Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Sin embargo, no es lo que muchos esperan que ocurra. La desconfianza es un factor importante en el empeoramiento. La falta de credibilidad puede empeorar las condiciones de la pandemia contribuyendo a su extensión. Una vez que se pierde la confianza cuesta recuperarla; sin saber el valor real de la información se pueden cometer errores en la toma de decisiones con resultados trágicos.
Los
efectos de la pandemia del COVID-19 dejan al descubierto aspectos de la
realidad tapados o simplemente ignorados. El 31 de marzo, la CNN reproducía un
mensaje en vídeo del actor Idris Elba, confinado en su casa afectado por el
coronavirus. Lo hacía con el siguiente rótulo: "Elba slams Conspiracy Theory
that black people can't get COVID-19" y añadía unas palabras del actor
"Stop sending this stuff out. It's very dangerous for all".
La cuestión, una semana después, adquiría unos tintes muy distintos cuando la mayoría de los medios norteamericanos se hacen eco de la desproporcionada incidencia del coronavirus en la comunidad afronorteamericana. Como todas las que afecta a las diferencias de este orden es algo más que delicada y se puede convertir en un conflicto social con trascendencia o en una crisis institucional que se sume al caos de Trump con muchos estados tomando sus propias decisiones ante la urgencia de las medidas.
La cuestión, una semana después, adquiría unos tintes muy distintos cuando la mayoría de los medios norteamericanos se hacen eco de la desproporcionada incidencia del coronavirus en la comunidad afronorteamericana. Como todas las que afecta a las diferencias de este orden es algo más que delicada y se puede convertir en un conflicto social con trascendencia o en una crisis institucional que se sume al caos de Trump con muchos estados tomando sus propias decisiones ante la urgencia de las medidas.
En The Washington Post se han publicado ayer y hoy artículos
que muestran una escandalosa desproporción entre el porcentaje de población
afroamericana de algunos estados y el porcentaje del número de muertos. Reis Thebault, Andrew Ba Tran y
Vanessa Williams, con el titular "The coronavirus is infecting and killing
black Americans at an alarmingly high rate", presentan así la situación
detectada:
As the novel coronavirus sweeps across the
United States, it appears to be infecting and killing black Americans at a
disproportionately high rate, according to a Washington Post analysis of early
data from jurisdictions across the country.
The emerging stark racial disparity led the
surgeon general Tuesday to acknowledge in personal terms the increased risk for
African Americans amid growing demands that public-health officials release
more data on the race of those who are sick, hospitalized and dying of a
contagion that has killed more than 12,000 people in the United States.
A Post analysis of available data and census
demographics shows that counties that are majority-black have three times the
rate of infections and almost six times the rate of deaths as counties where
white residents are in the majority.*
Se nos advierte que los datos oficiales omiten en muchos
estados los referidos al origen de los enfermos y fallecidos. Los números
ocultan la realidad social de las muertes y admiten muchas interpretaciones,
pero solo un resultado: mueren muchos más afroamericanos que el resto de los
grupos.
Es evidente que los coronavirus no tienen preferencias de
color ni económicas. Los contagios se producen más cuando las condiciones son
más favorables a ello, por un lado, y son más peligrosos cuando existen riesgos
añadidos, como el mal estado de salud. Habrá componentes sociales, de
comportamiento; también los habrá económicos, como la densidad de los barrios,
casas, etc. que aclaren las diferencias tan enormes como las mostradas en los
gráficos que el diario incluye desde los datos recogidos por la Universidad
Johns Hopkins que muestran una gran diversidad de casos.
Una vez más, son las diferencias acumuladas y específicas
las que determinan los contagios en una situación de pandemia. La proximidad es
determinante y esta viene determinada, a su vez, por los factores
socioculturales, que los se traducen en diferencias. La cuestión sobre qué
reflejan esas diferencias es compleja.
En otro de los artículos publicados por The Washington Post,
con el titular "The CDC must end its silence on the racial impact of
covid-19", Spencer Overton se
plantea el problema en estos términos:
The early data suggest that the covid-19
pandemic is hitting black communities particularly hard. As of Monday, African
Americans made up 27 percent of the population in Milwaukee County, Wis., but
70 percent of its covid-19 deaths. In Chicago: 30 percent of the population but
69 percent of deaths. And in Louisiana, the disparity is 32 percent and 70
percent. A similar divide can be seen in Michigan, where African Americans make
up 14 percent of the population and, as of last Friday, accounted for 40
percent of covid-19 deaths.
The disproportionate impact appears to be
attributable to preexisting conditions — high blood pressure, heart disease,
diabetes and inadequate access to health care — that make African Americans
more vulnerable to the disease. But the handful of examples above raises an
urgent question: Does the effect hold true for African Americans throughout the
country?
Unfortunately, there’s no way for the public to
know. The Centers for Disease Control and Prevention is not providing
nationwide data about covid-19’s impact on African Americans, Latinos or other
racial and ethnic groups. The CDC customarily reports such data, but it has not
done so with covid-19. Many states and counties are also not publishing the
information. As of Tuesday, the CDC had not responded to inquiries about
whether it has the demographic data and isn’t releasing it, or simply isn’t
tracking the information.**
La urgencia de poder tener datos más amplios, datos que
reflejen desde esta perspectiva la realidad nacional de los Estados Unidos es
clara. Si realmente existen grupos más débiles ante el contagio, la atención y
los recursos deberían ponerse en ellos. ¿Se está haciendo? La sospecha estaría
centrada en esa frase final sobre el porqué no se están dando esos datos: no se
tienen o no se dan. Si es el primer caso, se puede corregir haciéndolo; pero si
no se dan, los motivos por los que no se hace pasan a ser esenciales y se necesita
una explicación clara.
El artículo es directo en las consecuencias de esta falta de
información y de la necesidad de disponer cuanto antes de ella. Los recursos
disponibles deben ser manejados desde criterios de necesidad real y puede que
eso no se está haciendo de una forma equitativa, dedicándolos a los más
afectados.
Desde aquí hemos insistido varias veces en la doble
dimensión, la biológica y la social de una pandemia. En lo biológico, las diferencias
son pocas, aunque sí en el estado de salud. En la medida en que el estado de
salud no es un término aislado, sino que depende de muchos factores sociales,
la complicación de los datos se nos hace evidente. Esto ocurre además en un
país en donde, junto con la educación, la salud es una forma de establecer
diferencias sociales. La ausencia de muchos servicios a la totalidad de la
población hace que las diferencias entre ricos y pobres incluyan en gran medida
la de ricos-sanos y pobres-enfermos, por simplificar, la cantidad de matices
que esos dos términos contienen.
Hay enfermedades de ricos como las hay de pobres. La salud
es un concepto absolutamente socializado. El acceso a los servicios sanitarios,
a los medicamentos, el desgaste físico y las diferencias en el envejecimiento y
deterioro de la salud por falta de atención y medicación, entre otros muchos
factores diferenciales, son determinantes de las posibilidades mayores o menores
de contagiarse y, obviamente, de la de supervivencia. Por eso son tan
escandalosas las diferencias entre los datos de blancos y negros en cuanto a
ser poblaciones minoritarias en número, pero mayoritarias en enfermedades.
Such transparency also advances fairness in
health care. Covid-19 demographic data can reveal the degree of access that the
most susceptible populations have to coronavirus testing and medical services.
Disclosure also allows federal agencies, Congress, states and local
governments, as well as journalists, scholars and civil rights groups, to
assess the quality of care received by African Americans, Latinos and other
racial and ethnic groups. Health-care systems can use the information to guide
treatment.
The possibility exists that data about race and
covid-19 could be misused. Publicity about disproportionate death rates among
African Americans could increase racial discrimination in an echo of recent attacks
against Asian Americans amid reports on the coronavirus’s origins in China.
Another potential drawback: With lifesaving equipment in short supply in some
hospitals, health-care professionals could steer ventilators and respirators
away from African American patients and toward those assumed to have better
prospects of recovery. And policymakers, seeing the higher death rates in
health systems serving black communities, might deem them ineffective and
reduce their funding — when increasing it would be the obviously appropriate
response.
These concerns are legitimate, but making the
truth available is essential — especially now, when disinformation, political
polarization and distrust abound.**
Es en esa breve frase final donde se encuentran resumidos
los temores y recelos, los miedos a que este singular desvío se deba a
cuestiones poco "naturales" y que sean el resultado de otro tipo de
factores.
En Europa estamos viendo diferencias entre los países, que
representan también diferencias en los comportamientos y en la calidad de los
servicios sanitarios, compromiso social, respaldo a los gobiernos, etc. En
Estados Unidos, llueve sobre mojada al haber estado sobre el tapete previamente
los brotes intensos de racismo y la presencia creciente del supremacismo blanco.
Es el momento de volver a Idris Elba y su petición de que no
se escuchen lo bulos sobre que la gente negra no se contagia. ¿De dónde salen
los bulos de esta naturaleza? ¿Qué se consigue con que la gente peque en la
desprotección? Podría pensarse que surgen de un exceso de confianza, pero
también pudiera ocurrir que fueran lo contrario. El hecho es que había corrido
el bulo. Nada es más eficaz para distribuir un bullo que decirle a la gente lo
que quiere oír. Y lo que queremos escuchar es que somos invulnerables.
En la publicación Okayplayer, con el titular "Are Black
People Immune To Coronavirus: How A Joke Turned Into A Believable Myth",
el articulista Elijah C. Watson trata de
explicarnos la falsedad del bulo y rastrea su origen respondiendo a la pregunta:
No, absolutely not. I wish it were the case
but, unfortunately, it’s not. Initially, this idea started off as a joke,
likely through a report that came on March 1 about the low Coronavirus rate in
Africa. Although cases have been reported in 11 countries since that initial
report — it appears Egypt has been hit the worst by the virus with 59 cases —
Africa’s rate still remains low. Searching “Coronavirus Black People” on
Twitter will show how the jokes have persisted throughout the month, with the
tweets mocking our over-reliance on ginger ale to combat illness, highlighting
how Black people have given the virus more cool and less abrasive-sounding
nicknames (“The Rona,” “The Roni”), and acknowledging that no one Black had
tested positive for the virus yet.
Well, turns out that last month a Black man
from Cameroon named Kem Senou Pavel Daryl had contracted the virus while living
in the Chinese city of Jingzhou. The 21-year-old student became the first
African person known to be infected with the deadly coronavirus, and the first
to recover from it. He was treated with antibiotics and drugs normally used to
treat HIV patients and was put in isolation for 13 days in a local Chinese
hospital.
A story that should’ve ended there ultimately
became the source for fake news, as two websites, in particular, changed
Daryl’s story and spread harmful misinformation in the process. First, there
was the African Daily Mail, who
published the story “The black African student escaped coronavirus” on February
13. (It has since been deleted.) The report included the claim that “Chinese
doctors have confirmed that he remained alive because he has black skin, the
antibodies of a black are 3 times strong, powerful, and resistant as that of a
white.” After that, came a report from CityScrollz,
who published the story “Chinese Doctors Confirmed African Blood Genetic
Composition Resist Coronavirus After Student Cured” on February 14. (It has
since been deleted.) The story includes false reporting throughout, including
the notion that Chinese doctors said Daryl “stayed alive because of his blood genetic
composition which is mainly found in the genetic composition of sub-Saharan
Africans.” The report also includes the same claim of Black skin having
stronger antibodies than white skin that appeared in the Daily Mail‘s report.
Then came another misleading report from The Zambian Observer, who published the
story “Chinese Doctor Says African Skin Resists Coronavirus” on February 16. The Observer report copies CityScrollz’s
report word for word, with the only change being its headline. The report is
still available to read on the website.
Both stories have since been proven to be
false. On February 15, the global news agency AFP spoke with Professor Amadou
Alpha Sall — director of the Institut Pasteur in Dakar, Senegal, a biomedical
research center that is currently overseeing suspected cases of the coronavirus
in Africa — to fact check if Black people are more resistant to the
coronavirus.
Sall said that the claim is “false
information,” and that “There’s no scientific evidence to support this rumor.”
Alongside the AFP, Snopes has also confirmed
that the claims are false.
Still, the idea that Black people are resistant
to the virus managed to circulate throughout social media, appearing on
personal Facebook profile pages (one post, which has since been deleted, had
been shared over 2,000 times since first being published on February 11) and
Facebook groups, as well as Twitter and Instagram.***
Pero las ideas falsas son escuchadas a veces con más
atención que las verdaderas. Elba habla de "Teoría de la
conspiración". Es el clima de recelo existente en los Estados Unidos ante
las políticas raciales, por no decir racistas. La creación de un clima negativo
ha tenido como contrapartida la idea errónea que el coronavirus sería una
"enfermedad de blancos" (de ahí las bromas que Watson menciona sobre
el nombre del coronavirus). Sin los datos de las muertes dadas por grupos,
distinguiendo lo que supone del porcentaje de población y del porcentaje de
muertes, se puede mantener la ficción de que es una enfermedad de blancos y no
exigir más atención. Las evidencias de los estudios, sin embargo, muestran una
escandalosa realidad. Si tras todo esto hay un bulo, es hora de anularlo, de dejar
clara la triste realidad del contagio y evitar así más muertes, más desatención
y repartir mejor los recursos.
Sin embargo, no es lo que muchos esperan que ocurra. La desconfianza es un factor importante en el empeoramiento. La falta de credibilidad puede empeorar las condiciones de la pandemia contribuyendo a su extensión. Una vez que se pierde la confianza cuesta recuperarla; sin saber el valor real de la información se pueden cometer errores en la toma de decisiones con resultados trágicos.
Hay que tener cuidado al reproducir las informaciones que no tienen
garantía alguna. Hay mucho paralelismo entre lo viral de los bulos y el COVID-19. Ambos se agarran allí donde hay posibilidades de hacerlo. Con información sana, aumenta la salud de todos. Frena los bulos, no les ayudes a seguir contagiando las mentes.
* Reis Thebault, Andrew Ba Tran y Vanessa
Williams "The coronavirus is
infecting and killing black Americans at an alarmingly high rate"
7/04/2020 https://www.washingtonpost.com/nation/2020/04/07/coronavirus-is-infecting-killing-black-americans-an-alarmingly-high-rate-post-analysis-shows/
** Spencer
Overton "The CDC must end its silence on the racial impact of
covid-19" The Washington Post 7/04/2020
https://www.washingtonpost.com/opinions/the-cdc-must-end-its-silence-on-the-racial-impact-of-covid-19/2020/04/07/6d686450-7906-11ea-9bee-c5bf9d2e3288_story.html
*** Elijah
C. Watson "Are Black People Immune
To Coronavirus: How A Joke Turned Into A Believable Myth" Okayplayer
7/04/2020 https://www.okayplayer.com/news/are-black-people-immune-to-coronavirus.html
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