Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Hubo un
tiempo en el que se les echaba la culpa de los apagones en Egipto a los
Hermanos Musulmanes. Es lo normal. También se le echaban las culpas, por
ejemplo, de las inundaciones ocurridas hace unos años en Alejandría. Cuando
Morsi y los Hermanos estuvieron en el poder, hacían lo mismo, echaban las
culpas a otros. En realidad es la forma tradicional de encubrir la
incompetencia. En un estado pervertido por décadas de autoritarismo, la culpa
siempre la tiene el otro necesario.
Recuerdo
conversaciones egipcias interrumpidas a través de Skype que se reanudaban horas
después con el regreso de la luz a la zona. El lamentable estado de
conservación de la red eléctrica, sumado a los viejos aparatos de aire
acondicionado para superar los calores, hacía saltar el suministro que se veía
interrumpido.
Hoy
Ahram Online tiene como noticia destacada la subida del 30% de las tarifas
eléctricas. Las subidas se han acumulado en estos últimos años por la presión
de la crisis económica y a que nadie está dispuesto a apoyar el caos egipcio a
fondo perdido durante más años. Desde esta perspectiva, el estado se va
liberando de los subsidios que han caracterizado su modo tradicional de
entender la política. El subsidio es lo que ha permitido acallar muchas
protestas por las deficiencias del sistema. El diario estatal reproduce un
artículo aparecido en Al-Ahram Weekly y señala en su inicio:
Since July 2014, the government has embarked on
plans to liberalise electricity prices and eliminate subsidies, the idea being
to ensure that people pay the real cost of the electricity they consume while
offering protections to lower-income groups.
Electricity prices are now set to increase by
an average of 30 per cent in July under the 2018-19 budget, with the hike in
prices and lifting of subsidies being required to finance investment in adding
capacity to the electricity distribution network, according to Ministry of
Electricity sources.
According to one informed source, electricity
prices will increase by about 30 per cent, in accordance with plans adopted in
July 2014 to eliminate all electricity subsidies within five years, initially
to end in fiscal year 2018-2019.
The plans were later extended until fiscal year
2021-2022 in order to ease the burden on consumers by increasing prices over a
longer period.*
A las subidas de transportes (metro), carburantes, agua,
etc., elementos básicos, les vuelven a subir la electricidad, un bien que
repercute sobre todo lo demás porque hará aumentar los costes de producción de
casi todo al aumentar el recibo de la luz de hogares y negocios. Eso significa
más inflación sobre la ya existente.
En las retiradas anteriores de subvenciones del gobierno,
este se permitía sostener que la inflación estaría contenida, algo absurdo cuando
afecta a la energía, que repercute en todo. Efectivamente, poco después, la
inflación se disparó pese a las teorías contra natura del gobierno. A la
inflación hay que sumar la depreciación de la libra, estabilizada, pero que se
ha llevado por delante los ahorros de todos.
Pese a las promesas, el turismo no ha vuelto a Egipto en las
proporciones esperadas. Ni los vuelos rusos han acabado de materializarse,
frustrando al sector. Las informaciones que hablan de incrementos
espectaculares, no dan cifras absolutas sino porcentajes de aumento, con los
que es más fácil camuflar las carencias.
Egipto acaba de nombrar nuevo primer ministro y gobierno
tras la toma de posesión del segundo mandato de Abdel Fattah al-Sisi. Los gobiernos
salientes absorben el impacto de los errores y sirven para compensar la
ineficacia de todos ante las carencias y debilidades acumuladas desde los
orígenes. Son demasiados malos gobiernos que no van a la raíz de los problemas,
más dedicados a la contención de las protestas que a evitarlas modernizando al
país.
La construcción de una nueva y megalómana capital en vez de
tratar de arreglar los problemas de los edificios que se caen cada día (las
noticias nos hablan estos dos días de los derrumbamientos de dos mezquitas por
falta de atención, ambas restauradas en el mismo año, 2005, sin que sirviera de
mucho). Ya nadie menciona la faraónica ampliación del Canal de Suez, que marcó
el comienzo del mandato de al-Sisi. Se trataba, como otros mandatarios
anteriores, de hacer gestos hacia la galería, de mostrar un poder ante todos y
simbolizar un "renacer" que no llega. Los sueños egipcios de
renacimiento van desde ganar la próxima Copa del Mundo de Fútbol hasta poner
satélites en el espacio. La realidad es mucho más dura y no se aborda
realmente.
Hace dos días, Egyptian Streets nos adelantaba, con el titular
"Ministry of Local Development Announces Plans to Eliminate Illiteracy by
2021", los planes del ministerio para acabar con un gravísimo problema
básico, el analfabetismo. Estos
han sido numerados para una mejor comprensión:
In a four-point plan, the ministry outlined the
ways with which a zero percent illiteracy will be achieved by 2021.
The first principle in the plan being the
activation of the University Supreme Council decision which obliges each
student to teach up to 8 illiterate people. Secondly, a focus on trainer’s
skills, through providing them with trainings tackling the competencies they’ll
need. Thirdly, engaging the youth in the efforts undertaken by the ministry.
Lastly, provide young people with necessary incentives to join the illiteracy
program, by giving them rewards and bonuses.
Egypt has suffered from high illiteracy rate
for years. In 2014, the Egypt’s Central Agency for Public Mobilization and
Statistics (CAPMAS) reported that over a quarter of Egyptians is illiterate;
18.5% of males and 33.6% of females who cannot read or write.**
El plan no necesita muchos cálculos ni comentarios. Se puede
haber formulado mientras se espera la llegada del ascensor en un edificio de
tres pisos. Se basa en la movilización de los universitarios, a los que se
traslada la responsabilidad, militarizándolos, de lo que el estado no hace. Lo
siguiente, imaginamos, será un plan de multas para aquellos estudiantes que no
estén dispuestos y, pasado un tiempo, un plan para combatir la corrupción que se
genere para librarse de la obligación.
Dimos cuenta aquí, hace algún tiempo, del pequeño pueblo que
llevaba ocho años sin maestros porque no había escuela. Cuando los lugareños
construyeron la escuela por sus propios medios, las autoridades la derribaron.
Nadie construye una escuela sin permiso y sin maestro. Evidentemente está "justificado"
que mientras no haya escuela no hay maestros. Si hay una escuela vacía quedan
en evidencia No es una fábula de Herodoto, pero enseña mucho sobre el poder.
Hay otras propuestas, como el plan "Dos es bastante",
que aunque algunos piensen que se refiere a los mandatos presidenciales, se
refiere al número de hijos que se recomienda tener en un país cuya
superpoblación (104 millones) procede, entre otras muchas cosas, del
mantenimiento de la ignorancia (así se une al analfabetismo) que ahora se
intenta paliar movilizando a los estudiantes universitarios.
The programme seeks to raise awareness and
correct misconceptions. Around 60 per cent of the women in the programme are
illiterate, says Fares, and many believe children offer support and that large
families are stronger.
There can also be, she says, “competition
between sisters-in-law over who has the most children”, and concerns that if
they do not give birth to a son husbands may take another wife.
Women spurn birth control methods not out of
any health concerns but because they want to have children.
“Before speaking about health we have to voice
convincing messages to change these misconceptions,” says Fares.***
Todo se relaciona y todo lo que se deja de hacer vuelve a ti
como problema. Los problemas egipcios son enormes y el intento de poner fecha a
su solución es ingenuo en el mejor de los casos.
Tras un primer mandato no son muchos los problemas resueltos.
Y sí muchos los de nueva creación y los que se atisban en el futuro. El plan
para resolver el analfabetismo hará pocos letrados y creará otro tipo de
problemas. El "Dos es bastante" no funcionará en un país en el que no
hay más soluciones que los hijos, como se explica en el análisis de sus causas.
Si los iletrados se convierten en letrados, surgirá el
problema de "qué se les deja leer" y qué no. No serán tan controlables
y unos se harán demócratas y habrá que quitarles 1984, la novela de Orwell, de las mochilas, y otros se harán
fundamentalistas accediendo a los textos doctrinales. Los que han sido
privilegiados por el injusto orden de décadas se sentirán amenazados por los que
antes aceptaban su destino de forma fatalista y empiezan a exigir, no caridad, sino justicia. Entonces se volverá a otro "25 de enero" y
vuelta a empezar el ciclo.
El énfasis en que todo era idílico antes del 25 de enero de
2011, que todo empeoró hasta la "rectificación" del
"no-coup" que dio puerta a Morsi empieza a ser cargante porque se ha
convertido en una coletilla en cualquier escrito. Aquel estado imposible al que
le importaba poco el estado de nadie es el responsable del desastre económico
actual y de la continuación del sistema autoritario que ha dado forma a la
mentalidad egipcia. Da igual quien mande, lo importante es que me subvencione.
Cuando la subvención desaparece, queda el estado en todo su autoritarismo, en
su violencia, en su desnudez. ¿De qué va a servir una nueva capital administrativa
más que para que medren los de siempre, para que se alejen de los centros en
donde los edificios se colapsan por falta de atención? Llegarán sus facturas.
En estos días algunos se han permitido ironizar sobre una
imagen de al-Sisi enjugando sus lágrimas. Proponían distintas posibilidades
para el origen del llanto. La mayoría de los egipcios no tienen dudas sobre el
origen de sus lágrimas constantes. Llora el presidente que manifestó —cuando
hablaban de la crisis— que vivió una larga temporada solo con agua en el frigorífico.
Mientras tanto la principal preocupación es cómo abordar el
nuevo terrible problema: ¿cómo justificar un nuevo mandato del presidente que
acaba de tomar posesión para el segundo, el último que permite la constitución?
Algunos abogan por el truco contable, pasar de cuatro años a seis. Luego,
imaginamos, a ocho y así sucesivamente en un interminablemente constitucional
mandato durante el que se felicitarán porque no se incumple la Constitución.
Mubarak lo hizo treinta años con una ley de excepción. Es normal que se
perdieran el sentido de la "normalidad".
Con la subida del 30% de la energía eléctrica y pocas
variables del sistema mejorando, el gobierno ha anunciado una subida del 15% a
militares, policías y funcionarios. También compensar las más bajas pensiones
para evitar el estallido por abajo y por arriba. Hace un par de años alguien
fue acusado de antipatriota y traidor cuando cuestionó las cuentas militares.
¡No se debaten las cuentas de los héroes mártires!, le dijeron en el
parlamento.
Como siga así la situación, los mártires (con o sin
heroicidades) van a ser la mayoría de los egipcios que cargan ya sobre sus espaldas
la ineficacia acumulada, los recursos perdidos por corrupción en todos los
niveles, y la violencia que generará el control de las protestas cuando todo se
haga insostenible.
Los problemas se volverán a rebozar en conspiraciones y a
responsabilizar a las personas que demandan soluciones, a los que se
presentarán como peligrosos revolucionarios, deseosos de destruir el estado,
única garantía de la permanencia de la identidad y la Historia.
Mientras tanto se siguen aprobando medidas para retener el
dinero de los extranjeros que están allí y de los egipcios que están fuera. De
esta forma, solo se obtiene pan para hoy. Las declaraciones del gobierno
apuntan siempre a fechas próximas como forma de hacer que los egipcios piensen
que las penalidades serán leves. Nada más engañoso. No se puede acabar con el
analfabetismo en tres años, como no se puede resolver el problema de la energía
o de cualquier otro campo sin unas inversiones que se han ido a proyectos
megalómanos y que ahora no se sabe cómo rentabilizar.
Lo único que reciben los egipcios es la figura de Mo Salah
(hasta que se acabe el Mundial de los sueños, que el propio jugador ha rebajado
a pasar la primera fase), noticia de terroristas muertos en la campaña del
Sinaí y muchas promesas para el futuro. Para ello se necesita tener a la prensa
bajo un control más estricto y favorable, aunque no va a ser fácil conforme crezca el descontento, que ya es grandes y las promesas no se materialicen. Se pueden repasar las promesas realizadas desde todos los ángulos y ver si llegaron a pisar el suelo o solo fueron sustituidas por nuevas promesas o nuevas fechas.
El nuevo gobierno se estrena con el nuevo mandato del
presidente, que ya ha señalado que los momentos son duros y, por sopresa, que habrá nuevos logros. Habrá que desearle suerte y que las cuentas les salgan en algún
momento. Son demasiados problemas debajo de la alfombra durante mucho tiempo.
*
"Electricity bills to increase in Egypt" Ahram Online 9/06/2018
http://english.ahram.org.eg/NewsContentP/3/302064/Business/Electricity-bills-to-increase-in-Egypt.aspx
**
"Ministry of Local Development Announces Plans to Eliminate Illiteracy by
2021" Egyptian Streets 7/06/2018
https://egyptianstreets.com/2018/06/07/ministry-of-local-development-announces-plans-to-eliminate-illiteracy-by-2021/
***
"Family planning in Egypt: The ‘Two is enough’ project" Ahram Online
8/06/2018
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/302002/Egypt/Politics-/Family-planning-in-Egypt-The-%E2%80%98Two-is-enough%E2%80%99-proje.aspx
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