Si los militares tienen la obligación de velar por la seguridad, los políticos y los ciudadanos tiene la obligación de hacer un mundo más seguro para todos.

Destapar todos los posibles escenarios de conflictos en Europa (Ucrania), Oriente Medio (de Turquía a Libia) en Asia (China, India, Taiwán, Corea del Norte), África (múltiples focos)... sumados a los que ya está abiertos es una perspectiva terrorífica. Lo es más si pensamos que están creciendo y que los agentes implicados, con Estados Unidos en el centro o en un lateral, son cada vez más fuertes dado el aumento armamentístico en todas las zonas.

Es todo tan insólito que The Japan Times consideraba "inimaginable" hasta hace poco la perspectiva de que las tropas norteamericanas pudieran asentarse en Taiwán, reproduciendo a la inversa una nueva "crisis a la cubana". pero siendo ahora China quien deba responder. Este escenario puede convertirse en un problema gigantesco si se produce.



El artículo reproducido en La Vanguardia se cierra con una reflexión sobre el panorama de Francia muy poco tranquilizadora:


Además de Europa oriental, Francia está cada vez más preocupada por el sur. En el Mediterráneo oriental, Francia y Turquía se han enfrentado por Libia, Siria y Chipre, con el envío por parte de Macron de dos aviones de guerra y una fragata a aguas griegas en agosto pasado. Además, Francia está muy involucrada en el Indo-Pacífico, región en la que sus territorios de ultramar cuentan con 1,6 millones de ciudadanos franceses y 7.000 soldados. Francia ha mantenido una presencia naval constante en la zona.

El problema es que la armada sólo dispone de 15 buques de superficie importantes para ocuparse de todos esos asuntos, señala el almirante Pierre Vandier, jefe del Estado Mayor de la Armada francesa. "Todos los europeos nos encontramos sobre hielo fino. Nuestras fuerzas tienen que esforzarse por hacerlo bien en el Atlántico, hacerlo bien en el Mediterráneo, hacerlo bien en el Golfo y hacerlo bien en el Indo-Pacífico". Priorizar entre esos escenarios ya no compete a las fuerzas armadas, dice, sino que es "una decisión política" de Macron o su sucesor. "Tendremos que elegir, eso seguro."*

 

¿Qué es lo que ha cambiado en muy poco tiempo para que pasemos de un escenario de comercio internacional global a un de temores a conflictos HEM, por usar el tecnicismo de The Economist? Eso es lo que habrá que empezar a plantearse entre todos antes que sea demasiado tarde y cualquier chispa nos haga llegar a las manos. Tanta preparación para la guerra que vendrá no deja de ser inquietante.  Lo es más que no se oigan voces pidiendo calma.

 


* "Las fuerzas armadas francesas se preparan para una guerra de alta intensidad" La Vanguardia / The Economist https://www.lavanguardia.com/internacional/20210330/6616738/fuerzas-armadas-francesas-preparan-guerra-alta-intensidad.html






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