Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
* Raul A. Reyes "The real reason Trump treats meatpacking workers as disposable" CNN 30/04/2020 https://edition.cnn.com/2020/04/29/opinions/trump-treats-meatpacking-workers-as-disposable-reyes/index.html
La
fotografía del vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, sin
mascarilla, visitando un hospital, con todo su séquito y los médicos junto al
enfermo, también con mascarilla, es un increíble símbolo de la tozudez humana,
de la soberbia y la prepotencia. Puede que no se contagie, pero lo cierto es
que ya está contagiado de una enfermedad peor que le acompañará el resto de su
existencia, la que le contagió su patrón.
La
mascarilla solo es necesaria para débiles
de espíritu, mientras que Pence rebosa energía, como se aprecia en las
chispas que saltan de su codo.
Es de
una irresponsabilidad pasmosa en un mandatario de un país. La foto de Pence es
el equivalente a las inyecciones con desinfectantes o la aplicación de luces
internas para acabar con los coronavirus propuestas por Trump.
La Clínica Mayo, la visitada por Pence para su safari
fotográfico, ha declarado que se le notificó al vicepresidente el protocolo de
mascarillas dentro del reciento. Pero Pence es el vicepresidente y nadie tuvo
las santas agallas de decirle "¡Señor Vicepresidente, no se puede pasar
sin mascarilla!"
Un muy mal ejemplo en todos los niveles. Las cifras de
los Estados Unidos están siendo enormes y, pese a ellas, muchos tienen la
sospecha de que no se está contando correctamente.
Más allá de las cifras, que representan vidas humanas, no lo
olvidemos, las actitudes de prepotencia del presidente y segundo de a bordo
provocan una enorme tristeza y, para muchos, vergüenza.
Nunca
llegué a pensar que los Estados Unidos pudieran llegar a tal grado de simpleza.
Sin embargo, es lo que hay. Cada día se nos muestran ejemplos de este estado
contagioso de estupidez que no reconoce alcurnias ni cuentas bancarias, pero sí
en cambio un enorme clasismo, una discriminación encubierta que sale a la luz
con la pandemia.
Raul A.
Reyes, en la CNN, escribe con el titular "The real reason Trump treats
meatpacking workers as disposable", sobre los terribles efectos de la
irresponsabilidad hacia las condiciones de trabajo en que se encuentran en las
fábricas:
Get back to work, says President Trump. He
might as well add: even if it might kill you.
Tuesday, he used the Defense Production Act to
order meat and poultry processing plants to stay open, despite the coronavirus
pandemic. He declared them "critical infrastructure" in an executive
order designed to avoid shortages of beef, pork and chicken.
"We're working very hard," Trump
said, "to make sure our food supply chain is sound and plentiful."
Given that meat processing plants are Covid-19
hotspots, this order is the height of irresponsibility and cruelty. It
endangers the health of some of America's most vulnerable workers, many of whom
are Latino, African American and immigrants. It prioritizes corporate interests
over workers' lives.
Sadly, to this President, immigrant labor is
clearly disposable -- and always useful for political gain.
Across the country, meatpacking plants have
been closing as their employees have gotten sick. Smithfield Foods closed its
pork processing plant in Sioux Falls, South Dakota, this month after more than
600 workers tested positive for coronavirus. Last week, Tyson Farms shut down
its biggest pork processing plant in Waterloo, Iowa, after more than 180
workers tested positive.
Other plants across the country have similarly
closed, with reports of coronavirus-related illness and deaths.*
Ya tratamos aquí la noticia del cierre de las fábricas de
procesamiento de carne por la cantidad enorme de contagios dadas las
condiciones de trabajo. Es aquí donde se muestra las grandes quiebras
norteamericanas, las enormes diferencias sociales que las grandes cifras
ocultan.
Reyes habla de "crueldad". Es quedarse corto
porque Trump es supuestamente el presidente de todos los estadounidenses, algo
que esta crisis está dejando en evidencia, mostrando que la división polarizada
del país es algo más que de detalles. El clasismo y el racismo de Trump es algo
que ha vivido con él desde su nacimiento. Su visión del mundo es el de una
máquina en la que unos son piezas recambiables y otros indispensables. Él, por
supuesto, está entre aquellos privilegiados por Dios o por Fortuna. Está allí
para mantener el sistema haciendo que los ricos lo sigan siendo y los pobres no
pidan más y sean sustituidos cuando enfermen hacinados en fábricas o dormitorios.
Es el mismo modelo del rico Singapur, la masa de trabajadores son de importación,
viviendo en condiciones infames y a los que hay que obligar a trabajar teniendo
cuidado de que no contaminen a los que realmente importan. Ese es el sentido de
los guetos, aislar, evitar la mezcla del tipo que sean. Si las fábricas son
nidos de enfermedad, como se ha llegado a pedir (y ya comentamos), que los
trabajadores pasen el confinamiento en sus empresas, sin salir de ellas.
Sí, América tiene un problema que se llama "América".
Trump y Pence son caras visibles, pero el problema real es el fenómeno
creciente de una estupidez basada en el clasismo y el racismo, en un ridículo patrioterismo populista que menosprecia al mundo y carece de sentido común.
Esto es lo que ha saltado a la vista como panorámica global del
sistema norteamericano por efecto del COVID-19. Es lo que la política de
desmontar servicios, educación, sanidad, etc. ha estado haciendo desde su
llegada al poder.
Hace tiempo que lo dijimos y se puede estar acercando el
momento. Llegará un punto en el que no sea Estados Unidos quien expulse a los
que no quiere dentro de sus fronteras, sino que esas fronteras estén cerradas
para los que hayan pasado por los Estados Unidos. Es una situación impensable,
pero real. China pasó de no poder salir a tener que controlar la entrada en sus
fronteras. Habrá, igualmente, un momento en el que el poderoso pasaporte
norteamericano tenga que ser rechazado o que sus portadores tengan que hacer
cuarentena hasta que se confirme que están libres de un COVID-19 que ya ha
superado el millón de contagios en los Estados Unidos.
¿Que ha querido demostrar Pence? ¿Cuál es su "mensaje"? ¿No ha tenido bastante con lo ocurrido con Boris Johnson? Cualquier sentido que le demos es negativo, absurdo, poco inteligente. Con Trump pidiendo que "¡liberen los estados!" y Pence mostrando que no le tiene miedo a nada que no sea la opinión pública, ¿cuál será el siguiente paso?
El peor presidente en el peor momento. El peor problema en las peores circunstancias de desigualdad social. La mayor obcecación en el momento es que es necesaria la imaginación y la inteligencia para encontrar salida. Nada de esto aparece ante nosotros. ¡Pobre América!
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