Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
historia de Cambridge Analytica se ha acallado un poco con los parches puestos
por Facebook y demás redes sociales. Sin embargo, el problema de fondo continúa.
La cuestión es sencilla: hay miles de empresas por todo el mundo haciendo lo
mismo, es decir, se ha generado toda una industria con la capacidad de recoger
y analizar los datos para dar respuestas a preguntas de terceros.
Los
primeros interesados son, pues, las propias empresas dedicadas a estas cosas.
Lo suyo es la discreción. Saben que cuanto más se hable de ellas más
perjudicadas se verán. Muchas de ellas no entienden por qué se produce tanto
revuelo; se dedican, dice, a lo que toda la vida se ha hecho, recoger
información sobre los posibles clientes o usuarios. Pero el "daño
político" ya estaba hecho.
Como
suele ocurrir —y las empresas son perfectamente sabedoras de ello—, lo
importante es cómo se presentan los hechos y las intenciones. Las empresas de
análisis de datos suele recabarlos afirmando que esperan mejorar tu experiencia de usuario. Eso significa conocerte lo
suficiente como para "facilitarte" las cosas. En
"facilitar" hay toda una serie de conceptos rondando con diferentes
niveles de oscuridad interpretativa. En realidad no es a nosotros a quienes nos
facilitan la vida, sino a las empresas que las contratan para poder disponer de
información más eficaz para su toma de decisiones y así acortar nuestro margen
de elección. Da igual que lo haga teóricamente centrándose en nuestro estudio y
conocimiento —sabe lo que nosotros queremos—; eso es solo teoría. En la práctica son formas de
manipulación para llevarnos a lo que otros han decidido que nos será
beneficioso.
En el
caso de la política, el retorcimiento de los principios es tan escandaloso que
nadie sale a dar la cara. Solo algún vanidoso ha salido a explicarlo y se ha
llevado lo suyo. Facebook no ha tenido más remedio que hacerlo como el
involuntario facilitador de los datos y por ello responsable de su salida de
donde no deberías haber salido.
Pero el
movimiento comienza a producirse de nuevo. La BBC nos habla de un nuevo caso
con el titular "Facebook investigates data firm Crimson
Hexagon". La cadena británica nos informa de las actividades que han
llevado a la investigación:
Facebook has suspended a US-based analytics
firm while it investigates concerns about the collection and sharing of user
data.
Crimson Hexagon, based in Boston, describes
itself as offering “consumer insights” and has contracts with government
agencies around the world.
Facebook said it was looking into whether some
of these deals were in violation of its policies on surveillance.
The network said it had not found any evidence
so far that data had been improperly obtained.
According to the Wall Street Journal, Crimson
Hexagon has "contracts to analyse public Facebook data for clients
including a Russian nonprofit with ties to the Kremlin and multiple US
government agencies”.
In March 2017, Facebook prohibited user data
being used for government surveillance following pressure from civil liberties
groups concerned about the targeting of dissidents and protesters.
"We don't allow developers to build
surveillance tools using information from Facebook or Instagram,” a Facebook
spokesman said in a statement on Friday.
Una de las cosas interesantes que nos encontramos cuando
vistamos la página de la empresa en cuestión es que uno de sus clientes
destacados, junto a Adidas, Twitter, Samsung o la Paramount, es la propia BBC.
Por supuesto que, como empresa, puede tener clientes diferentes con exigencias
y usos de la información muy diferentes. Una pregunta interesante, al hilo de
esto, es saber si los propios medios que denuncian son usuarios de estas mismas
empresas, algo no tan paradójico como pueda aparecer. Forman parte de una
economía digital y necesitan precisar los perfiles de sus usuarios, pero más
allá de esto, está el uso que puedan hacer de los datos que generan y del uso
de aquellos a quienes se los vendan. Uno de los perfiles más claros es el que
surge de la lectura de prensa. La selección de las noticia leídas es una buena
forma de hacer un retrato de sus consumidores, incluyendo el perfil político
que se derive de ello.
En la empresa Crimsom Hexagon podemos encontrar la
definición de los servicios que ofrecen:
Audience Analysis
Identify and understand the audiences,
influencers, and personas that matter to your brand.
Brand Analysis
Measure brand health and determine what’s
driving positive and negative sentiment about your brand and products.
Campaign Analysis
Monitor your campaign performance to understand
ROI and consumer response across channels.
Competitive
Intelligence
Compare your competitors in terms of brand
perception, audience, activities, and more.
Customer Care
Automatically surface and classify incoming
customer care inquiries at massive scale.
Industry & Trend
Analysis
Uncover consumer trends in your market and
understand your evolving industry landscape.**
Casi todos los términos se pueden traducir a campañas
políticas de forma sencilla. No tiene nada de particular que hayan podido ser
utilizados para el estudio de los comportamientos.
Pero la cuestión que se plantea no es el estudio de los
posibles consumidores o votantes, sino la fuente de los datos. El escándalo de
Cambridge Analytica se basaba en el uso fraudulento de las aplicaciones que se
usaban para la recogida directa e indirecta de los datos, de los que luego se
extraían consecuencias.
Hay dos puntos claves en estas cuestiones: 1) la obtención
lícita de los datos; y 2) su obtención para vigilancia.
En el texto de la BBC, se señala:
Gathering and sharing “data insights” with
businesses is not against Facebook’s policies.
"People can share their information with
developers on Facebook and Instagram - just as they can when they download an
app on their phone,” said Ime Archibong, Facebook’s head of partnerships.
He said developers were allowed to "use
public or aggregated information to produce anonymised insights for business
purpose”.
Where Crimson Hexagon would fall foul of
Facebook’s rules is if the data was used to create tools for surveillance,
though Facebook has never clarified how its policy works in practice.
Crimson Hexagon did not respond to requests for
comment from the BBC. In a blog entry posted by the firm on Friday, its chief
technology officer Chris Bingham defended the company’s work - without
specifically mentioning Facebook’s investigation.
"Crimson Hexagon only collects publicly
available social media data that anyone can access,” he wrote, seeking to
distance his firm from Cambridge Analytica, the firm which allegedly used an
app to scrape private data from the network.
Mr Bingham added: "The real conversation
is not about a particular social media analytics provider, or even a particular
social network like Facebook. It is about the broader role and use of public
online data in the modern world.”
A spokesman for Facebook told the BBC the firm
had already spoken with Crimson Hexagon, and the firms are due to meet in the
coming days.*
Como en todo proceso nuevo, las líneas se van poniendo a
golpe de denuncia. Los límites van surgiendo cuando es posible reflexionar
sobre las consecuencias y fundamentos de lo que ocurre. Hay siempre esta
tensión entre lo que se puede hacer y lo que se debe hacer o no hacer.
El hecho de que no se puedan usar los datos de las redes para
la vigilancia de las personas es un compromiso que lleva tiempo por parte de
Facebook, que ha tenido —como otras redes sociales— sus luchas con las agencias
estatales norteamericanas para evitar que su negocio se pueda convertir en el
patio del Gran Hermano. La defensa de la privacidad se fue imponiendo si se
trataba de fines de vigilancia. El problema es y será los que revendan o
alquilen las informaciones a otros como forma de recuperar sus inversiones en
datos. Los datos no se "gastan" y son explorables desde muchos
ángulos.
Chris Bingham pone el punto en el centro de la cuestión. La
capacidad de procesamiento y la potencia de los algoritmos que se van
desarrollando permiten una información cada vez más precisa y ajustada sobre
los usuarios de las redes.
Lo que comenzó siendo un espacio auto gestionado y
libertario, el ciberespacio, pronto se convirtió en una piscifactoría en la que
los peces somos nosotros. Cualquier actividad que realizamos deja su huella
digital que es procesada para reconstruir nuestros movimientos y después basta
con aplicar el "conductismo".
La conducta digital es la que lleva a la oferta que tenemos
delante, que se vuelve cada vez más seductora con nuestros enganches. La multa
puesta a Google está vista desde el lado de la competencia empresarial, pero el
objetivo final somos nosotros. Google aprovecha su predominio con el sistema
operativo, por lo que dispone de informaciones de una naturaleza distinta a las
que Facebook ofrece. Pero el poder de Google es estar ahí controlando todos los
datos que entran y salen del dispositivo que llevamos todo el día junto a
nosotros. Lo que la comisión Europea ha exigido a Google es que deja a otros
hacer lo mismo que él hace: instalar sus propias aplicaciones sobre su sistema
operativo, mayoritario en el sector móvil y tabletas. Con las actividades
centradas ya en los teléfonos, su poder es inmenso.
La capacidad de analizarnos va aumentando y lo que era antes
el cálculo de los grandes movimientos o tendencias se ha convertido en una
herramienta doble, permite conocer el comportamiento colectivo y descender
hasta el personal gracias al tipo de procesamiento. Aquellas encuestas en la
que se nos garantizaba el anonimato han pasado a la historia. El Big Data
funciona de otra manera.
La segunda parte sigue siendo, con todo, la más preocupante:
la capacidad de influir está basada en la capacidad de conocernos. La segunda
parte es el uso de la información que se maneja. La prohibición de usarla para "vigilancia"
es relativa. Se pueden hacer muchas cosas que están fuera del alcance de la
vista. Y se pueden descubrir demasiado tarde, como en las elecciones
norteamericanas o en el Brexit.
La cuestión de los datos no ha cesado. Es más, lo lógico es que siga aumentando el nivel del problema. El negocio es inmenso y siempre se pueden crear marañas empresariales para perderle la pista a los datos. Unos se usarán para los fines comerciales que a todos convienen, mientras que otros seguirán con discreción su destino. El problema, como ya lo era, es el uso de los datos y la capacidad de influir tomándolos como base. La política seguirá siendo el campo oscuro.
La cuestión de los datos no ha cesado. Es más, lo lógico es que siga aumentando el nivel del problema. El negocio es inmenso y siempre se pueden crear marañas empresariales para perderle la pista a los datos. Unos se usarán para los fines comerciales que a todos convienen, mientras que otros seguirán con discreción su destino. El problema, como ya lo era, es el uso de los datos y la capacidad de influir tomándolos como base. La política seguirá siendo el campo oscuro.
* Dave Lee
"Facebook investigates data firm Crimson Hexagon" BBC 21/07/2018
https://www.bbc.com/news/technology-44909293
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.