jueves, 24 de agosto de 2023

Vladimir el afortunado y las comillas

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Durante estos años de observar y escribir, hemos asistido a todo tipo de manifestaciones de la "suerte" de Putin. Pero ha sido en el terreno de la oposición donde ha tenido más éxito con su suerte. Los enemigos de Putin resultan envenados con polonio, se caen desde los pisos más altos... El jueves pasado, hace hoy una semana, comentábamos aquí el envenenamiento de unas periodistas rusas opositoras a Putin ("No hay verdadero Periodismo sin periodistas verdaderos" 17/08/2023); hoy la noticia que está en las portadas del mundo es la muerte en "accidente" del líder del grupo Wagner que desafió a Putin hace unas semanas iniciando una amenazadora marcha sobre Moscú para vérsela con los jefes del Ejército ruso. Decidió pararse a pocos kilómetros del objetivo y se marchó a una distancia prudencia, a Bielorrusia, para reaparecer justo con las operaciones rusas en África con el golpe de estado de Níger, sí, aquel en el que todos ondean banderas rusas.

Ahora, Prigozhin, el jefe de los mercenarios Wagner, el brazo armado extraoficial de Putin para intervenir y masacrar por el mundo, se ha precipitado en su avión, junto a otros líderes del grupo, hasta encontrar el suelo y la muerte.

El diario El Mundo abre su edición digital con un titular a todo el ancho de página diciendo "Matan a Prigozhin, el jefe del grupo Wagner, al estallar su avión en Rusia"*. En RTVE.es optan por otra fórmula. El tamaño del titular es reducido y compartido con nuestros dos medallistas en atletismo. Su texto es "Muere el líder de Wagner, Yevgeny Prigozhin, tras estrellarse un avión en Rusia sin supervivientes"**. La diferencia entre "matar" y "morir" es grande, de la misma forma que las bombas nucleares no "caen", "se tiran".

En el interior del texto de RTVE.es se explica: "Hasta ahora, ni el Kremlin ni el Ministerio de Defensa rusos han lanzado ningún comunicado oficial sobre la muerte de Prigozhin, aunque círculos cercanos a Wagner han confirmado su fallecimiento, del que culpan al presidente ruso, Vladímir Putin."**

Puede, claro, que el periodista o el medio no tenga pruebas, pero creo que en el caso de Putin más que pruebas (que nunca se encuentran) hay que buscar tendencias, es decir, una línea clara y continuada de "desgracias" que les ocurren a las personas que se interponen en su camino. La "tendencia" es una forma anormal de normalidad. Que la gente que se le opone a Putin no fallece de muerte natural es una "tendencia" que cuyas probabilidades aumentan cuanto más te opones.

La tendencia significa lo siguiente: a) que si hubiera ido por carretera, se habría despeñado por un barranco; b) que si hubiera ido por barco habría chocado con un iceberg; c) si hubiera ido caminando le habría atacado una manada de lobos (o quizá caído un meteorito); y, finalmente, d) lo que le ha pasado por ir por aire. Es tendencia porque cualquiera de las cuatro (o cien mil) vías de acercarse a Moscú tendría el mismo final. En términos globales es una tendencia a morirse los opositores; en términos personales, llámalo "destino".

La mayor aspiración de los déspotas es convertirse en el destino de los demás; poder ser caprichosos e inexorables. Capricho porque lo hacen cuando y con quien quieren; inexorables porque no hay forma de evitarlo. El diario ABC da en su inicio la larga lista de las "víctimas" casuales de Putin. Hay de todo, de periodistas a militares.

Putin es un déspota creciente y desafiante. Ha hecho en Rusia lo que ha querido con la desaparición de los que no estaban de acuerdo. Y los demás lo saben. Es fundamental el carácter "ejemplar" de autoritarismo, que todos sepan lo que les puede ocurrir. Con Putin, nada parece un accidente, por más que lo aparente y lo repitan.

Recuerdo las caras de terror de una serie de jefes militares rusos a los que se dirigía en una gran sala. La conducta corporal no podía ocultar el miedo. Y allí estaban todos aquellos curtidos militares, aterrorizados, temblando por dentro, escuchando resonar en su interior cada una de las palabras de aquel que con un solo gesto podía hacerle desaparecer.

Hace una semana, el 17 de agosto, el titular de La Razón señalaba "Muere "de una enfermedad" el general ruso destituido por Putin por sus fracasos en Ucrania"***. Las comillas ya van unidas a las acciones de Putin, es una marca de esas tendencias de las que hablamos. Se nos dice en la entradilla que "Gennady Zhidko fue viceministro de Defensa y comandante de la invasión del sur de Ucrania". Las comillas se vuelven necesarias para todo: para "enfermedad", para "muere", para "cae", para "desparece"... Todo se vuelve dudoso en un espacio en el que el destino participa de forma tan constante, como tendencia, siempre en el mismo sentido.

Decía Antonio Fernández en el artículo de La Razón:

El general ruso Gennady Zhidko, de 57 años y ex viceministro de Defensa, quien fue despedido hace unos meses como el comandante jefe ruso en Ucrania después de las pérdidas de territorio que el Kremlin había conquistado, ha muerto en Rusia en lo que para algunos es un fallecimiento sospechoso.

[...]

Según el medio ruso Mediazona, es el séptimo general ruso que muere desde el comienzo de la guerra en Ucrania. De momento, el Kremlin no se ha pronunciado sobre su muerte.***

Lo que parece cada vez más claro es que Putin no se va a detener ni por los elementos internos ni por los externos. A Putin solo le parará lo mismo que paró a otros, algo a lo que también habrá que ponerle comillas probablemente.

Pese a todo esto. Putin va adquiriendo su "prestigio" exterior. Son cada vez más países en "mal estado" los que deciden ponerse a la sombra siniestra del dictador ruso. Saben —lo hemos señalado aquí muchas veces— que Putin es un "amigo fiel", que no te critica ni trabaja para sacarte del poder; que no conspira contra sus aliados fieles y que si es necesario te envía a los "Wagner" o similares, ahora que ha quedado descabezada la organización. Pero el negocio de la intervención sigue ahí, las conexiones con otros regímenes autoritarios le permitirán crear su doble mercado, el económico y el político. La noticia de hoy sobre la ampliación de los BRICS, a la sombra de Rusia y China, con regímenes autoritarios, como Egipto y Arabia Saudí en otros, muestra también otra tendencia.

Que Rusia, con lo que está haciendo Putin, sea una "referencia" para aquellos que basan el poder en el crimen sin tapujos es una muy mala noticia para el mundo y las personas que en él creen en otros valores, en otra forma de gobernarse y relacionarse con los demás. Pero esto se está imponiendo en un mundo vacío de valores, ebrio de consumo y capaz de justificarlo todo por conseguir el poder y mantenerse en él a cualquier coste.

La "suerte" sigue favoreciendo a Putin el "afortunado". El mundo le sonríe y tiembla. Una sociedad dividida entre la ficción heroica de su líder, deseando recuperar las glorias de la Unión Soviética, y una parte horrorizada por lo que ve y ocurre. Rusia es un país que nunca ha dejado de usar la palabra "disidente".

 

* Xavier Colás "Matan a Prigozhin, el jefe del grupo Wagner, al estallar su avión en Rusia" El Mundo 24/08/2023 https://www.elmundo.es/internacional/2023/08/23/64e63cfbe9cf4a164f8b4578.html 

** "Muere el líder de Wagner, Yevgeny Prigozhin, tras estrellarse un avión en Rusia sin supervivientes"

https://www.rtve.es/noticias/20230823/accidente-avion-rusia-wagner-prigozhin-viajero/2454479.shtml

*** "Muere "de una enfermedad" el general ruso destituido por Putin por sus fracasos en Ucrania" La Razón 17/08/2023 https://www.larazon.es/internacional/muere-enfermedad-general-ruso-destituido-putin-sus-fracasos-ucrania_2023081764ddbaa9714dff0001b7149a.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.