martes, 8 de diciembre de 2020

La visita de al-Sisi a París o Macron en evidencia

Joaquín Mª Aguirre (UCM)



Emmanuel Macron ha perdido una ocasión de oro para ser congruente. Al dirigente francés le gusta ser percibido como un adalid de los Derechos Humanos y las libertades, como buen francés, pero parece ser que el empeño en defenderlos puesto con los atentados en Francia no es el mismo si hay por medio dinero.

Toda la prensa internacional, empezando por la francesa que es la de casa, se ha hecho eco de la falta de contundencia sobre la defensa de los derechos humanos en la visita del presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, que ha aprovechado la ocasión para realizar su habitual defensa de sus métodos.

Le Monde titula "Alfombra roja sin espinas para el Mariscal al-Sisi en París" una forma expresiva de mostrar el malestar por la incongruencia de Macron. El artículo lo firman Piotr Smolar y Hélène Sallon y en él se señala: 

La lutte antiterroriste, nécessité des temps modernes, est aussi un paravent derrière lequel s’abritent certains régimes autoritaires pour soumettre leur peuple. En accueillant à Paris le président égyptien Abdel Fattah Al-Sissi, lundi 7 décembre, Emmanuel ­Macron savait que la question des droits de l’homme ne pouvait être simplement évacuée. La conférence de presse tenue par les deux dirigeants a confirmé le dilemme posé par la nature même du régime égyptien, dont la stabilité est perçue comme un rare acquis au Moyen-Orient, malgré son coût répressif effroyable. 

En insistant longuement sur les convergences entre Paris et Le Caire, en particulier sur la Libye et la situation en Méditerranée orientale, face aux coups de boutoir de la Turquie, Emmanuel Macron n’a pas laissé de doute sur ses priorités. Interrogé sur l’idée de conditionner les ventes d’armes à l’Egypte à la situation intérieure dans le pays, il a écarté ce projet, « inefficace sur le sujet des droits de l’homme et contre-productif dans la lutte contre le terrorisme ».*

 

La contundencia en la condena del terrorismo islamista en Francia con los últimos atentados no puede identificarse con la asimilación de la "represión" con la "estabilidad". Es un inmenso error que tiene dos consecuencias graves: la primera es la condena de una posible democracia en Egipto; la otra igualmente grave es que Egipto se adapta a lo que podríamos llamar "terrorismo sostenible", es decir, un cierto grado de violencia terrorista permite un elevado grado de represión y de control de los militares de por vida. No se trata de otra cosa lo que sucede en Egipto. Fueron los mismos militares los que hicieron fracasar la "Primavera Árabe" haciéndola inviable en medio de un caos, eliminando a los demócratas para ofrecerse ellos como alternativa a los Hermanos Musulmanes y, finalmente, dejando que el caos de los islamistas creara el descontento necesario para la revuelta. No se puede ignorar que al-Sisi estaba presente, en primera línea como Jefe de la Seguridad en el régimen represivo de Mubarak, lo estuvo como ministro de Defensa con Morsi y finalmente lo derrocó en el "no-coup" que le llevó finalmente al poder. Desmanteló la constitución que había enmendado a la hecha por los islamistas (hermanos y salafistas) y la redujo a la nada mediante las leyes de un parlamento controlado por el partido creado para tal efecto, que encarceló a los opositores (de dentro del sistema) a los candidatos demócratas, como al nasserista, obligándolos a todos a retirarse, a tal punto que tuvieron que buscarle un falso contrincante entre los que le apoyaban.

Al-Sisi no solo lucha contra el terrorismo. Ha creado su propio sistema represivo con el que desentenderse de cualquier circunstancia que permita un asomo de libertades a los egipcios, más allá de cualquier acción terrorista. Ha perseguido a ateos, a feministas, a homosexuales, a cantantes, actores, a influencers en las redes sociales... Nadie se mueve en Egipto, ni física ni mediática ni virtualmente sin que el régimen lo permita. Las noticias que llegan de Egipto son propaganda o son detenciones. No hay espacio para más. Es la voluntad de activistas jóvenes la que se está oponiendo a la inoperancia de un régimen burocrático y anquilosado, carente de cualquier iniciativa coherente, guiado solo por la obediencia ciega. Esa es la realidad egipcia.


No es muy acertada la escenificación de Macron. Menos todavía estando reciente el desacuerdo con Italia por el caso Giulio Regeni, en el que el estudiante italiano fue secuestrado, torturado y asesinada, según la versión italiana e internacional, por los servicios de seguridad, que le confundieron con un espía cuando lo que hacía era su investigación doctoral. El asesinato en plana calle de Shaimaa al-Sabbagh tampoco se puede considerar como un caso de terrorismo y sí de cómo se las gasta la Policía en las calles, sabedoras de que de lo que gana no han de responder ante nadie. Las acusaciones de corrupción son constantes y el régimen se pone nervioso cuando apuntan al presidente y al gasto en lujosos palacios mientras la pobreza aumenta.

Ayer en Euronews, se hablaba de 60.000 encarcelados en Egipto, que se describía finalmente como "una cárcel al aire libre". Pero el centro de la cuestión está en la argucia egipcia para deshacerse de sus opositores con la excusa del terrorismo y la estabilidad en la zona. En el caso de Francia, además, es su primer vendedor de armas, lo que no deja de teñir de cierta hipocresía el recibimiento a al-Sisi y a su justificación. Al-Sisi se permitió sus ataques a la prensa porque "mienten" sobre lo que ocurre en Egipto. Ya sabemos que él es la verdad y todo el que disiente acaba mal en Egipto, pero fuera se tiene que enfrentar a lo que no le gusta escuchar. Lo que más le afecta no son las críticas sino el deterioro exterior de la imagen egipcia, algo que necesita para mantener las prioridades económicas con los inversores y, sobre todo, el turismo que no Egipto con buenos ojos, tanto por la represión como por el terrorismo amenazante.



La situación en la zona es compleja, con Libia y Siria, con Turquía e Irán haciendo de las suyas ante las acciones de Trump, aprovechándolas o yendo en su contra.

En Euronews leemos:

Disagreements over human rights issues will not prevent France from reaching economic and defense deals with Egypt, President Emmanuel Macron said on Monday.

Macron's comments were made after he received his Egyptian counterpart Abdel-Fattah Al-Sisi in Paris.

During their meeting, both heads of state also expressed opposing views about the role of religious values in society.

Macron called for greater inclusiveness of civil society in the political decision-making process in Egypt, saying it is a better way to fight extremism than "political repression".

The pair also discussed terrorism, the conflict in Libya and other regional issues.

Al-Sisi's visit however was criticised by some activists.

Over 20 human rights groups denounced in a joint statement France’s strategic partnership with Egypt, saying the country is "abusively using counter-terrorism legislation to eradicate the legitimate work in favor of human rights and suppress all peaceful dissent in the country.”

A demonstration is expected on Tuesday in Paris near the National Assembly.**

 


Macron ha dañado su imagen y, lo que es peor, ha mandado un mensaje de tibieza y confusión a la zona. Todo es posible en nombre del "contra terrorismo". Basta con elevar esa bandera para que todo quede justificado. Y hay límites.

Lo cierto es que por mucha estabilidad que se piense que aporta Egipto, la situación está enormemente complicada. El régimen se perpetúa y lo hace, si es necesario, creando nuevos conflictos que mantengan a Europa a distancia. Se alienta, por ambos lados —régimen y todo tipo de opositores— el rechazo a Europa y a Estados Unidos, a los que se presenta como fundadores del terrorismo, por un lado, y como destructores de los valores musulmanes por otro. Los pocos demócratas existentes sobre el terreno se sienten ignorados cuando no traicionados por los países que, como hace ahora Francia, abrazan a los que les encarcelan. ¿Qué sentido tiene luchar por la democracia —se preguntan— si resulta ser aliada de la dictadura?

Egipto ha aprendido a vivir del terrorismo para mantenerse. De la misma forma, otros países de la zona han desarrollado sus propias estrategias, que van desde abrir las fronteras a comprar armamento o invertir, según se vea en los países que les critican. Sadam lo hacía. Han comprendido con claridad que Europa les deja hacer lo que quieren por el temor a que se expandan los conflictos en la zona y nos lleguen. Pero siempre nos llegan. Ya Gadafi amenazaba con dejar pasar a los inmigrantes, cosa que están haciendo otros hoy cuando quieren conseguir algún objetivo, de armamento a inversiones. Eso lo ha hecho Erdogan constantemente y ya se ha visto cómo acaba.

En Egypt Independent, con materiales de Reuters, podemos leer la interpretación del otro lado: 

The partnership came under strain in November after anger in Egypt over Macron’s defense of caricatures depicting the Prophet Mohammad, considered blasphemous by Muslims.

“This tarnishes the image of France in the eyes of democracy in Egypt and the region especially when Macron stands up against violence and extremism in France and then gives long statements about values,” said Amr Magdi, a researcher at Human Right Watch.

“But when he is tested in Egypt and the region he sides with the oppressors and not values he says he is defending.”

French parliamentary recommendations to the government in November aimed at toughening controls on weapons sales overseas – a particularly opaque system in France – highlighted the deals with Egypt. The report said some of the equipment sold was being used for an internal crackdown.***

 


Pero Macron ha ignorado estas circunstancias, mostrando que la venta de armas es un negocio intocable para Francia, que mira la política con especial atención a la situación de la clientela de su negocio de armamento. El cliente siempre tiene razón.

El titular principal de Egypt Indepenedent, en cambio, nos ofrece una versión muy diferente de cómo funciona la propaganda: "After meeting with Sisi, Macron expresses regret over impact of Charlie Hebdo cartoons on Muslims"****. Se presenta así la cuestión desde una perspectiva heroica: al-Sisi ha logrado que Francia "se disculpe" por la publicación de las caricaturas. Da igual que en el cuerpo de la noticia se explique de otra manera; el titular es el titular, el punto de resalte y lo que una mayoría ve sin preocuparse del resto. De esta forma, quien regresa victorioso es al-Sisi, al que los musulmanes percibirán como el héroe que hizo que el odioso Macron se disculpara ante todos los musulmanes. En la calle, todo esto se ve de otra manera: el presidente ha ido a decirle a Macron que deje de ofender a los musulmanes y el francés se ha disculpado.

Así funcionan los medios cuando están al servicio del poder. Por mucho manejo de la imagen que Macron tenga, es un niño inocente al lado de quien ha manejado los servicios de Seguridad egipcios y lleva dando clases teóricas sobre la batalla de los medios desde que llegó al poder. "Hay una guerra en los medios", se ha cansado de repetir al-Sisi. Su forma de luchar es el control de los medios nacionales, que actúan como propaganda, el silenciamiento de los medios adversos por compra, cierre, sanción o encarcelamiento de los responsables y, finalmente, retorcer lo que interese hasta que sea adecuado a los objetivos. Un plan sencillo si se tiene la fuerza que ahora Macron intenta pasar por alto.


La "alfombra roja" a al-Sisi es un mal ejemplo político y una mala jugada estratégica a medio y largo plazo. Si el determinante es el gasto militar, el ejemplo ya es pésimo, porque nos muestra con claridad que este conflicto y los demás de la zona no se acabarán nunca. Ya lo ha hecho Estados Unidos en la zona, vendiendo armamento sofisticado a países cuyo respeto de los Derechos Humanos es nulo. Eso lo ha hecho Trump, pensamos. Pero ahora Macron queda también en evidencia.

Los conflictos no solo no se solucionan, sino que van a más. Seguirán yendo así si se convierten en un suculento negocio de unos y otros. La violencia justifica la represión y con ella queda estabilizado el sistema. La paz es un concepto sobrevalorado cuando a nadie le renta; los derechos humanos un lujo que solo se permiten unos pocos, como dijo una vez al-Sisi. Algunos han descubierto que Europa se inquieta mucho con los conflictos y sonríe y aplaude a los dictadores, confiando que ellos serán los que nos guarde. Tremendo error que no solo nos rebaja, sino que nos convierte en dependientes de unos y otros.

 

Le Monde

* Piotr Smolar y Hélène Sallon "Egypte : tapis rouge sans épines pour le maréchal Sissi à Paris" Le Monde 8/12/2020 https://www.lemonde.fr/afrique/article/2020/12/08/egypte-tapis-rouge-sans-epines-pour-le-marechal-sissi-a-paris_6062608_3212.html

** " France to deepen relations with Egypt despite human rights divergences " Euronews 7/12/2020 https://www.euronews.com/2020/12/07/france-to-deepen-relations-with-egypt-despite-human-rights-divergences

*** "As Sisi heads to France, Macron faces Egyptian human rights quandary" Egypt Independent 7/12/2020 https://www.egyptindependent.com/as-sisi-heads-to-france-macron-faces-egyptian-human-rights-quandary/



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