viernes, 1 de agosto de 2025

El descenso global del cociente de inteligencia

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

En 20minutos nos traen un problema cultural de primer orden, la constatación de la pérdida global de inteligencia en las últimas generaciones. Es sencillo: cuando se hacen mediciones del "cociente de inteligencia", observan que este va disminuyendo en cada generación.

En este tipo de estudios comparativos, es esencial saber qué se está comparando, en este caso un concepto muy debatido, como es el de "inteligencia". ¿Es "real" o. como decía un estudioso, "la inteligencia es lo que miden los test de inteligencia"?

En este caso, se nos dice que

 

Un estudio clave realizado en Noruega por el Centro de Investigación Económica Ragnar Frisch, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, encontró que los noruegos nacidos después de 1975 mostraban un CI promedio más bajo que generaciones anteriores. Esta investigación, basada en datos de casi 750.000 hombres evaluados entre 1962 y 1991, evidenció que el Efecto Flynn persistió hasta mediados de los años 70. 

Desde entonces comenzó una caída de aproximadamente siete puntos por generación. Este descenso no solo se ha observado en Noruega, sino también en Dinamarca, Reino Unido, Francia, Holanda y Finlandia, lo que indica una tendencia global. Lo interesante es que el estudio descartó que esta baja se deba a factores genéticos o a un aumento en el número de nacimientos entre personas con menor capacidad intelectual.

De hecho, incluso al considerar la inteligencia familiar, se observó una disminución, lo que lleva a concluir que los factores ambientales juegan un papel más relevante en esta transformación.*

Tiene cierta lógica que, en un mundo global, la inteligencia —para bien o para mal— esté también globalizada, es decir, que como se señala en los estudios y se recoge en el texto, no afecte a países aislados, sino que lo haga en campos más amplios.

Podemos decir que la inteligencia es un músculo, es decir, que se fortalece con su uso, que se desarrolla frente al tipo de problemas que debe resolver. Tenemos la inteligencia para compensar el déficit físico, ya que el ser humano no posee ni la fuerza ni la velocidad que le permitiría sobrevivir frente a otras especies. Pero tenemos la inteligencia que nos permite aprender individual y colectivamente, aumentar nuestra fuerza y nuestra velocidad. Es la inteligencia la que nos ayuda frente a las enfermedades (la comprensión del funcionamiento de nuestro cuerpo), enfrentarnos a los peligros naturales, etc. Pero algo está pasando que hace que nuestra inteligencia personal se esté reduciendo:

En Estados Unidos, un estudio publicado en la revista Intelligence reforzó estos hallazgos al demostrar que las capacidades cognitivas también han disminuido. Utilizando datos de más de 400.000 personas, se detectó un retroceso en áreas como el razonamiento lógico, el vocabulario, la resolución de problemas visuales, las analogías y las habilidades matemáticas. *

El listado de retrocesos nos dice mucho y nos orienta en determinadas direcciones. El músculo inteligente está dejando de ocuparse de muchas cosas. Al igual que el uso continuado del coche producía mayor fatiga a la hora de caminar y tenía efectos sobre el corazón, como posibles ataques, o que las agendas para apuntar disminuían nuestra capacidad de memorizar (ya pasó con la expansión de la escritura, una memoria exterior), puede que nuestra tecnología tan avanzada en el campo de la inteligencia nos esté produciendo ese retroceso que detectan los test.

16/06/2018

Curiosamente, un repaso a los medios muestra que hace casi una década que comenzaron a publicarse estudios sobre la pérdida del CI, lo que habla precisamente de la "mala memoria mediática" que elimina los precedentes por necesidad de "novedad", por decirlo así. Sin embargo, la verdadera noticia es su continuidad, la pérdida constante, como se señala en el artículo de 20minutos citado. Algunos advierten del fenómeno en su preocupante perspectiva histórica; otros, en cambio, necesitan de lo nuevo apara atraer atención.

12/05/2023

En la noticia señalada se nos cuenta que los expertos discrepan sobre el papel de la tecnología en el descenso del CI. Para unos se trata, más que de una pérdida, de un cambio, de una transformación en la forma de usar y percibir la inteligencia.

Todos habremos observado, por ejemplo, la pérdida de la capacidad de cálculo cuando se usa demasiado a menudo una calculadora. "¡Se nos ha olvidado multiplicar y dividir!", decimos en ocasiones ante nuestros errores y torpeza. Lo que antes hacíamos enfrentados a un cuaderno con un lápiz, hoy lo hacemos ante un teclado. No limitamos a introducir los datos y señalar la operación deseada. No hace falta mucho más. Por eso se producen los debates educativos sobre el uso de dispositivos que nos "ahorran pensar". Tienen, evidentemente, consecuencias.

11/04/2023

Lo que estamos ganando en precisión, velocidad y potencia gracias a la tecnología, lo estamos perdiendo individual y socialmente como humanos. Pero no se trata solo de eso: algo para lo que no hacen falta test es, por ejemplo, la pérdida de vocabulario. Nos hemos preocupado mucho (ya no) por la ortografía, pero esto es más profundo ya que afecta al propio pensamiento y a la comunicación con otros.

El uso de correctores automáticos primero y la nueva capacidad de las IAs para escribir, traducir, desarrollar, etc. irán reduciendo nuestras propias capacidades expresivas y también las lógicas.

21/07/2025
Lo cierto es que este nuevo mundo tecnológico, económico y global no se fija en la persona ni en su capacitación o formación, sino en el coste del objeto producido y en su consumo final. No importan las personas más que como consumidores de lo que se produce. La aplicación de estas nuevas tecnologías aspira a la "solución final", la desaparición de lo humano en la producción, lo que eleva el beneficio obtenido.

La pérdida de "aquello que miden los test de inteligencia", constatada por múltiples estudios, se percibe perfectamente, con claridad en el ámbito educativo, que también se ha alejado de la persona para percibirla como un "instrumento" al servicio de la producción. Muchos no desean "aprender" ("¿para qué?", "¿qué significa eso?"...) más allá de lo necesario para cumplir en su puesto de trabajo. Ir más allá es absurdo, dicen.

La monstruosa idea de que las personas puedan estar "sobre educadas" aparece de vez en cuando y nos reenvía hacia lo "práctico" que es cada vez más atender las necesidades de la máquina. La persona y su trabajo se han disociado en beneficio del segundo.

Lo que los estudios detectan se corrobora en la vida diaria. Es cierto que se ha producido un fuerte cambio, lo que no quiere decir que esto sea positivo en muchos aspectos. Pero quizá esto no preocupe ni a los que se benefician económica o políticamente, ya que las perdidas señaladas, especialmente las del sentido crítico, hacen más fácil la manipulación en todos los órdenes.

Esto que nos dicen ahora los estudios fue expresado por autores que van de Ortega y Gasset a Marshall McLuhan, por señalar la idea del "hombre masa" o del "hombre eléctrico", con sus diferencias, o más recientemente los avisos de Yuval Noah Harari, en sus 21 avisos para el siglo XXI (2019). Las limitaciones se van haciendo más concretas y cada generación acumula sus pérdidas y educa a la siguiente. No solo transmitimos el conocimiento; también la ignorancia.

No creo que seamos "cada vez más tontos", sino que se nos educa conforme a otros intereses y fines, que la tecnología no está al servicio de la persona sino de otros intereses a los que importamos poco. Sí, ha cambiado la idea de "persona inteligente" porque ha cambiado también el de "persona culta" y los medios nos alimentan con demasiado entretenimiento improductivo. Hemos borrado el "pasado", sustituyéndolo por la idea de "temporada pasada"; viajamos para conocer lo que se nos ha preparado para que conozcamos, etc.

Entro en la biblioteca de una prestigiosa universidad hispana que me ofrece una selección de buenos textos. Cuando descargo uno de ellos, encuentro que es una grabación, que alguien lee por mí, que solo debo sentarme y escuchar. No comprender la diferencia entre "escuchar" y "leer" es ignorar las consecuencias.

Podemos discutir sobre "qué es la inteligencia" o "qué miden los test", pero no podemos ignorar los efectos en la vida diaria y la necesidad de comprender cómo funcionan o a qué se deben. El problema es que el que tiene un CI más bajo que las generaciones anteriores siempre se considerará "normal" en un mundo "normal" haciendo lo que hacen "todos". ¿Dónde está el problema?

El mundo global que se nos ofrece hoy es, a la vez, rutinario y sorprendente, vulgar y entretenido. Todo se encuentra en nuestro teléfono que nos acompaña y vigila las 24 horas del día. Todo se ha vuelto más "inteligente"... menos nosotros.  

16/08/2023

* "¿Los seres humanos son cada vez más tontos? El descenso del coeficiente intelectual alarma a los científicos" 20minutos 31/07/2025 https://www.20minutos.es/ciencia/seres-humanos-son-vez-tontos-descenso-coeficiente-intelectual-alarma-cientificos_6233330_0.html 

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