Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Nos
hablan en las noticias mañaneras de hoy en RTVE de las quejas del sector
turístico español: los turistas consumen poco. Donde antes se gastaban 50 euros
por cabeza y día, ahora apenas llega a 20 de promedio. En algunas zonas hablan
de un 10% menos y en otras hasta del 15%.
Para
que el turismo funcione son varios los requisitos básicos, el primero de ellos,
desde luego, es que el turista tenga dinero en el bolsillo, que tenga
"suficiente" dinero en el bolsillo, precisamos. Uno de los
entrevistados se queja de que llegan y piden "un pan con alioli para
comer". No especifica cuántos panes y cuántos turistas. Tampoco precisa si
él ha reducido el tamaño del pan y ha elevado su precio, algo probable.
El
turismo es una fantasía. Antes lo era para los turistas, a los que se les
fabricaba un mundo-paréntesis en el que era posible viajar y olvidarse del día
a día. Hoy la fantasía está también del lado del sector, que piensa que en un
mundo precario y de sueldos reducidos, el turista es poseedor de una fortuna
que regará todo aquello por donde vaya pasando.
Ahora
se enfrenta a la dura realidad tras sus fantasías. Hace años se empezó una
vergonzosa campaña contra los llamados "mochileros", los que iban son
su mochila, dormían en estaciones y parques y se compraban la comida en el
supermercado, guardan parte de la barra de pan para el siguiente bocadillo. Nadie
los quería. Eran el recordatorio que una cosa es "viajar" y otra
"hacer turismo", que implica un gasto constante en todo aquello que
han construido para nuestro gozo visual, estomacal o de cualquier otro tipo. Ahora vuelven los mochileros; no hay para más.
Hace
mucho tiempo ya escribimos aquí que el turismo partía de un punto, el de creer
que el mundo "va bien". El problema es que el mundo es muy suyo y le da por montar guerras, crisis económicas,
reducciones de sueldos, despidos, quiebras, cambia el clima, etc., algo que el
mundo turístico no acaba de aceptar.
Hace
unos años mis alumnos chinos me preguntaban por qué en España había tantos festivos,
tantos puentes. Yo les contestaba de forma irónica que en España era un "deber
nacional" ir a los sanisidros, a los sanfermines, a las fallas, a la feria
de abril, etc., que había que beberse la cerveza que los alemanes no se bebían,
etc. Hoy se reclama ese "deber nacional" para que al sector, que ha
subido todos los precios (viajes, estancias, comidas, etc.), le salgan las
cuentas.
Esta es
la servidumbre de un sector que necesita que todo vaya bien, que no haya cambio climático, por ejemplo, ni
crisis de ningún tipo para funcionar. El recurso al turismo nacional —al que se
incita intencionadamente desde los medios privados, autonómicos o estatales— es
hoy urgente porque no salen las cuentas.
Los
pueblos, grandes o pequeños, no apuestan por la producción sino por la atracción,
es decir, mostrar algo "atractivo" al mundo para hacer que vengan a
gastar. Cuando se lo hayan gastado todo, se pueden ir y dejar sitio a los
siguientes de la cola. Lo malo es cuando no hay cola o los que vienen a gastar
se piden un "pan con alioli" y beben del rico agua de la fuente.
Estos
días nos traen la penúltima locura con la construcción de un toro de 300 metros
de altura en la localidad madrileña de Alcorcón. Los vecinos entrevistados se
muestran ilusionados con los turistas que el toro pueda atraer. A finales de
julio, antes de que Alcorcón se llevara el premio. La Voz del Tajo presentaba
así el proyecto:
La Academia
Española de Tauromaquia ha presentado un ambicioso proyecto
arquitectónico para erigir una colosal escultura metálica en forma de toro
bravo, de al menos 300 metros de altura, con el objetivo de
convertirla en el principal icono turístico de España y uno de los mayores
reclamos internacionales de todos los tiempos.
La
iniciativa, bautizada como 'El Toro de España', busca dotar al país
de una construcción monumental que combine innovación técnica, valor cultural y
potencia visual, a imagen de otros grandes símbolos nacionales como la Torre
Eiffel en Francia, la Estatua de la Libertad en EE.UU. o el Coliseo Romano en
Italia.
Según ha adelantado a Canal 33 TV de Madrid el presidente y fundador de la Academia Española de la Radio y director de Radio España, Jorge Álvarez, el toro estaría ubicado en una localidad española con una alta afluencia de turistas, con el fin de garantizar su viabilidad económica y propiciar, además, el impulso comercial y la generación de empleo en toda la zona.*
¡No
aspiran a poca cosa! Dentro de un par de miles de años, el "toro"
tendrá tanto valor como el Coliseo de Roma. Finalmente ha sido Alcorcón quien
ha apostado por el "toro".
El problema será si los turistas van armados con su cámara de fotos y se piden el pan con alioli, suponiendo que para entonces ni el pan (que ya lo ha hecho) ni el alioli (que lo hará) disparen sus precios.

En otro
movimiento para enfrentarse al turista improductivo, el que visita y no gasta,
los municipios se lanzan a cobrarles tasas de todo tipo, de aparcamiento o de
acceso, que es ya la última baza que les queda. Pronto habrá ofertas combinadas
de aparcamiento, acceso y cinco fotografías o algo similar.
Es la España transformada en "postal", donde todo el mundo aspira a ser mirado y al gasto que supone. No hay fábricas o empresas de otra cosa. Si tienes un puente puedes cobrar a los suicidas y los que se hagan fotos viéndoles caer. Si los suicidios del madrileño Viaducto son un atractivo turístico, ¿por qué no?
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| La Vanguardia |
Todo
sube y sube a la vez dejando el bolsillo turístico en mínimos. Se quejan
algunos de que cuando el turista llega ya se lo ha gastado todo en el
transporte y en el hotel. El que sube primero, da dos veces. Como todo está más
caro, se reduce lo que está en su mano, menos días y menos gasto en esos días.
Aquello de las vacaciones de veranos enteros en las que la madre y los hijos
iban al monte o a la playa y el padre iba los fines de semana de julio y luego
descansaba ya en agosto, pertenecen a la Historia. Luego todo se fue
reduciendo, acortando y ahora se cuentan por días y todo lo más por semanas.
Vas, haces unas fotos y vídeos, te tomas tu pan con alioli y vuelves.
En los concursos televisivos nadie quiere invertir en mejorar el negocio haciendo inversiones. Todos quieren "viajar", que es cada vez más parte de la fantasía, algo con lo que uno sueña durante el año y que unos pocos puede cumplir, cada vez menos y por menos tiempo. Al menos el toro de Alcorcón está céntrico y se puede ir y volver en el día sin que se ponga duro el pan o se estropee el alioli.
Es
sorprendente (y deprimente) cómo se consigue convencer a los pueblos de que
basta con tener algún atractivo (recién hecho, milenario o centenario) para que
no haya más que montar chiringuitos y hoteles alrededor. Si cuando hay menos
dinero, se toca a menos, cuando hay muchos sitios turísticos se toca a menos
turistas por pueblo, playa, etc.
El modelo turístico tiene además efectos perversos sobre el empleo, con una elevada temporalidad, dependiente de puentes, fines de semana, festivos locales, etc. El empleo es de baja calidad y no se requiere mucha cualificación. No entro en otros aspectos relacionados con lo que supone tener un país en constante invitación a la fiesta y al gasto, incluido de lo que no se tiene. Este modelo no funciona ya y lo que es peor, también funcionando tiene sus problemas socio culturales.
Estamos
echando a la gente de las cada vez más amplias zonas turísticas, como muestra el
encarecimiento de la vivienda y de todos los negocios que se den en la zona.
Muchos tienen que dejar sus ciudades, más pendientes de los turistas que de
ellos. Hay que cambiar, pero para eso hacen falta políticos a los que nos le
vendan la moto, en este caso el toro y similares. Los beneficiarios son muchas
veces fondos inversores que sacan el dinero fuera de España, en cuyo caso,
quedamos reducidos a sirvientes mal pagados.
Toda crisis tiene sus beneficiados, en este caso los que venden comida preparada o los recipientes para traerla y llevarla. No nos dan cifras de esto, pero si no se come fuera algo habrá que llevar. Si hay menos playa, habrá que ir menos al gimnasio. Vemos más gente corriendo y aprovechando la ola de calor para ahorrarse el gimnasio. Todo se conecta. Hasta el tatuaje te empuja a la playa a lucirlo, aunque sea por poco muy tiempo. Hoy con la IA puedes trucar fotos y vídeos ante cualquier monumento o lugar que quieras mostrar a los amigos. Puedes poner un suicida cayendo en tu foto del Viaducto, si quieres.
No se puede tener contentos a todos. Ni siquiera en el paraíso español. No te pases con el alioli.
* "La Academia Española de Tauromaquia
planea construir un toro gigante de 300 metros" La Voz del Tajo 26/07/2025
https://www.lavozdeltajo.com/noticia/89445/nacional/la-academia-espanola-de-tauromaquia-planea-construir-un-toro-gigante-de-300-metros.html









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