viernes, 24 de abril de 2020

¡Cuidado, la estupidez es contagiosa!

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El otro día aparecieron las primeras imágenes de los enfrentamientos. Al aquelarre de los "patriotas" norteamericanos, negacionistas del COVID-19 se le ha opuesto en las calles un grupo de enfermeras que, vestidas con sus trajes de faena y sus mascarillas se plantan ante ellos en silencio. Nunca fue un silencio tan elocuente ante tanta palabrería hueca, ante tanto grito fanático de los que se han creído al presidente más ignorante que ha habido en la Casa Blanca en toda su historia.
Los negacionistas, disfrazados de patriotas, celosos de unas libertades que dicen sentir amenazadas por aquellos que tratan de defender son el reflejo de la decadencia norteamericana que, sin razones, basa en la fuerza y el voluntarismo su forma de estar en el mundo. Nada resulta más patético que ver esas manifestaciones del otro virus, el de la estupidez, la base del trumpismo.


Frente a estos carnavalescos personajes, disfrazados con banderas que quizá piensan que espantan a los virus y les dan inmunidad, aparece a sobriedad del uniforme de los médicos y enfermeras. Es un duelo simbólico entre el fanatismo y el conocimiento responsable de la ciencia y los profesionales, el conocimiento humilde de quienes se están jugando la vida para ayudar a mucha gente. Frente a ellos, lo grotesco, un auténtico carnaval del despropósito, de banderas, armas y gritos insultantes.
La CNN nos mostraba ayer a una de estas enfermeras que se ha enfrentado con el silencio y el mensaje de sus vestimentas a estos vociferantes patriotas. En su perversión, se dedicaron a tratar de descalificarlas diciendo que no era personal sanitario real, sino actores contratados por los demócratas (que son los villanos internos en su película mental) para seguir con su plan de hundir la economía y sacar a Trump de la Casa Blanca. Con el titular "Meet the ICU nurse who silently stood in protest at a rally to reopen Arizona"*, la CNN le ponía nombre a esas figuras que se enfrentaron a los energúmenos defensores de la libertad de contagiar y contagiarse:

On her day off from working at a Covid-19 unit in an Arizona hospital, ICU nurse Lauren Leander threw on a pair of clean scrubs and headed to an anti-lockdown protest at the state Capitol.
She was determined to be a voice for her patients through silence.
Leander, a Banner Health nurse of five years, joined an intimate group of healthcare workers on Monday to counter protest at the Capitol, where people gathered to urge the governor to reopen the state.
Standing up straight, her arms crossed and face mask on, Leander stood on the Capitol steps, with a handful of healthcare workers lined up by her side. She said she only spoke if someone encroached on her personal space, despite people raising their voices at her.
"It was heated, people were very fired up about what they had to say," she said. "A lot of the top comments we got were about us being fake nurses, there was a huge majority of them that still believe this virus is fake, that it's a hoax and not real at all. They were convinced that we're fake nurses and that's why we weren't talking."
Arizona Gov. Doug Ducey has put a stay-at-home order in place until April 30. Because of this, several different groups of rallied at the Capitol to say the economy has suffered enough and the order needs to be lifted, according to CNN affiliate KNXV.* 


Hay dos aspectos relevantes en estos párrafos, el primero es la intención de dar voz a los pacientes. ¿Quién está hablando por ellos? Algunos son recogidos por los medios cuando salen de las UCI o los vemos salir de los hospitales entre aplausos. Para los republicanos todo esto —y es el segundo punto de interés— forma parte de una conspiración. "Hay una gran mayoría que cree que el virus es falso, un fraude", nos ha dicho la enfermera.


¿Cuántos contagiados —en un par de día llegarán al millón— necesitan en Estados Unidos para creer en la realidad? ¿Cuántos muertos se necesitan? Es difícil encontrar en el mundo una actitud de este tipo y el mundo asiste con asombro al espectáculo teniendo en cuenta que se trata de la considerada primera potencia mundial, la primera economía y la que se autodenomina "líder del mundo libre". ¡No existe mayor paradoja que este espectáculo!


El problema no es solo la ignorancia, si no la ignorancia militante, convertida en "razones", por un lado, y descalificaciones por otro. En esto, la presidencia de Trump tiene un papel esencial. Como ya hemos visto en otras ocasiones, Trump lleva mal la presión, que le hace lanzarse de cabeza. Lo ha hecho en la política internacional, con las amenazas continuas para ganar terreno. Pero el coronavirus no entiende de superpotencias, de drones, de mandar portaviones a las zonas que le molestan, de las presiones económicas...


La CNN titula "Trump, ever the salesman, is peddling dangerous cures for coronavirus". Ha moderado el titular que había insertado en la primera página hablando de "Travelling Show", presentando al presidente de los Estados Unidos como un buhonero vendiendo productos milagrosos de pueblo en pueblo. No es para menos. Es la imagen que mejor define la actuación de Trump, callando a sus expertos o discrepando en público.
La BBC recogía en ese mismo asombrado sentido:

US President Donald Trump has been lambasted by the medical community after suggesting research into whether coronavirus might be treated by injecting disinfectant into the body.
He also appeared to propose irradiating patients' bodies with UV light, an idea dismissed by a doctor at the briefing.
Another of his officials had moments earlier said sunlight and disinfectant were known to kill the infection.
Disinfectants are hazardous substances and can be poisonous if ingested.
Even external exposure can be dangerous to the skin, eyes and respiratory system.***


El mundo asiste asombrado a esta situación, máxime cuando los seguidores de Trump lo han convertidos no el líder del país, sino de una secta retrógrada, cegada por los deseos de que la realidad se pliegue a sus deseos. Ante esta adoración, Trump se crece y aumentan los conflictos con los que constituyen su equipo de asesoramiento sobre la enfermedad. No hay científico que pueda resistir este espectáculo y los que lo hacen es por la necesidad de tener una voz que pueda discrepar ante las barbaridades que se puedan transmitir al país. Pero Trump se ha convertido en el centro del show que son las ruedas de prensa y se limita a dejarlos en un lateral, condenados a ser preguntados sobre la autenticidad de lo que afirma, por más que no tenga sentido.
De esta forma ha convencido a sus acólitos que el calor acabará con el virus, que se pueden inyectar desinfectantes o que un gran calor interno o una potente luz puede matar los virus en su interior. El espectáculo supera cualquier espectáculo carnavalesco en el que se hiciera una burla de lo que es el poder, el conocimiento, el sentido común. Trump ha conseguido la imposibilidad de ser superado por las parodias. No hay mayor burla que él mismo.


Científicos, dirigentes, personas con dos dedos de frente de cualquier lugar del mundo apenas dan crédito a lo que escuchan. Los medios norteamericanos tratan de evitar que la gente haga caso a estas barbaridades y a las muertes por el coronavirus se añadan las debidas a intoxicaciones debidas a la fe ciega en estas barbaridades desde cualquier punto de vista.
Trump es un vendedor, como señala la CNN, sí; pero puede vender ignorancia, fanatismo, xenofobia... y ahora muerte con sus recetas milagrosas sobre cómo curar lo que no es más que su propia carrera hacia la reelección.
Las palabras de Trump, reproducidas por la BBC, sonrojan a cualquiera sin necesidad de ser especialista:

"So, supposing we hit the body with a tremendous - whether it's ultraviolet or just very powerful light," the president said, turning to Dr Deborah Birx, the White House coronavirus response co-ordinator, "and I think you said that hasn't been checked but you're going to test it.
"And then I said, supposing you brought the light inside of the body, which you can do either through the skin or in some other way. And I think you said you're going to test that too. Sounds interesting," the president continued.**

¿Luces dentro del cuerpo?  ¿Inyectarse desinfectantes? ¿Interesante? Me temo que es en el cerebro donde algunos necesitan más "luz", aunque me temo que ya es demasiado tarde para eso. Hay demasiado siguiendo las palabras del presidente, su ejemplo.


Pero hay que tener cuidado. Trump no es más que la punta del iceberg. El trumpismo va más allá de Trump e incluso le precede. Que lo llamamos con su nombre no quiere decir que sea su creación. Por el contrario, es el aglutinante de algo existente y que peligrosamente se ha proyectado desde los Estados Unidos hacia el exterior, hacia países en los que han encontrado está fórmula populista como exitosa para el mantenimiento del poder. Trump es una herramienta para desarrollar un proyecto mucho más ambicioso de los que buscan un reordenamiento del mundo, especialmente desde la perspectiva de un mayor autoritarismo interno y aislacionismo exterior, donde la fuerza sea el factor diferencial. No es casual la amistad o sintonía de Trump con los peores dictadores del globo.


La obsesión económica con la salida a la calle ha tenido un episodio insólito en la entrevista de Anderson Cooper, en la CNN, con la alcaldesa de Las Vegas, una ciudad que tiene todas las características para convertirse en un foco de expansión del virus a gran escala. En la entrevista, el periodista no puede creer en lo que escucha sobre la necesidad de abrir la ciudad, sus casinos y espectáculo. Las más de cien mil habitaciones de los hoteles no pueden seguir vacías. Supongo que la mafia estará de acuerdo.


Los patriotas admiradores de Trump han tomado las calles para exigir que se "liberen" sus estados, para "reconquistar" sus libertades que les son "robadas" por los gobernadores y alcaldes demócratas, secuestradas por las falsas enfermeras que se les enfrentan en las calles y frente a los edificios. Ellos son los "verdaderos" americanos; los demás, traidores y falsarios.
El diario La Vanguardia —y otros medios catalanes también lo reproducen— nos trae una noticia preocupante. Su titular es "Convocan una manifestación en Barcelona contra el confinamiento a pesar del estado de alarma" y el texto nos explica brevemente:

La asociación Moviment Cívic 12 d’octubre de Catalunya ha convocado una manifestación para el próximo 7 de mayo para protestar ante las “muchas” medidas preventivas impulsadas por el Gobierno ante la pandemia de la covid-19 que afectan las “libertades y derechos fundamentales de los ciudadanos”.
A pesar del estado de alarma decretado por el Ejecutivo, encabezado por Pedro Sánchez, que solo permite a la ciudadanía desplazarse para ir trabajar, a comprar o al médico, la entidad ha convocado en la plaza Urquinaona de Barcelona a las 18 horas la marcha “no partidista” y de luto por los muertos por el coronavirus.
El movimiento ha emplazado a las fuerzas políticas, sindicales, sociales y cívicas a sumarse a la iniciativa en defensa de los derechos constitucionales.
En una nota de prensa, han explicado que han enviado a la conselleria de Interior la celebración de la manifestación.
Según han explicado, la marcha reconocerá a las personas que han muerto como consecuencia de las “muchas deficiencias demostradas por el sistema y el Gobierno”. El movimiento ha indicado que a la marcha no habrá ningún lema a la pancarta. Solo una bandera española con un crespón negro. En cuanto a los manifestantes, han dicho que asistirán con mascarillas, guantes y manteniendo la distancia social “aconsejada”.****




La idea es bastante confusa, como todo lo que mezcla demasiadas cosas. Creo que se equivocan en varios niveles y con consecuencias distintas. ¿Tiene sentido hacer una manifestación en la que, como los trumpistas, protestas por la "muchas medidas preventivas" del gobierno y, a la vez, pones una bandera —como los trumpistas— por delante usando la excusa del crespón negro? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Al menos, dicen, saldrán  a la calle con mascarillas y respetando las medidas de seguridad en las distancias.
Podemos hacer críticas al gobierno, por supuesto —incluso muchas—, pero salir a la calle para protestar por las "muchas" medidas tomadas y a defender los "derechos constitucionales" se parece demasiado a los movimientos trumpistas para que los gobernadores no secuestren las libertades. Voy más allá: nada agradará más a los trumpistas que hacer ver que en otros países "también", como ellos, salen contra la "dictadura" de los gobiernos.


Lo que me parece verdaderamente poco decente es el crespón. Se trata de incluir un elemento más de discordia que se ha iniciado dentro de las luchas subterráneas que asolan este país. Puedo asegurar que jamás se me ha pasado por la cabeza que haya gobierno nacional, autonómico o de ayuntamientos que no lamente todas y cada una de las muertes. No necesitan ser reivindicadas por grupo alguno que, además, se las apropie, pues eso es lo que se trata de hacer sin preguntar a nadie. No se trata de unirnos al dolor de las familias, sino más bien de dividir —igual que hace Trump en los Estados Unidos— al país introduciendo nuevos conflictos a los muchos ya existentes. 
Cada muerte es de las familias y es del común de las personas de este país. Puedo entender que se quieran manifestar contra las medidas que, como a la alcaldesa de Las Vegas y a los dueños de los casinos, no les gusten. Pero no entiendo usar el dolor ajeno para buscar otras cosas. Si copiamos lo peor, tendremos lo peor.


Hay que tener cuidado para evitar hacer aquí populismo del malo, trumpismo con boina. Tratará de infiltrarse en cualquier causa. Ya tenemos bastante con lo que tenemos. A algunos les ha dado la obsesión con los crespones y lo que necesitamos ahora es sensatez y unidad. Debemos fijarnos más el valioso ejemplo de las enfermeras y no en el de los ruidosos patriotas trumpistas. Ya habrá tiempo para homenajes y pedir cuentas. No unamos al dolor el sonrojo.



* "Meet the ICU nurse who silently stood in protest at a rally to reopen Arizona" CNN 23/04/2020 https://edition.cnn.com/2020/04/23/us/az-nurse-coronavirus-rally-trnd/index.html
** "Trump, ever the salesman, is peddling dangerous cures for coronavirus" CNN 24/04/2020  https://edition.cnn.com/2020/04/24/politics/donald-trump-coronavirus-disinfectant-sunlight-science/index.html 24/04/2020
*** "Convocan una manifestación en Barcelona contra el confinamiento a pesar del estado de alarma" La Vanguardia 23/04/2020 https://www.lavanguardia.com/vida/20200423/48690944517/convocan-manifestacion-barcelona-contra-confinamiento-estado-alarma-moviment-civic-12-o.html



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