jueves, 5 de julio de 2018

Palabras y algún hecho


Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Ahram Online recoge los efectos del discurso del nuevo primer ministro egipcio, Mustafá Madbouli, ante el parlamento tras la toma de posesión del gabinete. La ley egipcia prevé esta especie de declaración de intenciones tras acceder a los cargos del gobierno. Como suele suceder en estos casos, se tiende más a decir lo que se quiere que en cómo lograrlo; pese a ello, el discurso de Madbouli ha levantado pasiones. El diario estatal señala: «Most high-profile MPs and politicians interviewed by Al-Ahram Weekly said Madbouli’s insistence that Egypt’s political life should be revitalised in the coming stage was highly impressive.»* Como está ya siendo habitual, el texto ha sido publicado previamente en Al-Ahram Weekly, convertido en centro ideológico del régimen.
¿Que ha maravillado tanto a los parlamentarios egipcios? En apenas 20 minutos, el nueve presidente les ha explicado los siguientes puntos: “We aim to reinforce Egypt’s national security, implement intensive social protection programmes, boost economic development, raise productivity rates, and improve the standard of living of poor citizens,”* Las palabras son baratas; traducirlas a hechos, en cambio, es bastante más caro. Todo esto se dice con una afirmación "defensiva": el 85% de las medidas duras ya se han realizado. Esto es un acto de fe, algo que el gobierno asegura para asegurarse un sufrimiento con menos reacción. No se puede seguir responsabilizando de las reacciones antes las subidas a los oponentes políticos, como ocurrió con las protestas por la subidas del metro.
Como la declaración de intenciones se realiza ante el parlamento, contiene una serie de medidas de carácter "político. Si las promesas económicas tienden a buscar una mejor respuesta de los ciudadanos a las medidas, las promesas políticas responden a una situación crítica, la bajísima participación en las elecciones presidenciales para el segundo mandato. Revisamos este aspecto en su momento, viendo cómo en el régimen se iniciaba una batalla entre gobierno y parlamento, responsabilizando este último al primero del fracaso político que suponía la abstención. Fue entonces cuando comenzaron los movimientos políticos en el parlamento para tratar de rearmarse políticamente, es decir, la idea de convertir en "bipartidista" lo que es un espacio diverso pero inútil por el propio diseño del parlamento, pensado para mantener la fuerza de la presidencia. El parlamento reclamaba un "partido oficial", como hizo Mubarak, y había que ponerle cara a una "oposición", a lo que se ha prestado rápidamente el que ya hizo de comparsa en la elecciones presidenciales, Moussa Mustafá Moussa, admirador ferviente del presidente.


El entusiasmo por el discurso de Madbouli tiene su lógica. Hay que mostrar que hay luz al final del túnel y eso se consigue con realismo y no con sueños espaciales o Copas del Mundo. Son tan grandes los problemas económicos y sociales de Egipto, que las promesas saben a poco.
El énfasis se ha puesto, como es habitual, en la seguridad. Es siempre el objetivo que se presenta como prioritario y que justifica muchas acciones de silenciamiento. Es necesario distinguir la "seguridad" de las medidas que eliminan las protestas o las críticas. En este sentido, ha habido una declaración sobre la reactivación de la vida política que habrá que ver si se traduce a hechos. Lo malo es que el poder no tiene la mala costumbre de dejar en manos de otros su sustitución, algo demasiado arriesgado pero que es la base de la democracia. Lo señalado anteriormente, el transformismo bipartidista, es un ejemplo de cómo se prefiere la escenificación teatral a la realidad política.
La necesidad de revitalizar políticamente al país es una oferta demasiado abierta. Ha señalado el nuevo primer ministro que "the second four-year stage will be focused on revitalising Egypt’s political life and reaping the fruits of economic reform"*. Es difícil revitalizar la vida política cuando todos los esfuerzos han ido en el camino de anestesiarla bajo la idea de la prioridad de la seguridad. Eso ha favorecido precisamente a los islamistas y ha perjudicado a la unidad política amplía que podría haberles combatido más allá de la seguridad. Hemos repetido la incongruencia política de un régimen que se alza contra los islamistas y lo primero que hace es perseguir a los demócratas y liberales. En apenas unas semanas se perdió la unidad frente a los Hermanos, prácticamente total, por el uso excesivo de la fuerza, que fue condenado internacionalmente y por las fuerzas democráticas que habrían podido llevar a Egipto hacia otros objetivos.
Hacia el final del artículo que recoge el discurso se recogen las impresiones de miembros de la oposición parlamentaria y de cómo se van pidiendo medidas concretas para que esta anómala política egipcia pueda redirigirse más allá de la "seguridad":

Agreeing, Ayman Abul-Ela, parliamentary spokesman of the liberal Free Egyptians Party, said “there is a consensus in parliament that Egypt’s political life is in urgent need of a boost.” “We have seen how political parties were not able to field a candidate in Egypt’s 2018 presidential election,” said Abul-Ela, adding that “the coming stage should focus on amending laws regulating the performance of political parties, and the election of local councils and parliament. The laws should be changed to ensure that the majority of members of parliament and local councils are party-based and not independents,” said Abul-Ela.*


Este cambio que se pide puede convertirse en pendular y pasar de favorecer un parlamento controlado por la presidencia a través de la atomización aludida, a un partido oficial, que es lo que algunos reclaman. Parece que la creación de un parlamento que represente al pueblo egipcio no entra en los cálculos por el momento. El descenso del entusiasmo político debe ser mucho mayor al que oficialmente se reconoce porque nadie pide soluciones para problemas que no existen.
Con todo, las promesas no van a solucionar la situación crítica social y económica. Solo las acciones necesarias podrán hacerlo. La promesa de que el año que viene se habrán terminado las medias no significa que se hayan acabado las penurias. El estado en que queda Egipto después de las durísimas medidas tomadas no se recupera en poco tiempo. Sobre todo porque hace mucho que Egipto no se encuentra en un estado boyante, lastrado precisamente por todos aquellos aspectos que provocaron el estallido de 2011.
Aunque algunos hayan aceptado la idea falsa de que la revolución de 2011 se produjo en un "paraíso" de paz y progreso, la era Mubarak, y que la gente que se levantó fue para destruir Egipto en connivencia con potencia extranjeras y fuerzas del mal, lo cierto es que la gente se levantó por una situación crítica y de represión política. Han sido las medidas económicas que trataban de evitar que la gente estallara las que llevaron al caos de la economía. El estado no podía seguir sosteniendo su propia ineptitud. Y eso se traduce en protestas y levantamientos.
La última voz que se escucha en el artículo incide en un problema que está en la base de la mayoría de los problemas, el crecimiento de la población:

Olfat Kamel, parliamentary spokeswoman of the Modern Egypt Party, said she was impressed by Madbouli’s new strategy on birth control and family planning in Egypt. “Egypt’s population is increasing by 2.5 million. This is a very high rate that could obliterate any economic growth,” said Kamel, adding that “parliament will give all support possible to stem the runaway growth of population in Egypt. I also urge Islamic clerics and Christian leaders in Egypt to support the new birth control strategy as its success largely depends on the approval of these religious people.*

Al final, como siempre, la culpa la tiene el pueblo, que se aburre por falta de trabajo y se dedica a procrear. También para frenar este problema hace falta algo más que dinero y paciencia. Está involucrada la educación y construir doscientas "escuelas japonesas" en las que la matrícula es de 5.000 libras, frente a las 50 de las escuelas convencionales, no creo que sea la solución.


La cuestión que garantiza la estabilidad de todo es la seguridad. Relacionada con esto, la noticia que nos trae Mada Masr con el titular "Military top brass get impunity for acts committed during transitional period"** La noticia no es buena. Una ley que busca la impunidad por las acciones penables cometidas no puede serlo:

A government-proposed bill that bestows impunity and privileges on a select group of the highest ranking Armed Forces officers received preliminary approval in Parliament on Tuesday.
The bill, which will grant the president the power to decide which military officials are in line for these benefits, now must secure a two-thirds majority vote in the legislature’s general assembly.
The piece of legislation was submitted to the legislature on Monday morning, passing quickly through the parliamentary process. It was discussed at a joint committee meeting convened on Tuesday afternoon by the following four parliamentary committees: Defense and National Security, Constitutional and Legislative Affairs, Planning and Budget, and Foreign Affairs. No journalists attended this meeting. Defense and National Security Committee Head Kamal Amer then proceeded to present a report on the bill to the committees’ members, after which the bill was put to a vote.**


Esto debe formar parte de la "revitalización" de la vida política. Mediante esta ley, que dan fuera de la responsabilidad penal todo lo que se realizó en cualquier momento del periodo indicado, el de máxima violencia. El argumento es que es una forma de honrar a los que participaron. Una extraña forma de honor a posteriori sobre lo que pudiera no tenerlo a priori. Pero eso es el efecto de tener el poder en las manos, que puedes definir que está "bien" o está "mal". Los famosos papeles comprometedores que Isham Geneina decía que tenía el jefe militar aspirante a la presidencia, Sami Anan, quedan devaluados. Dejan de interesar a los jueces y quedan solo a la atención de los historiadores.
Es el tiempo de los hechos. Ya no vale poetizar la luz del túnel o el túnel mismo. Los egipcios están en el límite y eso no es buena para nadie. La ley de "punto final" tampoco parece la forma más adecuada de mandar un mensaje tranquilizador. Es una nueva etapa que tiene que demostrar que es "nueva" y eficaz. Si no, será simplemente otro gobierno.

* "Egyptian MPs, political figures praise PM Madbouli's policy statement" Ahram Online 4/07/2018 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/306213/Egypt/Politics-/Egyptian-MPs,-political-figures-praise-PM-Madbouli.aspx
** "Military top brass get impunity for acts committed during transitional period" Mada Masr 4/07/2018 https://www.madamasr.com/en/2018/07/04/feature/politics/military-top-brass-get-impunity-for-acts-committed-during-transitional-period/




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