martes, 31 de julio de 2018

El ciudadano modélico o construyendo el carácter

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Los retos que se plantea el gobierno egipcio son cada vez más dificultosos. No contentos con intentar superar la crisis económica, que no es fácil, o vencer el malestar que las medidas para sofocarla produce, que lo es mucho menos, han decido afrontar el reto supremo: cambiar el carácter de los egipcios.
Algo así se intuía en el empeño en las escuelas japonesas en las que se espera que se formen samuráis del futuro. La pena es que lo elevado de la matrícula anunciada las haga tan exclusivas. Pero que no quede por probarlo. Un toque japonés para las élites egipcias será suficiente.
Para el pueblo liso quedan los planes anunciados por el primer ministro. Egypt Independent lo recoge con el titular "Madbouly Cabinet Focused on Building an ‘Egyptian Character’" y nos muestra sus principios y objetivos:

During the 6th ever National Youth Conference, Prime Minister Mostafa Madbouly opened the first session titled, ‘The Strategy of Building the Egyptian Person’, by outlining that character building would be the primary concern of the new cabinet. Such character building would be done, according to the PM, by reforming healthcare and education, strengthening cultural identity and placing a larger emphasis on sports.
When talking about the new mission, Madbouly justified it by saying that “After four years of working on security and stability, our goal is to launch the ‘Egypt Takes Off’ programme, [which involves] building the Egyptian character to improve the standard of living for citizens through housing projects and eliminating slums, followed by economic development to create jobs and activate the system of entrepreneurship.”
The PM took care in saying that the ‘Egypt Takes Off’ programme will be done with overhaul of the education system, another sign on Egypt’s increased emphasis on youth. Ministers of Youth and Sport, as well as the Minister of Education also talked about the growth of infrastructure for their respective fields. They both talked about the growth in infrastructural spending in both of their respective fields, touching on the expected increase in public universities as well as new programmes for physical education.*


La Sexta Conferencia Nacional de la Juventud se recordará como el momento en el que se presentó este gran proyecto en el que, mediante la educación y la gimnasia, el pueblo egipcio encontró finalmente el rumbo para poder ser él mismo gracias al diseño de sus gobernantes.
La falta de humildad siempre ha sido uno de los rasgos más característicos de los dirigentes egipcios, quienes consideran que son capaces de moldear a las personas y decirles cómo deben ser.
En grandes líneas, el proyecto se puede entender así: 1) el carácter de los egipcios es defectuoso; 2) las autoridades tienen la obligación y la capacidad de diseñar un nuevo carácter; y 3) dicho plan debe ser desarrollado como premisa para la transformación de Egipto y que se acaben los problemas derivados de sus carencias o defectos.
En el siglo XVIII hubo algo llamado el "despotismo ilustrado", cuyo principio general era "todo por el pueblo, pero sin el pueblo". Las dosis de paternalismo que emanan del proyecto muestran claramente cómo se percibe a la gente y, especialmente, cómo se perciben ellos mismos como reformadores impenitentes, con la capacidad de decidir cuáles son las características que las personas deben tener para cuadrar en la idea del "buen egipcio" y de la "buena egipcia".
Tenemos ya algunas pistas de cómo son estos ciudadanos "perfectos" cuyo carácter saldrá del laboratorio de ideas del régimen. Lo sabemos de forma directa e indirecta. Sabemos, en primer lugar, que están excluidos los "ateos" o "reformistas", ya que el régimen los persigue y encarcela. También se excluyen las personas críticas, por igual motivo. Cualquier también los homosexuales o cualquier otra divergencia en este sentido porque van contra la ley de Dios. Tampoco son buenos ciudadanos aquellos a los que no les gusta tener militares en el gobierno porque separa al pueblo egipcio de su Ejército y eso es imperdonable y antiegipcio.


Los que tienen alguna preocupación por los Derechos Humanos tampoco forman parte del proyecto porque anteponen estas cosas occidentales al pragmatismo de la seguridad. ¿Feministas? Ni hablar, porque el egipcio es partidario del orden familiar y si la mujer empieza a tomar las riendas acabamos mal. Las feministas fuera porque forman parte del plan occidental de acabar con Egipto y el Islam.
¿Y los revolucionarios? Solo los del 30 de junio, que son los que le pidieron a los militares, casi de rodillas, que les libraran de Morsi y los suyos. Lo acaba de recordar el presidente en la Sexta Conferencia cuando le han preguntado, según nos cuenta Daily News Egypt. Cuando alguien del público, algún estudiante díscolo, le preguntó si los militares habían conspirado contra el gobierno de la Hermandad Musulmana, estas ha sido las palabras del presidente devolviendo la pregunta: “I want to ask you a question. Please let me ask. Can you remember who called the army before 30 June to intervene and save the state, you”.** Palabras para la Historia,, palabras que todos los egipcios deben recordar. El presidente debería recordar también que no fueron los egipcios los que llamara al ejército, sino que pedían la salida de Morsi y la convocatoria de elecciones. Fue cuando Morsi se negó, cuando el Ejército le dio plazo para hacerlo ante el temor a que se desencadenaran incidentes muy graves, hablando de "guerra civil". En cualquier caso, la pregunta del presidente y su respuesta no contesta a lo que se le preguntó, que quedará para los historiadores.


Los "buenos egipcios", en cambio, son los que sí creen que el Ejército les salvó y que estarán a salvo mientras el Ejército esté al frente del país. También son buenos musulmanes, alejados del Estado Islámico y especialmente de la Hermandad Musulmana, producto nacional creado allí en los años 20 y después exportado a los demás países. Los buenos musulmanes son los que siguen a Al-Azhar. Puede haber buenos cristianos coptos, pero esos son egipcios que deben seguir al Papa de turno, que siempre estará agradecido porque evitan que los masacren con frecuencia. También caben, pues, los "buenos coptos" en este proyecto de transformación en ciudadanos virtuosos y gimnásticamente bien entrenados.
Egyptian Streets recoge las esperanzas del presidente si todo, educación y deporte, funcionan como deben y lo importante que esto es para el mundo en su conjunto:

President Al-Sisi also reaffirmed this focus on building Egyptian character, talking about how the cause is central to humanity: “The challenge of building human character is the challenge of all humanity.” He also wanted to clarify this development in policy, saying that We do not want to “reclaim” the Egyptian character per se but to work develop it to keep up with the time.”
Al-Sisi anticipated possibly push-back at upcoming policies, asking the audience “Are we ready to pay the price for reform and to rectify this situation, or not?… Do you want real education or do you want your kids to just get ‘degrees’? A real education reform is a harsh long trip that requires sacrifices from students, teachers and parents.”*

Los egipcios llevan con humildad y resignación esta responsabilidad que tienen con el mundo. Según el presidente, lo que ellos hagan es esencial para la Humanidad. Este discurso es una constante de este régimen providencialista. La retórica usada forma parte del paternalismo con el que se mece la cuna: los egipcios son únicos, Egipto es la madre de la Humanidad, un regalo de Dios al mundo. Hasta se consagra en el preámbulo de la constitución enmendada de 2014. Todo esto, evidentemente, no es más que una forma de asegurarse la sumisión por responsabilidad. Se justifica, además, la trayectoria del país sorteando conspiraciones, envidias y demás obstáculos. Mientras Egipto esté en pie, el mundo seguirá rodando. Son los enemigos de Dios y de la Humanidad los que conspiran contra ellos. No hay exageración. Al-Sisi aprovecha el gran defecto social, la vanidad, para adular y convencerlos de lo esencial de su tarea.
El truco se descubre pronto tras toda esta retórica del "carácter" al que hay que dar forma:

The government might be gearing up to undertake new reforms under the guise that they are protecting the Egyptian character, with Al-Sisi asking if “Are you ready to accept bad manners in TV, cinema and theatre under the pretext of “freedom of creativity” or do you want good morals? There is a thin line between the two.”
Egyptian arts are heavily censored, whether it in theater performances, films or songs.
Thought the sweeping educational and healthcare reforms aimed at building an identity sounds like a good shift in policy for the government, ultimately, many Egyptians citizens wonder at what price.*

La "buena moral", por supuesto, la decidirán los gobernantes, absolutistas medio ilustrados. A diferencia de la "ilustración" occidental que, como Kant señaló, buscaba la independencia de la persona, lo que se busca aquí es precisamente lo contrario: una sociedad sumisa ante un modelo impuesto bajo el subterfugio de la moral, la religión y el patriotismo mal entendidos, bajo el temor del desastre y el caos.


La mención junto a las pretensiones de los efectos de la censura y la represión debe ser mencionada aunque sea en esa solitaria línea con que lo hace el periodista. No puede obviarse en este caso. Es el modelo moral el que sirve de excusa para ambas.
La tradición autoritaria egipcia es profunda. Sus gobernantes, en realidad, desprecian profundamente al pueblo, al que consideran ignorante o desviado. Toda su retórica moralista no es más que el disfraz del control social, del mantenimiento del sistema bajo su mano.
Las revoluciones egipcias se evaporan por el camino porque carecen precisamente de un ideal humanista, centrado en el desarrollo de las personas y su libertad para decidir su vida. La palabra "libertad" siempre les resulta incómoda, conspiradora, frente a un modelo que busca la obediencia al general o al muftí, la policía de la esquina o al funcionario de la ventanilla, verdaderos amos en sus niveles.
Cuando los egipcios han querido ser libres, se les acusó de ser conspiradores, traidores, vendidos a fuerzas extranjeras. Cuando las personas educadas alcanzan el nivel de comprensión suficiente para entender el funcionamiento del sistema, se les acosa, persigue o se las manda al exilio. O se está con el régimen y se tienen los privilegios o las amenazas al que saca los pies del tiesto son constantes. El régimen ha convertido sus instituciones, de las universidades a las embajadas, en filtros mediante los cuales pueden jugar con tu futuro si no aceptas el juego o te limitas a guardar silencio, algo que muchos hacen.
La pregunta de al-Sisi —“Are you ready to accept bad manners in TV, cinema and theatre under the pretext of “freedom of creativity” or do you want good morals?— encierra la clave del régimen. La respuesta dada por Mohamed Mohsen, el periodista de Egyptian Streets, deja claro cuáles son las consecuencias de esa "buena moral" que se ofrece como alternativa, adulando además la vanidad del egipcio.
La libertad no es un "pretexto", la creatividad tampoco. Las divergencia de opiniones o la crítica, como le recordaron el otro día no son el "mal", sino que forman parte de las aspiraciones de una sociedad que vive su propia vida bajo sus deseos y no los de un régimen que decide qué es bueno o malo, que es creativo o perverso. Los militares, de Nasser a al-Sisi han sido paternalistas. El pueblo es el hijo que necesita ser corregido constantemente por la autoridad del padre Ejército o el padre Al-Azhar o la acción de ambas, como pretende al-Sisi.
Desde hace tiempo, se vieron las intenciones de al-Sisi y su régimen, al menos de su retórica para mantener su control. La idea del "gobernante virtuoso" la hemos repetido muchas aquí y se sigue desvelando en cada intervención. No hay más futuro que el que aparece ante sus ojos, en sus sueños proféticos.


Ya en noviembre de 2015 Egypt Independent nos informaba: "Taking after Sadat, President Abdel Fattah al-Sisi met on Wednesday with the Scholars Council of Egypt to discuss the ethics of Egyptian society, for which the council suggested to form a committee for the development of morality and conscience among citizens."*** Ya se pusieron entonces las semillas de esta pretensión moralista del presidente. Debería aplicarse a gran parte del estado. Pero el estado, ejército, jueces, administración, etc. son ya perfectos. Es el pueblo el que debe aprender.
La pretensión de crear un "carácter" específico para los egipcios va más allá de la ingenuidad, es prepotencia y mesianismo. Es la confirmación de que la clase dirigente egipcia no tiene intención de abrir el régimen a las libertades ni a la diversidad, sino avanzar en la uniformización de la sociedad eliminando cualquier asomo de divergencia, en las instituciones o las calles. Se explican la creación de una "oposición modélica" y de un "partido oficial modélico". Todo va en ese sentido de crear un sistema artificial en donde no reinará la moral sino la hipocresía social. No son ciudadanos libres lo que se quiere sino leales súbditos al régimen, orgullos de que se les diga cómo tienen que ser.
El mensaje que ha transmitido en la Sexta Conferencia Nacional no puede ser más evidente. Los jóvenes ya saben el futuro que les espera.


* "Madbouly Cabinet Focused on Building an ‘Egyptian Character’" Egyptian Streets 29/07/2018 https://egyptianstreets.com/2018/07/29/madbouly-cabinet-focused-on-building-an-egyptian-character/
** "Army did not conspire against Muslim Brotherhood’s regime: Al-Sisi" Daily News Egypt 29/07/2018 https://eklutdvotyzsri.dailynewssegypt.com/2018/07/29/army-did-not-conspire-against-muslim-brotherhoods-regime-al-sisi/
*** "The ethics of Egypt: from Sadat to Sisi" Egypt Independent 26/11/2015 https://www.egyptindependent.com/ethics-egypt-sadat-sisi/




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.