sábado, 30 de agosto de 2025

Política y catástrofes

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Las catástrofes ocurridas en España en este curso 2024-2025 están cambiando muchas cosas en España. Están los efectos naturales causados por danas e incendios, pero también están los que vemos producirse en la gente, en sus reacciones crecientes contra los que consideran responsables por su mala gestión. La naturaleza no es "culpable", sino que refleja los errores y omisiones de los responsables de atenuar su impacto, los políticos.

Empeñados en una lucha política sin cuartel en la que se repite el mismo modelo en unos y otros, donde el eje comunicativo es la descalificación del otro, el enfrentamiento a sus imprevisiones, a la mala gestión quieren resolverlo de una forma que no hace sino indignar más a los afectados.

El desaire y recriminación a Fernández Mañueco, que tratábamos ayer, por parte de los bomberos en el acto de saludo de los Reyes; las continuas manifestaciones contra Mazón tras la dana en la Comunidad Valenciana son muestras de ese cambio, que va más allá de la lucha partidista a la que nos tienen acostumbrados.

En RTVE.es podemos leer sobre lo ocurrido en Valencia, la décima manifestación contra el presidente de la Comunidad:

La concentración ha comenzado con la formación de un círculo en mitad de la céntrica plaza por los familiares de las víctimas, que han mostrado carteles con los nombres de sus fallecidos, entre aplausos del público asistente, gritos de "Mazón dimisión" y "Mazón a la prisión" y la interpretación por dolçainers y tabaleters de la melodía La processó de la memòria.

A continuación, se ha guardado silencio mientras se leían los 231 nombres, tras lo que se ha vuelto a corear en la plaza el lema de la protesta y otros como "no son muertos, son asesinados" o "el president a Picassent", en alusión a la cárcel valenciana.

La presidenta de la Asociación de Víctimas Mortales 29-O, Rosa Álvarez, ha insistido en que sus familiares no fallecieron de muerte natural, sino por "un homicidio imprudente", y ha afirmado que la dimisión de Mazón se les "queda corta, debe ir a prisión", y también deben dimitir el conseller de Educación, José Antonio Rovira, y la consellera de Servicios Sociales, Susana Camarero, por su actuación ese día.*


La afectación masiva de las catástrofes introduce un nuevo clima de conflictividad y una forma intensa de protesta. Los que han perdido parientes y bienes, los que han visto destrozado su pasado, quemado o arrastrado por el agua, sus lugares de residencia y sus entornos, no parecen dispuestos a callar ni a aceptar las explicaciones de los políticos, Y en España no existe el error, "todo el mundo lo que tenía que hacer", aunque los resultados digan otra cosa.

Podemos pensar que es una nueva variante de la lucha de los partidos, que se manipula para atacar a los partidos contrarios. Esa suele ser la tesis de los criticados, No es incompatible con el proceso de indignación ciudadana creciente. Lo que sí se hace visible es que las catástrofes están cambiando algo, aunque sea pronto para hacer previsiones. Hemos reducido la vida política a lo que ocurrirán en las siguientes elecciones, en cómo responderá el "electorado".

Ser elector es un momento puntual del ser ciudadano. Las catástrofes han sacado, han intensificado la dimensión ciudadana. Nos han hecho, por la vía más traumática, ser conscientes de nuestra situación real; nos han alejado de la clase política, nos han mostrado alguna virtud y, sobre todo, muchos defectos. Los defectos de los políticos son los problemas de la ciudadanía.

La mala gestión queda en primer término. La idea de "despilfarro" en la prevención de los incendios, que se le ha recriminado a Fernández Mañueco por parte de los que se juegan la vida en ellos, su precariedad en el empleo, sus bajos sueldos, etc. ha calado en la ciudadanía, que se ha visto reflejada en ellos. Por eso el concepto de despilfarro ha indignado tanto.

Incendios e inundaciones han dejado en evidencia a esa España que no previene, que no corta las especulaciones, ni el lucro de unos pocos en detrimento de la mayoría. Es la España que construye donde no debe; es la España urbanita que se desentiende del campo; es la España que se vacía porque no hay vida en ella, porque no hay hospitales, escuelas, farmacias, bancos... porque es un "despilfarro".

Todos somos responsables, pero unos más que otros. Las catástrofes están ahí y se seguirán produciendo mientras se niegue su prevención, mientras se considere "despilfarro" invertir en ello.

No es posible silenciar las catástrofes. Los efectos visibles son claros, pero también están los que quedan en el tiempo, los de las respuestas. Los políticos prometen inmediatamente remedios y soluciones, pero estas se eternizan en la administración, que se ha visto reducida en su tamaño y eficacia. Las promesas a los afectados se van dilatando en el tiempo. Lo vimos en la crisis de los volcanes canarios y los veremos ahora, cuando el estado deba afrontar las reclamaciones de los miles de afectados en diferentes niveles. Prometer es fácil; es la respuesta política. Pero cumplir lo prometido puede ser muy complicado y echar por tierra las expectativas. Entonces se volverá a mirar a los políticos.

La confluencia de catástrofes ha dejado en evidencia a esa España que crece a su suerte, a golpe de intereses, de incentivos mediáticos para gastar. Ha dejado especialmente en evidencia la debilidad y vaciedad de los discursos políticos, su cortedad de miras y su falta de evaluación de la realidad. Importa más el poder que su buen uso. La España que se inunda o quema es la real, la del día a día. Creo que mucha gente ha comenzado a vislumbrar la distancia entre lo que se dice y la dura realidad.

Se ha comenzado a responder, a reclamar. No es cosa de un día. Llamar "asesinos" a los políticos responsables no es cuestión baladí; muestra una indignación que busca la dimisión y, más allá, el procesamiento. Hay algo más que las luchas entre partidos. Indudablemente, los partidos lo usarán unos contra otros. Y lo usarán los más ultras, que son los que crecen más ante estas muestras de inoperancia.

Ese es un peligro real que nos está afectando ya. Cuando los políticos fallan. los riesgos aumentan. Por eso es importante que los partidos cambien su actitud y estrategias. Necesitamos eficacia y compromiso. No es precisamente el modelo que se ha ido pidiendo a los políticos. Quizá las personas que ponemos en los puestos no son las adecuadas o no piensan adecuadamente. Entendemos por adecuadamente aquellas que se plantean solucionar los problemas presentes y futuros como su objetivo. No basta con prometer. España necesita algo más.

 

* "La décima protesta contra Mazón por la dana homenajea a las 228 víctimas: "Detrás de los 10 meses hay 334 días de dolor"" RTVE.es 29/08/2025 https://www.rtve.es/noticias/20250829/dana-valencia-cumple-diez-meses-con-homenaje-a-victimas-otra-protesta-contra-gestion-mazon/16710489.shtml

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