lunes, 1 de junio de 2020

Dos casos italianos

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
¿La "economía" o la "salud"? Esta ha sido una de las cuestiones que se han planteado en la trastienda más que a la luz. ¿Qué significan esas dos palabras según quien las diga? Hemos visto los enfrentamientos en países y ciudades a cuenta de su significado; hemos leído y escuchado debatir sobre ellas de forma más o menos descarnada hasta acumularse los muertos.
Los medios nos mostraban ayer y hoy al entrenador del club de fútbol italiano, el Atalanta, cuyo encuentro internacional de Liga de Campeones con el Valencia ha sido uno de los focos seguros de expansión del contagio del COVID-19. Gian Piero Gasperini puede presumir de haber sido un agente de transmisión y puede dar gracias por no saber quiénes son sus víctimas. Él también estaba del lado de la "economía", según se desprende de la actitud mostrada al relatar los hechos. En ABC leemos:

"Hace unos días me hicieron las pruebas que me confirmaron que tuve la enfermedad (COVID-19). Recuerdo que el día antes del partido de Valencia estaba enfermo. Por la tarde, peor. Y cuando volvimos a Italia me sentía hecho pedazos", expuso Gasperini en una entrevista que este domingo publica La Gazzetta dello Sport.
El entrenador del Atalanta aseguró que "estaba fatal" durante el encuentro. "En el banquillo tenía mala cara. Era el 10 de marzo y las dos noches siguientes apenas dormí. Me sentía en pedazos y cada dos minutos pasaba una ambulancia, parecía la guerra. Pensaba: ¿si voy al hospital, qué me pasará?", dijo Gasperini.
Reconoció también que perdió el sentido del gusto y del olfato y que incluso llegó a temer por su vida. Hace diez días supo, por un test, que había superado la COVID-19.
Pese a haber sufrido la enfermedad en primera persona, Gasperini se mostró partidario de reanudar la competición.*



Quizá hemos perdido el rumbo, pero es posible leer "¿si voy al hospital, qué me pasará?" sin que empiece a generarse la indignación. La pregunta no fue "si no voy a un hospital, ¿qué me pasará"? o "¿qué le pasara a los otros?". No, esas preguntas son de personas preocupadas por la salud propia y ajena, algo que a Gasperini, tan preocupado por lo trascendental, el resultado, no le afectan. Gasperini ha sido tan cobarde e irresponsable —no se le puede catalogar de otra manera— que dice haberse hecho el test hace unos días, pasados ya unos meses, quizá porque se le va a exigir para que la liga italiana salga adelante. No creo que alguien con los síntomas tan claros se realice varios meses después las pruebas por otros motivos que los de  poder seguir al frente del equipo. Si el Atalanta tuviera un mínimo de sentido común, se desprendería de un entrenador tan comprometido con la salud de sus jugadores o, simplemente, del resto de las personas. Gasperini debería estar en la calle y ser sancionado por irresponsable. Pero quizá sus jefes le premien, consideren que la clasificación de su equipo merece cualquier sacrificio, especialmente, el ajeno. Es sencillo.


El COVID-19 ha obligado a tomar decisiones que nunca se producen en el vacío, sino bajo presiones distintas. Y eso vale para tomar decisiones sobre una manifestación, un partido internacional de fútbol, el cierre del turismo, las restricciones de vuelos o la salida a pasear de los niños y ancianos.
La alternativa "economía" frente a "salud" no es la misma según se sea un accionista o un empleado de la fábrica. Recuerdo haber comentado aquí los que proponían confinar a los trabajadores de las plantas de procesado de carne en los Estados Unidos en las mismas fábricas, así no se pararía el sistema productivo. Son estas las cuestiones que marcan el nivel moral de los que toman las decisiones en los países, los que de verdad las toman.
Una y otra vez vemos repetido mismo el patrón de los intereses, de los hacinados trabajadores inmigrantes de Singapur a los de Estados Unidos o en los Emiratos. Allí donde se ha podido o se han dejado, se ha impuesto el modelo económico hasta que ha dejado de tener sentido por la parada general.


La Vanguardia publicaba ayer un interesante artículo sobre lo ocurrido en la región de Bérgamo, situada en pleno centro de lo que fue el inicio de la epidemia en Italia. Su título es "Bérgamo, el epicentro busca respuestas" y está firmado por Anna Buj. Tras hacer un recorrido poniéndoles cara a las víctimas, contagiados y muertos, recordando algunas historias personales (¡qué enfermedad no es personal!), trata de encontrar explicación al porqué de algunas decisiones que en Bérgamo fueron diferentes:

Los líderes locales de Confindustria –la patronal– afirmaban que era indispensable mantener abiertas las empresas para no dar una mala señal al extranjero, según publica Il Post. Días después, alcaldes de la provincia, entre ellos el de Bérgamo, difundieron un spot publicitario llamado “Bérgamo no se para”, animando a los ciudadanos a seguir con normalidad. Todo cambió el 2 de marzo: la provincia de Bérgamo ya tenía 508 contagios. El Instituto Superior de Sanidad recomendó crear una nueva zona roja, por lo menos en Alzano Lombardo y Nembro, otro pueblo adyacente, reconstruye el citado diario.
[...]
Además de su particularidad urbanística, la provincia de Bérgamo es de las más industrializadas de Italia. Sólo en Alzano Lombardo y Nembro hay alrededor de 3.700 trabajadores de 376 empresas, algunas de gran relevancia como Persico Spa, una enorme multinacional italiana. El presidente de Confindustria Lombardía también ha sido citado ante la fiscalía, que estudia si hubo presiones de empresarios para que no se declarasen estas zonas rojas donde se hubiera parado la producción. “Las presiones duraron sólo dos días. Luego todos estaban convencidos de cerrar”, asegura Bonassi, sin decir nombres. Al final, las fábricas no esenciales de Bérgamo cerraron a la vez que el resto de Italia, el 21 de marzo. Entonces morían en Italia casi 800 personas al día.**



Dos días. Los contagios pueden ser muchos en dos días. Pero es sobre todo la actitud y la mentalidad que refleja. La capacidad de presión puede venir de sectores empresariales o de un partido político. Los criterios que se tomen pueden estar definidos por intereses más allá de la salud pública y disfrazarse de muchas cosas, hasta de "libertad" y "derechos constitucionales". Nunca es fácil establecer los criterios entre lo individual y lo colectivo, pero lo individual no puede ser egoísta ni lo colectivo anulador.


La cuestión la podemos percibir en estos "dos casos italianos", el egoísmo irresponsable del entrenador Gasperini y la irresponsabilidad de los sectores industriales y de los políticos de la Liga Norte, por más que se disfracen de "bien común". El uno siguió adelante sabiendo que estaba enfermo y se lo ocultó a los jugadores, sus más próximos, y a todos los demás. Decían en televisión que se sabe cuántos jugadores del Valencia cayeron enfermos, pero no cuántos del Atalanta. No debe ser muy difícil saberlo, pero muy bien se deben encontrar todos si están deseando empezar la competición. Esperemos que no hagan lo mismo que su entrenador, ocultar su estado para que el espectáculo continúe.
Los muertos se añaden a este otro espectáculo diario, que también continúa con actitudes irresponsables de muchos. Hablamos de Italia, pero podríamos hablar de muchos otros sitios en los que se ha tratado de mantener una "economía" interesada por encima de la salud pública. Hay que aprender de los errores. Esto durará lo que nuestros errores lo prolonguen. No podemos, como quieren algunos, acostumbrarnos a muertes diarias mientras no se colapse el sistema sanitario. La "economía" es la forma de vivir, no lo intereses de algunos o de muchos. Las actividades, las que sean, tiene que reorientarse a la seguridad para evitar riesgos. 
Por eso es importante ir a estos orígenes de los casos, allí o aquí, tratar de evitar repetirlos. Hay que recordar, como hacen muchos medios, que son personas las que mueren, recordando nombres y apellidos, fotografías, historias... Hay que rehumanizar a los que han perdido la vida para no olvidarlos ni como personas ni como víctimas del coronavirus o de nuestras negligencias e intereses.



*  Anna Buj "Bérgamo, el epicentro busca respuestas" La Vanguardia 31/05/2020
https://www.lavanguardia.com/internacional/20200531/481491241907/bergamo-el-epicentro-busca-respuestas.html
** "El entrenador del Atalanta admite que en Mestalla «estaba enfermo»" ABC / EFE 31/05/2020 https://www.abc.es/deportes/futbol/abci-entrenador-atalanta-admite-mestallaestaba-enfermo-202005311546_noticia.html




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