viernes, 11 de diciembre de 2020

El mercader

Joaquín Mª Aguirre (UCM)



Como estaba previsto, los días finales del emperador Trump adquieren el formato de rebajas y saldo, de ofertas de última hora mientras sigue lanzando tinta en su huida hacia adelante basada en reclamaciones legal despreciadas (no solo rechazadas) por los jueces y criticadas por los analistas políticos, todo ello ante el desconcierto internacional.

Conforme los días se apuran para su salida, la agenda de Trump se acelera. Lo normal en estos casos de relevo es bajar el ritmo para no condicionar la política futura. Nada más alejado de lo que está haciendo Trump. Enrabietado y tratando de acumular problemas al que le sucede, la agenda presidencial descubre compromisos y sobre todo sigue con los cambalaches internacionales beneficiando a los amigos exteriores como ya lo está haciendo con los amigos a secas, a los que está indultando por lo ya hecho y a algunos por lo que podrían haber hecho y que no ha salido todavía a la luz.

La palabra "todavía" es importante. Creo que se conoce solo una parte de lo que Trump, él y sus socios, ha hecho en la sombra. Creo que en los próximos meses, tras su salida, pueden empezar a aparecer, con poco que se escarbe, una serie de negocios en la sombra. La idea es sencilla: Trump no ha hecho ni hará nada que no le beneficie de alguna manera. Y si no la había, la habrá buscado.



Si hay algo en lo que Trump no ha pensado en estos cuatro años (no deberían ser diferentes de sus décadas anteriores de vida) es en los demás. Los "demás" es un concepto amplio que va desde los familiares hasta el resto de la Humanidad. Trump lo tiene muy reducido en lo que se refiere a la capacidad de interesarse por ellos, por lo que los demás son la ocasión de conseguir sus objetivos o el obstáculo que se lo impide.

En La Vanguardia se aborda el penúltimo desaguisado planteado a la comunidad internacional, un problema más en herencia, el ya creado sobre el Sahara, con un amago de guerra en semanas anteriores que ha justificado a Marruecos la presencia militar en determinadas zonas. En el diario barcelonés, leemos de manos de su corresponsal en Estados Unidos,  Beatriz Navarro: 

En el mundo de los negocios, de donde procede Donald Trump, todos tienen un precio y lo importante, como decía Pablo Escobar, es “descubrir cuál es”. El presidente de Estados Unidos quería sumar Marruecos a la lista de países árabes que, bajo su batuta, ha normalizado relaciones con Israel. El precio que pedía Rabat no era muy difícil de averiguar: el apoyo de Washington a sus reivindicaciones sobre el Sáhara Occidental. Deal. Trato.

“He firmado una proclamación que reconoce la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental”, tuiteó ayer Trump, rompiendo en 280 caracteres con décadas de tradición diplomática. “La propuesta de autonomía de Marruecos es seria, creíble y realista, la única base para una solución justa y duradera para la paz y la prosperidad”, defendió.

A reglón seguido, Trump anunció la decisión de Marruecos e Israel de restablecer sus relaciones diplomáticas. “Un enorme paso hacia la paz en Oriente Medio”, “un gesto histórico”, celebró el líder norteamericano, que recordó que el reino alauí reconoció la independencia de EE.UU. en 1777 y es, por tanto, “adecuado” que Washington le apoye. Marruecos sigue así los pasos dados por Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Sudán, y se convierte en el cuarto país árabe que normaliza sus relaciones con el Estado hebreo bajo los auspicios de Trump, decidido a unir a la región entorno a su rivalidad hacia Irán.*




Tiene razón Navarro. Pero queda una cuestión pendiente: ¿y en qué moneda se paga y quién se lleva la ganancia? Lo cierto es que Trump es quien hace el movimiento "visible", pero ¿qué hace con la mano que queda fuera de la atención del público? Sabemos que Trump no se mueve por una "cuestión norteamericana", sino por el beneficio de Marruecos que, a su vez, supone el beneficio de Israel, que obtiene reconocimiento.

En casos anteriores, la cuestión estaba más clara. La maniobras anteriores para el reconocimiento de Israel por Arabia Saudí y Emiratos se ha saldado con ventas de armamento que hasta el momento estaba reservado por su sofisticación y poder. Los países que dan pasos hacia Israel obtienen beneficios, sí, pero cuál es el beneficio final de Trump en todo ello, una vez descontado cuestiones de Historia, Geopolítica o Paz Mundial, creíbles en cualquiera menos en él. Si todo tiene un precio, como dice Navarro, ¿dónde se cobra?




¿Qué sentido tiene que Trump esté haciendo estos movimientos de última hora en beneficio de Israel? ¿Cuál es el beneficio propio? Y propio no significa "norteamericano" sino "trumpiano".

Trump se ha deshecho de los funcionarios y ha dejado "sus" asuntos más intrincados en manos de personas de confianza (como Rudy Giuliani) o de Jared Kushner, su yerno, diseñador del "trato del siglo", la mal llamada "paz de Oriente Medio", que nunca llegará y que solo causa rechazo en los palestinos y pueblos árabes, mientras que recibe el aplauso de Israel y se compran las voluntades de los distintos países mediante chanchullos económicos y armamentísticos, como estamos viendo últimamente.

Lo que está vendiendo es un apoyo que vale millones para Marruecos. Es una "licencia" para poder hacer lo que hasta el momento tenía condena internacional por los acuerdos de las Naciones Unidas. Como ocurrió con el caso del traslado de la embajada norteamericana de Tel Aviv a Jerusalén, Trump crea un conflicto mayor que llevará a un conflicto abierto que le dará a Marruecos la capacidad de "arrasar" el Sahara, pudiendo disponer de un territorio con el beneplácito de los Estados Unidos de Trump. De nuevo, Estados Unidos podrá vender más armamento a Marruecos, por lo que sacará un beneficio. Pero volvemos a la idea, ¿qué saca Trump?




Sabemos que de las recaudaciones de fondos para las reclamaciones electorales llevadas por los abogados ha sacado millones de dólares, a los que habrá que seguir el rastro y el origen, pues proporcionarían datos interesantes. Lo que está haciendo ahora con el reconocimiento de los "derechos" marroquíes sobre el Sahara tendrá un rastro económico.

El hecho de que este tipo de gestiones esté en manos de estos gestores privados paralelos antes mencionados puede ser algo más que confianza. Los negocios de Trump, como ha mostrado la cuestión de la invisibilidad de sus declaraciones de impuestos, pueden decir mucho sobre sus acciones, quizá demasiado. Trump no va a salir arruinado de la política porque ya se habrá encargado de vigilar sus arcas. Otra cosa es que lo logre o que no se vuelva contra él.




La jugada que ha realizado con el reconocimiento de los "derechos" de Marruecos sobre el Sáhara crea un drama profundo y saca a primer término un problema que ha quedado a la sombra del de Palestina, el del pueblo saharaui. El "reconocimiento" es solo un gesto, pero tiene —como muchos otros— un valor político y un valor económico, que es el que Trump estima como valor final al que se deben convertir todos los otros.

La cuestión, evidentemente, va más allá del "arte de la negociación" y entra en el "arte del cobro", que es algo muy diferente. En el mundo de Trump, si no se gana no hay negociación que merezca ser llamada así y, puesto que ha dado muestras suficientes, el interés final no es ni moral, histórico o político. Trump cobra está cosas. Lo que está por ver es quién paga (¿Israel, Marruecos, ambos?) y cómo y cuándo se cobra.




Hace unos días saltó la noticia de una posible red de cobros por indultar a la gente antes de salir de la Casa Blanca. Está pendiente de verificación, pero no creo que a muchos les extrañe.

Es muy poco probable que Trump desaparezca de los medios tras la llegada al poder de Joe Biden. Lo que está por ver es si aparece voluntaria o involuntariamente, es decir, por narcisismo o para dar explicaciones voluntariamente o no. Quizá sus futuras aspiraciones televisivas tengan que ver con esa posibilidad de tener que dar explicaciones.

 



* Beatriz Navarro "EE.UU. apoya las ambiciones territoriales de Rabat a cambio de que se acerque a Israel" La Vanguardia 11/12/2020 https://www.lavanguardia.com/internacional/20201211/6111715/eeuu-apoya-ambiciones-rabat-cambio-se-acerque-israel.html


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