Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Los
actos de homenaje al personal sanitario con motivo de sus esfuerzos durante la
pandemia se suelen producir por todo el mundo. Ya sea saliendo a los balcones,
a través de reportajes o mediante premios relevantes, el trabajo de muchos
sectores ha adquirido reconocimiento público y ha hecho que muchas personas se
sientan agradecidas a la vista de los sacrificios y la exposición continua. Por
su parte, el personal sanitario ha devuelto la energía que se les transmitía
espontáneamente desde la sociedad.
Con
todo, la frase que más se escucha es la de "nos somos héroes", una
idea que a muchos les podrá parecer modestia, pero que encierra muchos estados
de ánimo en una profesión que ha sido maltratada desde la esfera pública
mediante recortes de plantillas y recursos, especialmente en el sector público
desde hace años. Es un sector, pues, que ya tenía su guerra, cuyo sentido real
hemos podido comprender todos con lo que está sucediendo. No han sido solo cuestión
de recortes. Desde hace tiempo, el sector estaba bastante revuelto por las
continuas agresiones al personal dentro de los mismos hospitales, lo que llevó
a instalar servicios de seguridad en las urgencias. No están lejos estos titulares
que hoy debemos recordar.
Lejos
de España y nuestras polémicas, me ha llamado la atención el artículo publicado
por el diario estatal egipcio Al Ahram, con el titular "Angels on
the Corona frontline: Challenges facing nurses in Egypt". El artículo
contiene una entrevista con la Doctora Kawthar Mahmoud, jefa del Sindicato de
Enfermeras.
El artículo se mueve por el terreno del elogio, como se
puede ver desde el título, pero hacia el final da un brusco giro, el de la
estigmatización de las enfermeras:
Stigma and misconceptions around nurses has
long been a problem to the nursing community.
“For long we suffered from dramas and movies
that offend nurses by presenting an erroneous image of them. This had never
been acceptable. We asked that any drama depicting nurses should be approved by
the syndicate, to avoid stigmatisation against our nurses, who should actually
be treated with utmost respect. In a country like the Philippines nurses are
considered national assets, with more than 10,000 of them working all over the
world each year, being ambassadors for their country and contributing to its
national income with foreign currency,” Dr Kawthar said.
Podrían sorprender estas afirmaciones de la jefa del Sindicato de Enfermería, pero las polémicas en una sociedad como la egipcia, siempre tan preocupada de su imagen personal, nacional o sectorial hacen que sea algo posible y frecuente en ocasiones.
La causa del enfado, aunque se exprese en plural, tiene su origen en la polémica respecto a una película que, según parece, sigue todavía coleando en las instituciones sectoriales egipcias.
El 21 de abril, el diario EG24 News, leíamos el siguiente titular "Doras movie raises a crisis in Egypt .. and the nurses’ union demands the intervention of Sisi – Our Life – Celebrities". El artículo era uno más de los que por todo la región de Oriente Medios se daba cuenta del escándalo egipcio a cuenta de la ficción y las enfermeras:
“Day and Night” caused an uproar in Egypt after
it was recently shown on social media and YouTube platforms, although it raised
cinemas some time ago, only a few days ago, and it did not achieve any public
success.
The film crisis – which stars Dora, Khaled Al
Nabawi, Hanan Mutawa and Ahmed Al-Fishawi – led by the Egyptian Nurse Syndicate
to work because of the role of the star Dora – in particular – which embodied
the personality of a poor and divorced nurse in the hospital with doctors due
to the cause Physical deficiency, as well as – and some of her colleagues –
steal medicines for patients to sell and earn from them financially.
The Egyptian Nurses Syndicate accused the film
of insulting the profession, and it came to the conclusion that the captain of
the Nursing General, Dr. Kawthar Mahmoud, described the film as very “abusive”.
And she called on Egyptian President Abdel Fattah Al-Sisi to intervene and
upload the film from any medium. “The Egyptian drama does not spare the nurses
and do not respect them,” the nurses’ captain added in an angry statement on TV
programs.
For her part, the artist Dora confirmed to
“Emirates Today” that she respects any profession related to the medical device
in the world and Egypt in these difficult circumstances, “They are the angels
of mercy who sacrifice their lives for the sake of patients, and of course we
cannot offend any group, so everyone has their respect.” She stressed the need
to separate the role the artist offers, drama, and accusations of abuse,
because in the end the actor only presents a fictional character.
For his part, the film’s producer and author,
Yahya Fekry, said in exclusive statements to “Emirates Today” that the work is
exposed to several negative patterns of corruption. He added, “There is no
discussion or debate that nursing is a respectable profession and honors anyone
and we all sanctify them, and there is no intention to abuse the film.”**
La llamada a la intervención de al-Sisi muestra ese sentido que se le quiere dar a la figura presidencial, un arreglador de problemas. El verse retratados en un personaje de ficción, que hablaba de algo más general como de la corrupción médica, que no es un tema trivial, es muy característicos de los que consideran que es su obligación velar por el buen nombre. Las enfermeras egipcias están por encima de un personajes, pero las instituciones que las representan y controlan participan en esta ofensa colectiva.
Los sindicatos juegan un papel especial dentro de la
sociedad egipcia y los sanitarios son especialmente conservadores en una sociedad
que lo es en alto grado. Sorprende el ejemplo filipino precisamente porque se alaba a las
que están fuera del país, valorando el retorno económico que suponen para la
economía.
Que los sindicatos de enfermería traten de controlar su
imagen en las películas no deja de ser algo extraño visto desde fuera, pero
coherente con ese conservadurismo que hace estimar sobremanera la imagen social,
distorsionada por las imágenes positivas de quienes aguardan a los maridos y
negativas de las que se encuentran con ellas fuera de casa. Se penaliza siempre
la independencia y el trabajo exterior a costa de la imagen sectorial, de ahí
la queja.
Pero hay otro aspecto que no permite comprender el carácter
conservador y el poder vigilante de los sindicatos, en este caso de las
enfermeras, sobre sus afiliadas:
There are five requirements for being a member
of the Nursing Syndicate and thus having a license to practice: to be of
Egyptian nationality; to be of good reputation and commendable conduct; to have
never been sentenced for a felony or misdemeanour (i.e., no criminal record);
to have attained an academic degree certified by the Egyptian education system
in the field of nursing; and to be licensed by the Ministry of Health to
practice in the profession.*
La mezcla de requisitos educativos y de juicios morales
refleja bastante bien una sociedad que está siempre interfiriendo en las vidas
de los otros, decidiendo quién es un "buen" o "buena"
egipcia. La idea de la "buena reputación y conducta recomendable"
encaja con esa fijación con la representación en películas o series. En la
práctica produce hipocresía y venganzas. En el artículo se habla de la petición
del Sindicato a que sean sus estamentos los que validen, tras cinco años, los
títulos en enfermería, lo que les daría todavía más poder. Cualquier desliz y
estás fuera.
Nadie se acuerda, como ocurre en otros países, de la poca defensa del sindicato cuando una serie de enfermeras plantearon en sus reivindicaciones por los abusos laborales que se cometían con jornadas excesivas, no remuneración de horas trabajadas, etc. que denunciaron.
El papel de control laboral lo hemos visto de forma similar en el papel que juega el
sindicato de Periodistas, también sujeto a normas sobre lo que es un "buen
periodista" y sobre "qué debe informar". Las calificaciones y
descalificaciones acaban siendo de orden político con las excusas de cualquier
tipo, incluidas las morales. Otro ejemplo lo hemos tenido en el sindicato de Artistas,
también gobernado con mano de hierro, como se pudo comprobar con los ataques y
amenazas a la cantante Sherine, tras sus comentarios sobre "no beber el
agua del Nilo" y, posteriormente, su afirmación de que fuera de Egipto ya
podía hablar.
Las enfermeras egipcias padecen muchos problemas y no se van a resolver criticando películas o con buenas palabras del presidente al-Sisi. Necesitan una mejor defensa que eso. Menos control sobre las personas y más luchar por mejorar su situación y sus derechos laborales.
* Ingy Deif
"Angels on the Corona frontline: Challenges facing nurses in Egypt"
Ahram Online 13/05/2020 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/7/48/369229/Life--Style/Health/Angels-on-the-Corona-frontline-Challenges-facing-n.aspx
** "Doras movie raises a crisis in Egypt .. and the nurses’ union demands the intervention of Sisi – Our Life – Celebrities" EG 24 News 21/04/2020 https://www.eg24.news/2020/04/doras-movie-raises-a-crisis-in-egypt-and-the-nurses-union-demands-the-intervention-of-sisi-our-life-celebrities.html
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