Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
El
diseño es el arte de dar forma a lo que nos rodea, incluso a nosotros mismos.
Hay diseños funcionales y estéticos, los hay actuales, futuristas y pasados de
moda. Ahora necesitamos diseños seguros y, sobre todo, que nos hagan olvidar la
realidad cerrada en que vivimos.
El
diseño tiene mucho que decir en la era del COVID-19, pues lo que necesitamos es
una nueva definición del entorno adaptado a nuestra situación actual. Hay que
rediseñar los espacios de trabajo, los hogares, los espacios comunes, los
personales. Debemos rediseñarnos a nosotros mismos en la medida en que debemos relacionarnos
con los otros y eso ocurre en espacios que han sido diseñados para situaciones
de convergencia social.
Conforme
el tiempo se alarga y las noticias realistas que nos llegan nos hablan de que
esto puede durar más de lo que pensamos y que habrá que sobrellevarlo con
medidas que traten de evitar los contagios, es decir, eso que ya se llama de
forma abierta "nueva normalidad" para diferenciarlo de la
"antigua", la necesidad de redefinir ese nuevo estado se hace más
evidente. Y las propuestas van surgiendo.
La
Vanguardia nos trae algunos ejemplos de este rediseño del espacio y las
actividades con el titular "Una propuesta italiana, cubículos de plástico
en la playa para evitar contagios". La proximidad del verano y el temor a
que sea un desierto en el que se produzca otro drama económico hace que las
soluciones comiencen por el sector turístico del veraneo, que es masivo, estacional y viajero, tres características para
las que el COVID-19 supone un reto. El diario nos muestra la propuesta
italiana, que no es otra que el parcelamiento de la playa con materiales que permitan
las funciones básicas de las playas: baños, sol y tranquilidad. Nos dicen en el
diario:
Una empresa italiana ha desarrollado una
posible solución para mantener la distancia de seguridad este verano en las
playas y evitar el contagio del coronavirus: se trata de cubículos de plástico
transparente que aíslen a los bañistas en cada tumbona.
“Después de observar el uso de estas
estructuras divisorias en hospitales y residencias de ancianos, hemos pensado
que también podrían usarse en las playas”, explica a Efe el responsable de
ventas de la empresa Nuova Neon, Marco Giusti.
El proyecto está todavía en estudio, pero se trata
de dispositivos portátiles fabricados con hierro o aluminio y pantallas de
policarbonato o plexiglas, lo que protegería a los bañistas de la tos y los
estornudos de sus vecinos de tumbona.
Tendrían unas dimensiones de 4,5 metros por
lado y un acceso de un metro y medio de ancho, dentro del cual se situaría la
tumbona, la sombrilla o cualquier elemento, aunque el tamaño se podría adaptar.
Hasta ahora Nuova Neon ya ha recibido
solicitudes de varias empresas hoteleras, según explica Giusti, para quienes trabajan
con proyectos personalizados a la espera de nuevas normativas oficiales que
regulen el acceso a las playas.
La empresa, especializada en montar
expositores para el sector de la cerámica, tuvo que cerrar al empezar la crisis
del coronavirus, pero encontraron un nuevo filón de negocio en este tipo de
estructuras.*
Empecemos
por el final. Lo interesante es la necesidad de encontrar la parte positiva
para salir de la parálisis negativa. Muchas personas, pensando que esto se
acabará, no se deciden al giro, al rediseño de sus actividades por temor a
precipitarse y que la situación cambie. Dependiendo de los sectores,
evidentemente, los costes de la adaptación a las nuevas circunstancias serán
variables. Pero la necesidad de adaptarse es una fuerza que no debe ignorarse.
La
empresa italiana pasa de los expositores de cerámica a los cubículos de las
playas. En algunos casos habrá que cambiar la actividad orientándola hacia un
sector con mayor demanda. En otros, como nos muestra el mismo caso del turismo
playero, habrá que rediseñar el espacio o la actividad.
Hablamos
mucho de los sectores dañados por la crisis, pero se habla menos de los
beneficiados, que no son pocos. La empresa italiana de La Vanguardia ha
encontrado en el aislamiento una línea de trabajo que indudablemente tiene
futuro por delante. Lo tiene la enseñanza a distancia, el ocio digital, todo lo
relacionado con los teletrabajos, las herramientas de protección, el sector de
los repartos, las empresas de desinfección, el deporte casero... Muchos proyectos
se dirigirán más al hogar que al espacio público, que será redefinido para
mayor seguridad.
El
mismo reportaje nos ofrece las imágenes de las mamparas separadoras para los
restaurantes. No es la imagen de las grandes mesas para compartir, sino un
espacio dividido en el que se piensa en el mantenimiento de la seguridad antes
que en la socialización.
En el
bonaerense diario Clarín leemos sobre la nueva tendencia, con 43 licencias
solicitadas, para construir autocines en Alemania; es recuperar la vieja moda
norteamericana de ver películas desde los coches. El autocine convierte en minisala
el coche propio y nos aísla de los demás. Es un ejemplo de reciclado para la
supervivencia de un arte e industria, el cine, que no puede estrenar en las
salas, al que solo le quedan las plataformas de pago para estrenar (otras
grandes beneficiadas), y que puede aprovechar con estos formatos el deseo de
"salir al cine", no solo de ver películas en casa.
El
deseo de salir implica el cambio, el hacer algo distinto. Es cambiar de aires y
romper rutinas. Muchos lo necesitan para mantener la salud y el equilibrio
mental. Es hacer algo distinto, que ahora habrá que revisar según las
condiciones impuestas por la seguridad.
En el
diario Clarín, encuentro también una anécdota significativa sobre este deseo de
salir en su sección La historia del día.
Lo hace con el titular "La jubilada que salió a tomar sol: “Yo lo voté a
Larreta, pero medidas como ésta me generan rechazo y ganas de cachetearlo”"
y nos cuenta:
Un agente de la Policía de la Ciudad tocó el
portero eléctrico de un edificio de Avenida del Libertador al 3500 para hablar
con Alejandro, el marido de Sara Oyuela, quien desde las 13.20 del martes se
encontraba recostada en su reposera tomando sol lo más campante, sin registrar
el período de aislamiento social dictado por el Presidente de la Nación.
-Señor Alejandro,
¿puede bajar por favor y convencer a su esposa, que está tomando sol en el
Parque 3 de Febrero, a que vuelva a su domicilio?
-Discúlpeme pero
no puedo bajar. Sepa entender, hace 32 años que estamos casados y nunca la pude
convencer de nada.
La de Sara Oyuela fue la impensada historia
del día, especialmente por sus pinceladas bizarras. Cuatro agentes de la
Policía de la Ciudad, varones, intentando durante una hora disuadir a la
jubilada que vive enfrente para que vuelva a su domicilio. Eran cerca de las 15
de este martes. Pero Oyuela, sin ruborizarse le contestó: "Necesito aire y
sol, un rato más, hasta las 15,20. Después me iré". Llegaron más agentes,
esta vez dos femeninos, y Sara ya no pudo mantener su audaz transgresión.
Lo que siguió después fue aún más fellinesco.
Los autos sobre Avenida Libertados circulando a toda velocidad y Sara, con su
canasto y la reposera a cuestas, indignada y enceguecida cruzando en rojo, a
metros de la senda peatonal (de la calle Santa María de Oro), maldiciendo a los
policías que intentaban protegerla. "Tuvimos que parar el tránsito de
manera desprolija porque de lo contrario se la llevaban puesta", deslizó
uno de los responsables del operativo.***
No me
imagino a doña Sara Oyuela metida en un cubículo playero, aunque sea por su
bien.
Hay que
saber adaptarnos a lo que llega. De no hacerse, nos encontraremos con problemas
y callejones sin salida. No se trata tanto de volver a la actividad anterior,
como de volver a la actividad, que es lo que mantiene al conjunto del sistema.
Somos seres plásticos, adaptados a todos los rincones del planeta a lo largo de la historia. Esto nos ha cogido por sorpresa. Pero nos adaptaremos de nuevo rediseñando nuestras vidas, ajustándola a los nuevos desafíos.
* "Una propuesta italiana, cubículos de
plástico en la playa para evitar contagios" La Vanguardia / EFE 21/04/2020
https://www.lavanguardia.com/ocio/viajes/20200421/48663944719/cubiculos-plastico-playa-evitar-contagio-coronavirus.html
**
"Coronavirus: se vuelven a poner de moda los autocines, ideales para
mantener distancia" Clarín 19/04/2020 https://www.clarin.com/espectaculos/coronavirus-vuelven-poner-moda-autocines-ideales-mantener-distancia_0_F5rWrsoaL.html
*** *
"La jubilada que salió a tomar sol: “Yo lo voté a Larreta, pero medidas
como ésta me generan rechazo y ganas de cachetearlo”" Clarín 21/04/2020
https://www.clarin.com/sociedad/jubilada-salio-tomar-sol-vote-larreta-medidas-generan-rechazo-ganas-cachetearlo-_0_K0V7HmBp_.html
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