Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Sin
duda, Donald Trump es una máquina de crear problemas. Su incompetencia es
pareja a su falta de sentido político o quizá la una sea el resultado del otro
y viceversa. Es difícil tener menos sentido común y creerse un genio, como es
el caso.
Podríamos
encontrarnos con un presidente sin experiencia política internacional (ni
nacional), que escuchara a los asesores, que para eso están. Pero Trump nació
sabiendo y además considerando que todos los demás son un desastre que solo él,
el elegido, puede remediar. Partamos de este principio: Trump no es la persona
adecuada para dirigir los Estados Unidos de América, el país más poderoso del
mundo. Pero está ahí. Las disputas de los norteamericanos están muy bien y son
muy democráticas, pero los efectos de lo que hace Trump se extienden por todo
el globo.
Cuando
abogó por el "aislacionismo", la gente se llevó las manos a la
cabeza. Pero el problema es que Trump no es "aislacionista"; es un
imperialista que trata de crear un mundo del que sea considerado su diseñador.
Si sus ideas se quedaran en los USA, estupendo, el mundo podría soportarlo. Pero
el problema es que Trump tiene ideas sobre el dominio de los Estados Unidos
sobre el mundo, amigos y enemigos. Quizá habría que decir que Trump, como
posiblemente le pase en su vida diaria, no tiene amigos, solo piezas que
encajen en su maquinaria. Lo que hace, no lo olvidemos, lo hace en el nombre de
los Estados Unidos por lo que —como hemos señalado en varias ocasiones— se tardará
décadas en restaurar, si es que es posible, la confianza en un país que con
tanto poder puede quedar en manos de un tipo como Donald Trump.
Al
conflicto con Irán, se suma ahora el que se ha creado con el propio Iraq, en
cuyo suelo ha atentado contra Qasem Soleimani, borrándolo del mapa.
Con
esto, Trump —que no se molestó ni en notificar a las cámaras de representantes
ni al senado de los Estados Unidos— ha incumplido el deber elemental de
notificar al gobierno del país en el que está instalado junto a otras tropas
internacionales.
El
parlamento iraquí, sin más remedio, ha votado por la salida de los estados
Unidos de su territorio, que está usando para atentar. La respuesta de Trump no deja lugar a dudas: «"We have a very extraordinarily expensive air base that's there.
It cost billions of dollars to build. We're not leaving unless they pay us back
for it," he told reporters», según recoge la BBC en el artículo titulado
"Trump threatens
Iraq with sanctions if US troops are expelled"*.
¿Es consciente Trump de lo que ha dicho? ¿Y de lo que
implica? La situación mundial de los Estados Unidos momentos es el
unilateralismo y la fuerza, lo que sumado implica el imperialismo, no ya como
un tópico, sino como una forma real. Estados Unidos entra en un país y decide
él cuándo sale.
La obsesión de Trump por las facturas es una parte esencial
de su personalidad. Recordemos que a la obsesión por la construcción del
"muro" que le separará de México se le sumaba la idea que debía ser
México quien pagara la factura de su construcción. La misma idea se ha esbozado
en ocasiones en otros casos. Trump trata de trasladar a los ciudadanos
estadounidenses que los presidentes anteriores han sido despilfarradores y que
han sido parasitados por el mundo, que USA vigila el mundo y no cobra por ello,
que ellos son los "good guys" y el resto los "bad guys", en
un increíble maniqueísmo infantiloide que ha sido adoptado en la jerga política
habitual de los gobernantes. Eso implica la consecuencia obvia: todo lo que
hacen los Estados Unidos es bueno. Los que le siguen están en la pandilla; los
que muestran reticencia quedan en el otro lado, el de los malos. Unos van en
caballo blanco y otros en caballo negro.
Con la respuesta a Iraq sobre la factura del coste de la
base, Trump ha quedado en evidencia ante el mundo. Han quedado sus maneras al
descubierto, por si había duda. Me imagino que donde se habrá tomado mejor nota
será en la Unión Europea en donde podemos encontrarnos con problemas similares
en el momento en el que nos decidamos por un ejército europeo y dejemos de lado
el paraguas norteamericano de la Guerra Fría.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Europa quedó diezmada y con
poca capacidad de tener un ejército en condiciones frente al expansionismo
confiscatorio que situó a la Unión Soviética hasta la frontera de la Alemania
comunista. Estados Unidos y Rusia se repartieron el mundo y quedaron con media
Europa cada uno.
En el momento en el que Europa trate de salir adelante sin
los Estados Unidos, Trump crea conflictos en su misma puerta. Hoy es Irán y
Oriente Medio, mañana será una escalada con Rusia. Trump juega con la idea de
que nadie con sentido común quiere una escalada hasta los niveles de una guerra
abierta, pero el mundo de Oriente Medio no es el de un ejército disciplinado y
obediente, sino un tejido complejo y anárquico, en el que cualquier lobo
solitario o cualquier célula terrorista pueden crear un momento de caos y
violencia.
Con la factura a Iraq, Trump ha mostrado su actitud ante sus
aliados. España tiene soldados en Iraq, que quedan en una situación complicada,
como los de los otros países. En Oriente Medio el concepto es
"Occidente", por lo que todos los aliados de Estados Unidos, por
mucho que no compartan ni sus maneras ni sus actitudes, se verán insertos en
esta oleada de violencia imprevisible.
Trump se salta todas las normas, acuerdos y leyes internacionales (también las nacionales, que le son paradas por los jueces). Hace algún tiempo llamamos "matonismo" el tipo de política que estaba practicando. Hoy es un término frecuente en los titulares y en las columnas de los comentaristas de los países aliados. Es difícil encontrar a alguien que respalde esta forma de hacer política. Hasta el momento las risas y chistes han circulado entre los dirigentes, pero hoy ya no hay mucho margen para la risa. Con sus actos, Trump está pervirtiendo la política y comprometiendo a todos; está echando en brazos de sus oponentes a los que no lo estaban. Se está quedando, en suma, solo, dentro y fuera de los Estados Unidos, llevando al país a una posición enfrentada a todos.
Los que todavía le apoyan están cada vez más asustados de hasta dónde les puede arrastrar. El mundo está en un constante precario equilibrio, pero con Trump los riesgos se amontonan y se hacen más difíciles de prever los cálculos de lo que pueda ocurrir. Los efectos del cambio climático, las presiones sobre la economía mundial con las amenazas constantes de aranceles y cercos... y ahora la amenaza de una guerra. Es el mundo de Trump.
*
"Trump threatens Iraq with sanctions if US troops are expelled" BBC
6/01/2020 https://www.bbc.com/news/world-middle-east-51003159
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