Joaquín Mª Aguirre (UCM)
No
sé... De pronto se me ha ocurrido: ¿cómo trataría William Shakespeare la vida
de Donald Trump poniéndola en un escenario? ¿Tragedia? ¿Comedia? Hemos
superado los límites entre unas y otras en la realidad y ya todo se tiene que
entremezclar, como decía Charles Dickens comparando la vida con un trozo de
beicon veteado.
Si uno
ve, por ejemplo, la foto que le han hecho en la cárcel al ficharle se queda
perplejo porque no es la foto del asustado o del contrito; es una foto
desafiante, que asusta. Parece que Trump se llevó su propio fotógrafo a la
cárcel o, mejor, que se la hiciera en su casa y la llevara ya hecha. Con Trump
todo es posible. Está tan orgulloso de ella que la ha colgado en su red social
para deleite de sus seguidores que siguen creciendo.
Vuelvo a una idea: que exista Trump es una cuestión de probabilidad, alguien tenía que ser así, ser millonario por la familia y dedicarse al golf, los negocios y la presidencia de los Estados Unidos. De todos esos aspectos, solo el último no depende de la suerte. Él no hizo nada para nacer millonario, simplemente le tocó y tenía que administrar los negocios; lo del golf es una consecuencia de no dar un palo al agua y utilizar el campo para hacer trampas (solo le gusta ganar a lo que sea) y oficina. Solo la presidencia de los Estados Unidos no depende de él. Se puede presentar y muchos quieren ser presidente... pero muy pocos lo logran. Para llegar ahí hace falta el apoyo de millones de personas que ven en él algo merecedor de la presidencia.
Trump
es un caso realmente extraordinario (no una persona extraordinaria). Es golfo y
putero, pero le votan las comunidades religiosas ultraconservadoras norteamericanas.
Es un tramposo nato, un manipulador, pero le votan los que creen de forma ciega en el mercado.
Es autoritario, pero le votan los libertarios que rechazan cualquier
institución del estado.
Cada vez que Trump hace de las suyas, consigue más votantes y (lo que más le interesa) más dinero para su campaña. La foto de la cárcel, nos dice la prensa, le ha supuesto nuevos millones de dólares y millones de seguidores que apuestan por él para la próxima presidencia de los Estados Unidos, que es como ser presidente vicario de medio planeta, tener en sus manos guerras, hundimientos de países, manipulación de la economía mundial, desastres ecológicos y muchas cosas que nos afectan a todos.
Hemos
repetido en muchas ocasiones que uno de sus peores efectos es la proliferación
de imitadores por todo el mundo (incluido, a su escala, Luis Rubiales). A los medios
les encantan las expresiones nuevas y repetir que la acusación contra Trump
(una de ellas) es "revertir el resultado de las elecciones". Dicho
así queda hasta bonito. Dicho como se merece es hacer trampas en las elecciones, falsificar los resultados. En
resumen, una conducta claramente antidemocrática, manifestada como abuso de
poder, ya que era presidente todavía.
El descarado de Rudy Giuliani, que fuera alcalde de Nueva York (y anteriormente fiscal), pasará a la historia política de los Estados Unidos por haber sido su abogado y asesor político, también se ha entregado en otra cárcel y ha tenido el valor de decir que "no les atacan a ellos, sino al pueblo americano". Esta descarada fórmula arrastra a los "patriotas trumpistas" y trata de convertir a toda esta mafia en héroes americanos.
Estados
Unidos está confuso desde Trump. Los discursos van por un lado y los hechos por
otro en una ceremonia de la confusión realmente patética. La presidencia de
Barack Obama, un afroamericano, hizo estallar rodos los mecanismos ultra en
suelo estadounidense. Demócrata y afroamericano, Obama ha sido demasiado para
el sentir racista y fundamentalista presente en muchos rincones de la vida
norteamericana. Colocar a Trump en la Casa Blanca parecía una solución.
Trump
vendió que los problemas venían de la inmigración en lo personal y de la
importación de productos de China, que es lo que querían escuchar. Mientras
hacía buenas migas con Putin, que le caló rápido, sacaba a Estados Unidos de
cualquier agrupación planetaria que supusiera una limitación para sus acciones.
Trump
salió de la Casa Blanca de mala manera, resistiendo hasta el final y lanzando
sus escuadrones fieles a las calle, armados y violentos, acabaron invadiendo el
Congreso aquel 6 de enero en que la democracia norteamericana quedó en
entredicho. Son las instituciones y el sentido de la vergüenza de algunos los
que han frenado a Trump, evitado que se diera un golpe de estado para seguir en
el poder un personaje enfermizo, con claras patologías, que necesita del poder
para mantener el ego en marcha y ser adorado.
En RTVE.es dice de la que le cae encima en esta cuarta imputación de cargos:
La fiscal de Fulton Fani Willis acusa al republicano de 13 delitos por haber liderado un complot con 18 aliados para revertir los resultados electorales en Georgia, donde Trump perdió por un estrecho margen contra el actual presidente, el demócrata Joe Biden.
El principal delito que se le imputa en el estado de Georgia es el de violar la ley de asociación delictiva (RICO, en inglés), usada tradicionalmente en contra de la mafia.
También se le acusa de haber conspirado para que ciertas personas se presentaran falsamente como delegados electorales para certificar la victoria de Trump en Georgia a sabiendas de que en realidad perdió.*
No es
poco. Además, por mucho que digan algunos de los imputados en esta causa, por
mucho que se manifiesten en las calles sus seguidores, las acusaciones son
claras y contundentes. Las ideas de Trump liando a la gente para hacer trampas
electorales están ahí, en llamadas, en diálogos para que hicieran algo para que
él se quedara en la Casa Blanca, de la que no quería salir.
Repito:
lo preocupante es cómo arrastra a una parte del pueblo, cómo se retrocede en lo
científico para dejarse llevar por lo fundamentalista religioso, por el mandato
divino y por la identificación con la Historia y el Pueblo en una misma persona,
la suya. Lo malo no es que él lo crea; lo malo son los que le creen y le
siguen.
Que en
Estados Unidos haya mucha gente que cree en Trump y sus métodos es una mala
noticia para la evolución de la democracia en todo el mundo. Para Trump solo
hay un valor, "la fuerza". ¿"Para qué sirve el poder si no lo
puedes utilizar"?, es una de sus reflexiones vitales que aplica a la
política. Me recuerda aquella vieja película en la que el asesino, enfrentado a
quien detuvo, le decía: "Te preguntarás por qué hice lo que hice...
Simplemente porque podía."
Nos dicen en El Confidencial que han detenido en Salamanca a una banda de aluniceros que atracaban con máscaras de Donald Trump. Por algo será.
* "Trump, fichado por primera vez tras
entregarse a la Justicia en Georgia por el caso de interferencia
electoral" RTVE.es / AGENCIAS 25/08/2023 https://www.rtve.es/noticias/20230825/trump-entrega-prision-georgia-cuarta-imputacion/2454541.shtml
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