Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La
situación en Gaza es tan brutal que lo que pretendía Israel se ha dado la
vuelta y ahora actúa en su contra. La excusa de Hamás y la recuperación de los
rehenes judíos han dejado de funcionar ante la evidencia de lo poco que le
importan al propio Netanyahu y su gobierno de radicales.
Cada
vez es más evidente —si alguna vez no lo ha sido— que el fallo de la casi siempre eficiente inteligencia
judía que posibilitó la entrada en territorio israelí de los terroristas de
Hamás ha sido una excusa que ha permitido el genocidio palestino y los ataques
a los países de la zona que Israel decidía que comprometían su
"existencia". Lo que vemos cada día, en cambio, es un cruel ejercicio
de exterminio masivo, que cuenta ya más de 60.000 muertos, la gran mayoría
civiles, con mujeres y niños. A las bombas hay que sumar el hambre como
instrumento de muerte.
Creo
que ha quedado claro que el objetivo de Israel no es Hamás, que no es más que
la excusa. El objetivo real es la población civil, que es la que habita el
territorio, un espacio que Israel necesita para crecer, para instalar a sus
colonos, ávidos de tierras que se convierten en "israelíes" mediante
el método doble de devastación primero y ocupación después.
No hay
muertes accidentales en Gaza; solo un
sádico plan de crecimiento, de expansión, cuya imagen más cruel es ese vídeo
generado por IA que nos muestra la Franja convertida en una "Riviera"
de Oriente Medio en la que disfrutan de sus bebidas frías unos tostados Trump y
Netanyahu. El propio Trump, incapaz de diplomacia o prudencia, colgó en sus
páginas de redes sociales. No, no creo que el destino de su rostro sea precisamente
el Monte Rushmore. La Historia lo podrá en su sitio, pero en uno muy diferente
al que espera.
La
crueldad e indiferencia ante el dolor y la muerte está haciendo que muchos
países empiecen a notar la fuerza de la presión popular sobre sus gobiernos. El
temor a los Estados Unidos de Trump y su arbitrariedad está que se vaya creando
una clara respuesta. Solo la ultraderecha internacional está interesada en
sostener las políticas destructivas de Trump y Netanyahu, además de crearle un
problema a los países árabes que han estado manteniendo un apoyo casi invisible
a Israel por los beneficios que les reportaba el apoyo americano a través del
armamento y el respaldo a sus regímenes frente a los movimientos islamistas que
buscan sus derrocamientos.
A
mediados de mayo se conocía la noticia de la "conversión" de Arabia
Saudí en "potencia" militar gracias a las compras de armas realizadas
a los Estados Unidos. Armando al estado, se garantiza la permanencia de un
régimen como el saudí y además el apoyo de "proveedor" de las armas
en caso de conflicto.
En RTVE.es podemos leer que
El primer ministro canadiense, Mark Carney, ha anunciado este miércoles que Canadá tiene la intención de reconocer en la Asamblea General de la ONU de septiembre a Palestina como Estado, sumándose así a medidas similares tomadas recientemente por otros países occidentales.
"Esta intención se basa en el compromiso de la Autoridad Palestina con las reformas tan necesarias, incluyendo los compromisos del presidente (Mahmud) Abbas de reformar profundamente su gobernanza, celebrar elecciones generales en 2026 en las que Hamás no pueda participar, y desmilitarizar el Estado palestino", ha declarado en un comunicado.*
Evidentemente, todo esto no puede ocurrir si no se obtiene un compromiso claro por parte de Israel de aceptarlo también, algo que es poco probable con Benjamín Netanyahu en el poder.
Lo que Benjamín Netanyahu ha conseguido hasta el momento es destrozar la imagen del Israel "víctima", fomentar el sentimiento anti Israel —que prefieren llamar "antisemitismo"— e intensificar el "antisemitismo" real en aquellos que ya lo eran; además está consiguiendo lanzar a Hamás hacia el liderazgo del islamismo por el que compiten varias grupos y facciones desde diversos frentes.
Junto a lo señalado, se están consiguiendo varias cosas destacables y peligrosas: se está fomentando el "anti occidentalismo", ya que se aprovecha tanto el apoyo norteamericano como la falta de medidas de eficacia real por parte de Europa. Los negocios de Israel con Europa son importantes y se guarda un cuidadoso silencio hasta que saltan, como ha ocurrido en España con los contratos de compra de armas.
Trump está fusionando los ataques económicos en la guerra arancelaria con el suministro principal de armas y apoyo logístico a Israel. Para Trump, como sabemos, Netanyahu ha pedido públicamente el Premio Nobel, un chiste macabro que quedará en la antología del disparate histórico. Si Trump empieza a sancionar económicamente por la falta de apoyo a Israel, la cuestión se hará más abierta y complicada, algo que empezarán a experimentar los norteamericanos, que se están condenando ellos mismo al ostracismo.
La medida de Canadá debe entenderse como medida doble: contra la política de Israel y como un desafío / rechazo contra las políticas económicas imperialistas de Trump.
En el mundo internacional global, no existen piezas sueltas y todo tiene repercusiones, de ahí su complejidad. Netanyahu no podría haber hecho lo que hace sin el apoyo de los Estados Unidos de Trump. La apertura continua de frentes de conflictos es el resultado de abrir primero unos de los que se aprovechan para abrir otros. Cada vez hay más señales de guerra o de aumento de la compra de armamento, una señal de peligro.
Como señalamos en el inicio, lo que ha conseguido Israel es pasar de ser la "victima" a ser el "agresor" desproporcionado. Israel ha perdido cualquier resto de razón al dejar al descubierto su forma de proceder y el poco interés real en recuperar los rehenes que falta, algo que se le recrimina desde los mismos familiares. Lo que queda al descubierto, además de la crueldad, su intención colonial después de hacer desaparecer a, por ahora, 60.000 palestinos, un hueco humano que "necesita" para expandirse y debilitar a los residentes, a los que niega el derecho al espacio y a existir.
Cada vez se hace más difícil "aceptar" lo que ocurre con las acciones de Israel, su falta de sentido de diálogo, de busca de soluciones. Esto ya le está pasando factura por todo el mundo, desde la ciudadanía y la presión sobre los gobiernos, empresas, etc. Lo hemos podido ver desde cosas aparentemente fútiles, como el Festival de Eurovisión, a las relaciones comerciales y políticas.
Canadá ha señalado que es el "sufrimiento de los ciudadanos" lo que le mueve a su reconocimiento como Estado. Es un duro camino fruto de múltiples errores por parte de unos y otros a lo largo de la Historia pasada y reciente. Según nos informan, Trump ya está amenazando a Canadá por el reconocimiento de Palestina. No ha tardado mucho.
¿El gran beneficiado? Hamás, que presenta como "victoria" cualquier paso humanitario o crítico contra la política de Israel. En realidad, Israel se está derrotando a sí mismo.
* "Canadá reconocerá en septiembre el Estado palestino por el "sufrimiento" de sus ciudadanos" RTVE.es / Agencias 331/07/2025 https://www.rtve.es/noticias/20250730/canada-reconocera-septiembre-estado-palestino-por-sufrimiento-ciudadanos/16682833.shtml







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