domingo, 31 de agosto de 2025

Turistas de bocata

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Nunca llueve a gusto de todos, dice esta sabía apreciación popular del mundo. En la cuestión turística, que tanto afecta a la economía y a la vida españolas, el fenómeno se está empezando a producir cada vez con más claridad.

El turismo, hablando con sencillez, tiene tres partes: el viaje, el alojamiento y la comida. El viaje lo podemos hacer en avión hasta ir caminando (por ejemplo, el peregrinaje del Camino de Santiago) o pedaleando en bici. En medio hay todo tipo de fórmulas, del coche al tren. Los sectores compiten por ser los elegidos.  El segundo factor, el alojamiento también admite muchas variaciones entre los hoteles de cinco estrellas a dormir en una tienda de campaña en un camping o a la luz de la luna si el tiempo lo permite. A veces viaje y alojamiento de hermanan formando lo que llaman un "paquete". El tercer elemento es que, como no se vive del aire, hay que alimentarse. Aquí la cosa cambia, ya que va desde los cinco tenedores hasta el bocata que se come en mitad del campo.

A veces, los tres elementos se dan unidos, viaje y alojamiento con comida incluida.

A la gente le gusta viajar, estar bajo techo y comer. Pero los hábitos están cambiando con las crisis, según el dinero disponible en el bolsillo de cada uno. Este se va vaciando por orden, primero viajas, luego te alojas y finalmente comes. Lo que se gasta en uno, se resta en los otros, quedando cada vez menos disponible. Aquello del "suvenir" de recuerdo ha sido sustituido por la foto del teléfono móvil.

Pero las crisis van convirtiendo el turismo en algo que, independientemente, del gasto se va convirtiendo en una forma de lujo. Un lujo es simplemente algo que uno no se puede permitir; cualquier cosa puede serlo. El lujo es variable; lo que es un lujo para los que no tienen dinero para pagarlo, puede ser normal para el que le sobra para permitírselo.

Hacer que la economía española dependa tanto del turismo en sus tres variables señaladas, es peligroso cuando no todo te lo puedes permitir.

En RTVE.es titulan su información del telediario fin de semana "Crece el turismo de bocata en las Islas Baleares: "Han subido mucho los precios""* Allí se nos ofrece la sinopsis de la información dada en el telediario: 

Las Islas Baleares lideran el turismo internacional. Esta temporada han llegado un 4% más de turistas. Llegan más y gastan más, pero los vuelos y el alojamiento se comen gran parte del presupuesto, dejando las terrazas de bares y restaurantes a medio gas en plena temporada.

La patronal de la restauración alerta de una bajada de la facturación de hasta el 15%.*


La sinopsis es la cruda realidad de lo que hemos explicado anteriormente: al turista ya no le sobra nada y cada vez tiene menos para gastar. Si no le queda nada o muy poco, elegirá —según lo que le quede en el bolsillo— entre el restaurante que se pueda permitir, un burger o se comprará para hacerse un bocata. No es difícil de entender cuando lo vives.

Pero las patronales lo quieren todo y lo quieren en el orden señalado. Conforme el peso del turismo crece en nuestra vida —de la playa selecta al pueblo de la sierra al que no se le haya quemado la ermita—. Todos suben sus precios y esperan que el turista responda a estas subidas con algo que no se produce, la subida de sus sueldos.

Hemos bautizado al turismo que se empobrece y no gasta como "de mochila", el que rechaza viajes y alojamientos, que son un lujo para ellos. Los llamamos despectivamente "mochileros". Ahora, como ocurre en la información, lo llamamos de "bocata", que sería el nivel más bajo. Las imágenes nos muestran terrazas vacías ante la desesperación de sus patronos, los mismos que consideran despilfarro tener contratos todo el año y pagar horas extra.

Hace unos días recogíamos aquí la queja de un patrón restaurador señalando que la gente se sentaba y pedían alioli con pan, que le parecía lo más bajo en la escala del consumo. El nuevo reportaje recoge de nuevo sus palabras de queja.

En España, por lo visto, cada vez atraemos a este tipo de turistas. Vienen y no gastan lo esperado. Lo hemos dicho muchas veces y desde hace muchos años, las crisis acaban con lo superfluo y el turismo lo es en la medida en que te lo puedes permitir o no.

Hace tiempo hubo ataques a los turistas mochileros, a los que gastan el mínimo. Seguimos siendo atractivos, nos dicen, pero los que vienen gastan menos en comida porque les hemos subido los precios de viajes y estancias.

El País agosto 2023

España ha tenido como turistas ilustres a jeques árabes y a oligarcas rusos que venían a gastar lo que ganaban con sus negocios más o menos claros. No nos importaba, Marbella o Puerto Banús los acogía con los brazos abiertos. La ex de Vladimir Putin tenía varias casas por la zona.

Ahora nos centramos en la descalificación, condena y a veces agresiones (aunque sea con pistolas de agua) del más pobre, del que viene a la llamada turística española con los bolsillos poco llenos o que se los vacían rápido por las subidas de precios. No es justo, ni elegante. 

Hay que insistir en este cambio en el turismo y sus consecuencias para España. El turista no es el culpable.


* "Crece el turismo de bocata en las Islas Baleares: "Han subido mucho los precios"" RTVE.es Play 30/08/2025 https://www.rtve.es/play/videos/telediario-fin-de-semana/crece-turismo-bocata-islas-baleares-han-subido-mucho-precios/16711814/

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