Joaquín Mª Aguirre (UCM)
De
nuevo el gobierno egipcio se lanza a la estrategia de la manipulación y el
aburrimiento. Tras cuatro años del secuestro, tortura y asesinato del
estudiante italiano Giulio Regeni, ocurrido precisamente en el aniversario de
la Revolución de 2011, el gobierno vuelve a mentir, vuelve a manipular y vuelve
a traer una oleada de indignación ante un proceder que repite una y otra vez:
la negación, la hipocresía y la manipulación informativa del propio pueblo
egipcio, al que trata de convencer de ser un punto mundial de referencia en
cualquier asunto que se tercie. La realidad es realmente otra y las acusaciones
externas contra lo que el gobierno egipcio realiza son constantes, algo que les
sirve para lastimeras e hipócritas quejas sobre las conspiraciones existentes
contra el país (ya no es contra el gobierno, para fomentar la indignación
popular), siempre creadas por la prensa y los gobiernos de otros países,
siempre injustos y siempre manipulados y al servicio de la Hermandad. Ellos,
nos repiten, son la moderación, la salvaguarda del mundo frente al
fanatismo, la paz frente a la violencia, etc. Sin embargo, la realidad es muy
diferente: detenciones, desapariciones, control de los medios, propaganda
constante, estado policial, etc.
La
noticia saltó hace dos días con la información de las discrepancias en el caso
de Regeni, una piedra en el zapato del gobierno egipcio. Mientras todo el mundo
tiene clara la responsabilidad de los servicios de seguridad del estado y el
gobierno egipcio quedó en evidencia inventando una tras otras mentiras que eran
desmontadas por los hechos y por la propia sucesión de mentiras precipitadas
con las que se intentaba frenar las investigaciones. Pero el gobierno egipcio
no puede pretender, como hace en sus fronteras, tener el monopolio de la verdad
ni condenar al silencio a los que manifiestan discrepancias. Lo que hacen sin
problemas con los ciudadanos egipcios, que deben aceptar lo dicho oficialmente
o atenerse a las consecuencias tanto físicas como legales, no funciona cuando
se trata del asesinato de un ciudadano de un país como Italia, con prensa
libre, jueces independientes y un gobierno presionado por la oposición y por la
opinión pública. De todo esto, Egipto carece. La verdad es todo lo que sale de
un portavoz oficial y los jueces rara vez se enfrentar a los políticos, convirtiendo
el régimen en un mundo burocrático de obediencia plena y loa constante al
poder, representado en un militar que ha tejido su propio mito personal con su
llamada al poder, desde el otro mundo, por parte de Sadat en un sueño. Desde
ahí, todo es loa y canto a la bota que les pisa, por seguir la metáfora de
Orwell sobre el poder. La detención en la frontera de un estudiante que llevaba
en su mochila el libro de G. Orwell, 1984, sirvió para que se viera en él
tendencias conspiratorias, por lo que se convirtió en emblema de unos y condena
de otros. Es solo una muestra de la irracionalidad política en Egipto.
El caso
Regeni es —junto con el olvidado de Shaimaa al-Sabbagh, la mártir de las rosas,
asesinada otro 25 de junio por llevar flores a los caídos en 2011 por su
aniversario— es un modelo del funcionamiento del gobierno y del sistema
egipcio: la negación y el olvido. Su teoría es siempre la misma: el
aburrimiento consigue casi todo. Han aburrido a los investigadores oficiales
italianos, a los llamados por la familia, a las instituciones internacionales
que les han condenado... a todos. Pero no han conseguido que el caso del
estudiante de doctorado se olvide. Creen que el desprecio que manifiestan hacia
las personas, el desprecio por sus vidas, es compartido por los demás y en eso
se equivocan, pero en eso consiste su necedad.
La
noticia que aparece en el diario estatal Ahram Online está escrita desde una
perspectiva hipócrita que trata de resaltar que existe un acuerdo entre ambos
países, entre los investigadores de sus fiscalías, que ha llevado a un
comunicado conjunto. El comunicado lo que revela precisamente es el profundo
desacuerdo ante los continuados intentos de alejar la acusación de los miembros
de los servicios de Seguridad egipcios, que han tenido siempre carta blanca en
secuestros, desapariciones, detenciones y torturas, como atestiguan los casos como
el de Regeni y el de miles de personas que se encuentran en las cárceles o
enterradas en lugares desconocidos.
La
vergüenza está de nuevo en los medios oficiales y afectos al régimen que dan
una interpretación sesgada y malintencionada de lo que ha ocurrido en realidad.
Los italianos se han desentendido y rechazan las falsas historias que pretenden
convertir en verdad oficial con la que cerrar el caso, urgencia constante para
evitar el deterioro de la percepción internacional.
La
versión egipcia sigue insistiendo en su última variante: una banda de delincuentes,
muertos por la Policía, eran los que tenían los documentos de Regeni. La
versión es tan absurda que no ha sido aceptada por nadie excepto por los que la
han fabricado. Recordemos que ha habido versiones anteriores más pintorescas,
como que Regeni era homosexual y fue muerto por algún viril egipcio que se
sintió ofendido. Este es un "clásico" (lo hemos comentado en algún
otro caso), en donde se presiona a la familia del muerto en comisaría para que
acepte la versión del suicidio si no quiere que se haga oficial una supuesta
homosexualidad, algo que dada la situación actual de puritanismo añade la
vergüenza al dolor por la pérdida. Mejor un suicida que un homosexual.
La versión de Ahram Online sigue insistiendo en la "cooperación" cuando precisamente los italianos se han negado a aceptar las propuestas egipcias, que han decidido dejar de investigar. La decisión de los italianos, por el contrario, es la denuncia de los cinco miembros de los Servicios de Seguridad de los que consideran que tienen pruebas suficientes como para considerar responsables del crimen. Por supuesto, el gobierno egipcio ha tratado en este tiempo de obstaculizar la investigación mediante diversas tácticas, desde mandar miles de documentos inútiles hasta lo contrario, la negativa a facilitar datos sobre ciertos números telefónicos que podrían ser rastreados en el área donde desapareció Regeni.
En
Egypt Independent se publica la noticia, pero su grado de obediencia tiene un
límite, a pesar de ser un diario al que se amenazó tras un titular que no gustó
al gobierno y que se cobró la cabeza de su director. Incapaces de manipular la
noticia como los diarios estatales, leemos el historial de versiones policiales
y después un acto osado: la transcripción de la nota emitida:
Initially, Egyptian police officials suggested
Regeni died in a road accident. However, an Italian autopsy showed that
Regeni’s body was covered with cuts, and his bones were broken, indicating that
he had been beaten with “fists, batons and hammers.”
Egypt has emphatically denied that its police
were involved in Regeni’s abduction, torture, or death.
The Regeni case has strained ties between Egypt
and Italy, which previously recalled its ambassador in Cairo over the case.
Relations were restored in August 2017, when Rome said it would return its ambassador
and continue the search for Regeni’s killers.
Given the circumstances, Egypt Independent has
translated the full statement:
Within the framework of mutual and continuous
judicial cooperation between the Egyptian Public Prosecution office and the Republic
General Prosecution office in Rome over the past years, and after many meetings
between the two sides, the most recent of which between the two investigation
teams from the two prosecutions on October 28 in Cairo and November 5 in Rome,
where each team presented to the other each its information and the results of
the investigations into the incident, after the two parties exchanged views
headed by the Egyptian Public Prosecutor and the Republic General Prosecution
of Rome; they reached the following results:
First: The Republic General Prosecution of Rome
announces its intention to conclude investigations into the incident by trying
in court five individuals belonging to security services for their individual
actions, without connection to any Egyptian governmental bodies or
institutions, and submitting their case in accordance with Italian judicial
procedures to the investigating judge in
Rome for evaluation.
The Egyptian Public Prosecution, despite its
appreciation of Italian legal procedures, nevertheless completely rejects this
suspicion and does not support it; considering that there is a lack of firm
evidence. The prosecution asserts its understanding of the independent
decisions that will be taken by The Republic General Prosecution of Rome.
Second: The Egyptian Public Prosecution
announces that it has found firm evidence that gang members committed the
robbery against the victim, as his belongings were found at the residence of
one of the gang members, and the testimonies of some witnesses supported this.
The investigations also revealed that the gang
committed similar crimes in which the victims were foreigners; among which
there is another Italian citizen, and that in committing their crimes, they
used forged documents that falsely affiliated them with an Egyptian security
agency.
Third: The Egyptian Public Prosecution affirms
that the perpetrator of the incident of killing the victim student is still
unknown, and that it will temporarily close the investigation, while
instructing the search and investigation authorities to take all necessary
measures to reach the perpetrator of the crime, and The Republic General
Prosecution of Rome understands the decision of the Egyptian Public
Prosecution.*
Queda claro que los italianos se desentienden de las versiones egipcias que han ido convirtiéndose en cada vez más absurdas tratando de atar cabos, algo que en circunstancia nacionales no tiene porqué hacer, ya que incluso la más burda no se suele contestar. Lo que se dice oficialmente es la verdad y decir lo contrario es difundir noticias falsa o tratar de desprestigiar a Egipto, ambos casos considerados como delitos.
El caso Regeni ha pasado de fase. Lo hace, además, en un momento en que el "gran amigo americano", Trump, al que le gusta abrazar dictadores, sale de la Casa Blanca. Las investigaciones italianas empezará a salir en ese juicio que se hará sin el acuerdo egipcio, que protestará y volverá a hablar de conspiraciones, falta de evidencias, etc. Es su perorata particular ante lo que le va a llegar. Italia y el mundo no aceptan sus cuentos. Recordemos que Egipto fue el primer país en respaldar la versión oficial de Arabia Saudí negando el crimen de Jamal Khashoggi, el periodista saudí asesinado por los servicios de seguridad en la embajada en Turquía. Luego el gobierno saudí se tuvo que desmentir aceptando, ante la presión internacional, la participación de sus agentes. Pero Egipto quedó en evidencia. La negación y el encubrimiento es moneda habitual en la zona. El caso Khashoggi, al igual que con Regeni, ha tenido amplio respaldo internacional para que se llegara al final en sus crímenes. Pero Egipto no tiene ningún interés porque es un mecanismo habitual del control social y del mantenimiento del poder.
Nos quedamos con ese "dadas las circunstancias" que señala Egypt Independent cuando traduce el comunicado literalmente para que pueda leerse y no circules solo la versión oficial de que todo el mundo se pliega ante la verdad egipcia. Esta fantasía es una constante en el periodo de al-Sisi, antiguo controlador de los Sistemas de Información, de la época de Mubarak y Ministro de Defensa del derrocado islamista Morsi. Su obsesión con la guerra de la información no consigue cosechar su objetivo, crear una imagen exterior que anule los hechos internos.
*
"Egypt, Italy prosecutions issue conflicting statements over Giulio
Regeni’s murder" Egypt Independent 1/12/2020
https://www.egyptindependent.com/egypt-italy-prosecutions-issue-conflicting-statements-over-giulio-regenis-murder/
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