Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La
noticia la leemos en RTVE.es, donde se nos explica el sentido del galardón:
Inaugurada en mayo de 2022 como biblioteca central del distrito barcelonés de Sant Martí, la Gabriel García Márquez cuenta con un edificio de seis plantas con una estructura de madera vista de casi 4.000 metros cuadrados, una gran "casa" que parece colgada y semioculta entre los altos plataneros que la rodean.
Aunque a los visitantes les suele sorprender aún más su estructura interior, con un patio abierto al que se asoman las sucesivas plantas como si fueran balcones, y espacios abiertos y cubículos que permiten crear intimidad a base de cortinas de gasa que cuelgan del techo.
Especializada en literatura latinoamericana, la biblioteca lleva el nombre del Premio Nobel de Literatura colombiano, que residió en Barcelona de 1967 a 1975, y sirve de sede del KM Amèrica Festival de Literatura Latinoamericana, que va por su segunda edición.
El estudio SUMA Arquitectura,
encargado del proyecto, ya recibió el Premio Ciutat de Barcelona de
Arquitectura 2022 por el diseño del edificio.
La directora de la BGGM, Neus Castellano, explicó recientemente a Efe que el
verdadero premio para la biblioteca -no es "un tópico", insiste- es
la gente que acude a ella, unas 1.100 personas de media al día, cifra que ha
aumentado desde que se conoció su candidatura a mejor del mundo.*
Contarlo
no es hacer justicia; es mejor verlo en los vídeos que acompañan a la noticia
en distintos medios. Se ha premiado sobre todo un espacio, su funcionalidad y la capacidad de interacción de los
lectores asistentes.
El
premio es importante, pero también lo es que en estos tiempos digitales se
ponga foco en el espacio de la lectura y en el hecho del libro (y los medios
audiovisuales).
El
papel de las bibliotecas públicas se vuelve crítico en un tiempo de
desaparición de las bibliotecas privadas, ya sean familiares o personales. Hoy
asistimos al espacio vacío de los hogares, espacios sin libros.
Crecer en un hogar con biblioteca es un auténtico regalo; que los padres hagan que los niños vayan a creando su propia biblioteca es algo esencial para la formación de buenos lectores. Pongo el énfasis en lo de "buenos" porque leer no es "matar el tiempo", sino parte del plan de formación de la personas, algo que se olvida.
En el
modelo de lector por aburrimiento o hábito y el lector como comprador, está el
lector personal, el más desatendido, el que va evolucionando doblemente, en sus
gustos lectores y en algo en lo que insistimos aquí, en su sentido estético de
la vida. Se trata de un lector crítico capaz de captar la belleza y la verdad
de los textos, no de un mero lector que no sabe cómo ocupar su tiempo.
La
función de la biblioteca no es solo guardar
libros, sino ofrecer trayectorias lectoras, para lo que se requiere un personal
con características propias.
Por eso se ha producido un fenómeno especial, los clubes de lectura, que insertan la pasión y el gusto por leer en la vida. No se trata de leer por leer, sino de leer para crecer, para ampliar la visión de la persona ampliando su mundo. Muchos de los libros que se nos ofrecen no merecen el tiempo de lectura que suponen. Pero volvemos al mismo fenómeno que señalábamos el otro día para el cine: la desaparición de la memoria cultural, sustituida por la fuerza de las ventas, la presión de lo que se vende en competencia con el legado de la escritura.
Hablar
de lectura y de libros no es decir mucho; como decía la canción, todo está en los
libros, lo bueno y lo malo. Hay buenas y malas lecturas, como hay malos y
buenos libros. Por eso es importante la selección, la recomendación, el diálogo
sobre los libros, sentir que hay otros lectores con los que compartir las
experiencias de las lecturas. Esto último es lo que permiten los clubes de
lectura, ofrecer buenos textos a los que quieren leer con cierto criterio. La
cuestión es que suele ser gente madura, personas que tenía el gusto de leer y
que ahora disponen de más tiempo. Como tantas otras experiencias estéticas, el
sistema educativo lo ha convertido en lo que no debía ser, una imposición de lo
incomprensible para el lector. Se da por supuesto que leer es en sí mismo un
acto formativo, aunque no se forme al lector como tal.
Pero la
lectura hoy carece de faros reales, de gente que habla apasionadamente de
libros que quiera compartir. Las revistas de Literatura van desapareciendo
entre el trabajo de eruditos para eruditos y las académicas penalizan la
divulgación cuando más falta hace.
Los
libros, que antes se heredaban y compartían, se han convertido en algo extraño
para muchos. Basta con darse un paseo cada mañana por la mayor biblioteca del
mundo, el transporte público, para ver cómo se emplea ese tiempo. El teléfono
se ha convertido en la conexión por el mundo y este ha quedado reducido a lo
que se muestra en pantalla.
Da una cierta tristeza ver cómo, cada vez que se jubila un compañero o compañera de la Facultad, los libros se dejan fuera de los despachos que han de quedar vacíos. Pasan días solitarios sobre los bancos ante las miradas indiferentes de los estudiantes universitarios. He publicado alguna fotografía de libros puestos sobre contenedores de papel, en plena calle. Alguien ha sentido pudor en arrojarlos y deja en manos del destino una segunda oportunidad. Hoy pocos quieren leer lo que no es obligado, pese a que todos quieren escribir (las editoriales son ya fábricas de libros para autores sin público).
Libro abandonado sobre un contenedor |
El
sistema educativo, que sería la alternativa de apoyo a una segunda generación que ya
apenas lee y cuando lo hace es a golpe de promoción, se centra en la rentabilidad de los
estudios para las profesiones y rechaza la llamada formación
"humanística", que se considera como una especie de suicidio para el
futuro profesional. Mentes cerradas antes de tiempo.
La
concesión del premio a la biblioteca barcelonesa es una buena noticia, una
solitaria buena noticia. Espero que ese año que llevan de trabajo se centre en la parte no visible, en los efectos lectores. Es el espacio perfecto para poder desarrollar una lectura cómoda. Ahora llega la parte más difícil, la promoción, la selección, el interés.
Dicen en el artículo
"Este premio lo que reconoce
es, básicamente, el edificio, no una trayectoria, sino un proyecto que
comienza, aunque en este caso existía un espacio previo (en otra localización)
y se valora también este arraigo, además de la sostenibilidad, la forma de
construirlo, sus sistemas de eficiencia energética, la flexibilidad de
espacios... que hace que al final todo sea más respetuoso con el planeta”,
resumía la directora.*
Me alegra saber que sí se distingue una y otra función. Espero y deseo que de ese espacio no solo salgan lectores, sino "buenos lectores", algo muy complejo, más con los tiempos que corren en contra. Con humor, la directora señala que hay ahora un "turista lector", que es el que va a ver la biblioteca. Se les distingue, dice, porque miran para arriba y no para abajo, que es donde están las páginas abiertas.
* "La biblioteca Gabriel García Márquez
de Barcelona, elegida Mejor Biblioteca Pública del mundo" RTVE.es / EFE
21/08/2023
https://www.rtve.es/noticias/20230821/biblioteca-gabriel-garcia-marquez-mejor-mundo/2454337.shtml
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