Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Son
muchas las dimensiones del fuego que padecemos. El foco informativo en los
incendios lleva los micrófonos hasta los afectados, cuyas declaraciones
contrastan con las burocráticas y formalizadas de las autoridades, que tienden
a la jerga y a la rutina. "Perimetrado", "controlado",
"extinguido", "evoluciona favorablemente", "nivel de
alerta", "avisos por colores", etc. forma parte de la
descripción de los fenómenos y tratan de dar una impresión de conocimiento,
control y confianza.
En
contraste, las expresiones de los afectados directamente son de estallido en
muchas ocasiones. Reflejan el caos que han vivido, los desalojos, la visión de
las casas quemadas, de sus entornos quemados. Son quejas que apuntan
directamente a la imprevisión, a la falta de medidas previas, a la falta de
inversión, a la lucha por hacer caer la responsabilidad en otros, etc.
Frente
a la enorme cantidad de incendios resulta chocante —por no decir otra cosa— la
falta de información sobre su origen en la gran mayoría de los casos. En
ocasiones ha sido un rayo, una chispa de una máquina o un sobrecalentamiento
de otra, una barbacoa de algunos que siguen pensando que las vacaciones son solo para disfrutarlas, etc. De muchos se insinúa que "puede haber sido
provocado" sin ir mucho más allá. La información del propio fuego parece
quemar el interés por el origen, algo esencial para la prevención futura.
Por eso
resulta llamativa la noticia que nos trae RTVE.es y las explicaciones dadas:
La Guardia Civil ha detenido a un trabajador de extinción de incendios como supuesto autor del fuego que arrasó unas 2.200 hectáreas en el incendio que se declaró el pasado 28 de julio entre Cuevas del Valle y Mombeltrán, al sur de la provincia de Ávila, y cuya motivación podría haber estado vinculada a "intereses laborales".
El detenido como responsable de un delito de incendio forestal intencionado, que obligó a confinar a los municipios de El Arenal y Mombeltrán -dos veces-, es un vecino de la zona que ha reconocido los hechos, según ha informado el delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen, en declaraciones remitidas a los medios de comunicación.
El supuesto autor ha sido puesto a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Guardia en Arenas de San Pedro (Ávila), así como de la Fiscalía Provincial de Medio Ambiente y Urbanismo.*
Estamos
acostumbrados a hablar de los fuegos en términos de "pirómanos", en
una atracción morbosa por el fuego y el placer de provocarlos. La otra línea
era la de los beneficios comerciales
o empresariales, sacarle utilidad a lo quemado. De hecho, hace años se prohibió
la venta de los terrenos quemados hasta pasado algún tiempo para evitar que los
bosques se convirtieran, una vez quemados, en terrenos destinados a otras
funciones. Se trataba de eliminar el aliciente del beneficio de la quema.
Pero
esto de hoy siembra una serie de paradojas e incertidumbres. Es el caso de
llamado "bombero pirómano", el que prende fuegos para después
apagarlos. Corrijo con un matiz importante: es el que prende fuego para después
ser contratado y cobrar por apagarlo.
Evidentemente, nada más lejos de nuestra intención de poner el foco sobre los bomberos y demás fuerzas destinadas a la extinción de incendios. que tiene todo nuestro apoyo y admiración. Pero sí que es necesario adentrarnos en este tipo de casos y lanzar luz sobre ellos. Es precisamente esta valoración del esfuerzo y sacrificio del bombero lo que lleva a la indignación de estos incendiarios.
La expresión "bombero pirómano" se usa con cierta frecuencia en política para referirse a alguien que crea un problema y después se presenta como solución. Pero lejos de ser metafórico, el caso que se nos presenta es completamente literal. Aquí se trata de personas que van a apagar los fuegos que ellas mismas han provocado.
Lo que
ocurre es que aquí puede desaparecer el carácter "psicopatológico"
del asunto y entrar de lleno en la cuestión laboral: el fuego para el que se lo
trabaja. El fuego es aquí las "tortas" del "a falta de
pan", por usar un refrán popular.
Esto llevado a otros terrenos implica que habría pinchado ruedas si tuviera un taller, que habría contagiado enfermedades si se dedicara a la medicina, etc. etc. según los campos.
Las pesquisas policiales se centraron en un hombre a quien la Guardia Civil identificó el pasado 31 de julio cuando se dirigía a Cuevas del Valle realizando "maniobras evasivas" cuando se percató de la presencia policial.
Posteriormente, tras recabar indicios y pruebas periciales suficientes, se le tomó declaración en sede policial, hasta que finalmente confesó haber provocado el fuego.
Según la investigación, la motivación podría estar vinculada a intereses laborales, dado que el detenido trabajó anteriormente en labores de extinción y obtuvo trabajo diez días después de haberse originado el incendio*
En su podcast "Madrid misterioso" de finales de julio, Álvaro Martín habla de la reciente publicación de su obra "El libro del fuego". En la página del podcast el autor señala que la obra es "un texto sobre diferentes enigmas relacionados con este elemento. Y entre ellos estudié la figura del pirómano y, incluyendo incluso un caso de un bombero pirómano."** Ese "incluso" nos muestra lo poco frecuente de la figura del "bombero pirómano"
La idea
de que el incendio pueda estar basada en "intereses laborales" nos
lleva a considerar tres cosas: a) hasta dónde pueden llegar los intereses; b)
que concepto tiene de trabajo el detenido autor confeso y c) más general, cuál
es la situación laboral es España como para llegar a ver con naturalidad el
incendio como vía de trabajo.
Podemos
ir por la vía patológica o por la desesperación, incluso entremezclarlas. Puede
que el autor usara el incendio como una doble forma de desahogo, de subsistencia
y venganza contra el sistema. ¡Quién sabe!
Es
bueno que se detenga a los productores de fuegos (hay que empezar a cambiar el
uso de "pirómanos"), que salgan a la luz sus motivaciones y que
comprendamos que la vida no está hecha de compartimentos estancos y que todo
fluye e influye.
Las
visiones maniqueas del crimen ya están sobrepasadas. La naturaleza de los
crímenes actuales ha cambiado, como han cambiado las relaciones de los jóvenes
que van con navaja, machetes y palos de béisbol a tomarse algo en el fin de
semana.
Quedan
pocas barreras que no se puedan sobrepasar en un mundo cada vez más cruel en el
que ya dejan de sorprendernos auténticas barbaridades ante las que se elevan
los hombros diciendo "esto es lo que hay". ¿Qué pasa por la mente del
que prende fuego al monte para que le paguen por su extinción? A muchos les
resultará imposible ponerse en el lugar del autor e intentar comprenderlo;
otros ni lo intentarán.
Hay que intentar saber qué hay detrás de los incendios. Eso nos lleva de la naturaleza y su conjunción de factores a nuestra dejadez en la prevención. En los casos de origen humano, de la negligencia a la intencionalidad, es quizá más importante si cabe. Puede que la naturaleza nos desborde, pero casos como el de los "intereses laborales" son humanos, demasiado humanos. No sé qué tipo de terapia requieren, si solo es a ellos o a todos.
*
"Detenido un trabajador de extinción de incendios por provocar el fuego de
Ávila a finales de julio" RTVE.es 12/08/2025
https://www.rtve.es/noticias/20250812/detenido-trabajador-extincion-incendios-por-provocar-incendio-avila-a-finales-julio/16695081.shtml
**
Álvaro Martín "El bombero pirómano y otros enigmas de los incendios - Los
expedientes X del Buenos Días Madrid (227)" Apple Podcast 26/julio/2025 https://podcasts.apple.com/es/podcast/el-bombero-pirómano-y-otros-enigmas-de-los/id1653304952?i=1000719201388&l=en-GB





No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.