miércoles, 18 de julio de 2018

Todo lo que el dinero puede comprar


Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Entre las muchas controversias que se producen en Egipto —tras las consecuencias del mundial—, le toca ahora a la cuestión del pago por la nacionalidad egipcia, una cuestión delicada y abierta a debate constante por el propio sentido que el Estado le da al hecho de ser egipcio. El nacionalismo egipcio se basa en la excepcionalidad. Ser egipcio es algo excepcional, superior a los demás. Por más penurias, desastres, incompetencia, etc. que los egipcios puedan padecer, son la envidia del mundo. En más de una ocasión ha salido esta cuestión y el aprovechamiento que el estado busca. Por ser egipcio, además, eres un a propiedad del estado, al que te debes en cuerpo y alma. Aunque estés fuera de Egipto toda tu vida, sigues siendo parte del juego y así te lo reclamarán en cualquier momento necesario. Eso te sitúa siempre en el borde de la traición si no sigues las directrices u órdenes de aquellos que detentan el poder del estado y, por ello, son capaces de decir a los egipcios cómo deben ser y actuar.
La nacionalidad, en estos términos, es una trampa en muchos sentidos. La mayor sanción que se puede hacer es retirar la nacionalidad a alguien, amenaza usada en ocasiones contra los que no siguen las directrices y hacen algo que no gusta a las autoridades, que son quienes deciden en qué consiste ser egipcio. Al que vive fuera, la peor que se le puede dirigir es "¡tú ya no eres egipcio o egipcia!". Eso es algo más que una cuestión de papeles. Muchos se sentirán con la obligación de advertirte de las consecuencias de tu alejamiento (en cualquier sentido, ideológico, vestido, comida...) del modelo estándar. Si eres mujer, advertirán a tu familia de las consecuencias para todos de tu distanciamiento.
Tú, como egipcio o egipcia (menos estas últimas) no puedes hacer lo que quieres, sino lo que los demás esperan de ti. Los "demás" incluyen las familias, las autoridades religiosas, administrativas, etc., ya que el ser egipcio es estar sometido a escrutinio permanente. Las amenazas a la vista son constantes: conspiraciones, envidias, intentos de evitar la prosperidad o alcanzar cualquier meta.


Es obvio que las autoridades le sacan un enorme provecho a estas circunstancias. Por lo pronto, todo egipcio tiene una espada de Damocles sobre su cabeza. Cualquier acción crítica le supondrá una acusación de ser mal egipcio o sencillamente un traidor. Dentro del país será vigilado, pero también puede serlo fuera, donde sus acciones pueden estar sometidas a escrutinio por cualquier egipcio ejemplar. Lo mismo que tenemos en el país a los denunciadores de cualquier cosa, desde el chiste de la cantante Sherine sobre beber aguas del Nilo a las denuncias contra la feminista Nawal El Saadawi. Ya sea por lo político, lo religioso o las costumbres, el egipcio está sometido a la idea prefabricada del lo que es su ser ideal.
Es comprensible que con esta presión tan brutal y la idea de la exclusividad metida por ojos y oídos, haya creado revuelo la cuestión de la adquisición de la nacionalidad egipcia por parte de extranjeros.
El tema empezó a colear hace algunas semanas, en junio, cuando el parlamento se preparaba a discutir la cuestión de la adquisición de la nacionalidad egipcia. Para ver la evolución del tema, vamos a reproducir lo que ocurría entonces a los ojos del diario Egypt Independent:

Aiming to increase the financial income of the government, Egypt’s Parliament recently approved a draft law that stipulates increasing the fee to obtain an Egyptian nationality from LE 50 to LE 10,000.
This unprecedented increase has spurred controversy among social media users, who criticized the move harshly. The draft law was also met with outrage from non-Egyptians who have been living in Egypt for years, such as those from unstable countries such as Syria and Yemen, and were hoping to one day obtain the full citizenship.
This immense 10,000 EGP increase presents a heavy new obstacle for them, on top of the difficulties already present in obtaining the nationality like the long process involved in checking for applications.*

El diario recogía algunos casos de afectados por esta subida, que consideraba "inmensa" en las tasas por la nacionalidad:

“I was born in Yemen and at the age of five I moved with my family to Egypt. My father was preparing his PHD in Arabic language and I’ve been living here for nearly 20 years,” says 25-year-old Yemeni IT student Abdel Rahman.
Rahman, currently living in Cairo, told Egypt Independent that he considers Egypt as his first country, and that he is a ‘pure’ Egyptian who should be treated as a full citizen.
“I sought over the past five years to obtain Egyptian nationality, however I met numerous obstacles such as the deliberate intransigence from  government employees responsible for finishing the procedures for getting the Egyptian nationality… increasing the fees to LE 10,000 has convinced me to give up any attempt to get it” he explained.
Regarding why he wanted the nationality in the first place, Rahman explained that having been through all Egyptian education stages except university, Rahman was faced with a high annual fee equivalent to 6,000 sterling pounds, while Egyptians citizens only have to pay LE 200.
He added that the nationality would allow him to enjoy other privileges as well, such as state subsidies on bread and other necessary food items.*


Como puede apreciarse, los motivos de tener la nacionalidad no son precisamente "patrióticos". Obedecen más bien a la enorme discriminación económica que supone, especialmente en estos tiempos de terrible crisis económica en los que el actual gobierno ha aumentado su voracidad recaudatoria, especialmente sobre todos aquellos que no son egipcios o a los que se impide serlo. También se ha incrementado, todo hay que decirlo, sobre los egipcios residentes en el extranjero, de los que se han elaborado censos desde los ministerios, para asegurarse que pasan por caja en sus regresos. En un país subsidiado, los que carecen de subsidios son los que financian al resto. De eso se queja Rahman y a eso quería pedir solución, pero —como señala— las autoridades egipcias le han puesto todo tipo de obstáculos. Ahora con la subida, su sueño de obtener la nacionalidad se ha convertido en distante pesadilla.
Pero esto era publicado a mediados de junio. Veamos lo que ocurre un mes después tras pasar por el parlamento. Veinticinco días, el mismo medio titula "Egypt Parliament approves granting nationality to foreign residents for LE7 million deposit". ¿De 50 libras a 10.000 y ahora a 7 millones de libras egipcias? Pues sí, así es. Veamos lo que ocurrió en el parlamento:

Egypt’s House of Representatives on Sunday approved a bill amending a law on the entry and residence of foreigners in Egypt, granting Egyptian nationality to foreign residents in return for a bank deposit of 7 million pounds or an equivalent in foreign currency over 5 years.
The session saw intense arguments between the majority, led by parliament speaker Ali Abdel Aal, and the opposition, represented by the 25-30 bloc and MP Mustafa Bakri who expressed their rejection to the draft law.
MP Kamal Amer, chairman of the National Defense and Security Committee in the House of Representatives, said that the cash deposit in foreign currency is not an purpose in itself, but merely regulating the procedures of the new system devised for residency.
Amer pointed out that the cash deposit in foreign currency in the Egyptian banks is an indirect investment, and encourages Arab and foreign investments to enter the economic projects in Egypt.
Abdel-Aal meanwhile said that different countries all over the world give nationality to their residents, but because there is high demand for it, there must be set conditions to ensure the seriousness of the request.
MP Mohammed al-Sewidy, head of Support Egypt Coalition, said the draft law is part of improving the investment climate. He added that Egypt is attractive to people, not only for investment, but also as it has security stability.**


Estos son los partidarios —el bloque mayoritario pro gubernamental— de la exigencia del depósito de los 7 millones de libras. La cantidad resultante, desorbitada a todos los efectos, sin embargo cumple el papel de escenificar la importancia de la nacionalidad egipcia. Una cantidad enorme resalta el valor de lo que se quiere conseguir y refuerza la idea lanzada a los egipcios de que es lo más importante, algo único.
Pero los efectos del nacionalismo son grandes y están los que consideran que se está vendiendo lo que no puede estar en venta, lo que es un privilegio al alcance de solo 100 millones de egipcios, algo por lo que el mundo suspira:

MP Mustafa Bakri on the other hand rejected the bill, saying that the Egyptian nationality is not for sale.
MP Haitham al-Hariri also announced his rejection of the draft law, accusing the government of pursuing a policy of taking any decision to bring money, even if it was to sell the Egyptian nationality to everyone with a deposit.
“Investors are asking to facilitate residency and visa procedures, not nationality, because investors are not eager to stay in Egypt because Egypt has no education, health or services to be coveted, but they have other ambitions,” Hariri said.
Abdel Aal and the Minister of Parliament Affairs Omar Marwan interrupted Hariri, attacked him and rejected his speech.**

Los rechazos son también muy elocuentes y van en dos direcciones. 1) La nacionalidad ni se compra ni se vende; y 2) esas "otras ambiciones" que el presidente del parlamento cortó antes de que se dieran más explicaciones.
Está claro que el depósito de 7 millones de libras egipcias tiene un carácter de inversión obligada, de dinero que, como se señala, irá a las arcas del estado. No tiene como finalidad solucionar los problemas de gente como Rahman, sino solucionar la falta de inversión que se está produciendo. La medida es una más de tipo recaudatorio para tratar de meter dinero en las arcas.
Pero el mismo nacionalismo que crea el valor ascendente de lo egipcio, se vuelve en contra de su traducción económica. ¿De qué estamos hablando, si se puede comprar con dinero lo que se define como un regalo de dios? ¿Tienen acaso precio?


El revuelo es grande porque se ha entrado en algo con lo que no se contaba: solo los ricos podrán ser "egipcios", mal mensaje en época de crisis. Probablemente por ahí es por donde iba el diputado Haitham al-Hariri, que se destacó por su petición de que se retransmitieran al completo las sesiones parlamentarias y no solo una selección, como se aprobó finalmente. La transparencia que pedía entonces al-Hariri para el parlamento puede no ser tanta si hay tanto dinero por medio, algo que los egipcios saben por experiencia en qué suele acabar.
Ayer, el diario Ahram Online publicaba, con el titular "Q&A: Egypt's new 'deposit residency' option for foreigners seeking citizenship"***, una guía sencilla de preguntas y respuestas para explicar el proceso.

Se trataba de aclarar con unas sencillas respuestas las preguntas que todos se hacen sobre las consecuencias de las nuevas leyes sobre la nacionalización. Lo primero es tranquilizar a la gente. Esto no afecta a todo el mundo, por ejemplo: "There are other types of foreigners who are eligible to apply for Egyptian citizenship, including foreigners born in Egypt, those with Egyptian origins, or those who have Egyptian fathers, and those categories have not been affected by these amendments." ***El pobre Rahman, que lleva desde los cinco años allí, no tiene derecho, tendría que depositar sus 7 millones o volverse a Yemen. Será toda su vida un extranjero en suelo egipcio.
El dinero, explica, irá a las arcas del estado: "In the case of accepting the naturalisation request, the value of the deposit shall be transferred to the public treasury of the state," the amended law stipulates."*** El estado maneja el dinero durante los cinco años y si finalmente se acepta conceder la nacionalidad, lo retiene finalmente. El pago se ha completado.
Como se explica claramente sobre la finalidad de las nuevas medidas, es el dinero lo que se busca: "The new amendments mainly target foreign investors, as part of Egypt's efforts to boost badly needed investment and streamline doing business in the country."*** Finalmente, se busca atraer inversores, aunque ¿para qué querrían los inversores tener la nacionalidad egipcia? Eso es lo que parece que no se quiso debatir en el parlamento. Pero algo habrá, desde luego, que atraiga a los ricos.
La decisión final, se explica, está en manos del Ministro del Interior. No se explica mucho más. Puede que después de 5 años te digan que no. El estado habrá tenido tus 7 millones durante ese tiempo como depósito. Y suponemos que sea devuelto, aunque de eso no se habla.
Esperaremos a ver si efectivamente, como piensa el gobierno, la nacionalidad es un bien tan poderoso que nadie dudará en comprarlo por el precio de esos 7 millones de libras. La mitificación de la nacionalidad adquiere así unos extraños tintes de mercado por encima de la ley de la oferta y la demanda.
La mitificación nacionalista se vuelve contra esta medida, que los propios egipcios verán como parte de los beneficios de ser ricos. Con dinero, todo se puede comprar. La pregunta dejada en aire, ¿para qué quieren los ricos la nacionalidad egipcia?, solo se puede responder de una forma. Pero no se hará.


* "Fees to obtain Egyptian citizenship soar to LE 10,000; Anyone still interested?" Egypt Independent 19/06/2018 http://www.egyptindependent.com/fees-to-obtain-egyptian-citizenship-soar-to-le-10000-anyone-still-interested/
** "Egypt Parliament approves granting nationality to foreign residents for LE7 million deposit" Egypt Independent 15/07/2018 http://www.egyptindependent.com/egypt-parliament-approves-granting-nationality-foreign-residents-le7-million-deposit/
*** "Q&A: Egypt's new 'deposit residency' option for foreigners seeking citizenship" Ahram Online 17/07/2018 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/307113/Egypt/Politics-/QA-Egypts-new-deposit-residency-option-for-foreign.aspx



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.