Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Nuevos
problemas para Trump. El expresidente se enfrenta a un doble problema, el
segundo impeachment y a sí mismo. Lo que antes eran abandonos de los miembros
de su administración y su staff, ahora es un peligro ante la perspectiva de la
llegada al senado. Un Trump que ha sido capaz de decir a todo el mundo lo que
debía hacer porque él lo sabía todo cuando estaba en la Casa Blanca, se
enfrenta ahora a un serio problema si cree que puede decir a los abogados lo
que deben hacer para su defensa.
El
conflicto que Trump tiene con la realidad no es fácil si no se es presidente y
él ya no lo es. Desde el principio, el peor enemigo de Trump ha sido Trump. No
lo ha sido solo por lo que hacía o decía, sino por ese deseo malsano de tratar
que los demás acepten sus fantasías como auténticas. Lo ha hecho y lo sigue
haciendo. Pero no es lo mismo contar sus fantasías ante sus seguidores que una
defensa en el Senado, donde le van a llevan la contraria unos y otros no se van
a atrever ya a respaldarle una vez perdido el poder. Se observa así la magnitud
del problema.
En la
CNN se nos ofrece hoy mismo una primicia, el abandono a unos pocos días de sus
abogados defensores:
Former President Donald Trump's five
impeachment defense attorneys have left a little more than a week before his
trial is set to begin, according to people familiar with the case, amid a
disagreement over his legal strategy.
It was a dramatic development in the second
impeachment trial for Trump, who has struggled to find lawyers willing to take
his case. And now, with legal briefs due next week and a trial set to begin
only days later, Trump is clinging to his election fraud charade and suddenly
finds himself without legal representation.
Butch Bowers and Deborah Barbier, who were
expected to be two of the lead attorneys, are no longer on the team. A source
familiar with the changes said it was a mutual decision for both to leave the
legal team. As the lead attorney, Bowers assembled the team.
Josh Howard, a North Carolina attorney who was
recently added to the team, has also left, according to another source familiar
with the changes. Johnny Gasser and Greg Harris, from South Carolina, are no
longer involved with the case, either.
No other attorneys have announced they are
working on Trump's impeachment defense.*
El empecinamiento en seguir dentro de su fantasía es malo para él, pero también es malo por contagioso para los Estados Unidos. Puede que Trump solo intente convencer a los que no puede, mientras que refuerza a aquellos que ya lo están y cuyas acciones solo le pueden complicar la vida. La cadena Euronews informa en estos momentos que las fuerzas de seguridad norteamericana están aumentando la vigilancia y protección de sus legisladores ante el creciente peligro que suponen aquellos "patriotas" que se han creído las mentiras de Trump. Las amenazas ya las han padecido los representantes republicanos que votaron a favor del impeachment
Intentar sostener ante el Senado que "le han robado las elecciones" no es solo ir contra el presidente Biden, sino hacerlo contra todas las instituciones de la democracia norteamericana, de las cámaras a los juzgados, de los gobiernos federales al Tribunal Supremo y los miles de funcionarios estatales y federales intervinientes en el proceso electoral. La fantasía de Trump hunde la democracia, la convivencia y la credibilidad de la propia presidencia. ¿Cuántas "fantasías" de Trump han sido llevadas al extremo en su mandato? Los miles de mentiras contabilizadas por los sistemas de "fact check" están ahí. La gran duda ha sido siempre sí realmente se las creía. Si las cree es un enfermo; si no las cree, un necio. Puede que sea las dos cosas, que la fabrique y las crea. ¿Por qué no?
El sentido de la realidad en Trump está determinado por su concepto del poder. Trump no ha sido ni es político en cualquiera de los sentidos habituales. Ni siquiera un "mal político" en el sentido tradicional. Para Trump la política es un territorio que se conquista y no se abandona, donde todo vale; es el poder. Trump no entiende de alternancias o relevos, solo de conquistas y reconquistas, del asedio y del morir en las murallas resistiendo, de la venganza. Todo ello lo reconoce con sus palabras y lo proclama con sus actos.
Ha tenido desplantes para hacerse una fotografía de grupos, ha corrido sin pudor para ponerse al frente de un grupo, ha dado codazos si era necesario. Hay fotos y vídeos de su mala educación, esa que le hacía ser siempre el centro, el primero.
Lo que ha hecho no tienen precedentes porque él mismo no tiene precedentes en estos niveles de la política, en la presidencia. Habría que buscar en pueblos, pero es difícil que llegue más arriba porque ese control que él ha logrado ha sido fruto de una situación específica, de una confluencia de factores que, afortunadamente, no es fácil que vuelvan a coincidir. Oportunidades y patologías juntas, ignorancia y osadía.
Nadie ha creído que pudiera hacer lo que ha hecho, llegar tan lejos, destruir tanto. Solo se ha sentido a gusto entre dictadores, entre los que no le hacían reproches ni le ponían trabas. Ha estado contento entre los aduladores, pero tampoco ha empatizado con nadie. Podía descalificar a la misma persona a la que alababa unas horas antes solo por llevarle la contraria o no repetir sus puntos de vista ante otros.
La noticia de la CNN, repetida por The New York Times y The Washington Post, nos muestra un Trump que no acepta a nada ni nadie, solo, convencido, persistente. Si la realidad no coincide con sus palabras, peor para la realidad.
¿Está cavando su final? Mientras los abogados tratan de seguir la línea de la inconstitucional del impeachment, que no cuestiona su actuación, sino el derecho a cuestionarla, a Trump esto le parece una concesión a sus enemigos, detractores o simplemente personas que no ven lo mismo que él. Los abogados tiran la toalla, abandonan a quien les arrastra a la locura y al ridículo. Un abogado puede asumir muchos puntos de vista, pero hay un límite.
Los republicanos quieren centrarse en la recuperación de las cámaras en las próximas elecciones parciales, especialmente del Senado. ¿Es la insistencia en Trump el camino? No está claro, pero sí que se considera que mucho del voto republicano es ahora "trumpista". Muchos necesitan de su apoyo para las reelecciones que les permitan permanecer en sus asientos. Por una vía o por otra, la distorsión de la política, de sus objetivos naturales, se ha producido.
Los abogados se van; unos políticos le siguen en la enorme expansión de la mentira, la crean o no; otros comienzan a distanciarse o se alejan dejando claro el por qué lo hacen: ese ya no es su partido, sino el de Trump, el de las "teorías de la conspiración", el de la otra realidad, la "alternativa", un mundo enfermizo de mentiras y autoritarismo.
Trump sigue dividiendo. Muchas guerras quedan abiertas.
* Gloria Borger, Kaitlan Collins, Jeff Zeleny
and Ashley Semler, "First on CNN: Trump's impeachment defense team leaves
less than two weeks before trial 31/01/2021
https://edition.cnn.com/2021/01/30/politics/butch-bowers-deborah-barbier-trump-impeachment-team/index.html
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