sábado, 2 de enero de 2021

Las cláusulas de olvido o de nuevo Regeni

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)




La decisión unilateral de Italia de llevar a una serie de agentes de la Seguridad egipcia ante un tribunal sigue escociendo al gobierno por el caso de Giulio Regeni, el estudiante de doctorado secuestrado, torturado y asesinado en El Cairo en enero de 2016. Fuera de su territorio, donde controla los medios y la agitación social, el gobierno se proclama como un buscador de la verdad, a la que ha contribuido inventado todo tipo de versiones contradictorias, apostando por cada una según se iban desmoronando.

Las tácticas de dilación y confusión que habitualmente le valen para imponer sus versiones en estos casos de desaparecidos nacionales, no le han funcionado al producirse el caso con un ciudadano de fuera de sus fronteras, cuya familia, allegados e instituciones no ha dejado de presionar al gobierno italiano para que no baje la guardia y acepte lo inaceptable, una tentación que sobrevuela en ocasiones este mundo hipócrita en el que los negocios valen más que los principios y las vidas humanas.

En su momento, Italia retiró a su embajador en El Cairo como gesto diplomático universal de desacuerdo con lo ofrecido (y lo no ofrecido) por el gobierno egipcio. El aviso de que Italia juzgaría en ausencia a los miembros de los Servicios de Seguridad egipcios que consideraba responsables del asesinato, causó profundo malestar en El Cairo, pues lo que más preocupa al gobierno es su imagen internacional, cuyo deterioro puede derivar en diversos escenarios complejos, complicándoles la vida dentro y fuera.




Egypt Independent, con información de Reuters, titula "Egyptian prosecution wants accusations against police excluded from Regeni case" mostrando el malestar causado en las autoridades egipcias por lo que se les ha escapado de las manos y ya no pueden controlar, un proceso del que ellas mismas han quedado fuera. Queda solo la rabieta y el rasgado de vestiduras. Se señala en el medio egipcio:

 

Egypt’s public prosecution told investigators on Wednesday to exclude Italian prosecutors’ accusations against four Egyptian policemen from case documents on the 2016 killing of an Italian student in Cairo.

The public prosecution’s comments appeared intended to signal the officers are no longer considered suspects in Egypt and that Cairo does not want Italy to prosecute them.

Giulio Regeni, a postgraduate student at Britain’s Cambridge University, disappeared in the Egyptian capital in January 2016. His body was found almost a week later and a post mortem examination showed he had been tortured before his death.

Egyptian police and Egyptian officials have denied any involvement in Regeni’s killing.

But Italian prosecutors said on Dec. 10 they planned to charge four senior members of Egypt’s security services whom they suspect of taking part in the “aggravated kidnapping” of Regeni. One of them also faces charges of “conspiracy to commit aggravated murder”, they said.

They gave the four men 20 days to respond to the charges after which, they said, they would ask a judge to indict them.

In a statement on Wednesday, Egypt’s public prosecution said “there is no point in launching a criminal case (over Regeni’s torture and killing) … due to the lack of knowledge of the perpetrator”.

It said investigative authorities should “exclude what was attributed (by Italian prosecutors) to four officers … from the papers in that incident.”

Italy’s foreign ministry described the Egyptian public prosecution’s position as “unacceptable”.

In a statement, it expressed confidence in the work of the Italian judiciary and said Italy would “continue to act in all forums, including the European Union, so that the truth about the barbaric murder of Giulio Regeni can finally emerge.”

It urged Egypt’s public prosecution to “share this need for truth” and cooperate with Italian prosecutors.*

 


Habría que estudiar algún día el papel de Reuters en Egipto, ya que sirve en muchas ocasiones para decir lo que el medio no se atreve a expresar y mucho menos a firmar. El propio diario padeció un fuerte correctivo que llevo a salir a su antiguo director y a moderar y equilibrar sus artículos. El diario permanece en estado comatoso en lo que es su propia producción, pero aprovecha cuando puede la posibilidad de reproducir información exterior, como en este caso, adulando en el titular a la fiscalía egipcia para introducir a través del texto una versión exterior de lo que ocurre con Egipto realmente. La fotografía que acompaña al texto de Reuters, con el cartel de Giulio Regeni de Amnistía Internacional, acaba de centrar el texto y la interpretación del caso.

La hipocresía de la fiscalía egipcia era de esperar. La táctica de la dilación y el aburrimiento no les ha funcionado en este caso. En general, el método egipcio consiste en sacar del país a los extranjeros molestos, mientras que los suyos desaparecen sin más, lo que condena a sus familiares y abogados a una peregrinación de comisaría en comisaría o de cárcel en cárcel hasta descubrir a dónde han llevado a sus familiares o compañeros. Si hay suerte, aparecen.



El caso Regeni es un inmenso error de información con muchos sectores involucrados, desde el presidente del Sindicato de Vendedores Callejeros, que le grabó a instancias de la Policía, a los que creyeron que el estudiante estaba allí como espía o agitador. Llegaran de donde llegaran las órdenes, los que le detuvieron querían sacar confesiones inexistentes y acabaron matándolo en el interrogatorio. La familia, preocupa, avisó a las autoridades egipcias exigiendo explicaciones de lo que claramente desde el principio se tomó como una detención. Solo esta presión hizo que el cuerpo apareciera abandonado en una cuneta. La versión inicial del atropello fue desmentida por los propios signos de tortura que el estudiante tenía en su cuerpo. Fue la primera de las diversas versiones, a cual más absurda, fabricadas por policías y fiscales. De la homosexualidad de Regeni, asesinado por algún ofendido egipcio, a la final del secuestro por una banda criminal, que fue convenientemente muerta a tiros por la Policía y en cuyas manos estaba la impoluta documentación de Regeni. Los muertos tienen poca defensa y nada que argumentar. Sigue sin explicarse porqué guardaron una documentación que les incriminaba sobre la muerte del joven, que estaba ya en periódicos de todo el mundo. En casos egipcios, todo esto es innecesario, pero cuando es un ciudadano extranjero la víctima la cuestión cambia bastante.



Ahora que los italianos han decidido prescindir de los egipcios para esclarecer el crimen, Egipto se prepara para las campañas de contrainformación hacia el interior. Lo que recoge la información citada es, una vez más, un intento de descalificar el juicio "exigiendo" que se retiren las acusaciones contra los policías egipcios a los que se considera los responsables del asesinato en todo el mundo menos en el lugar del crimen.

El asesinato de Regeni es también motivo de conflicto para el gobierno italiano, que en sus diversas versiones estos años transcurridos se ha encontrado en el punto de mira de la opinión pública en el momento en el que ha querido pasar página y dejar de complicarse la vida. La familia y de las instituciones de Derechos Humanos de todo el mundo no han bajado la guardia sabedoras de lo poco dados a complicarse la vida que son los gobiernos por estas cuestiones.

El diario italiano La Stampa recoge hoy mismo la indignación de la familia Regeni ante las pretensiones de la fiscalía egipcia. Saben que deben presionar antes de que empiecen a producirse olvidos y anomalías, reflejo de las presiones de los sectores interesados en el negocio con los egipcios, que como los saudís y otros estados árabes saben que el cliente siempre tiene razón, es decir, que la mejor forma de que se dejen de lado las cuestiones referidas a la represión y contra los Derechos Humanos es comprar e invertir. Los padres han sido muy claros:

 

Alla fine Claudio e Paola Regeni non ce l’hanno più fatta a sopportare quel governo «troppo remissivo e troppo debole», che pronuncia «parole senza azioni conseguenti» e che – dopo l’ultimo schiaffo dato all’Italia dalla procura del Cairo – invece di richiamare l’ambasciatore italiano in Egitto ha preferito autorizzare la vendita alle milizie di al-Sisi di due fregate militari Fremm da parte di Fincantieri.**

 


Lo acabamos de ver con la Francia de Macron, en donde el intelectual presidente francés decidió volverse pragmático y recibir interesantes lecciones del presidente al-Sisi sobre Derechos Humanos para admiración de la legión existente de dictadores, puede ocurrir en Italia o en cualquier otro país tentado de hacer negocios con el buen dinero que las dictaduras árabes (y no árabes) manejan.

La familia Regeni se queja de que el gobierno italiano diga una cosa y haga otra, que condene el obstruccionismo del asesinato de su hijo mientras les vende dos fragatas a la marina egipcia. Más bien teme que la compra de las dos fragatas lleve alguna cláusula de olvido escrita en letra pequeña. No tendría nada de particular, por eso es importante mantener la presión sobre las autoridades y que los fiscales y jueces puedan trabajar con completa independencia. Creen los egipcios que en Italia ocurre como en casa, que el que manda, manda de  verdad y los demás se pliegan.

Esperemos que no sea este el caso. Los italianos deberían aprender del ridículo de Macron, al que la prensa egipcia ha presentado "pidiendo disculpas a su presidente por haber ofendido a los musulmanes" por la defensa realizada de la libertad de expresión, el laicismo y la publicación de las caricaturas de Mahoma, un ejercicio hermenéutico sobresaliente en manipulación.



Esta capacidad infinita de manipulación solo es posible con un no querer ver (o aparentar no ver) la situación real. Los medios oficiales y oficialistas contribuyen a esto con sus campañas queriendo hacer ver que los demás son los que incumplen con los derechos humanos, especialmente en la Unión Europea, tanto en su conjunto como país a país. Es un ejercicio constante entre los dos argumentos: 1) la represión es guerra al terrorismo; y 2) los otros son más incumplidores. En estos momentos, el estatal Ahram Online publica un artículo sobre las violaciones de derechos humanos en las fronteras de la UE. Por supuesto, silencia la situación egipcia en todo momento, presentando a Egipto como víctima de campañas difamatorias, trato injusto y envidia ancestral.



Olvida el ilustre articulista que de lo que se trata no es de quién hace mayores tropelías, sino de lo que se hace con quienes las denuncian. Los gobiernos pueden cometer delitos, olvidos y omisiones, pero es la capacidad de denuncia, de sacar a la luz los problemas lo que caracteriza a las sociedades democráticas, entre las que desde luego no se encuentra Egipto, que sigue pensando en sus defectos como virtudes. La defensa del autoritarismo se junta con la eliminación de cualquier limitada oposición que haga sombra a al-Sisi, como se pudo ver. La vigilancia, la imposición del silencio y la acusación a los que denuncian de ser miembros de campañas extranjeras para destruir Egipto no tienen nada que ver con más amenazas que la que siente el propio poder. Lo único que no cambió desde la época de Mubarak ha sido la Policía y los servicios de inteligencia, que se han mantenido en todas las fases. Los mismos que reprimían antes lo hace ahora. ha cambiado algo (no mucho) la retórica usada, pero eso es circunstancial. El régimen sigue eliminando la oposición de cualquier tipo y enterró las posibilidades de democratización que hubo en un momento. Las enterró y ahora las encubre con maniobras de propaganda, difamación y silenciamiento según sea el caso.

El caso de Giulio Regeni es una forma de mantener alerta a la opinión pública sobre la situación de Egipto evitando así que se olviden los desaparecidos, los encerrados o los muertos en plena calle, como Shaimaa al-Sabbagh, de la que pronto se cumplirá otro triste aniversario al llegar el 25 de enero. Es importante recordar a Regeni, pero también los casos egipcios, que son muchos de activistas encerrados y desaparecidos, condenados en juicios farsa. No debe pensarse que la atención al caso Regeni es por que el mundo solo se ocupa de los extranjeros mientras que no lo hacen por los egipcios que se dejan la vida por una democracia. Hay que evitar esa sensación porque la propia propaganda oficial la fomenta para minar la moral de los que quedan resistiendo.

No hay que olvidar a Regeni ni a ninguna otra víctima del sistema represivo en Egipto. Tienen que sentir el apoyo internacional, que no son vendidos por ninguna cláusula de olvido o de silencio. La compra de ningún barco puede borrar las injusticias.

 


* "Egyptian prosecution wants accusations against police excluded from Regeni case" Egypt Independent / Reuters 1/01/2021 https://www.egyptindependent.com/egyptian-prosecution-wants-accusations-against-police-excluded-from-regeni-case/

** "I Regeni contro il governo: “Vendite di armi illegali al Cairo”" La Stampa 2/01/2021 https://www.lastampa.it/topnews/primo-piano/2021/01/02/news/i-regeni-contro-il-governo-vendite-di-armi-illegali-al-cairo-1.39722952


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