sábado, 4 de enero de 2020

Crecen los conflictos, ahora Libia

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El atentado selectivo contra el General Qasem Soleimani está empezando a plantear dilemas perceptivos como los del vaso medio lleno o medio vacío. Para Trump es una forma de evitar una guerra; para el resto, una forma de provocarla. En los divididos Estados Unidos de la era Trump, nada es, todo parece ser. Lo malo es que en estas circunstancias, lo que discutan los norteamericanos sobre las acciones de su presidente no importarán a la decisión que se pueda tomar en Teherán, donde claramente se percibe como un atentado.
El gran error de Trump —pero es su línea de actuación constante— es pensar que lo que él hace va a ser siempre respaldado por los que están bajo el escudo norteamericano. Lo malo es que este escudo está empezando a ser lesivo para el que está debajo, le expone a peligros en los que no ha decidido y es un sobresalto constante. La pregunta que se hacían ya ayer era "¿cómo responderá Europa?". Es una pregunta esencial, la segunda tras "¿cómo responderá Irán?".


Que Irán responderá parece fuera de toda duda. No puede permanecer impasible ante una provocación de tal calibre. El deporte de los asaltos a las embajadas es peligros y con cada nuevo precedente (Teherán, Bengasi...), el peligro se acumula.
En The Washington Post podemos leer el proceso de la toma de decisiones que llevó al lanzamiento de los misiles contra Soleimani. Los presentes dicen que el presidente les sorprendió por lo decidido que estaba. Después se señala:

On Friday, hours after a U.S. drone killed Soleimani and an Iraqi militia leader at the Baghdad airport, senior State Department officials told reporters that Iran had been plotting “imminent attacks directed at killing hundreds of Americans” but declined to offer specifics. Secretary of State Mike Pompeo told CNN on Friday that Soleimani “was actively plotting in the region to take actions, the big action as he described it, that would have put dozens if not hundreds of American lives at risk. We know it was imminent.”
On Capitol Hill, officials briefed lawmakers and staff but didn’t provide any details about the alleged Iranian targets or what made them imminent, according to people who were present.
Some analysts were skeptical about the need to kill Soleimani.
“There may well have been an ongoing plot as Pompeo claims, but Soleimani was a decision-maker, not an operational asset himself,” said Jon Bateman, who served as a senior intelligence analyst on Iran at the Defense Intelligence Agency. “Killing him would be neither necessary nor sufficient to disrupt the operational progression of an imminent plot. What it might do instead is shock Iran’s decision calculus” and deter future attack plans, Bateman said.*



Lo malo del futuro cambiado es que es indemostrable. Esa "the big action" que Pompeo señala como justificación de la acción, una vez perdida la credibilidad, es difícil de sostener. La acción es lo suficientemente contundente como para ir más allá de esas afirmaciones sin más fundamento que lo dicho.
Trump necesita presentarse ante los electores norteamericanos como un gran triunfador, como el salvador de vidas, como dice Pompeo, con sus acciones y decisiones. Esa es la única justificación posible frente a lo que parece un despropósito político, el desencadenante de una escalada que hasta en Oriente Medio se está pidiendo que reduzca.
Lo que ocurre en Irán, por otro lado, está sirviendo de tapadera de donde sí se está produciendo una gran escalada, en la castigada Libia. La decisión de Turquía, aprobada desde el parlamento (algo que se le recrimina a Trump no haber hecho) abre unas nuevas perspectivas de conflicto que no se esperaban en estos momentos. 


La astucia de Erdogan le permite jugar esta baza en un momento de máxima tensión junto a su país, con la jugada de arrinconar a los kurdos en Siria. Ahora se desplaza hacía el otro lado, hacia Libia, tratando de desequilibrar el conflicto "civil" que allí se vive en favor del gobierno reconocido, de carácter islamista. Como ya dijimos ayer, todo son formas de ampliar poder y desestabilizar a los otros en un mapa destrozado por las luchas constantes.
En el estatal egipcio Ahram Online leemos:

In a joint statement on Friday, the parliaments of Egypt, Saudi Arabia, the United Arab Emirates and Bahrain said they reject any form of foreign intervention in Libya's internal affairs.
The statement, issued by the Egyptian House of Representatives, the Shura Council of the Kingdom of Saudi Arabia, the Federal National Council of the United Arab Emirates, and the National Assembly of Bahrain declared that they strongly reject the approval of the Turkish parliament on Thursday to send military troops to Libya.
"This decision represents a flagrant violation of the rules of international law, and directs an assault on the independence of Libya and integrity of its land," said the statement.
The four Arab parliaments said they fully support the statement issued the Arab parliamentary union – which is affiliated with the Arab League – which denounced the decision of the Turkish parliament.
"We renew our firm and full stance in rejecting any foreign aggression on any Arab country, and that foreign intervention only helps reinforce the capabilities of terrorists, undermines peace efforts and political solutions, complicates the situation in the Middle East, leads to instability and creates humanitarian crises," said the statement.
The parliaments urged the international community to play its role in standing up to foreign violation of the sovereignty of Arab countries and support political solutions, “for the sake of preserving the security and stability of the peoples and states of the region."**


El salto de Turquía por encima de Egipto supone dejar a estos en una pinza y, sobre todo, dejar bien cubiertos a los movimientos islamistas, de Marruecos a la propia Libia, que es lo que Erdogan quiere dejar claro sobre el mapa. Ir en ayuda del gobierno islamista libio es poner "orden" en el oeste, una vez "normalizado" el este en Siria. Con Líbano desestabilizado y con Israel en fase agresiva, el panorama no puede ser más desolador.

Por muy bonitas que sean las palabras aprobadas por los parlamentos, lo que encubren es la lucha en la zona por controlar a los islamistas de la Hermandad Musulmana y todas sus franquicias. Egipto (no solo él) quedaría en un bocadillo islamista. Dar amparo a los grupos terroristas no es política de buena vecindad. Egipto no quiere islamistas en sus fronteras.
Una vez consolidado el frente sirio por Erdogan y Putin y fijo Al-Assad en su puesto, la estrategia es recuperar lo que hay al otro lado de Egipto. Recordemos que Egipto ha estado haciendo incursiones de represalia en Libia cada vez que ha habido un atentado terrorista, bombardeando los campos de entrenamiento y los refugios de terroristas.
En este contexto incendiario, Erdogan tratará de jugar sus bazas y reivindicarse como el líder del islamismo, arrastrando a Turquía hacia un conflicto que le haga conseguir prestigio y apoyos para su propio poder, debilitado. Lo malo es que hay varios empeñados en el mismo prestigio sucio.
Se siguen acumulando conflictos y países en muy poco espacio. Tras Irán, ahora Turquía, Libia, Egipto...


* Missy Ryan, Josh Dawsey, Dan Lamothe y John Hudson  "How Trump decided to kill a top Iranian general" The Washington Post 04/01/2020 https://www.washingtonpost.com/national-security/how-trump-decided-to-kill-a-top-iranian-general/2020/01/03/77ce3cc4-2e62-11ea-bcd4-24597950008f_story.html
** "Parliaments of Egypt, UAE, Saudi Arabia and Bahrain denounce Turkish decision to send troops to Libya" Ahram Online 3/01/2020  http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/358850/Egypt/Politics-/Parliaments-of-Egypt,-UAE,-Saudi-Arabia-and-Bahrai.aspx





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