Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Lo
ocurrido en Algeciras —el asesinato de una persona, las heridas a varias— me
hace dudar de varías cosas, incluido el Diccionario de la RAE. Hay sucesos, en
el doble sentido del término, que tratamos de clasificar, de empaquetar de
diferentes formas, cuando la sonrisa del causante responde a casi todas ellas.
Es una sonrisa que se nos ha ofrecido en los medios, en las imágenes del
detenido, que nos muestran la conformidad satisfecha con lo que ha hecho y,
está por decidir, si también por lo que espera.
Una vez
que hay testigos, imágenes grabadas, confesiones, etc. comienzan las
especulaciones, muy extrañas en este caso tan "visible". Los medios
aplican su protocolo informativo, que se expresa en fórmulas como "no se
descarta ninguna hipótesis" (como si hubiera dos) o "se investiga si
se trata de un acto terrorista", pervirtiendo el sentido de
"hipótesis" y elevando a la trivialidad el concepto de
"terrorismo" como si fuera determinante en este caso el "etiquetado"
de la realidad por encima de la realidad misma. De la misma forma, el uso del
"presunto" usado como si existiera alguna duda o como si la sonrisa
del propio criminal permitiera dudarlo.
Las
imágenes de la sonrisa, las del vídeo telefónico mostrándolo con paso tranquilo
y seguro, armado con un machete (no "un cuchillo de gran tamaño", que
es como decir que una escopeta es una "pistola de gran tamaño") que
quedará ensangrentado en el suelo, nos hacen ver la distancia entre los
testimonios, los hechos y lo que se nos cuenta.
Un
hecho, algo que ocurre en la realidad, es como una piedra lanzada a un lago,
produce círculos que se alejan del propio hecho que lo ha causado. La piedra va
al fondo; las ondas se alejan.
Pero
mis dudas crecen. Leo en diario El Mundo:
La Policía había extremado la vigilancia sobre Yasin Kanza hacía cuatro días. De 25 años y origen magrebí, llevaba en Algeciras desde el verano en situación irregular y su actitud «esquiva» y la elección del barrio en el que se había instalado no tardaron en llamar la atención de los agentes, que desde entonces siempre le tuvieron en su radar. Los motivos: la zona marginal en la que se movía, su «afán» por ocultarse ante la presencia de los agentes y las miradas «agresivas» a las patrullas que se acercaban a un núcleo regido por el tráfico de drogas, la inmigración ilegal y la explotación sexual. La Policía lo tenía controlado, según revelan a EL MUNDO fuentes de la investigación, pero al carecer de antecedentes delictivos únicamente podían vigilarlo.*
Mis conocimientos de la lengua española, del diccionario y la enciclopedia se tambalean. ¡Cómo no hacerlo ante expresiones como "extremado la vigilancia", "llamar la atención de los agentes", "lo tuvieron en su radar", "la Policía lo tenía controlado" o "únicamente podía vigilarlo"! Sin embargo, son las que leo y releo intentando encontrar un sentido a cada expresión que encaje con los hechos que se nos cuentan y las imágenes que lo muestra. Y esa sonrisa.
Si todo eso que se nos cuenta es cierto, hay que echarse a temblar en el caso de que no exista "vigilancia", "control", etc.
La cuestión una vez que los hechos —"presuntos" o no— están claros, queda por determinar el "móvil", qué hizo que se cometieran los ataques en las dos iglesias. No atacó supermercados ni cines, ni paradas de autobús, etc.
En la tarde de ayer, Kanza consumó un ataque a dos iglesias que ahora los agentes investigan si fue premeditado o fruto de un impulso. Mató a puñaladas a un sacristán y dejó heridas a cuatro personas, incluido un párroco, de distinta consideración. Después, fue detenido tras oponer una «gran resistencia». La Audiencia Nacional ya le investiga por terrorismo.
Aproximadamente una hora y media antes del ataque, sobre las seis de la tarde, ya había estado en la parroquia de San Isidro. Allí discutió con una feligresa de manera muy violenta, según precisan fuentes próximas la investigación de los hechos. Le recriminó sus creencias y le conminó a cambiarlas, revelan las mismas fuentes consultadas. «Tu fe no es la auténtica», gritaba a la mujer, según indicaron.*
De nuevo se tambalea mi diccionario mental y mi sentido de la realidad: ¿"investigan investigan si fue premeditado o fruto de un impulso"? ¿Cuánto tiempo tiene que pasar entre el "impulso" y la "premeditación"? ¿Podemos llamar "impulso" a alguien que discute, va a su casa y vuelve con un machete? ¿Es "impulso" el que alguien, siendo de otra religión, entre en una iglesia católica a decir a los feligreses «Tu fe no es la auténtica» y luego regrese con un machete hiriendo y matando?
Los árboles de las categorías y de lo políticamente correcto no nos dejan ver el bosque de la realidad. La vieja expresión "llamar a las cosas por su nombre" deja de tener sentido cuando estamos rodeados de categorías.
El móvil de la acción parece muy evidente: después de intentar convencer, recriminar, etc. a los feligreses durante la celebración de una misa de que su "fe no era la auténtica" y discutir sobre ello, el "muy vigilado" Kanza fue a su casa, recogió un machete y volvió a las iglesias a discutir con argumentos más contundentes causando un muerto, varios heridos, uno de ellos de gravedad.
Pero ¿por qué? ¿Y por qué esa sonrisa final?
Entiendo que se intente esclarecer si hay más gente involucrada, si formaba parte de eso que llaman un "célula", etc. Lo entiendo. Pero no lo vamos a entender correctamente cuando lo miramos desde nuestro punto de vista y no del suyo. Partan del suyo, preguntándose el por qué, es decir, por qué fue ese día a una iglesia a convencer a los cristianos de que estaban equivocados, primero, y a atacarlos después, matando.
Podemos preguntarnos si lo hizo solo o en compañía, si lo tenía pensado de hace tiempo o fue un impulso, etc. Es el cuestionario de chequeo habitual. Pero queda algo que no nos cuadra, la sonrisa.
Mientras unos especulan sobre unas cosas, yo lo haré con otra que no deja de rondarme la cabeza desde que vi la noticia, incluso, quizá desde antes, por raro que les parezca. Me refiero a las imágenes emitidas hace un par de días sobre la quema de un Corán por parte de un ultraderechista sueco y que ha vuelto a salir con motivo de la negativa de Erdogan a permitir a que Suecia entre en la OTAN. La experiencia dice que cada vez que se da este tipo de sucesos, la quema de un Corán y se difunde por los medios, se produce algún tipo de incidente. Yo trataría de saber si el "muy vigilado" Kanza vio esas imágenes y fue lo que le hizo reaccionar.
Creo haber visto al menos dos veces en el mismo día la repetición en noticiarios de la quema del Corán, algo que para una persona como Kanza puede significar algún tipo de "venganza". Creo que los medios deben informar, sí, pero una cosa es informar y otra contribuir al protagonismo de un loco que quema un Corán (también lo llamamos libertad, como han dicho los políticos suecos para lamentarlo) suministrando imágenes que son utilizadas, como hemos visto varias veces, para inflamar las mentes a través de las redes sociales. Esa imagen puede haber llegado por nuestra televisión, por la sueca o ser tomadas de allí y difundidas por todo el mundo. Saben que habrá en algún punto del globo alguien que coja un machete y se dirija a ganarse la entrada en el paraíso con una sonrisa en los labios.
Creo que los medios deberían ser conscientes, es decir, ser conscientes de su importancia y responsabilidad en la difusión de imágenes que, además de crearle problema a Suecia con Turquía, los puede acabar pagando alguien en Algeciras, bastante lejos.
Poner la cámara ante los locos para que tengan protagonismo tiene sus riesgos. El quemador de coranes crea al quemador de Biblias y viceversa. Luego se pasa del libro a los lectores y corre la sangre. Ya ocurrió con la quema de otro Corán en Estados Unidos; causó cientos de muertos por los ataques que se produjeron en diversas zonas del mundo, con asaltos de iglesias.
2/04/2011 |
Desconozco el origen del "impulso", de eso que hemos llamado (otra etiqueta) "lobo solitario". Se está produciendo un nuevo proceso de radicalización en diversos países y eso se acaba exportando (como se vuelve a olvidar) a las comunidades exteriores, que son controladas por determinados imanes radicales que prometen el paraíso con una muy hábil manipulación (recuerden nuestros atentados en Cataluña).
Es solo una hipótesis, claro; no he vigilado al "sospechoso", pero creo que sería interesante para todos —más allá del radicalismo, de si solo o acompañado— saber cuál fue el detonante y por qué esa sonrisa beatífica que se le ha quedado después del crimen. Lo es para el futuro, para poder tomar conciencia.
Sería interesante sabe si lo que comenzó en Suecia por parte de un ultraderechista quemando un Corán acabó produciendo un asesinato en Algeciras y, por supuesto, dificultó la entrada de Suecia en la OTAN. Hoy lamentamos otra muerte absurda y hay que encontrarle un sentido más allá de la "ficha" estándar, que aclara muy poco. Las etiquetas no suelen ayudar a aclarar las cosas y, sobre todo, a prevenirlas.
No sé qué hubiera pasado de no estar tan "vigilado".
* GEMA PEÑALOSA, MANUEL MARRACO, CHEMA RODRÍGUEZ y ANDRÉS MACHADO "La Policía vigilaba al magrebí que atacó a los religiosos de Algeciras" El Mundo 26/01/2023 https://www.elmundo.es/espana/2023/01/26/63d1ae31fdddffa5a38b4571.html
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