Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Los
medios egipcios se encuentran revueltos y con razón. Aquella expresión célebre
del presidente al-Sisi pidiendo a los ciudadanos que solo le escucharan a él, se está convirtiendo en una realidad
angustiosa y obsesiva. No se trata de que literalmente se le escuche, sino del
silenciamiento de las demás voces que puedan entrar en amplias y borrosas
categorías punibles con la nueva reglamentación e instituciones creadas por
decreto. Nada hay peor que la falta de claridad en esto de las leyes y el mundo
de la prensa lo sabe bien. El modelo egipcio, con un fuerte sentido
estatalista, ha diseñado unas poderosas entidades cuyas funciones son la que
mejor se les suele dar: sancionar y prohibir.
El
reciente conflicto —recogido hace unos días aquí— en el que la Fiscalía
recriminaba al Consejo Supremo para el control de los Medios haber emitido una orden de silencio a los medios señalando
que solo el sistema judicial tenía ese poder, muestra la función que el Consejo
tiene y el temor que está provocando una vez que se cierran los trámites por el
parlamento.
Daily
News Egypt (otro damnificado por todas estas cosas) explica brevemente la
situación que se ha creado:
For the first time in Egypt’s history, media
and press have been working under the supervision of three bodies affiliated to
the state, who were granted all the rights to ban any content, which they view
as harmful for the national security or interest of citizens, without clear cut
descriptions of alleged crimes and violations, something that was criticised by
observers.
The three bodies supervise all Egyptian media
outlets’ work. Each has a separate role. The National Media Authority is
responsible for supervising radio and broadcast media outlets, the National
Press Authority is responsible for supervising state-owned newspapers, and the
Supreme Media Council is responsible for overseeing the functions of the two
authorities.
This situation is not the first of its kind in
Egypt, since media and press have faced the same circumstances for many years,
during the time of the Ministry of Information that were in charge of
monitoring and regulating the media, but were abolished after 2011 Revolution.*
La descripción es sucinta pero muy clara sobre el papel de
los tres medios y de la vigilancia existente sobre los medios. Uno podría
pensar que estos organismos se crean para defender a los profesionales o la
libertad de prensa. Tremendo error. Su función, como se ha hecho es vigilarlos
para evitar, bajo confusos términos, la crítica del régimen. La muestra clara
es el caso referido anteriormente, que tiene que ver con una denuncia en los
medios de las cuentas de un hospital y el destino de las donaciones. A la
denuncia en la prensa mediante un artículo le sigue la orden del Consejo
Supremo de prohibición a los medios de sacar este tema. La Fiscalía se queja
simplemente porque dice que ese poder solo lo tienen ellos. No se trata de lo
que se llama "secreto sumarial", sino de una prohibición de tratar el
tema, sencilla y orwellianamente.
Los periodistas están empezando a reaccionar ante lo que
prevén como el mayor atentado a la libertad de información, que gracias a la
labor hecha por el parlamento permite lanzarse sobre cualquier tipo de
información que interese eliminar o profesional que se quiera acallar. Los más
de 500 medios cerrados o bloqueados muestran que la cuestión no es una broma.
El estado quiere una sola voz. Los enfados —ya los hemos tratado aquí—
constantes por las informaciones publicadas en el extranjero son las rabietas
por la incapacidad de hacer que el mundo entero comparta su visión interesada
de la realidad. Por eso, se trata de unificar a golpe de prohibición, detención
y multas la labor periodística.
En Mada Masr —otro medio independiente bloqueado sin
explicación— Mostafa Mohie y Rania al-Abd explican las reacciones del dividido
Sindicato de Periodistas:
As controversial legislation to regulate the
press in Egypt continues to spark backlash, journalists and legal bodies are
decrying the most recent bill to pass through Parliament as unconstitutional
and in violation of basic press freedoms.
Prompted by a State Council review asserting
that parts of the draft law violate the Constitution, the Journalists Syndicate
held an emergency board meeting on Tuesday, called for talks with Parliamentary
Speaker Ali Abdel Aal and head of Parliament’s Media, Culture and Antiquities
Committee Osama Heikal on the contentious bills, and issued a memo to
Parliament.
Of the three media laws that were drafted — the
Law on Regulating the Press and Media and the Supreme Media Regulatory Council
(SMRC); the law regulating the National Press Authority (NPA); and the law
regulating the National Broadcast Authority (NBA) — the first, which received
preliminary approval on June 10, is being criticized for granting far-reaching
powers to authorities to censor the press, revoke media licenses and restrict
journalists’ work.
The Tuesday meeting followed a request
submitted by six board members to discuss the legislation and the resignation
of syndicate board member Abdul Seoud Mohamed on July 5, in protest against the
bill.
Provisions in the law “impose restrictions on
journalistic work and grant the SMRC absolute powers, exceeding those of the
censorship authorities in the 50s and 60s,” says Saad Abdel Hafez, one of the
syndicate board members who requested the emergency meeting. “[The laws] transform
exceptional bans and gag orders into permanent statuses.”
The proposed legislation comes amid a wider
crackdown on the press in recent years, with Egyptian authorities blocking
access to hundreds of websites, harassing, detaining and prosecuting
journalists, and taking direct ownership of private media outlets.**
No será fácil acordar en el Sindicato unas medidas para
poder garantizar la Libertad de Prensa. La militarización
del país sigue avanzando en todos los sectores. Hoy comienza a escucharse de forma obligatoria en los hospitales el himno nacional, dentro de la campaña de extensión del
"patriotismo", lo que ha suscitado lógica controversia diciendo al
gobierno que lo que los hospitales necesitan
no es patriotismo de pandereta sino inversiones para que puedan
funcionar como deben.
La cuestión de los himnos no es trivial. Como tampoco lo fue
que la Feria del Libro de El Cairo tuviera unas casetas con publicaciones
militares, etc. Tampoco lo es que las series del Ramadán —como analizaron en
Mada Masr hace pocos días— tengan por héroes a gimnásticos y bigotudos policías
que se enfrentan a los peligros que suponen los enemigos del país. Todo ello
forma parte de una maniobra envolvente que necesita del control absoluto de las
informaciones, a la vez que produce su entorno patriótico-virtuoso con el
Ejército-Policía convertidos en columna vertebral de un estado que se muestra
como "paternal" y "protector".
Convencido de que las nuevas guerras se dan en el espacio
informativo (al-Sisi, jefe de la Inteligencia antes de ser nombrado ministro de
Defensa por Morsi, dio una interesante explicación de esto al principio), el
Estado se convierte en voz principal con el control de lo que los egipcios
reciben. La Operación Sinaí contra los terroristas se desarrolla durante la
campaña presidencial para poder obtener el foco sobre la seguridad y el Ejército
en ese periodo y se dan cada día solemnemente las bajas causadas a los
terroristas refugiados en la zona.
El papel de los medios estatales siempre ha sido crucial en
Egipto. Por ello el control es imprescindible para poder tener a la población
dentro de la burbuja de las promesas. La situación de crisis económica profunda
se combate mediante éxitos deportivos
(cuando son posibles), descubrimientos arqueológicos (que son acogidos en el
exterior por la prensa) y las declaraciones de los ministerios sobre futuros
éxitos y proyectos. Todavía hay pocos éxitos palpables con los que justificar
la represión. La estabilidad necesaria para la economía no llega.
Pero hace falta algo más que estabilidad. Las libertades y
los derechos humanos no pueden emplearse, como se hace habitualmente, como una
excusa acusándolos de ser los que causan la inestabilidad. Al contrario, es la
falta de libertades lo que causa la inestabilidad que se realimenta
constantemente. La idea de un Egipto cuartel, con sus himnos y su orden marcial,
con sus desfiles y héroes, no es más que una fantasía alimentada desde una
concepción militar y autoritaria del Estado. El Ejército no es una institución
democrática, como es evidente. Intentar calcar la estructura y, especialmente,
la mentalidad es absurdo e interesado.
Es esa mentalidad la que ha llevado hasta aquí. Un día se
podrá decir que ha sido esa mentalidad la que ha frenado el desarrollo egipcio,
combinada con el cultivo del tradicionalismo extremo religioso por parte de los
islamistas, que se ocuparon de trabajar la base social que el estado dejaba desatendido.
Cada día, los diarios estatales publican artículos explicando a los egipcios
que son víctimas de conspiraciones de diferente sesgo. No son más que maniobras
de distracción de la verdad que tienen ante los ojos desde hace décadas.
A los que les interesa esa versión, se callan y aprovechan
los beneficios del poder y del silencio. Saben que siempre estarán amparados
por la fuerza de las armas cuando se llegue a un punto crítico. Mientras las
armas estén en su sitio, podrán hacer como que no pasa nada.
Veremos cómo acaba el pulso con la prensa. Se percibe una
mayor intensidad en los artículos que abundan en la creación del miedo, de la
pérdida del estado y de la llegada del caos, mientras se ponderan las virtudes
militares, considerándolas como la única forma de patriotismo. Desde los años
cincuenta del siglo pasado, el Ejército se ha ido relevando mientras se
convencía a los egipcios de la imposibilidad de la democracia. Ahora se está
creando una de cartón piedra, con una oposición prefabricada en el parlamento,
mientras se cierra y persigue lo que sea crítica real a un sistema que no
funciona desde hace mucho. Llamar patriotismo al privilegio sirve de muy poco.
* "Will Egypt’s new media law bring back objectives of ministry of information?" Daily News Egypt, 12/07/2018 https://eklutdvotyzsri.dailynewssegypt.com/2018/07/12/will-egypts-new-media-law-bring-back-objectives-of-ministry-of-information/
** "State Council, Journalists Syndicate condemn ‘unconstitutional’ media bill" Mada Masr 12/07/2018 https://www.madamasr.com/en/2018/07/12/feature/politics/state-council-journalists-syndicate-condemn-unconstitutional-media-bill/
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