jueves, 14 de junio de 2018

Rumores navegantes


Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Tenemos que a prender a vivir con los grados de información que van de lo acontecido a lo inventado, pasando por estados como lo deseado, lo imaginado o el rumor. Tenemos que hacerlo porque nos van muchas cosas en ello, como la convivencia, el diálogo o, de no hacerlo, el conflicto, la manipulación y el engaño. Vivimos bajo una presión constante de informaciones en un ecosistema mediático, en el que los rumores toman forma de noticia y las noticias formas de rumor. Tenemos que darnos cuenta, sí.
Es importante porque muchos rumores no salen ya de la ignorancia sino de la premeditación, perfectamente calculados, diseñados para vencer nuestras resistencias y apoyarse en nuestra credulidad y predisposición. Así funciona, así funcionamos.
El diario El País, en Verne, recoge "Las mentiras que se repiten sobre los migrantes a bordo del ‘Aquarius’". Y es cierto, al menos una de ellas me llegó en el trayecto entre el comedor y una tutoría. Advertí: "¡cuidado con las noticias falsas!" Entre la credulidad infinita y el escepticismo absoluto está el sentido común, si bien es cierto que las formas de llamar la atención —cada vez más exageradas— hagan que no siempre podamos distinguir claramente.
Al final del texto con las cinco mentiras recogidas por Pablo Cantó sobre lo que ocurre u ocurrirá con los inmigrantes que llegan en el Aquarius, se incluye otro pequeño texto, titulado "Los bulos sobre inmigración crecen durante las crisis", de Álvaro Llosa en el que se expresa lo siguiente:

La relación entre los rumores y las crisis (tanto migratorias como de cualquier otra índole) se produce, según algunas teorías, de manera automática cuando una sociedad se siente amenazada. Jean Delumeau escribió en El miedo en Occidente que el rumor es "el primer estadío en el proceso de desahogo que liberará a la masa de su miedo".
Sin embargo, otras teorías, próximas a La doctrina del shock de Naomi Klein, apuntan a que los gobernantes ponen en circulación los rumores para predisponer favorablemente a la población ante la introducción de medidas restrictivas.
Rosabel Argote, de la CEAR Euskadi, explica a Verne que, sea cual sea el origen de los rumores, es importante que la población sepa identificarlos y controlarlos. "Ante un rumor no hay una respuesta pasiva", nos dice. Según ella, la mejor manera de contener un rumor consiste en pensarlo bien antes de contribuir a su difusión.*


Es interesante ver cómo el propio texto no es inmune a lo que denuncia, aunque se les llame "teorías". En el primer párrafo se describe un principio general de psicología social, la respuesta ante una situación crítica. En el segundo párrafo, ya no se pone en pie un principio general, sino una "teoría de la conspiración" generalizada. El problema está en la conexión entre uno y otro párrafo con un "sin embargo" que actúa como bisagra entre los dos párrafos e ideas transmitidas. En el primero se habla del rumor como un fenómeno de respuesta ante el miedo; en el segundo, de una conspiración urdida. Es el "sin embargo" el que establece una conexión perversa entre las dos explicaciones. ¿Por qué los "gobernantes, por ejemplo, por qué no la "oposición", pongamos por caso, para conseguir el poder? ¿Son solo los gobiernos los malos en las películas?
El tercero, el de Rosabel Argote, no entra en explicaciones, sino en soluciones: vengan de donde vengan, lo importante es pararlos, evitar convertirse en pieza de transmisión. El arma más eficaz contra las mentiras es dejar de difundirlas.
Hay que tener cuidado con lo que se repite y, como quiere la hermenéutica, completar el círculo que va de las partes al todo y del todo a las partes, es decir, ver cómo encaja en una interpretación general sólida. La precomprensión determina la comprensión. Eso viene a decir que una persona llena de prejuicios contra los gobiernos creerá en el segundo párrafo, en la conspiración gubernamental, como explicación para justificar lo ocurrido en el buque Aquarius. Le parecerá el primero absurdo y el tercero irresponsable, ¡hay que denunciar a los gobiernos y sus conspiraciones!
Las noticias falsas, los rumores, etc. se hacen más fáciles en una sociedad llena de prejuicios y estereotipos. Cuanto más rígido es nuestro pensamiento, más previsible es y más fácil es engañarnos aprovechando nuestro dogmatismo. En realidad, son las personas que tienen todo muy claro las que son más fáciles de engañar porque ya se engañan ellas solas. Una mente abierta revisa sus principios, que pueden ser claros, pero no llegar al estado de anquilosamiento y no ejercer la autocrítica que los someta a revisión constante. Por eso los más fáciles de engañar son los vanidosos. Les siguen, como se apunta en el primer párrafo, los miedosos, que buscan formas de liberarse de la angustia que les produce su inseguridad.
Mi preocupación es ver el aumento de la xenofobia en parte de nuestra sociedad. Los mecanismos de amplificación de mentiras y rumores —lo que nos permite hoy la tecnología— son poderosos y se multiplican. Ya no es solo un boca a boca, sino mecanismos que pueden saturar las redes en minutos con un rumor o una mentira que cae en manos de quien quiere creerlas. Por eso el consejo de "pensarlo bien antes de contribuir a su difusión" es bueno, algo de donde partir.



* "Las mentiras que se repiten sobre los migrantes a bordo del ‘Aquarius’" El País - Verne 12/06/2018 https://verne.elpais.com/verne/2018/06/12/articulo/1528794173_525601.html

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