Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
De Egipto
siguen llegando noticias de la expansión del COVID-19. Los primeros casos se
encajaron como algo que les llegaba de fuera, algo que no podía ocurrir en
Egipto. El caso del crucero del Nilo, el barco contaminado con tripulación y
turistas, que fueron sacados de encima para que dieran el positivo fuera del
país y así tratar de preservar la "limpieza" del país se acabó con el
artículo de The Washington Post que rastreaba una serie de casos hasta llegar
al mismo crucero del Nilo, un foco de infección que no se pudo negar. La
ilusión de preservar el turismo se vino abajo cuando se empezó a entender que
el fenómeno frenaba el turismo y no lo desviaba. Los cierres de aeropuertos y
las clausuras de vuelos en prácticamente todo el mundo eliminaban la fantasía
de un Egipto "limpio", de un oasis turístico mundial. La fantasía se
acabó y los casos empezaron a aparecer.
Recordemos
los ataques contra el epidemiólogo canadiense que había "ofendido" a
Egipto al realizar un estudio del que resultaba un cálculo de entre 5.000 y
19.000 casos posibles a la luz de los datos del momento, el aislamiento de
aldeas y pequeñas ciudades alejadas de los focos turísticos. La publicación fue
contestada con una campaña contra el investigador, pidiendo su expulsión de la
Universidad por haber levantado "calumnias" contra Egipto, en un
ejercicio insólito de manipulación del gobierno, que buscó firmas en distintos
sectores. Solo conozco el caso de Egipto en que un estudio epidemiológico haya
suscitado una reacción así. Hay que entenderla en el marco de las campañas
internas y externas de propaganda del régimen egipcio previas a la epidemia, en
las que se trata de evitar cualquier información que "manche" Egipto
ante los inversores y turistas, sectores que se verían afectados por el dato
oficial de casos en el país que ha sido puesto en entredicho desde el
principio. Esta desconfianza ha llevado a países de la zona a cerrar los vuelos
a y desde Egipto, como también recogimos aquí, como ocurrió con Kuwait.
Los ataques
fueron más allá del investigador canadiense —insultado por decenas en su cuenta
de Twitter—. Egypt Today recogía poco después los ataques a la prensa que había
recogido el estudio:
CAIRO - 16 March 2020: A lawsuit was filed to
the Egyptian Attorney General Office against chief of the New York Times Cairo
bureau Declan Walsh and the Guardian correspondent in Cairo Ruth Michaelson
over reporting misinformation about the coronavirus cases in Egypt, al-Maal
newspaper reported on Monday.
The lawsuit, which was filed by Lawyer Amr
Abdel-Salam, called on Attorney General Hamada al-Sawy to prevent both
reporters from traveling outside Egypt, accusing them of publishing information
aimed at destabilizing the public order.
Walsh tweeted on Monday a study that estimated
the number of infections in Egypt as more than 19,000 but later deleted it,
while Michaelson reported about the study in her article at the Guardian.
After consulting with the Ministry of Health
and Population, the Egyptian cabinet denied on Monday news circulating about
the infection of 19,000 citizens with Coronavirus.*
Los ataques furibundos contra cualquiera que dentro y fuera
del país desafíen la verdad oficial, la única posible, acaban —otra tradición
muy egipcia— en los tribunales. Cualquiera que desafíe la propaganda oficial,
se verá ante los tribunales. La libertad de información restringida y con la
vigilancia en los medios tradicionales y las redes sociales hace que cualquier
información que no guste sea lanzada desde el gobierno y jaleada por los miles
de adeptos del régimen, cuya supervivencia les hace aceptar y promover de forma
entusiasta muchas veces estas reacciones autoritarias.
En este contexto debemos comprender la siguiente noticia,
aparecida en Egypt Independent con el titular "Chinese ambassador to Cairo
slams calls for Chinese compensation over coronavirus":
The Chinese ambassador to Cairo Liao Liqiang on
Friday slammed calls for China to bear the responsibility of the coronavirus
pandemic, describing the sentiment as “ridiculous” and “anti-China”.
“We have noticed that some anti-China forces in
the international community have recently claimed that China must bear
responsibility for the outbreak of the new coronavirus, and demanded
compensations from China. A few people from Egypt also made similar false
accusations against China on their websites. These ridiculous sayings are
baseless,” Liao said in a statement.
An Egyptian lawyer from Gharbiya Governorate
filed a lawsuit earlier in April against China, demanding compensation of US$10
trillion for the damages caused to Egypt by the coronavirus.
[...]
“The
fact that some have drawn attention by demanding this so-called ‘compensation from
China’ raises only irony and mockery, without any impact on the deep
traditional friendship that unites China and Egypt,” Liao stressed.
“We are sure that China and Egypt can overcome
the virus as soon as possible and contribute to safeguarding public health in
the whole world,” he added.
The roots of friendship between China and Egypt
run deep in history, he said, adding that the government and people can work in
solidarity to tackle this outbreak.
“Some anti-China forces are currently taking
advantage of the new coronavirus issue to stigmatize China and mislead public
opinion by fabricating and promoting rumors, which only undermines international
cooperation and undermines global confidence in fighting the emerging
coronavirus,” Liao added.**
Este tipo de demandas en Egipto —donde florecen toda una
serie de personajes dedicados a ganar protagonismo social y político— son
frecuentes, pero tienen que tener cuidada pues en estos momentos Egipto depende
de China, que entre otras cosas les está haciendo la nueva y lujosa capital en
la que podrán aislarse los privilegiados que se lo puedan permitir. No creo que
los que pensaron en sacar el aparato del Estado de El Cairo se imaginarían que
podría llegar a ser un lujoso espacio de confinamiento en el futuro.
El embajador chino, con buen juicio, no ha dado importancia
a la demanda, pero lo deja claro. Es un aviso a aquellos que quieran hacer lo
mismo que la política de Trump, buscar un chivo expiatorio en China.
La denuncia, una vez más, hay que interpretarla en clave
interna, como una forma de desviar las responsabilidades ahora que los números egipcios
—sorprendentemente bajos— empiezan a crecer ante la opinión pública. Ya parece
haber pasado la etapa en la que todos los enfermos eran de fuera, turistas
contaminantes a los que se devolvía a sus países. También la etapa en la que se
consideraba especiales a los egipcios por su baja infección, algo que adula el
ego popular incidiendo en su consideración entrenada de excepcionalidad. La
teoría de que los egipcios contaban pocos casos debido a las vacunaciones
contra la tuberculosis también ha dejado de funcionar ya.
Los casos que van saliendo a la superficie son
significativos más allá de los números. Hay unos casos que son especialmente
reveladores, como es el caso del fallecimiento o contagio de personal médico,
un sector que mantiene un contencioso con la administración y que planteó
subidas salariales en concepto de asumir mayores riesgos. Con el titular "Three doctors died from
coronavirus, 43 infected: Egyptian Medical Syndicate", Ahram Online nos
informa:
Three Egyptian doctors have so far been
recorded dead from the coronavirus and 43 others infected, the Egyptian Medical
Syndicate said on Saturday, adding that it is still in the tallying process and
that the numbers are "likely to increase."
Only one of the deceased doctors contracted the
virus during work, the syndicate added.
The syndicate called on the Ministry of Health
to announce the health status of doctors and medical staff, and renewed its
call for the “regular disclosure of data on infected doctors in order to assist
their families.”
The syndicate called on the competent
authorities to ensure that preventive supplies are made available to all
medical facilities, and urged doctors not to work unless they are wearing the
necessary protection gear.
It also stressed the importance of the rapid
testing of those who have been in contact with positive cases.
The medical syndicate asked the cabinet again
to include the infected and deceased medical personnel in Law 16/2018 on
“honouring the martyrs and the injured.”
In April there have been several reports of
medics, workers and patients who have contracted the virus in prominent
Egyptian health facilities.
On Thursday, Egypt’s non-profit Magdi Yacoub
Heart Foundation said four coronavirus cases were detected at its heart surgery
centre in Aswan, including one patient and three security staff members.
Egypt’s Heart Institute announced on Wednesday the
shutdown of the institute’s admission department after a nurse tested positive
for COVID-19.
Last Saturday, at least 17 doctors and nurses
at Egypt’s National Cancer Institute (NCI) tested positive for the coronavirus,
according to Cairo University, which manages the country’s main cancer
hospital.
A nurse at Al-Khanka hospital for mental health
in Qalioubiya governorate and six medical workers in Upper Egypt’s Aswan
governorate also tested positive for the virus.
Friday saw the highest daily death toll in
Egypt with 17 new reported fatalities, bringing the total number of deaths to
135, while the number of positive cases has reached 1,794.***
La noticia tiene varios elementos relevantes y produce
algunas dudas, especialmente la referida a los varios médicos que no se han
infectado en el trabajo. El sentido de esta indicación no queda muy claro, pero
algún sentido tiene el discriminar. También lo abierto de los casos en las
instituciones, en diferentes localizaciones e instituciones. Igualmente,
conectado con la distinción anterior, llama la atención la instrucción de no
trabajar si no reciben el material médico de protección y finalmente la
petición de ser incluidos en la lista de "mártires y heridos"
conforme a la ley 16/2018, lo que conllevaría algún tipo de beneficio o pensión.
Teniendo en cuenta (salvo error) que esa ley se hizo para blindar a los
militares y asegurarles beneficios tras la retirada o un posible atentado, lo
que piden los médicos es apuntar alto. Los médicos piden el mismo estatus que
los militares o policías muertos o inválidos.
La tención puesta en los contagios en las instalaciones
sanitarias es un recordatorio de lo arriesgado de su trabajo, sí, pero también
una muestra de que los casos fuera se desconocen en su cantidad y alcance.
Mucho nos tememos que las cifras egipcias estén topando con
un factor social que ya se ha manifestado en varios sentidos. El pasado día 7
de abril, Ahram Online publicaba un interesante artículo con el titular "Mideastern
burial traditions clash with fears of contagion"****. En él se señalaban
los problemas que se estaban dando entra las tradiciones de enterramiento
islámicas y las necesidades del enterramiento en tiempos del COVID-19,
manifestando el choque. «Across the Middle East and parts of South Asia, bereaved families have
faced traumatic restrictions on burying their dead amid the pandemic. Religion
and customs that require speedy burials in the largely Muslim region have
clashed with fears of COVID-19, the illness caused by the virus, and
government-mandated lockdowns»****, se señalaba en el texto. Ya dimos anteriormente
cuenta de algunos de estos problemas socioculturales en la zona, concretamente
en Egipto, donde ya se habían producido algunos conflictos por la forma en que
habían sido "señaladas" las poblaciones aisladas por la Policía,
personal militar y médico, lugares cerrados a cal y canto.
La cuestión se vuelve a complicar en un caso que une los enterramientos
y los médicos, precisamente. Ahram
Online titulaba ayer "Egypt police disperse crowd attempting to prevent
burial of coronavirus victim, 23 arrested" y explicaba:
Egyptian police fired tear gas and arrested 23
people in a Daqahliya village on Saturday after protesters attempted to prevent
the burial of a doctor killed by the coronavirus out of fear that the burial
would allow the virus to spread.
"Some outlaws in the cemetery area of
Shobra El-Bahw village tried to prevent the burial of a woman who died as a
result of being infected by coronavirus… Those elements were dealt with and 23
of them were arrested," the interior ministry said in a statement on
Saturday.
"This was caused by rumors and incitement
promoted by the electronic committees of the terrorist Muslim Brotherhood group
under the pretext of preventing the spread of the disease," the statement
added.
The 64-year-old doctor, who tested positive for
the virus upon her return from Saudi Arabia, passed away last week in an
Ismailia isolation hospital.
A video shared on social media shows
authorities firing tear gas to disperse protesters in the village, with a
number of the protesters arrested during the skirmish.
Her interment finally came after authorities
intervened to allow the burial in the hometown of the doctor’s husband under
strict security measures, after failing to convince local residents to clear
the road to the cemetery.
Authorities had first tried to bury the doctor
in her hometown, also in Aga, but residents in the area did not allow the
burial.
This is not the first time in recent days that
people have opposed the burial of coronavirus victims over the misconception
that this would allow the virus to spread.*****
El caso reúne los condicionamientos de la política y la
sociedad egipcia. El intento de impedir el entierro de la doctora fallecida
muestra varias cosas, entre ellas que serán difíciles los enterramientos
etiquetados como de víctimas del coronavirus Habría por parte de las familias
un doble interés en no comunicar los casos de fallecimiento. El rechazo a
enterrar a la doctora representa´, por un lado, el miedo a las consecuencias de
contagio que imaginan que podrían tener, pero también el estigma por la
enfermedad para la propia familia que hubiera estado en contacto con ella. El
hecho de que la llevaran a su pueblo indica que nadie reclamó el cadáver tras
su fallecimiento aislada. La negativa a que la enterraran junto a su marido
también indica esa soledad distanciada, ese rechazo social a quienes mueren por
el COVID-19. Ya sea por el temor a ser enterrado con medidas de prevención, sin
los rituales islámicos, o por temor a que se contagien las personas del pueblo,
el hecho es lamentable en sí. Ya no se trata solo de la soledad del aislamiento
en vida, sino de la propia muerte. El propio Gran Muftí ha tenido que publicar
una fatwa en contra de los que niegan el entierro a los que han muerto por el
COVID-19, señalando la falta de humanidad que supone; igualmente se ha
manifestado sobre la cuestión de la celebración de los enterramientos, primando
la seguridad.******
Es interesante el papel que se atribuye a la Hermandad
Musulmana, interfiriendo para crear un clima social de discordia que lance
contra el gobierno. Es muy del estilo de los islamistas este tipo de actividad
subterránea destinada a minar al régimen. Ya los islamistas dieron aviso cuando
se pidió a los infectados que fueran a contagiar a todos los que pudieran
afectos al régimen. Aquí dimos cuenta de ello. La orden era "¡no mueras
solo!". Cuantos más se contagien mejor. También hay que tener en cuenta
que cualquier descontento social, el régimen lo atribuirá a los Hermanos, lo
que le permitirá considerarlo como "terrorismo".
El caso de la muerte de la doctora y los hechos
consiguientes explican mejor la petición de que los fallecidos en acto de
servicio médico sean considerados como "mártires", es decir, no se
sientan estigmatizados socialmente sino que tengan un reconocimiento. No en
todas partes salen a las ocho a aplaudir en las ventanas y terrazas, por lo que
parece.
En el texto
de Ahram Online se explicaba: «The burials of coronavirus victims are often
being held in secret in Egypt under police supervision with the attendance of
only close family members.»***** El hecho de que se estén celebrando
de forma clandestina, incluso con la Policía, abre la puerta a la especulación
anterior sobre los casos de los que no se tenga aviso debidos a la pandemia.
Conferir
el estatus de "mártires" a los médicos y demás personal sanitario
tendría una función reivindicativa ante el estado de lo que la sociedad niega.
El estigma social en un mundo que sigue pensando que enfermas porque Dios lo
quiere es demasiado dañino para el honor de las familias.
En este
sentido de la identificación social, se nos cuenta otro caso revelador de las
diferencias de mentalidades. Esta vez lo encontramos en la publicación
independiente Mada Masr y nos muestra cómo los conflictos sanitarios, sociales
y políticos se enfrentan de nuevo. Ocurre en el ciudad de Hayatem, sometida a cuarentena,
que saltó a los medios por las manifestaciones de protesta que se produjeron,
mostradas por medio de vídeos en las redes sociales. Nos
explican en Mada Masr:
“We are
a village, but there are large families here. We have doctors, engineers and
people in all fields. And we also have construction workers and farmers, who
work outside the village. This latter group is the most affected by the
lockdown. What we have done in Hayatem is to give to those most in need at a
neighborhood level,” he says.
Self-organization
in the village kicked off with the formation of emergency committees that drew
large numbers of volunteers from university students and graduates, according
to Bassam Abou al-Hassan, a resident in the village and a sanitation worker.
The committees were divided along various needs: one for food collection, one
for delivery and one for medical assistance.
“We have
police permission to deliver donations after curfew, silently,” Hassan says.
“We leave food boxes on house steps so as not to harm the dignity of impacted
families.”
The
medical committee was formed of doctors from the community. “They go house to
house daily to check on the village residents. If they find someone who is
feeling ill, they review the precautionary instructions with them,” Hassan
adds. “Some of the village youth have
also helped the committee by distributing face masks, gloves and disinfectants
to homes and pedestrians on the street.”
Residents
also moved to sterilize and clean the village’s streets. “When we first learned
of the infections, everyone came together to spray and sterilize the streets,”
said village resident Hassan al-Zayat. “We got a megaphone and went around
asking people to stay home and telling them the quarantine is in our best
interest. Officials from the preventative medicine sector came to clean the
streets as well, after us. ”
Life in
the village was going smoothly until April 1, when two cars arrived in the
village. The cars were loaded with food provisions bearing labels indicating
they had been sent by the pro-government Nation’s Future Party and the Tahya
Masr Fund, the government fund set up by President Abdel Fattah al-Sisi in
2014.
Residents
took to the street in protest, chanting “We don’t want cartons. Hayatem does
not have corona.”
According
to Zayat, the residents’ rancour was tied to how the government handled the
situation.
“The
cars were draped in The Nation’s Future Future and Tahya Masr banners and
arrived after the 7 pm curfew. Then they stopped in a public place and started
calling on people to come pick up the cartons,” Zayat says, adding that
residents were offended by the way the cartons were distributed.
“I don’t
approve of the protest, but, if the state wants to distribute food, it should
bring it to people’s homes,” just like the committee does, Zayat says. “We’ve
been helping each other since the start of the quarantine, but we do it in a
dignified manner.”
Video of
the residents protesting went viral, creating a backlash on social media, where
users criticized Hayatem for not abiding by the lockdown and endangering the
rest of the country.
However,
Hayatem residents responded with a Facebook campaign under the hashtag: “I am
from Hayatem village. I am committed to the quarantine.”
“Only a
few dozen people went to protest out of the 70,000 people in Hayatem, who
continued to respect the quarantine,” Zayat says. “Before criticizing us, you
should know that what has happened has hurt the dignity of the community.”*******
Creo que es difícil encontrar un retrato más revelador de lo
que está ocurriendo allí, al menos en determinadas zonas. La narración de lo
ocurrido en Hayatem tiene varios niveles de lectura, como refleja bien el título dado
por Basma Mostafa a su texto, "For locked-down village near Mahalla, solidarity and
dignity are keys to surviving quarantine".
Hay una primera parte que es la auto organización de la
comunidad para tratar de no atentar contra algo importante: el honor familiar y
de la propia ciudad. De ahí esa idea inicial de que, aunque sean una población, son sobre todo una red
familiar en la que lo que afecta a uno afecta a todos y no solo en el plano de
la salud, sino en el del nombre. Ese
es el objetivo de los repartos nocturnos a los necesitados, de hacerlo tras el
toque de queda, como se nos dice, en silencio. Hacerlo a plena luz del día
sería atentar contra el honor de las familias ("not to harm the dignity of impacted families").
El honor familiar lo es todo y afecta a todos, por eso lo protegen. Determina
el respeto a esa familia, algo que cuenta en los matrimonios, por ejemplo. El
nombre de la familia es el capital más importante. Los habitantes de Hayatem
quieren preservarlo con la discreción protectora.
Eso es lo que permite entender la segunda parte, digna de
ser descrita por un García Márquez. La llegada a la ciudad de los vehículos
engalanados con las banderas del partido del gobierno repartiendo cajas con
alimentos, haciendo que la gente necesitada quede en evidencia todo el pueblo.
Nadie quiere parecer "necesitado" por más que lo
"necesite", de la misma manera que nadie quiere ser enterrado como
enfermo del COVID-19. En un mundo en el que la imagen social y familiar lo es
todo, los prepotentes miembros del partido del régimen van a vender su propia
imagen, la que siempre ha tratado de mantener el régimen: las de colas ante sus
camiones, la de gente mostrando que les deben el pan.
La reacción orgullosa al grito de "¡no tenemos el coronavirus!"
no deja de ser una forma de preservar la propia "dignidad" ante
quienes quieren que les deban el pan que comen, que ya se lo cobrarán después. Son las miserias de la política egipcia, siempre comprando voluntades, sin ideas.
La narración de lo que ocurre en Hayatem, los médicos sin
poder enterrarse bajo el estigma de coronavirus, la declaración de los
mártires, las luchas políticas de la Hermandad y el régimen, los camiones que
reparten humillando, las demandas contra China reclamando indemnizaciones, etc.
son profundamente de coherentes con una sociedad compleja, dividida, atada por sus propias
tradiciones, para bien y para mal.
Desgraciadamente, el cuadro general, por unas cosas y otras,
empeorará más allá de las cifras. Una cosa es la publicación de datos y otra
las muertes reales, ya se produzcan en hospitales o en la clandestinidad, con
la familia o en soledad.
*
"NYTimes, Guardian reporters in Cairo sued for publishing misinformation
on Covid-19 cases in Egypt" Egypt Today 16/03/2020
https://www.egypttoday.com/Article/2/82682/NYTimes-Guardian-reporters-in-Cairo-sued-for-publishing-misinformation-on
**
"Chinese ambassador to Cairo slams calls for Chinese compensation over
coronavirus" Egypt Independent 11/04/2020
https://www.egyptindependent.com/chinese-ambassador-to-cairo-slams-calls-for-china-to-compensate-world-over-virus/
***
"Three doctors died from coronavirus, 43 infected: Egyptian Medical
Syndicate" Ahram Online 11/04/2020
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/367032/Egypt/Politics-/Three-doctors-died-from-coronavirus,--infected-Egy.aspx
****
"Mideastern burial traditions clash with fears of contagion" Ahram
Online 7/04/2020
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/2/0/366765/World/0/Mideastern-burial-traditions-clash-with-fears-of-c.aspx
*****
"UPDATED: Egypt police disperse crowd attempting to prevent burial of
coronavirus victim, 23 arrested" Ahram Online 11/04/2020
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/367050/Egypt/Politics-/UPDATED-Egypt-police-disperse-crowd-attempting-to-.aspx
******
"Egypt’s Grand Mufti: Refusal of burying deceased COVID-19 patients
forbidden religiously" Egypt Today 11/04/2020
https://www.egypttoday.com/Article/1/84570/Egypt%E2%80%99s-Grand-Mufti-Refusal-of-burying-deceased-COVID-19-patients
*******
Basma Mostafa "For locked-down village near Mahalla, solidarity and
dignity are keys to surviving quarantine" Mada Masr 8/04/2020
https://madamasr.com/en/2020/04/08/feature/society/for-locked-down-village-near-mahalla-social-solidarity-and-dignity-are-keys-to-surviving-quarantine/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.