lunes, 13 de agosto de 2018

Con amigos así o la duda de Reino Unido


Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Las consecuencias del Brexit para el Reino Unido son un engorro detrás de otro. Si se pudiera ver el futuro de nuestras acciones por un agujerito, los británicos se lo habrían pensado bastante mejor de lo que lo hicieron en su momento. Todavía se siguen escuchando voces y recogiendo firmas para la convocatoria de un segundo referéndum, algo a lo que los conservadores británicos se oponen porque, entre otras cosas, si lo pierden supondría su hundimiento por décadas haciéndolos responsables del desaguisado.
La cuestión básica es que Reino Unido, se pongan como se pongan, forma parte de Europa, de su mapa, de su cultura, de su historia. No tiene más que cruzar el canal, por arriba o por abajo, por túnel, mar o aire, para darse cuenta. Los euroescépticos, con influencias de Putin o sin ellas, se la jugaron. Y lo saben.
La consecuencia es que ha quedado en tierra de nadie y sabiendo que el futuro juega en su contra, ya que nada mejorará sino que irá deteriorándose. Todo se convertirá en decisión trágica condicionada por un error que entrampa su futuro. La creencia en que todo puede ser "como antes" tiene un problema: el "antes" ya no existe.


El titular de la CNN no da un ejemplo del problema, "US ambassador Woody Johnson warns Britain to side with Trump on Iran". Poco podían esperar que a la automarginación de la Unión Europea se le añadiría tener que ponerse del lado de Donald Trump. Recordemos lo ocurrido en la insólita visita de Trump a Reino Unido hace unos días: manifestaciones generales en las calles de rechazo y ausencia de diplomacia en los encuentros. Tomó el té con la reina de milagro, porque la soberana que ha sabido superar todo tipo de problemas en su largo reinado, no pudo librarse.
Con la excepción de los saudíes y el gobierno de al-Sisi en Egipto (la gente es otra cosa), nadie quiere seguir a Trump demasiado de cerca no vaya a ser que los efectos no se puedan controlar y se vuelvan contra ellos.
La CNN explica lo ocurrido con el embajador norteamericano:

The United States ambassador to the UK has called on Britain to side with President Donald Trump on Iran or risk "serious trade consequences" for UK businesses.
In a pointed intervention into an issue that has strained ties between the two allies, Woody Johnson said the UK should embrace Trump's hard-hitting sanctions on Iran, reimposed last week, and break with its European partners who are seeking to preserve the deal to curtail Iran's nuclear program.
"America is turning up the pressure and we want the UK by our side. It is time to move on from the flawed 2015 deal," Johnson wrote in the UK's Sunday Telegraph, referring to the 2015 Obama-era pact agreed by the US, Iran, Britain, France, Germany, China and Russia. Trump withdrew from the deal in May.
"We are asking global Britain to use its considerable diplomatic power and influence and join us as we lead a concerted global effort towards a genuinely comprehensive agreement," Johnson added.
In a joint statement last week, Britain, France and Germany said the Iran deal was "working and delivering on its goal" and said they "deeply regret" the reimposition of US sanctions.
Europe has attempted to counteract the effects of the sanctions by launching an updated version of its "Blocking Statue," a measure intended to protect EU companies doing business in Iran from being hit by punitive US measures.
On Sunday, Johnson seemingly disregarded the move, urging British businesses directly to cut ties with Iran.
"The President has been explicit: any businesses which put their own commercial interests in Iran ahead of the global good will risk serious consequences for their trade with the United States," Johnson wrote in the Telegraph.
"Only by presenting a united front can we exert the maximum possible pressure on the Iranian regime and get them to finally change course and put an end to their malign and reckless activities both at home and abroad."*


Trump ha conseguido algo impensable hasta hace poco y que debería hacer reflexiona: que puesto en una balanza Irán y los Estados Unidos, algunos se lo piensen. El teocrático régimen de los ayatolas frente al inefable Trump, modelando a su penosa imagen y semejanza a los Estados Unidos.
Si hace un par de días, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan amenazaba a los Estados Unidos con establecer alianzas nuevas con Rusia e Irán, dejando de lado a los Estados Unidos y la Unión Europea en un movimiento pendular, ahora le toca de nuevo amenazar a los Estados Unidos, pero esta vez a Reino Unido, procedimiento insólito entre aliados, pero ¿quién puede ser aliado de Trump? Pocos, desde luego. Los saudíes, como hemos visto, no son aliados, sino más bien "protegidos", de donde sale la impunidad con la que se enfrentan, en este último caso, a Canadá, otra perla que los Estados Unidos de Trump han perdido.


Es interesante comparar el caso de Canadá con el del Reino Unido del Brexit. Mientras Trump se distancia de Canadá, que es su vecino del norte (del sur mejor no hablar), intenta acercarse a Reino Unidos, que se aleja de sus vecinos naturales, es decir, la Unión Europea. Pero no hay que engañarse, Trump no tiene interés en crear ejes, sino en sembrar discordia. Su advertencia de alineación de Reino Unidos con ellos no es más que la constatación de la soledad en que se encuentra.
Desde que Trump llegó al poder y empezó a decir que todo lo que se había hecho en el mundo antes de él era un desastre, el mundo ha empeorado sensiblemente: Irán, Corea del Norte, Israel, México, Centro América, las Naciones Unidas, la UNESCO, el Pacto contra el Calentamiento Global, etc. Hasta los Boyscouts han sufrido los estragos de la llegada al poder de Trump. Hasta las motos norteamericanas más famosas se han visto afectadas cuando han desafiado sus órdenes y ha llamado a boicotearlas. Nadie está a salvo. Con amigo así, no hacen falta enemigos.


La megalomanía narcisista de Trump necesita —como Muamar El Gadafi— ser amado y temido. El problema es que nadie le ama (solo los que le votan) y todos le temen, incluidos (o especialmente) los aliados, es decir, aquellos que mantienen unos lazos tradicionales con un país que, mejor o peor, tenía cierto sentido global común, algo que ahora no tiene en manos de Trump.
A ningún dirigente internacional se le escapa que lo más probable —veremos en las elecciones de mitad de mandato en otoño— es que la situación pudiera cambiar si Trump no sale reelegido, como él se está planteando. Eso implicaría que los que lleguen a la Casa Blanca revisarán lo que este hombre está haciendo con el país, al menos en el plano internacional. Si Trump sale de la Casa Blanca dentro de dos años, la celebración va a ser mundial.
Las amenazas a Reino Unido (y a la Unión Europea) con sanciones, tendría un efecto en cadena que crearía una situación imprevisible, ya que China, Rusia, la Unión Europea, además de otros países difícilmente lo van a aceptar.


Para Trump, cuanto mayor sean las reacciones, mejor. Esto le servirá para calentar los ánimos y mostrar a sus electores cómo se las gasta y su versión matona de Estados Unidos.
Hasta que a Trump no se le ocurrió poner los ojos sobre Irán (después de Corea del Norte, Rusia, México, Filipinas, etc.) nadie tenía objeciones al tratado firmado por los propios Estados Unidos, pero eso para el nuevo presidente es como hablar de otro planeta.
Reino Unido se ve ahora en la tesitura de, en plena negociación del Brexit, tener que elegir meterse en otro problema. La cuestión es sencilla: se pone del lado de la Unión Europea, sus vecinos y con quien tiene que convivir en sus fronteras, o se arriesga con Trump y las sanciones a Irán.


* "US ambassador Woody Johnson warns Britain to side with Trump on Iran" CNN 12/08/2018 https://edition.cnn.com/2018/08/12/uk/woody-johnson-uk-us-iran-intl/index.html





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