martes, 1 de diciembre de 2020

Con Paula

Joaquín Mª Aguirre (UCM)



Parece que en estos tiempos se puede dudar de todo menos de Diego Armando Maradona. Lo ha descubierto una joven futbolista, Paula Dapena, que se ha negado a participar en el minuto de silencio de homenaje mostrando su discrepancia de manera civilizada, sentada y de espaldas frente a sus compañeras. Esta en su derecho, pero parece que no lo tiene a tenor de las amenazas que ha recibido por no seguir los caminos de los seguidores de Maradona.

Vi la noticia en Televisión Española y me dio miedo y vergüenza ajena. Las imágenes que vi de la Argentina ya me causaron cierta pena, pero cada uno es dueño de gestionar su dolor con lo que le parezca más reverente. Aquello que nos apena, también nos define y marca hasta dónde podemos llegar. El espectáculo de la "religión" de Maradona hablaba por sí mismo y de quienes lo practican.



Pero el caso de la futbolista española también habla de las reacciones a lo que es su derecho, ser libre para homenajear a quien considera que lo merece o no. En RTVE leemos sus razones: 

Dapena ha querido explicar su gesto en La Hora de la 1: “Hace 4 días fue el 25N que es el día contra la violencia contra las mujeres y no se guardó ningún minuto de silencio por las víctimas. Que se quiera guardar un minuto de silencio por un jugador que es conocido por maltratar a su mujer... desde mis ideales feministas no podía rendir homenaje a una persona así”.

Tras hacerse viral la fotografía, comenzó la avalancha de críticas e insultos a Paula Dapena. Un linchamiento al que también han sido sometidas las compañeras de la protagonista de esta historia. “Que me lo hagan a mí, bueno… pero que no se metan en el Instagram de mis compañeras y amigas para insultarlas”, ha declarado Paula Dapena.* 



La imposición de la figura de Maradona como de tributo obligado es un abuso del que los medios han contribuido con sus loas constantes. Creo que nadie tiene dudas de la calidad futbolística de Maradona y no creo que nadie lo cuestione. Pero el homenaje es otra cosa. Esto no es homenaje, sino vasallaje. Y no lo es ante Maradona sino ante los que se han constituido en secta en un espectáculo que pasa de la admiración lógica del jugador a la irracionalidad alrededor de la persona. Habrá que quiera separa ambos aspectos, pero Paula ni ha podido ni ha querido. Sus prioridades en la vida son otras y más serias. Unos viven de un pasado idealizado; ella vive de cara al futuro y con conciencia clara de lo que debe o no debe hacer.

Como ella misma explica, no intentó "reventar" el homenaje; respetó a sus compañeras por hacerlo. Simplemente no participó en lo que no creía, mostrando su distanciamiento, de espaldas y sentada. Es su derecho. Pero hay gente que no opina lo mismo.

No se trata de atacar a Maradona, que está muerto y no participa en sus homenajes. Se trata de parte de sus seguidores, de los nuevos sectarios y del carácter autoritario de una parte capaz de amenazar a las personas que no participan de su entusiasmo acrítico. Me imagino y deseo que sea una pequeña parte.

Lo que ha hecho Paula Dapena es muy meritorio y valiente. Está, además, en su propio deporte, el fútbol, y a lo que se enfrenta no es sencillo. La gente que no tiene más ya ha conseguido un objetivo, perseguir a los "herejes" y "apóstatas" futbolísticos y llevarlos a la hoguera.



La escuché en sus razones y hace falta gente que dé la cara por ellas. Como sociedad vivimos en una esquizofrenia constante: cantamos unas actitudes y las contrarias. Un día condenamos la violencia contra las mujeres y al día siguiente lo obviamos. Ella ha puesto el dedo en la herida de la incongruencia de los tiempos y necesita encontrar esperanza. Lo ha hecho con su propia actitud que es firme y entera. Ella es la esperanza.

Convertir a Maradona en figura incuestionable es llevar más allá de lo simbólico su carácter "divino", una broma que muchos se han tomado en serio. Tenemos que tener cuidado con nuestras irracionalidades, con nuestras fabricaciones de mitos, porque se pueden volver contra nosotros. Demasiadas metáforas divinas para no acabar creyéndolas. 

La racionalidad la he visto en Paula. También el valor. Hay que tenerlo para enfrentarse, en franca minoría, a lo que se muestra precisamente como violencia e irracionalidad, en dogma cerrado e imposición. Por ello se ve enfrentada a insultos y amenazas, también sus compañeras a las que ellas defiende. Eso dice mucho de ella porque sabe lo que se juega. Paula ha dicho lo que muchos pensamos y ha tenido el valor de hacerlo. El que quiera homenajear a Maradona, que lo haga. Pero no obliguemos a nadie a hacerlo, no impongamos nuestros gustos convirtiéndolos en dogmas. 

Desde aquí nuestro apoyo y solidaridad. Tiene razón, no se ha inventado nada, y, especialmente, tiene derecho a tener sus principios.  



* "Paula Dapena sobre Maradona: "Desde mis ideales feministas no podía rendir homenaje a una persona así"" RTVE 31/11/2020 https://www.rtve.es/noticias/20201130/paula-dapena-maradona-posicion-feminista-rendir-homenaje-persona-asi/2058865.shtml 

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