domingo, 12 de junio de 2011

Los olvidos de Occidente y la indignación de Wassyla Tamzali

Joaquín Mª Aguirre (UCM)

La última obra de Wassyla Tamzali*, la feminista argelina, abogada, periodista, que fue directora del programa de violación de los Derechos Humanos de las mujeres de la UNESCO, se titula “Carta de una mujer indignada. Desde el Magreb a Europa”.**
La indignación de Wassyla Tamzali tiene unos fundamentos reflexivos y unas causas concretas. El marco de fondo es el cambio que el relativismo de la Postmodernidad ha traído respecto a la universalidad de los Derechos Humanos. Para Tamzali se ha producido un retroceso y una gran traición en el mantenimiento de los derechos humanos al confrontarlos con la visión relativista del multiculturalismo. 
Las personas comprometidas con el progreso han elegido ahora la vía de la "diferencia" frente a la vía relativista de la constitución de una identidad común y universal, que había representado su modelo e ideal anterior. El temor a un centrismo occidental ha llevado a relativizar el valor del discurso, a mitigar su alcance y extensión más allá de los propios límites culturales.
Las víctimas de este giro occidental —la democracia es algo de Occidente— son precisamente las personas que hicieron de los ideales surgidos en Occidente, de los ideales igualitarios ilustrados, que hacen extensivos a todos los Derechos Humanos, su bandera y referencia ideológica. Tamzali reivindica su compromiso y la validez de esos ideales surgidos en Europa pero de alcance universal:

[…] soy del clan de esas mujeres y de esos hombres enamorados de la libertad que, aun perteneciendo a un país y a una historia determinados, no dudan en iniciar una lucha contra la cultura, las tradiciones y las costumbres políticas de sus sociedades cuando éstas se oponen a la libertad. ¿Quiénes somos? Mujeres y hombres comprometidos con nuestra comunidad de origen por doquier en el mundo, y en nuestro país, en una guerra de trincheras cada vez más difícil. (41)

La cuestión planteada por Tamzali no afecta exclusivamente al mundo islámico sino a las relaciones entre ambos en la medida en que según la idea expresada, Occidente ha dejado de considerar la extensión de los Derechos Humanos como una  prioridad universal y ha buscado fórmulas de arreglo a través de los reconocimientos de unas diferencias que atentan contra la igualdad, especialmente en el caso de las mujeres.
La queja de Tamzali es la soledad y la incomprensión en la que han quedado las personas que han luchado durante décadas contra la ausencia de libertades en sus países y ahora ven cómo, con la excusa del relativismo cultural, esos regímenes se afianzan y ganan posiciones. La edición francesa de la obra es de 2009, anterior a las rebeliones árabes y, por tanto, debe leerse con esa frontera histórica en mente.



Los estallidos en estos países se han producido por una asfixia de sus habitantes ante la indiferencia de un Occidente que había dejado aparcada su propia historia y tradición, valorando más su seguridad y beneficio por encima de cualquier otro compromiso. Las primeras respuestas de Francia a las revueltas de Túnez [ver entrada] son un ejemplo de esa indiferencia, incluso connivencia, con países en los que —ya sea por acción o por omisión— iba perdiéndose el espacio de la lucha por la libertad y los derechos humanos en beneficio de un discurso autoritario en el poder y de un discurso autoritario fundamentalista en las oposiciones que quedaban favorecidas por la represión. Entre dictadores e integristas, las personas que apostaban por la libertad quedaron descolgadas. Esa es la principal queja. Y el aviso de que ella seguirá en la defensa de sus convicciones y no renunciando a hacerlas extensivas a su comunidad:

[…] soy humanista, anticolonialista, demócrata y feminista. Y es con esas identidades con las que me planteo continuar mi diálogo con los europeos, amigos o no, y con este país al que pertenezco.
Este discurso os remite, intelectuales desencantados, a vuestro mundo, a vuestra historia, a vuestros fracasos, al menos a las aporías que enmarcan vuestra modernidad. Preferís no oírnos y, en una huida hacia adelante cuyos resultados en vuestros países todavía desconocéis, pero de los que ya vemos las consecuencias desastrosas en los nuestros, os tiráis de cabeza al culturalismo. ¡El modernismo ha muerto, viva la modernidad! (87)

La obra es de gran interés en su conjunto para poder tener una nueva perspectiva de los acontecimientos históricos ocurridos en los países árabes, pero sobre todo para poder comprender los problemas con los que se enfrentan las personas que tratan de encaminar en la actualidad, tras los levantamientos, a sus sociedades hacia unos ideales universales constituidos por los Derechos Humanos como decálogo básico y alejarlas de los fundamentalismos que cercenan las libertades básicas.

*  Biografía de W. Tamzali: http://wikimujeres.net/wiki/wassyla-tamzali
 
* Wassyla Tamzali (2011): Carta de una mujer indignada. Desde el Magreb a Europa. Cátedra / PUV, Valencia. 158 pp.

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