Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Emmanuel
Macron ha perdido una ocasión de oro para ser congruente. Al dirigente francés
le gusta ser percibido como un adalid de los Derechos Humanos y las libertades,
como buen francés, pero parece ser que el empeño en defenderlos puesto con los
atentados en Francia no es el mismo si hay por medio dinero.
Toda la
prensa internacional, empezando por la francesa que es la de casa, se ha hecho
eco de la falta de contundencia sobre la defensa de los derechos humanos en la
visita del presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, que ha aprovechado la
ocasión para realizar su habitual defensa de sus métodos.
Le Monde titula "Alfombra roja sin espinas para el Mariscal al-Sisi en París" una forma expresiva de mostrar el malestar por la incongruencia de Macron. El artículo lo firman Piotr Smolar y Hélène Sallon y en él se señala:
La lutte antiterroriste, nécessité des temps modernes, est aussi un paravent derrière lequel s’abritent certains régimes autoritaires pour soumettre leur peuple. En accueillant à Paris le président égyptien Abdel Fattah Al-Sissi, lundi 7 décembre, Emmanuel Macron savait que la question des droits de l’homme ne pouvait être simplement évacuée. La conférence de presse tenue par les deux dirigeants a confirmé le dilemme posé par la nature même du régime égyptien, dont la stabilité est perçue comme un rare acquis au Moyen-Orient, malgré son coût répressif effroyable.
En insistant longuement sur les convergences
entre Paris et Le Caire, en particulier sur la Libye et la situation en
Méditerranée orientale, face aux coups de boutoir de la Turquie, Emmanuel
Macron n’a pas laissé de doute sur ses priorités. Interrogé sur l’idée de
conditionner les ventes d’armes à l’Egypte à la situation intérieure dans le
pays, il a écarté ce projet, « inefficace sur le sujet des droits de l’homme et
contre-productif dans la lutte contre le terrorisme ».*
La
contundencia en la condena del terrorismo islamista en Francia con los últimos
atentados no puede identificarse con la asimilación de la "represión"
con la "estabilidad". Es un inmenso error que tiene dos consecuencias
graves: la primera es la condena de una posible democracia en Egipto; la otra
igualmente grave es que Egipto se adapta a lo que podríamos llamar
"terrorismo sostenible", es decir, un cierto grado de violencia
terrorista permite un elevado grado de represión y de control de los militares
de por vida. No se trata de otra cosa lo que sucede en Egipto. Fueron los
mismos militares los que hicieron fracasar la "Primavera Árabe"
haciéndola inviable en medio de un caos, eliminando a los demócratas para
ofrecerse ellos como alternativa a los Hermanos Musulmanes y, finalmente,
dejando que el caos de los islamistas creara el descontento necesario para la
revuelta. No se puede ignorar que al-Sisi estaba presente, en primera línea
como Jefe de la Seguridad en el régimen represivo de Mubarak, lo estuvo como
ministro de Defensa con Morsi y finalmente lo derrocó en el "no-coup"
que le llevó finalmente al poder. Desmanteló la constitución que había
enmendado a la hecha por los islamistas (hermanos y salafistas) y la redujo a
la nada mediante las leyes de un parlamento controlado por el partido creado
para tal efecto, que encarceló a los opositores (de dentro del sistema) a los
candidatos demócratas, como al nasserista, obligándolos a todos a retirarse, a
tal punto que tuvieron que buscarle un falso contrincante entre los que le
apoyaban.
Al-Sisi
no solo lucha contra el terrorismo. Ha creado su propio sistema represivo con
el que desentenderse de cualquier circunstancia que permita un asomo de libertades
a los egipcios, más allá de cualquier acción terrorista. Ha perseguido a ateos,
a feministas, a homosexuales, a cantantes, actores, a influencers en las redes
sociales... Nadie se mueve en Egipto, ni física ni mediática ni virtualmente
sin que el régimen lo permita. Las noticias que llegan de Egipto son propaganda
o son detenciones. No hay espacio para más. Es la voluntad de activistas
jóvenes la que se está oponiendo a la inoperancia de un régimen burocrático y
anquilosado, carente de cualquier iniciativa coherente, guiado solo por la
obediencia ciega. Esa es la realidad egipcia.
No es
muy acertada la escenificación de Macron. Menos todavía estando reciente el
desacuerdo con Italia por el caso Giulio Regeni, en el que el estudiante
italiano fue secuestrado, torturado y asesinada, según la versión italiana e
internacional, por los servicios de seguridad, que le confundieron con un espía
cuando lo que hacía era su investigación doctoral. El asesinato en plana calle
de Shaimaa al-Sabbagh tampoco se puede considerar como un caso de terrorismo y
sí de cómo se las gasta la Policía en las calles, sabedoras de que de lo que
gana no han de responder ante nadie. Las acusaciones de corrupción son constantes
y el régimen se pone nervioso cuando apuntan al presidente y al gasto en
lujosos palacios mientras la pobreza aumenta.
Ayer en
Euronews, se hablaba de 60.000
encarcelados en Egipto, que se describía finalmente como "una cárcel al
aire libre". Pero el centro de la cuestión está en la argucia egipcia para
deshacerse de sus opositores con la excusa del terrorismo y la estabilidad en
la zona. En el caso de Francia, además, es su primer vendedor de armas, lo que
no deja de teñir de cierta hipocresía el recibimiento a al-Sisi y a su
justificación. Al-Sisi se permitió sus ataques a la prensa porque "mienten"
sobre lo que ocurre en Egipto. Ya sabemos que él es la verdad y todo el que
disiente acaba mal en Egipto, pero fuera se tiene que enfrentar a lo que no le
gusta escuchar. Lo que más le afecta no son las críticas sino el deterioro
exterior de la imagen egipcia, algo que necesita para mantener las prioridades
económicas con los inversores y, sobre todo, el turismo que no Egipto con
buenos ojos, tanto por la represión como por el terrorismo amenazante.
La
situación en la zona es compleja, con Libia y Siria, con Turquía e Irán
haciendo de las suyas ante las acciones de Trump, aprovechándolas o yendo en su
contra.
En Euronews
leemos:
Disagreements over human rights issues will not
prevent France from reaching economic and defense deals with Egypt, President
Emmanuel Macron said on Monday.
Macron's comments were made after he received
his Egyptian counterpart Abdel-Fattah Al-Sisi in Paris.
During their meeting, both heads of state also
expressed opposing views about the role of religious values in society.
Macron called for greater inclusiveness of
civil society in the political decision-making process in Egypt, saying it is a
better way to fight extremism than "political repression".
The pair also discussed terrorism, the conflict
in Libya and other regional issues.
Al-Sisi's visit however was criticised by some
activists.
Over 20 human rights groups denounced in a
joint statement France’s strategic partnership with Egypt, saying the country
is "abusively using counter-terrorism legislation to eradicate the
legitimate work in favor of human rights and suppress all peaceful dissent in
the country.”
A demonstration is expected on Tuesday in Paris
near the National Assembly.**
Macron ha dañado su imagen y, lo que es peor, ha mandado un mensaje de tibieza y confusión a la zona. Todo es posible en nombre del "contra terrorismo". Basta con elevar esa bandera para que todo quede justificado. Y hay límites.
Lo
cierto es que por mucha estabilidad que se piense que aporta Egipto, la
situación está enormemente complicada. El régimen se perpetúa y lo hace, si es
necesario, creando nuevos conflictos que mantengan a Europa a distancia. Se alienta,
por ambos lados —régimen y todo tipo de opositores— el rechazo a Europa y a
Estados Unidos, a los que se presenta como fundadores del terrorismo, por un
lado, y como destructores de los valores musulmanes por otro. Los pocos demócratas
existentes sobre el terreno se sienten ignorados cuando no traicionados por los
países que, como hace ahora Francia, abrazan a los que les encarcelan. ¿Qué
sentido tiene luchar por la democracia —se preguntan— si resulta ser aliada de
la dictadura?
Egipto
ha aprendido a vivir del terrorismo para mantenerse. De la misma forma, otros
países de la zona han desarrollado sus propias estrategias, que van desde abrir
las fronteras a comprar armamento o invertir, según se vea en los países que
les critican. Sadam lo hacía. Han comprendido con claridad que Europa les deja
hacer lo que quieren por el temor a que se expandan los conflictos en la zona y
nos lleguen. Pero siempre nos llegan. Ya Gadafi amenazaba con dejar pasar a los
inmigrantes, cosa que están haciendo otros hoy cuando quieren conseguir algún
objetivo, de armamento a inversiones. Eso lo ha hecho Erdogan constantemente y
ya se ha visto cómo acaba.
En Egypt Independent, con materiales de Reuters, podemos leer la interpretación del otro lado:
The partnership came under strain in November
after anger in Egypt over Macron’s defense of caricatures depicting the Prophet
Mohammad, considered blasphemous by Muslims.
“This tarnishes the image of France in the eyes
of democracy in Egypt and the region especially when Macron stands up against
violence and extremism in France and then gives long statements about values,”
said Amr Magdi, a researcher at Human Right Watch.
“But when he is tested in Egypt and the region
he sides with the oppressors and not values he says he is defending.”
French parliamentary recommendations to the
government in November aimed at toughening controls on weapons sales overseas –
a particularly opaque system in France – highlighted the deals with Egypt. The
report said some of the equipment sold was being used for an internal
crackdown.***
Pero Macron ha ignorado estas circunstancias, mostrando que la venta de armas es un negocio intocable para Francia, que mira la política con especial atención a la situación de la clientela de su negocio de armamento. El cliente siempre tiene razón.
El titular principal de Egypt Indepenedent, en cambio, nos ofrece una versión muy diferente de cómo funciona la propaganda: "After meeting with Sisi, Macron expresses regret over impact of Charlie Hebdo cartoons on Muslims"****. Se presenta así la cuestión desde una perspectiva heroica: al-Sisi ha logrado que Francia "se disculpe" por la publicación de las caricaturas. Da igual que en el cuerpo de la noticia se explique de otra manera; el titular es el titular, el punto de resalte y lo que una mayoría ve sin preocuparse del resto. De esta forma, quien regresa victorioso es al-Sisi, al que los musulmanes percibirán como el héroe que hizo que el odioso Macron se disculpara ante todos los musulmanes. En la calle, todo esto se ve de otra manera: el presidente ha ido a decirle a Macron que deje de ofender a los musulmanes y el francés se ha disculpado.
Así funcionan los medios cuando están al servicio del poder. Por mucho manejo de la imagen que Macron tenga, es un niño inocente al lado de quien ha manejado los servicios de Seguridad egipcios y lleva dando clases teóricas sobre la batalla de los medios desde que llegó al poder. "Hay una guerra en los medios", se ha cansado de repetir al-Sisi. Su forma de luchar es el control de los medios nacionales, que actúan como propaganda, el silenciamiento de los medios adversos por compra, cierre, sanción o encarcelamiento de los responsables y, finalmente, retorcer lo que interese hasta que sea adecuado a los objetivos. Un plan sencillo si se tiene la fuerza que ahora Macron intenta pasar por alto.
La "alfombra roja" a al-Sisi es un mal ejemplo político y una mala jugada estratégica a medio y largo plazo. Si el determinante es el gasto militar, el ejemplo ya es pésimo, porque nos muestra con claridad que este conflicto y los demás de la zona no se acabarán nunca. Ya lo ha hecho Estados Unidos en la zona, vendiendo armamento sofisticado a países cuyo respeto de los Derechos Humanos es nulo. Eso lo ha hecho Trump, pensamos. Pero ahora Macron queda también en evidencia.
Los conflictos no solo no se solucionan, sino que van a más. Seguirán yendo así si se convierten en un suculento negocio de unos y otros. La violencia justifica la represión y con ella queda estabilizado el sistema. La paz es un concepto sobrevalorado cuando a nadie le renta; los derechos humanos un lujo que solo se permiten unos pocos, como dijo una vez al-Sisi. Algunos han descubierto que Europa se inquieta mucho con los conflictos y sonríe y aplaude a los dictadores, confiando que ellos serán los que nos guarde. Tremendo error que no solo nos rebaja, sino que nos convierte en dependientes de unos y otros.
* Piotr Smolar y Hélène Sallon "Egypte :
tapis rouge sans épines pour le maréchal Sissi à Paris" Le Monde 8/12/2020
https://www.lemonde.fr/afrique/article/2020/12/08/egypte-tapis-rouge-sans-epines-pour-le-marechal-sissi-a-paris_6062608_3212.html
** " France to deepen relations with Egypt despite human rights divergences " Euronews 7/12/2020 https://www.euronews.com/2020/12/07/france-to-deepen-relations-with-egypt-despite-human-rights-divergences
*** "As Sisi heads to France, Macron faces Egyptian human rights quandary" Egypt Independent 7/12/2020 https://www.egyptindependent.com/as-sisi-heads-to-france-macron-faces-egyptian-human-rights-quandary/
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