domingo, 26 de enero de 2020

Naufragios o estos no serán los felices 20

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Salí ayer a comprar el pan y regresé con la obra de Amin Maalouf, El naufragio de las civilizaciones, publicada entre nosotros a mediados de octubre pasado. Una mirada hacia lo alto del estante me permitió descubrirlo, solitario, en una esquina. Pagué el pan y el libro; sin querer esperar más, me puse a leerlo aprovechando lo que quedaba de tarde.
Hace tiempo que sintonicé con Maalouf, con sus visiones y explicaciones del mundo, especialmente de lo que define aquí como el "Levante", la parte oriental del Mediterráneo, hoy en conflicto permanente. Maalouf se pregunta en su introducción por el desastre ocurrido para que un espacio en el que muchos convivían, orgullosos de ello, se convierta en un espacio de muerte y odio. Su mirada va más lejos, al resto del mundo, donde no ve mejores perspectivas. División, conflicto, hacer saltar los logros de décadas con un solo gesto... Convivencia parece un concepto viejo, del que se ha renegado de forma expresa. "¿Cómo hemos llegado a esto?" (16), se pregunta ya desde el prólogo mismo de la obra.
Expresa su preocupación (y dolor) Maalouf en la presentación del texto:

Larga es la lista de todo cuanto ayer, sin ir más lejos, conseguía hacer soñar a los hombres, elevarles la mente, movilizarles las energías, y hoy se ha quedado sin atractivo. Esa «desmonetización» de los ideales, que se sigue extendiendo sin pausa y afecta a todos los sistemas y doctrinas, no me parece abusivo asimilarla a un naufragio espiritual generalizado. (18)

Es una paradoja que existiendo mejores condiciones para el diálogo en la comunicación, un mayor conocimiento, mejores bases para el entendimiento, sea en la confrontación constante donde se esté desarrollando un juego autodestructivo. Si el siglo XX tuvo dos grandes confrontaciones mundiales, el siglo XXI se ha atomizado en sus conflictos sin resolución y con constantes efectos en cadena.
Se han perdido los sueños comunes, como señala Maalouf. Lo peor es que han sido sustituidos por mezquinos sueños parciales enfrentados, pesadillas en las que el otro es objeto de agresión, pesadillas de miedo en la que los otros son los que nos agreden, como señalábamos ayer al hablar de la videovigilancia en Londres. No son figuraciones, son una probabilidad más o menos remota que es suficiente para jugar con ella para crear el miedo que paraliza y estresa, que nos consume y agota.
En el prólogo, Maalouf hace referencia a la Casa Blanca y la energía negativa que sale de allí. Pero hay también un párrafo sobre el asombro que le causa un Brexit que está todavía en el aire cuando escribe la obra. Dice tener la esperanza —hoy inexistente, a pocos días de que se cumpla la salida— de que no ocurra. "¡Qué naufragio!", exclama.
Leemos en La Vanguardia de hoy un magnífico artículo de Rafael Ramos, su corresponsal en Londres. En él se señala:

El Brexit ha resquebrajado la Unión, empujando a Escocia hacia la independencia y a Irlanda hacia la reunificación (aunque ninguno de esos procesos está maduro como para caer del árbol, y Londres se va a resistir con todo su poderío), y ha partido a Inglaterra por la mitad –jóvenes frente a viejos, intelectuales frente a obreros, la ciudad frente al campo…– empujándola hacia la derecha en línea con los populismos ultraconservadores y fascistoides de moda en el continente y en los Estados Unidos. El cincuenta por ciento está exultante, agigan­tado, borracho con la victoria. El otro cincuenta por ciento está deprimido, triste, hundido en la agonía miserable de la derrota.*



El "naufragio" no es una figuración de Maalouf, el mal sueño de un pesimista. Es una realidad que nos envuelve, que vamos percibiendo como enfrentada, de unos contra otros. Los enfrentamientos son en el nivel micro y también en el macro, de tu vecino a otra cultura, es una forma de estar en el mundo. Nos percibimos como enfrentados. Eso hace desmoronarse muchas cosas, naufragar.
No me parece exagerada la descripción de Ramos desde Londres. Su artículo se titula "El Brexit dispara la xenofobia y saca a relucir lo peor del alma inglesa" y ofrece elocuentes ejemplos del ambiente que se respira en las islas británicas. No es el único lugar donde se está sacando lo peor que tenemos. Es el alimento del odio, sus proteínas básicas: racismo, intransigencia, odio, xenofobia. Estamos sacando lo peor en casi todas partes.
Es la paradoja de la falta de convivencia cuando ya nada nos parece lejano; todo está próximo y es peligroso. Todo es coronavirus que en pocas horas es detectado en nuestras puertas. ¿Por qué vienen los otros a infectarnos, a quitarnos los puestos de trabajo? ¿Por qué saltan muros y vallas para invadirnos? Los medios contribuyen con su sensacionalismo a cargar de gasolina muchas situaciones. Nadie se para en nada; hay prisa en ganar antes de que todos perdamos.


La política ha descubierto la necesidad de canalizar este odio, esta insatisfacción constante hacia otros. Los británicos contra Europa, los norteamericanos contra México y China y ahora, que ya se han firmado acuerdos, contra la Unión Europa, como ha señalado Trump. El extremismo de todo el mundo crece porque se canaliza el odio hacia el extranjero, el diferente... Las instituciones son sustituidas por la violencia en las calles. Nada parece funcionar; no hay palabra posible que libere el deseo de gritar.
Todo va tan deprisa que no acabamos de comprender hacia dónde vamos. ¿Naufragio? Sí, quizá sea el término más adecuado a esta situación en la que hemos dejado de creer en lo que hemos construido juntos, en las buenas ideas que unen. Cada vez es más palpable el malestar en la discordia. Los que se resisten a ser arrastrados por este enfrentamiento constante son desbordados por los gritos que piden... no se sabe muy bien qué. ¿Otra cosa? ¿Qué? Es necesario encontrarlo antes que sea tarde.
La descripción anímica del Reino Unido dada por Ramos valdría para muchos otros lugares en los que la división se vive de forma dramática. Estos no serán, a todas luces, los "felices 20" del siglo XXI. Habrá que rebuscar en los escombros de nuestras ilusiones para sacar energía positiva, la necesaria para remar contracorriente.
Son muchas voces las que advierte de este fondo sobre el que se recortan las figuras. Cada día se percibe con más claridad que no es un buen camino, que hacen falta correcciones, que se han llegado a ciertos límites que no se deben traspasar. 



Amin Maalouf (2019) El naufragio de las civilizaciones. Alianza Editorial, Madrid.
* Rafael Ramos "El Brexit dispara la xenofobia y saca a relucir lo peor del alma inglesa" La Vanguardia 26/01/2020 https://www.lavanguardia.com/internacional/20200126/473132508412/brexit-reino-unido-fecha-viernes-boris-johnson.html

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