Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Por fin el nacionalismo ha encontrado la justificación para
desmarcarse de la “marca España”. Las insólitas declaraciones del presidente
Mas sobre la necesidad de que el resto del mundo no piense que Cataluña forma
parte de ese desastre que es España
nos enfrenta de nuevo al despropósito en forma de embudo que los nacionalismos
han ido desarrollando. Mas anuncia que “el país más potente del sur de Europa” irá por libre, que dedicará un presupuesto de viajes mayor a
explicar por todo el mundo porqué los mapas no dicen la verdad, a demostrar con cifras lo que las palabras expresan en cada mitin o discurso.
El “no somos España” es el equivalente al “nos somos Angola”
de Mariano Rajoy. En realidad, no somos nadie. Los políticos ya no saben qué
hacer. El aburrimiento extremo que nos causan las explicaciones de por qué lo
hacen tan bien pero va todo tan mal se extenderá a casi todos los países de la
Tierra, que no se verán privados de ese placer intelectual.
El presidente catalán responde así a algo tan representativo
como una carta de un lector´, un indignado a su manera, publicada en la prensa:
Mas hizo referencia a una carta
firmada por un empresario que publicó ayer La
Vanguardia. Víctor Arnau ponía de manifiesto la desconfianza que sus
clientes le expresaban por pertenecer a España, "un país al borde al
quiebra", y emplazaba al president a recuperar la imagen de país serio que
a su juicio había conseguido Catalunya en las últimas décadas. El president
cogió el guante del lector y respondió: "Exactamente lo que me pide este
lector de La Vanguardia es lo que he venido a hacer primero a Boston y luego a
Nueva York. Somos el país más potente del sur de Europa y hemos de hacerlo
saber al mundo, para que no nos confundan. Es urgente desmarcarse... Ya se ha
visto que el éxito económico español tenía los pies de barro".*
Más claro, el agua. El señor Víctor Arnau García es un empresario del
sector de las artes gráficas que publicó en La
Vanguardia una carta abierta dirigida al presidente Mas en los siguiente
términos:
No ens hem identificat mai amb la
cultura del pelotazo ni amb l'especulació ni amb els diners fàcils sense
esforç.
Ara ens enfrontem a un enemic
molt perillós. Aquesta setmana he rebut trucades dels principals clients de la
casa. Des de diferents països d'Europa, tots ells m'han expressat por a tenir
el proveïdor en un país que en els propers dies farà fallida. Estan pensant a
fabricar en un altre país més segur! Així és com ens perceben a Europa. Això és
el que pensen els nostres clients estrangers. Com lluito contra aquesta visió
que tenen de nosaltres a fora? És aquí on demano ajuda. No volem subvencions,
ni diners, ni crèdits. M'agradaria imatge, seriositat, respecte. Que no
engeguem a rodar en uns dies la feina ben feta durant 20 anys.**
Nadie duda de la buena intención del empresario y su deseo
de enfrentarse a ese “enemigo más poderoso” que todos esos males con los que se
les ha metido injustamente en el mismo saco con lo que hay al sur de la
frontera. Él, efectivamente, no pide dinero, ni subvenciones, ni nada por el
estilo. Solo pide que se le desmarque del parasitismo, de la mala imagen, de ese lastre llamado España compuesto por un
número indefinido de vagos y maleantes. Sin ellos, todo será más fácil y los
clientes europeos volverán a pasar por caja y confiar ciegamente en la seriedad
que, como “realidad diferenciada”, se habrá recuperado. ¡Señor President, haga
algo!, clamaba el empresario ante las incertidumbres de los mercados y
mercadillos.
El señor Arnau es muy libre de pensar como quiera y de
sentirse más listo, trabajador y honrado que nadie. Puede serlo con
tranquilidad o, al menos, sentirse así. Lo que sí es criticable es su
ingenuidad por pensar que sus
políticos son la panacea o no tienen responsabilidad en lo que ocurre en el
conjunto. Señor Arnau: sus políticos también son responsables del estado
general calamitoso. Ni más ni menos, para no entrar en discusiones. ¿Cree usted
que sus clientes se sentirán más tranquilos cuando el señor Mas vaya, de país
en país, explicando a todos que no hay
que confundir y saque un powerpoint
con un mapa para explicar lo que ocurre en este rincón extremo de Europa, avanzadilla del Norte, galaxia muy lejana, pueblo irredento de la Galia, Far
West fronterizo? Pues probablemente no y lo que entenderán es que a los
problemas ya existentes tenemos otro más que nos hace más inseguros para la
inversión: nuestra tendencia a no ponernos de acuerdo en nada. Los orígenes románticos del nacionalismo no dan para tanto.
La Vanguardia nos
adelanta:
La gira europea para explicar el
déficit fiscal catalán tiene, de momento, tres destinos previstos: Lisboa, la
segunda semana de julio, y después del verano Bruselas y París, y continuará
con otros viajes relámpago a capitales de la Unión Europea en función de la
agenda doméstica. Pero la ofensiva diplomática del Govern va más allá de
Europa. Según ha podido saber La
Vanguardia, están fijados ya en la agenda del president los siguientes destinos: Moscú en noviembre; China y
Singapur en diciembre, e Israel a continuación, sin fecha definida pero
probablemente en el primer semestre del año. La Secretaria de Exteriors trabaja
también para continuar la tarea en los países de economía emergente como Brasil
e India.
Lo de “la gira europea para explicar el déficit fiscal
catalán” es un bonito eufemismo político. Permitirá explicar de una vez por
todas —a ver si lo entiende el mundo de una vez—, de dónde provienen todos los
males que aquejan al señor Arnau y demás honestas personas. Mas, que ha comparado Cataluña con un
atleta corriendo con una mochila llena de piedras (que somos usted y yo, claro, no él) en su
viaje didáctico a Boston***, no considera que todas estas cosas sean negativas para España.
Con todo, el president rechaza
que su posición pueda interpretarse como antiespañola, sino al contrario.
"A España lo que le interesa es que Catalunya tire del carro y Catalunya
ayudará a España si esta le permite desarrollar su potencial".*
Señor President, Señor Arnau: A España no le interesa que
Cataluña tire del carro. Le interesa
que Cataluña, Extremadura, Andalucía, ambas Castillas, Euskadi, Galicia, etc.,
etc. (que no se sienta nadie ofendido por el etcétera) tiren de sí mismas para
salir todos adelante, porque no hay otra forma. Aquí el problema no es ya quién
tira del carro, sino si nos quedemos sin carro, robado anoche mientras dormíamos.
Hacer ver que los males de Cataluña solo provienen de los
males de España o hacer ver que solo España saldrá adelante si Cataluña tira de
ella (porque los demás son incapaces, claro) no es nacionalismo: es una tontería auto reconfortante y autista, una
fantasía que pueden trasladar a todos los powerpoints
que quieran y traducir a todos los idiomas de la Tierra para hacer una gira que
saldrá carísima (ahora que se critican los viajes del señor Ribó, defensor del
pueblo catalán, por todo el mundo), pero que se pagará con gusto porque es por
una buena causa. Todo esto se lo
aplaudirán a rabiar los que les guste escucharlo, porque que nos adulen los
oídos es la segunda cosa que más nos gusta después de que nos adulen el bolsillo.
¿Arreglarán algo? Pues, probablemente, no. ¿Se sentirán más
satisfechos? Pues algunos probablemente sí. Los problemas de Cataluña son una
parte entrañable de nuestros problemas y viceversa. Y lo que es verdaderamente urgente es
demarcarse de todo lo demás.
* "Mas: "Es urgente desmarcarse de
España"" La Vanguardia 24/06/2012
http://www.lavanguardia.com/politica/20120624/54316192248/mas-urgente-desmarcarse-espana.html
** El lector expone (Cartas) "La nostra imatge a
l'estranger" La Vanguardia 23/06/2012
http://www.lavanguardia.com/participacion/cartas/20120623/54316111071/por-proveidor-pais-en-fallida.html
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