sábado, 26 de agosto de 2023

Trump, el peor ejemplo

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

No sé... De pronto se me ha ocurrido: ¿cómo trataría William Shakespeare la vida de Donald Trump poniéndola en un escenario? ¿Tragedia? ¿Comedia? Hemos superado los límites entre unas y otras en la realidad y ya todo se tiene que entremezclar, como decía Charles Dickens comparando la vida con un trozo de beicon veteado.

Si uno ve, por ejemplo, la foto que le han hecho en la cárcel al ficharle se queda perplejo porque no es la foto del asustado o del contrito; es una foto desafiante, que asusta. Parece que Trump se llevó su propio fotógrafo a la cárcel o, mejor, que se la hiciera en su casa y la llevara ya hecha. Con Trump todo es posible. Está tan orgulloso de ella que la ha colgado en su red social para deleite de sus seguidores que siguen creciendo.

Vuelvo a una idea: que exista Trump es una cuestión de probabilidad, alguien tenía que ser así, ser millonario por la familia y dedicarse al golf, los negocios y la presidencia de los Estados Unidos. De todos esos aspectos, solo el último no depende de la suerte. Él no hizo nada para nacer millonario, simplemente le tocó y tenía que administrar los negocios; lo del golf es una consecuencia de no dar un palo al agua y utilizar el campo para hacer trampas (solo le gusta ganar a lo que sea) y oficina. Solo la presidencia de los Estados Unidos no depende de él. Se puede presentar y muchos quieren ser presidente... pero muy pocos lo logran. Para llegar ahí hace falta el apoyo de millones de personas que ven en él algo merecedor de la presidencia.

Trump es un caso realmente extraordinario (no una persona extraordinaria). Es golfo y putero, pero le votan las comunidades religiosas ultraconservadoras norteamericanas. Es un tramposo nato, un manipulador, pero le votan los que creen de forma ciega en el mercado. Es autoritario, pero le votan los libertarios que rechazan cualquier institución del estado.

Cada vez que Trump hace de las suyas, consigue más votantes y (lo que más le interesa) más dinero para su campaña. La foto de la cárcel, nos dice la prensa, le ha supuesto nuevos millones de dólares y millones de seguidores que apuestan por él para la próxima presidencia de los Estados Unidos, que es como ser presidente vicario de medio planeta, tener en sus manos guerras, hundimientos de países, manipulación de la economía mundial, desastres ecológicos y muchas cosas que nos afectan a todos.

Hemos repetido en muchas ocasiones que uno de sus peores efectos es la proliferación de imitadores por todo el mundo (incluido, a su escala, Luis Rubiales). A los medios les encantan las expresiones nuevas y repetir que la acusación contra Trump (una de ellas) es "revertir el resultado de las elecciones". Dicho así queda hasta bonito. Dicho como se merece es hacer trampas en las elecciones, falsificar los resultados. En resumen, una conducta claramente antidemocrática, manifestada como abuso de poder, ya que era presidente todavía.

El descarado de Rudy Giuliani, que fuera alcalde de Nueva York (y anteriormente fiscal),  pasará a la historia política de los Estados Unidos por haber sido su abogado y asesor político, también se ha entregado en otra cárcel y ha tenido el valor de decir que "no les atacan a ellos, sino al pueblo americano". Esta descarada fórmula arrastra a los "patriotas trumpistas" y trata de convertir a toda esta mafia en héroes americanos.

Estados Unidos está confuso desde Trump. Los discursos van por un lado y los hechos por otro en una ceremonia de la confusión realmente patética. La presidencia de Barack Obama, un afroamericano, hizo estallar rodos los mecanismos ultra en suelo estadounidense. Demócrata y afroamericano, Obama ha sido demasiado para el sentir racista y fundamentalista presente en muchos rincones de la vida norteamericana. Colocar a Trump en la Casa Blanca parecía una solución.

Trump vendió que los problemas venían de la inmigración en lo personal y de la importación de productos de China, que es lo que querían escuchar. Mientras hacía buenas migas con Putin, que le caló rápido, sacaba a Estados Unidos de cualquier agrupación planetaria que supusiera una limitación para sus acciones.

Trump salió de la Casa Blanca de mala manera, resistiendo hasta el final y lanzando sus escuadrones fieles a las calle, armados y violentos, acabaron invadiendo el Congreso aquel 6 de enero en que la democracia norteamericana quedó en entredicho. Son las instituciones y el sentido de la vergüenza de algunos los que han frenado a Trump, evitado que se diera un golpe de estado para seguir en el poder un personaje enfermizo, con claras patologías, que necesita del poder para mantener el ego en marcha y ser adorado.

En RTVE.es dice de la que le cae encima en esta cuarta imputación de cargos: 

La fiscal de Fulton Fani Willis acusa al republicano de 13 delitos por haber liderado un complot con 18 aliados para revertir los resultados electorales en Georgia, donde Trump perdió por un estrecho margen contra el actual presidente, el demócrata Joe Biden.

El principal delito que se le imputa en el estado de Georgia es el de violar la ley de asociación delictiva (RICO, en inglés), usada tradicionalmente en contra de la mafia.

También se le acusa de haber conspirado para que ciertas personas se presentaran falsamente como delegados electorales para certificar la victoria de Trump en Georgia a sabiendas de que en realidad perdió.*

 

No es poco. Además, por mucho que digan algunos de los imputados en esta causa, por mucho que se manifiesten en las calles sus seguidores, las acusaciones son claras y contundentes. Las ideas de Trump liando a la gente para hacer trampas electorales están ahí, en llamadas, en diálogos para que hicieran algo para que él se quedara en la Casa Blanca, de la que no quería salir.

Repito: lo preocupante es cómo arrastra a una parte del pueblo, cómo se retrocede en lo científico para dejarse llevar por lo fundamentalista religioso, por el mandato divino y por la identificación con la Historia y el Pueblo en una misma persona, la suya. Lo malo no es que él lo crea; lo malo son los que le creen y le siguen.

Que en Estados Unidos haya mucha gente que cree en Trump y sus métodos es una mala noticia para la evolución de la democracia en todo el mundo. Para Trump solo hay un valor, "la fuerza". ¿"Para qué sirve el poder si no lo puedes utilizar"?, es una de sus reflexiones vitales que aplica a la política. Me recuerda aquella vieja película en la que el asesino, enfrentado a quien detuvo, le decía: "Te preguntarás por qué hice lo que hice... Simplemente porque podía."

Nos dicen en El Confidencial que han detenido en Salamanca a una banda de aluniceros que atracaban con máscaras de Donald Trump. Por algo será. 

* "Trump, fichado por primera vez tras entregarse a la Justicia en Georgia por el caso de interferencia electoral" RTVE.es / AGENCIAS 25/08/2023 https://www.rtve.es/noticias/20230825/trump-entrega-prision-georgia-cuarta-imputacion/2454541.shtml

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