jueves, 23 de agosto de 2018

Los herejes son los otros o la promesa II

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Ayer hablábamos del argelino muerto cuando atacó una comisaría de los Mozos de Escuadra armado de un cuchillo y al grito de "¡Alá es grande!". Por encima del conflicto personal del joven para vivir su sexualidad dentro de familia y comunidad, resaltábamos el efecto de la "promesa", es decir, de la entrega del paraíso si se sacrifica llevándose por delante a cuanto "infieles" pudiera. Por encima de los demás debates, está el hecho de que la culpa le llevó a buscar lo que se le "promete" a cambio de la muerte de otros. Para convencer a la gente de que ese es el camino correcto, se dispone de miles de posibilidades. El problema no es tanto el paraíso en sí, sino la factura que te exigen para entrar. Pero condenar esas vías no es fácil porque se disfrazan de piedad, de voluntad de Dios y de mérito ante la comunidad. Habrá, sin duda, quienes lo rechacen, pero muchos otros no lo harán porque están ahí, expresadas claramente y discutirlo puede ser peligroso. La yihad es la yihad y por muchas interpretaciones que haya está ahí, como una puerta abierta al paraíso. Luego se entremezclara con otras cosas, pero la promesa está ahí.


Egypt Independent nos trae, con el titular "Islamic State chief, in rare speech, urges followers to fight on", un ejemplo claro de este tipo de promesa lanzada a los cuatro vientos por el líder del Estado Islámico:

CAIRO (Reuters) – Islamic State leader Abu Bakr al-Baghdadi, in his first purported speech in nearly a year, has called on followers to fight on despite recent defeats, according to an audio recording posted on the group’s media outlet.
In the 55-minute statement, Baghdadi congratulated what he described as the “striking lions” behind recent attacks in Canada and Europe and called on followers to use bombs, knives or cars to carry out attacks.
Baghdadi also offered greetings to Muslims for Eid al-Adha, a feast which is celebrated this week, suggesting the message was recorded recently.
“For the Mujahideen (holy warriors) the scale of victory or defeat is not dependant on a city or town being stolen or subject to that who has aerial superiority, intercontinental missiles or smart bombs,” Baghdadi said in a recording in Arabic posted by his al-Furqan media group.
“Oh Caliphate soldiers…. trust in God’s promise and His victory… for with hardship comes relief and a way out,” he added, addressing followers in various cities in Syria.*


El ejemplo tiene valor para comprender que no es una cuestión de "radicalización", sino de "profundización", un proceso diferente y que tiene que ver con la esencia propia del islam, la invariabilidad del mensaje coránico original. Los movimientos de corte salafista buscan las raíces del islam en un regreso a la vida originaria como respuesta a la "degeneración". Evidentemente, esta forma de purismo tiene sus adeptos en un escenario continuo de disputa sobre quién está más cerca del mensaje divino, que es inalterable. El islam mismo se blinda contra aquellos que se desvían de la palabra, dada directamente por Dios. Las escuelas interpretativas acaban siendo callejones sin fondo, que deben protegerse de los puristas, como el Estado Islámico que exigen la obediencia absoluta, la "sumisión" a lo expresado en el Corán.
En este sentido, la atracción de las raíces, del mensaje literal del Corán, conllevan la obediencia a quienes la practican y exigen. Esto tiene que ver con la forma de abordar las relaciones con el poder terrenal, que debe estar supeditado a las ideas. Es la denominada disputa entre "califas" y "sultanes", es decir, entre el poder religioso y el político. La palabra "política" tiene aquí un sentido muy específico, ya que no es el arte de gobernar, sino el arte de traducir el mensaje coránico a la realidad.
En el texto de Egypt Independent se explica:

Baghdadi, who declared himself ruler of all Muslims in 2014 after capturing Iraq’s main northern city Mosul, is now believed to be hiding in the Iraqi-Syrian border region after losing all the cities and towns of his self-proclaimed caliphate.
[...]
Baghdadi also called on Iraqi followers to keep up attacks against Shi’ite Muslims and what he described as apostates — a reference to Sunni Muslims fighting against his group.
He called on followers to remain loyal to the leaders of his movement and urged the citizens of Saudi Arabia, Bahrain and Jordan to overthrow their rulers.*

Desde su perspectiva purista, él es el único líder de los musulmanes de todo el mundo, ya que no se trata de una disputa territorial, ya que el islam se debe extender hasta cubrir el planeta, cuando todos obedezcan los mandatos expresados en el Corán.
El liderazgo no es por tener unas dotes especiales en sentido político. Lo que ha hecho es profundizar en el conocimiento de la palabra de Dios y la ha interpretado de forma directa. Los líderes musulmanes, en cambio, están incumpliendo el mandato que justifica su liderazgo. No hay otra justificación que el acatamiento de la Ley, tal como se expresa o deriva del texto.

2011
En ocasiones salta algún escándalo social cuando los eruditos dan cuenta del sentido literal de lo expuesto en determinados pasajes. Su literalidad lo convierte en verdad universal y eterna. No hay posibilidad de interpretarla y ajustarla a los tiempos actuales. Los intentos en Egipto de cambiar algunos aspectos sociales para acomodarlos a los momentos actuales y a las aspiraciones de progreso social, chocan con los dictámenes de los eruditos, cuando señalan que es acorde a la doctrina islámica. Así hemos visto recientemente los casos de la herencias de las mujeres o del divorcio exprés (el marido lo notifica sin necesidad de contar con la esposa) cuando se ha querido reducir el impacto de un 65% de tasas de divorcio en el país, efecto a su vez de la rebaja de la edad de casamiento de las mujeres.
Desde la perspectiva del salafismo, el mundo que se aleja de la comunidad original que siguió a Mahoma y vivió bajo sus reglas, se aleja de Dios. Los responsables son las autoridades que deben evitar que la comunidad se aleje del camino recto. Es lo que ha ofrecido el Estado Islámico a los que quedaban bajo su control. De ello hemos tenido suficientes noticias.

Desde la perspectiva del Estado Islámico y su líder, los herejes son los otros. Califica de apóstatas a todos los que no cumplen y llama a su muerte. Los grupos egipcios afiliados al Estado Islámico ametrallaron a una comunidad musulmana sufí por considerarlos herejes, de la misma forma que atacan a los coptos atribuyéndoles conspiraciones para acabar con el islam en Egipto e intentar que reine el cristianismo.
Pero esta ortodoxia de la vuelta a las raíces no tiene porqué estar asociada directamente al "terrorismo", sino que plantea el deber de cada musulmán de acabar con aquellos que vayan en contra de la religión en su versión purista. El caso del degollamiento propietario de una tienda no tenía más motivo que vender alcohol. Fue advertido y, al no hacer caso, se le ejecuto en plena calle, delante de su tienda con toda la sangre fría.
Los rivales de esta tendencia purista son todos aquellos a los que  se considera que se apartan del correcto cumplimiento. Puede sorprender que llamen a derrocar a los dirigentes de un país tan retrógrado como es Arabia Saudí. No debe sorprendernos porque hay muchas maneras de ser retrógrado. El wahabismo saudí es otra variante del salafismo, del retorno. Los dirigentes de estos países se han ocupado con el paso del tiempo de tener de su lado a los eruditos que satisfacen y justifican sus reinados y acciones. De esta forma son piadosos a los ojos de los que deben ser gobernados por ellos. Se produce así una simbiosis entre poder religioso (los eruditos e instituciones) y el poder político, las casa reales o gobiernos, que asegura su mandato justificándolo.


En Egipto, vimos cómo los eruditos decían que iba "contra el islam" manifestarse con motivo de la conmemoración de la Revolución del 25 de enero o que los funcionarios hicieran huelga. Al-Sisi ha buscado la complicidad de Al-Azhar, como ya lo hizo en su momento Nasser, al convertirlos en funcionarios. La Universidad sigue en conflicto ya que ha sido foco y lo sigue siendo de islamistas y salafistas. Las protestas de muchos sectores contra las enseñanzas que allí se dan tiene por contestación que solo lo hacen con una finalidad "histórica", pero no hay historia en lo que es eterno, solo precedentes. Lo que era correcto entones, ahora lo sigue siendo porque todo está ya dicho.
La promesa que se le ofrecía al argelino era la redención de una vida impropia a los ojos de la religión y, por ello, de la comunidad en la que tenía que vivir. El retroceso en el mundo islámico se produjo desde los años 70, en los que el dinero del petróleo sirvió para financiar escuelas coránicas, editoriales, canales de televisión, etc. para expandir la idea de que los gobernantes que tenían muchos de esos países, gobernados por dictadores (tan dictadores como lo puedan ser otros de la zona), debían ser depuestos por no seguir las vías correctas del islam, lo estaban pervirtiendo y occidentalizando.
Eso les sirvió para presentarse como los "buenos musulmanes", los más piadosos, ante los ojos de los que decidían sumarse a su causa. La vieja consigna de "¡El islam es la solución!" da por hecho que no hay que hacer nada más que seguir el Corán, en donde están todas las soluciones. La pregunta expresada por los salafistas en Egipto a la hora de redactar la constitución, ¿para qué queremos constitución si tenemos el Corán?" da cuenta de este planteamiento que está en la fusión de poder y religión, o, si se prefiere, en la no separación, ya que eso es lo que se hizo originariamente.


Las luchas por el poder en el islam pueden ser de varios tipos y encubrir muchas cosas, pero la lucha principal es precisamente evitar lo que Occidente pudo lograr, separar la religión de las otras facetas del estado y la vida pública. Gracias a ello han podido evolucionar los estados, ha podido producirse el progreso científico, la democratización, etc.
Los islamistas de diversas tendencias lo saben perfectamente. Se trata de evitar precisamente que la religión pierda el poder, que es doble, el de la cabeza y el de la base. Al dirigente se le exige para gobernar que cumpla los mandatos religiosos y que castigue sus desvíos; al pueblo que cumpla con sus obligaciones y respete al gobernante que cumpla. Se consagra así la obediencia, no hay democracia. El gobernante no sigue los deseos del pueblo, sino la voluntad de Dios. Por eso el primer paso es la deslegitimación del poder cuando son perseguidos por él. Ellos son los piadosos, los amantes de Dios y a los que Dios ama; son, como dice el mensaje de Abu Bakr al-Baghdadi, los que muestran el camino al paraíso.
Esto no es solo una cuestión del Estado Islámico, sino un camino abierto a través de la profundización en el mensaje de que no hay más que una opción, seguir lo marcado por Dios. Cuando se llega a ese punto, el de la "sumisión", todo lo demás viene por añadidura. Basta un conflicto como el del argelino homosexual que, incapaz de afrontar su condición e incapaz de enfrentarse a la comunidad, escogió la forma en que se le prometía el paraíso, matar infieles.
Hemos criticado el camino de la ortodoxia que se plantean en Egipto para acabar con el "terrorismo" o con las "versiones erróneas" del islam. El error está en pensar que los piadosos van a pararse en su afán de pureza religiosa. Siempre se considerarán los puros, mientras que verán a los otros como herejes, apóstatas o ateos.


El hecho de que la forma de querer frenar el extremismo sea encerrando y condenando a ateos, homosexuales, activistas sociales, etc. es un error de dimensiones históricas porque eso nunca se va a poder controlar. Es más fácil encarcelar activistas. Pero el único camino es precisamente dejar que ellos debiliten el poder de los puristas con nuevas ideas reformista y separando poderes, pero eso significa renunciar a una herramienta muy poderosa para los gobiernos, que la han usado. Todos los gobernantes, de Gadafi a Hussein, apelaron a la religión cuando les convino para evitar caer. Eran laicos hasta que les venía bien dejar de serlo.
El retrógrado régimen de Arabia Saudí, espejo de la ortodoxia wahabita, acaba de pedir la pena de muerte para unos activistas de derechos humanos en el Reino. The Guardian nos lo cuenta así:

Saudi Arabian prosecutors are seeking the death sentence for five human rights activists, including a woman who is thought to be the first female campaigner in the country facing execution, rights groups have said.
Israa al-Ghomgham, a Shia activist arrested with her husband in 2015, will be tried in the country’s terrorism tribunal even though charges she faces relate to peaceful activism,
“Any execution is appalling, but seeking the death penalty for activists like Israa al-Ghomgham, who are not even accused of violent behaviour, is monstrous,” said Sarah Leah Whitson, Middle East director at HRW.
Together with her husband, Moussa al-Hashem, and three other defendants, Ghomgham faces charges that “do not resemble recognisable crimes”, HRW said.
They include participating in protests, chanting slogans hostile to the regime, attempting to inflame public opinion and filming protests and publishing on social media.
Saudi Shia citizens face systematic discrimination in the majority-Sunni nation, including obstacles to seeking work and education, and restrictions on religious practice. Ghomgahm had joined and documented mass protests for Shia rights that began in 2011 as the Arab spring swept across the region.**


Efectivamente, es "monstruoso". Es el régimen que ha roto relaciones diplomáticas y se ha llevado a todos sus ciudadanos de Canadá por pedir la libertad de los activistas. Estudiantes, empresas, enfermos en hospitales..., todos han sido conminados a abandonar un país que les parece que se entromete en sus "asuntos internos". Pero el respeto de los derechos humanos no es un asunto interno en el que excusarse. Es la doctrina de Egipto, el primero en apoyar a Arabia Saudí y su principal valedor.
Las contradicciones del mundo islámico son profundas y las pagan sus víctimas, como el argelino homosexual o aquellos que mueren a manos de los que buscan el camino rápido hacia el paraíso. Podrían hacer las mismas promesas a los que se esfuerzan en hacer que sus países progresen, haya menos pobreza y analfabetismo. Pero es más fácil ganarse el paraíso matando que trabajando por todos.


* "Islamic State chief, in rare speech, urges followers to fight on" Egypt Independent 23/08/2018 https://www.egyptindependent.com/islamic-state-chief-in-rare-speech-urges-followers-to-fight-on/
** "Saudi Arabia seeks death penalty against female human rights activist" The Guardian 22/08/2018 https://www.theguardian.com/world/2018/aug/22/saudi-arabia-seeks-its-first-death-penalty-against-a-female-human-rights-activist


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