sábado, 11 de abril de 2020

Medidas, apretones y lo que opinan los alemanes

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Esto no es algo que se esté pasando; es algo que estamos evitando. No es otra cosa el confinamiento de las personas. Pero el virus está ahí con la misma fuerza de siempre. No hay nada que te libre más que las medidas de distancia social, la higiene frecuente y las hasta ahora denostadas mascarillas. Especialmente las dos primeras.
Los expertos temen y avisan que se están produciendo falsas interpretaciones, muchas veces expectativas excesivas, sobre lo que queremos creer y con ellas nos auto convencemos. Cada día que pasa eliminamos cosas que pensábamos que funcionaban y no lo hacen, porque también es una forma científica de trabajar eliminar los errores de partida y las suposiciones. Prueba y error para avanzar.


El ejemplo más claro lo tenemos en los famosos 14 días de cuarentena. Se plantea hoy mismo el caso del portaviones francés Charles Degaulle con decenas de infectados y que no ha tocado puerto desde hace más tiempo que esas dos semanas tranquilizadoras. La prensa habla hoy de "misterio", pero un misterio que viene de nuestras suposiciones. Puede que haya que modificar el tiempo o puede que haya que hacerlo con las formas de contagio. Los cincuenta infectados del Charles Degaulle deberían hacernos reconsiderar las seguridades que queremos creer.


Hace tiempo que se hablaba de ampliar la seguridad en las cuarentenas, de estar entre 20 y 24 días. No son verdades, son cifras que se modifican en función de la experiencia que se acumula y de los datos nuevos, porque algo hay que tener. El problema es cuando esas medidas no funcionan, si se modifican... o no.
La prensa norteamericana avisa hoy de personas que pasada la cuarentena y supuestamente curadas vuelven a dar positivo. Lo que sabemos del COVID-19 es muy poco y variable. Desde este nivel de incertidumbre, más vale pecar por exceso de medidas en algo que no tiene marcha atrás. Por eso se multiplican los avisos cuando crece la confianza.


Nos hemos pasado la mitad de este tiempo intentando acabar con bulos mundiales que van desde que los jóvenes no se contagian, que los africanos tienen la piel más gruesa y les hace más resistentes, que la vacuna contra la tuberculosis o la malaria funcionan o que tienes a Dios de tu parte, entre otras muchas ideas peregrinas. Todavía hay que sacar a personas de lento entender de las playas las que van a hacer surf o a tomar el sol; acabar con fiestas clandestinas o prostíbulos que se consideran como actividades esenciales.
La medida tomada por el gobierno de volver el próximo lunes a un estado previo al del actual confinamiento dentro del estado de alarma no cuenta con la opinión favorable de los expertos o, si nos ajustamos más a la realidad, con ninguna opinión ya que parece que no han sido consultados, según informa la prensa. El diario El País señala:

La vuelta a la actividad de los servicios no esenciales el próximo lunes se hará sin el beneplácito de todos los expertos que el Gobierno nombró para que le asesorase en la crisis del coronavirus. Antoni Trilla, epidemiólogo y uno de sus miembros, asegura que no fueron consultados y que, en su opinión, “sería sensato” mantener una paralización total más allá de esta semana. Fernando Simón, que lidera este grupo, asegura que todas las discusiones se tomaron en el entendido de que la medida excepcional acabaría tras Semana Santa: “No hubo una consulta explícita de prorrogar el decreto, pero esa tampoco es nuestra labor; lo que hemos debatido es las medidas que tomar cuando esto se produzca”, ha explicado a este periódico.*



Creo que, de nuevo, el doctor Simón está siendo más político de lo que debe. Si su función es simplemente reafirmar las acciones del gobierno y no asegurarse de que el gobierno hace lo que debe bajo su propia responsabilidad, volvemos a tener un problema de confianza, algo grave en estas circunstancias. Si la función del asesoramiento es decir qué deben hacer cuando se ha tomado ya una decisión "política" (en la que se incluyen los aspectos económicos, obviamente) los ciudadanos dejamos de confiar en los expertos. La prioridad ha dejado de ser la salud y ha pasado a ser cómo estar relativamente seguros en una situación insegura. Es cierto que no se puede continuar así mucho tiempo, pero también es cierto que hay muchas acciones que se deberían haber tomado y no se ha hecho.
La primera de todas ellas es que las propias empresas diseñen un plan de acción para crear condiciones de seguridad propias que puedan se homologables con un sentido de más realista de la seguridad. Nadie dispone de mejor perspectiva que las propias empresas y sus trabajadores para definir lo que se puede hacer para tener mejores condiciones, más seguras. Esto va desde, por ejemplo, redistribuir el mobiliario para asegurarse las distancias, establecer barreras de protección, alternar los turnos, escalonar las entradas, medidas de higiene especiales, la limpieza y desinfección, etc. Igual que hay que tener un plan de evacuación por incendios, ¿no sería tiempo de tener ya unas medidas de este tipo?


Como profesor universitario asisto al delirante debate sobre cómo examinar, con propuestas realmente rocambolescas en muchos casos. La prioridad parece ser cómo evaluar sin que se haga trampa, lo que no deja de definir nuestra perspectiva. No he visto, en cambio, unos planes para redistribuir los horarios, dividir los grupos para que haya menos alumnos en clase, tratar de concentrar en días para evitar desplazamientos durante toda la semana en los transportes públicos, escalonar horas de entrada y salida y otras medidas que se pueden tomar en los centros para garantizar primero la seguridad y después ofrecer en las mejores condiciones posibles lo que será la asistencia a clase. La educación es una de las mayores actividades de riesgo: concentración de personas y múltiples contactos.
De la misma forma, los cines, teatros, etc. actividades de concentración, deberían empezar ya a establecer normas, a diseñar sus protocolos,  para su reapertura: porcentaje del aforo que se puede ocupar en cada sesión, normas simples para la separación entre butacas, introducción de más sesiones para distribuir el público, formas de desinfección entre sesiones dejando más tiempo entre una y otra, no dar los mismos asientos en las sesiones siguientes, fundas desechables tras las sesiones, etc. Lo mismo para el transporte público, en el que habrá que arbitrar formas para descongestionarlo en horas punta, ¿qué pasará con los ascensores? La patronal de la construcción y los sindicatos, a los que se les pide volver al trabajo el lunes, ya se han sentado a elaborar un protocolo básico. Esperemos que vaya cundiendo esto y que se aprenda uno de los otros en esta situación insólita.
El gobierno piensa en grandes cifras y problemas. Pero el COVID-19 se contagia mediante un acto cotidiano, uno de los múltiples que hemos hecho, pero que no podremos volver a hacer quién sabe hasta cuándo.


Un documental antiguo —con esto quiero decir a.C., es decir, antes del COVID-19— me muestra el supuesto origen del estrechamiento de las manos. Un experimento nos revela que tras estrechar las manos se tiende a llevarla después hacia la nariz. El locutor nos dice que es una forma "oler" al otro, un gesto instintivo de cuando experimentábamos el mundo con la nariz. Nuestro sentido del olfato busca las feromonas del otro. Sea cierto o no, lo que sí es cierto es lo que la grabación de los sujetos de su experimento muestra, nos tocamos la cara con más frecuencia de lo que nuestra salud necesita ahora.
Creo que ha pasado el tiempo de las recomendaciones y ha llegado el de la educación más disciplinada y racional, el de la actuación firme en la vida cotidiana, el momento en que además de ser obedientes hay que ser diligentes. Pero para ello hacen falta algo más que recomendaciones. Hay que empezar a tomar medidas más allá del quedarse en casa esperando a que la "curva se aplane". No nos confundamos. Hay menos casos porque lo evitamos, no por el coronavirus en sí, que sigue a lo suyo.
Laura Smith-Spark firma un artículo que abre ahora la página de la CNN con el titular "These countries are reopening -- here's how they're doing it". En el artículo hace un repaso de las medidas tomadas en cada país y cuáles son sus planes de reapertura. La CNN cita al doctor Peter Drobac, un experto en salud global de la Oxford Saïd Business School, sobre estas medidas de apertura de algunos países menos afectado, de la República Checa a Austria entre otros:

None of those planning to ease their restrictions in the coming days are among Europe's worst affected -- and they will be keen to avoid a second wave of infections. So how have they got here?
According to Drobac, the countries preparing to ease restrictions had something in common: they were among the first in Europe to implement lockdowns or severe social distancing measures and had rapidly scaled up coronavirus testing.
"They had these things in place and as a result they are already past the peak of infections there," he said. The numbers of coronavirus-related deaths in these nations are in the tens or hundreds, rather than the thousands, he said, and "they are in a much better place because of proactive action."
What they've announced about how they plan gradually to relax restrictions "looks reasonable and it looks smart," Drobac said.
"It's a very gradual process and they will be able to learn and track things in terms of new infections. But if they ease up too much and infections start to spike, they can pull back a bit. That's how every country is going to have to do it."
Other countries looking to follow in their path need to meet three general criteria, he added, especially if they are to avoid a second wave.
Firstly, they need to have "bent the curve" and seen a consistent reduction in the number of new cases, he said. Secondly, their health care systems need to be able to cope without resorting to crisis measures such as emergency hospitals.
Thirdly, they need a system in place for mass testing, contact tracing and isolation, so that sick people can be isolated early before they infect others, he said, "which is public health 101 and what I wish we were all doing from the beginning."**



¿Son estas las condiciones de España? Se ha reducido el número de muertes, sí; pero el de contagios sigue existiendo, aunque a ritmo más lento. El sistema sanitario está un poco más liberado, pero no creo que sea a ese estado a lo que se refieren. Hablan de cientos de casos, no de miles. Nosotros nos movemos en los miles todavía. Y la tercera medida... dudo mucho que llegue hacerse tras los sucesivos fiascos con los que los test han dejado de llevar. Esa es la medida que se ha estado cuestionando desde el derecho: el confinamiento de las personas asintomática, su aislamiento. Hay que reconocer imaginación a los que las han llamado "arcas de Noé", un magnífico eufemismo pero poco indicativo de la realidad. Ni va por parejitas ni el diluvio está fuera. La realización de test masivos se puede hacer si se confina a las personas asintomáticas, los contagiados ignorantes de su condición y que lo transmiten.


España ha estado señalada hasta hace apenas unos días como uno de los peores escenarios hasta ser superados por los Estados Unidos. Junto con Italia, hemos sido exteriormente el ejemplo de aquello que no había que hacer. El diario ABC, en su pugna diaria con el gobierno, nos muestra hoy un titular "La mitad de los alemanes culpan a la gestión de Sánchez frente al coronavirus". El titular es, en el mejor de los casos, "peculiar" y muestra cómo se está haciendo periodismo en tiempo de crisis. Las explicaciones que se nos dan de esta inmisericorde opinión germana son:

Casi la mitad de los ciudadanos alemanes cree que los problemas de Italia y España con la crisis del coronavirus se deben principalmente a la mala gestión de los gobiernos de los dos países europeos, según revela una reciente encuesta de opinión. La consideración de los alemanes no excluye también el deseo de ayudar a los dos socios europeos, pero su percepción ha tenido un peso importante a la hora de explicar la posición del Gobierno alemán en esta crisis.
Los resultados de la encuesta explicaría, en efecto, las razones por las que Berlín se ha opuesto a las peticiones de Roma, Madrid y otras capitales europeas para que la UE emita un instrumento conjunto de deuda, los llamados coronabonos, como remedio parta hacer frente a las consecuencias económicas de la crisis. Esta discusión estuvo en el centro de las divergencias que impedían que los ministros de finanzas de todo el bloque llegaran a un acuerdo sobre una estrategia común y que se resolvieron finalmente el jueves por la noche con una fórmula que no incluye la deuda mutualizada.
La encuesta en línea se llevó a cabo entre 1.500 adultos y fue realizada entre el 5 y 6 de abril por una empresa londinense de estudios de opinión. El resultado reveló que el 45 por ciento de los encuestados está de acuerdo en que los problemas de coronavirus que enfrentan España e Italia «se deben principalmente a su mal gobierno» mientras que solo el 22 por ciento dijeron que no estaban de acuerdo de acuerdo con esta consideración.***



En primer lugar la encuesta no explica más que Alemania tiene elecciones dentro de poco y nadie quiere cargar con el sambenito de pagar lo que siempre ven como "la desidia tradicional del sur de Europa". Eso sería dar alas a la utraderecha alemana, cada día más crecida porque los males llegan de fuera. La forma de no tener que ayudar será siempre presentar un sur culpable. Pero estas cosas son las de siempre. Importa poco lo que piensen los alemanes; no es lo que cuenta. Lo que importa es lo que pensamos nosotros y, sobre todo, unos planes de futuro creíbles sobre la mesa. Y eso no lo vemos más allá de la distancia social, la higiene el confinamiento que se cierra.
Centrados en políticos y epidemiólogos, se nos han escamoteado las figuras de los señores y las señoras del otro lado, esos a los que se dice que no se junten, pero a los que se hace viajar apretados en el metro o autobús. Se ha tratado de los espacios públicos, pero no de las personas que realizan actividades en ellos y que deberán hacerlo de nuevo con una serie de prevenciones, sabiendo que no depende todo de su suerte. Lo de la distancia no es bastante; hay que entrar en los detalles.


Ahora resulta que la petición de los test no eran para estar más seguros (te puedes contagiar al día siguiente), sino para meter a la gente contagiada asintomática en los arcas de Noé. La medida se importa de China y separa a unos y otros de forma que se evite propagar. Para que funcione se necesita algo más que hoteles (la industria que se ha reciclado). Hacen falta muchos test para que sea efectiva la medida. Mientras haya gente que no lo sepa o lo sepa y no le importe (que es peor), la medida tendrá menor eficacia y llevará más tiempo.
En los países en que se hicieron pronto, habrá servido. A estas alturas, si hay muchos asintomáticos, veremos los resultados. Con todo, sean bienvenidos... cuando lleguen. Sería mejor producir los que han diseñado (les ha dado tiempo) un grupo de investigadores en el País Vasco y que dicen que sale mucho más barato, por cinco euros. Y seguro que hasta nos los compran fuera. Incluso hasta los alemanes, tan dados a juzgar a los demás.


Lo malo de esta situación es que cualquier error hace perder lo contenido (que no ganado) hasta el momento. Por eso son esenciales medidas y protocolos para regular la vida cotidiana, la vida laboral, la social... en fin, la vida misma porque esto no es parcial sino absoluto, afecta a todas nuestras dimensiones y actividades, relaciones y desafía nuestros propios conocimientos. Es un gran reto, más allá de los coronabonos.  
Estamos en el año 1 d. C., después del COVID-19. ¡Ánimo! Y a ver con qué nos encontramos el lunes.



* "El Gobierno decidió reanudar parte de la actividad sin el consenso de sus expertos" El País 10/04/2020 https://elpais.com/sociedad/2020-04-10/el-gobierno-tomo-la-decision-de-retomar-la-actividad-laboral-sin-consultar-a-su-comite-de-expertos.html
** Laura Smith-Spark "These countries are reopening -- here's how they're doing it" CNN  11/04/2020 https://edition.cnn.com/2020/04/11/health/european-countries-reopening-coronavirus-intl/index.html
*** "La mitad de los alemanes culpan a la gestión de Sánchez frente al coronavirus" ABC 11/04/2020 https://www.abc.es/espana/abci-mitad-alemanes-culpan-gestion-sanchez-frente-coronavirus-202004110204_noticia.html


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