domingo, 13 de agosto de 2023

Verano de precios disparados

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Lo malo de vivir en un "país turístico" es tener que padecer las subidas que se le aplican al que llega de fuera. Ellos tienen un dinero que se quieren gastar; nosotros no, estamos aquí... o emigramos, como están haciendo muchos jóvenes que se resisten a ese destino de camareros del chiringuito nacional.

Toda nuestra atención va al sector turístico. Antes se miraba al cielo esperando la lluvia, ahora se mira la carretera a la espera de esos visitantes sobre los que ciframos las esperanzas de supervivencia.

Hosteltur

Paula María escribe en El Mundo su artículo titulado María "La industria española no levanta cabeza: "La crisis sigue aquí y si el nuevo Gobierno no actúa su impacto será irreversible""*. Su inicio es ya claro: «A diferencia del turismo, la banca o las propias energéticas, la gran industria no ha cogido el tren de la recuperación una vez que ha amainado la tormenta eléctrica.»* Todo el esfuerzo turístico parasita al resto de nuestra economía. Se ha creado tal grado de dependencia y de imitación, que no se desarrollan otros sectores. El turismo, lo hemos repetido una y otra vez en estos años, es un problema cuando desequilibra la economía en su favor. Es un sector excesivamente dependiente de lo que ocurra, es estacional. Todo lo que se ha hecho en estos años es potenciar este modelo combinado "turismo-hostelería", que ha ido empobreciendo a muchos y enriqueciendo a unos pocos.


La aparente prosperidad que genera no es más que una distancia de modelos estables, de riqueza mejor distribuida. Pero ignoramos las señales, como la señalada por Patricia María sobre la debilidad de la industria para producir algo que enriquezca al país en su conjunto y dé estabilidad con un desarrollo más armónico.

El modelo del atraer turismo se ha planteado como la única posibilidad. La imaginación y la voluntad no dan para más en nuestros políticos que dan las cifras convenientes, pero esconden el deterioro de la realidad social. En eso ha quedado el arte de la política, en discutir sin fin y sin ideas porque carecen del análisis de la realidad problemática que nos habita. Nadie vende esfuerzo y cambio de orientación.

En RTVE.es, María José Lara nos ofrece otra versión del problema desde otro ángulo. Su artículo se titula "Cuando veranear en el pueblo no soluciona la despoblación: "El impacto económico es efímero"". En el artículo, tras contarnos los casos de personas que regresan a sus pueblos en vacaciones, se nos explica:

Estos movimientos a zonas despobladas pueden aliviar la difícil situación que viven estos municipios, pero no suponen una solución a largo plazo. Así lo piensa el alcalde de Ucero (Soria), Adrián Neves. Esta pequeña localidad de 87 vecinos multiplica su población "hasta por tres" durante estos meses ya que, además, es la puerta de entrada a la reserva natural Cañón del Río Lobos y cuenta con turismo "durante todo el año".

Aun así, las visitas de turistas y también de gente con conexiones con el pueblo no resuelven el "problema endémico" de despoblación que sufre, tanto el pueblo, como toda la provincia de Soria. En lo económico, en este caso "se reduce todo al turismo y así es difícil fijar población y que los pueblos crezcan", afirma a RTVE.es.

La ausencia de oportunidades y la carencia de servicios es lo que provoca que la gente no se asiente definitivamente en los pueblos aunque quiera. Marina, de 23 años, lo intentó en el pueblo de su padre, Villares del Saz, en Cuenca, pero no tuvo éxito: "Yo con lo que he estudiado (Derecho y ADE), no he tenido la posibilidad de encontrar trabajo allí. Hay pocas oportunidades, por no decir ninguna".**


El problema va más allá de Soria. Tiene razón el alcalde de Ucero. El modelo turístico crea una dependencia real, pero una realidad ilusoria. El problema es la despoblación y, sobre todo, la pérdida de los servicios más elementales. Los que no van a ciudades en las que no pueden vivir se tienen que quedar en municipios muertos, sin escuelas, trenes, farmacias, sin conexiones etc. Son inhabitables.

Pero los que se van a las ciudades se encuentran con la explotación de la vivienda. Seguimos sin dar importancia real al la imposibilidad de salir de las casas de los padres ante la imposibilidad de hacerse con una casa. La pérdida de esta nueva generación, la de la "nueva política", la de la hostelería, la del día conectado porque no se puede permitir mucho más, es enorme. Lo que se les ofrece es ser explotados en las barras de los bares, sirviendo mesas a los que se pueden permitir sentarse allí.

Nos hablan los medios del "verano más caro de la historia", de que este ha sido el verano en el que se han disparado los precios. Había que "recuperar" rápidamente lo que se "había dejado de ganar".


Los políticos, que regulan sus sueldos (y sobre sueldos) dicen que la gente exagera. Cada vez se meten más jóvenes en la política no por vocación o conocimiento, sino como oportunidad de despegar un poquito o mucho, según los casos. Si la política te ha servido para costearte la casa (o el chalecito), eso que tienes ganado para cuando lleguen las vacas flacas. Los partidos son ya empresas que acogen a los que pueden. Podemos acaba de presentar un ERE.

Los observadores se habrán dado cuenta que los hábitos de este verano han cambiado. Ya no se hace lo mismo, ya no se sale mucho tiempo (o no se sale). Ha habido un fuerte recorte por la elevación constante de los precios.

Sin embargo, los medios no dejan de impulsar a la personas a salir y gastar. No dejan de ofrecernos soluciones al calor, lugares a los que podemos desplazarnos. Se ha convertido en una forma descarada de promocionar el gasto, algo que el sector necesita para sobrevivir en una pescadilla que se muerde la cola.

2013
Estos problemas no son nuevos, llevan años advirtiéndose. Hay que salir de esta espiral, apostar por nuevas formas de desarrollo, depender de nosotros mismos en la medida de lo posible en sectores estable, de largo plazo. Este cortoplacismo turístico es una fuente de problemas.

Pero no se atisba solución porque nadie tiene el coraje de emprender caminos más arriesgados, invertir en lo que se necesita. Algunos pocos lo están haciendo y logran sobrevivir y avanzar, pero no interesan mucho como modelo porque el poder real apostó por el suelo y el turismo.  Las consecuencias han sido la crisis hipotecaria y de la vivienda, el encarecimiento de la vida en todos sus frentes. Sueldos más bajos para la mayoría, imposibilidad de acceder a una vivienda, caída de la natalidad, aumento de las depresiones, récord de toma de ansiolíticos... Pero todo va bien, nos dicen.

Los titulares nuevos abundan en el "todo está carísimo", en que han tenido que recortar días, cambiar destino... Pero tranquilicémonos porque llega pronto el otoño y muchos querrán recuperarlo. Hoy por ti, mañana por mí. Mientras tengamos este modelo marcando la economía española estamos condenados a lo mismo... o a peor.


* Paula María "La industria española no levanta cabeza: "La crisis sigue aquí y si el nuevo Gobierno no actúa su impacto será irreversible"" El mundo 13/08/2023 https://www.elmundo.es/economia/empresas/2023/08/08/64c9526de4d4d8ee028b4578.html

** María José Lara "Cuando veranear en el pueblo no soluciona la despoblación: "El impacto económico es efímero"" RTVE 13/08/2023 https://www.rtve.es/noticias/20230813/veranear-pueblo-problema-despoblacion/2451346.shtml

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