sábado, 16 de marzo de 2024

Orbán arremete contra Europa

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

En nuestros líos domésticos le prestamos cada vez menos importancia a lo que es relevante en la dimensión europea. Hay que empezar a entender que la existencia de la Unión Europea es una garantía para todos en este revuelto mundo continental, el euroasiático.

Como espacio democrático, la Unión Europea tiene que luchar contra varias cosas: el ascenso de grupos antidemocráticos, populistas y nacionalistas que tienen a la Unión en su punto de mira, que quieren sembrar antieuropeísmo y destruirnos desde dentro, obstruir el funcionamiento institucional y sembrar discusiones; por otro lado está el peligro exterior, es decir, estar rodeados de países que tratan de debilitar el peso de Europa, el más obvio es la Rusia de Vladímir Putin.

Un peculiar espacio es el de la vieja Europa del Este, cuyo legado soviético reaparece de vez en cuando de la mano de dirigentes que se ven más cerca de su pasado que de su presente o futuro. Rusia ya no representa el "comunismo", sino una de sus formas de nacionalismo populista. Rusia les parece menos exigente a algunos, que saben que el Kremlin "lo perdona todo" y paga bien la "fidelidad" a su neo imperialismo. Rusia es la potencia que solo valora la fidelidad y no te va a poner problemas a lo que hagas para sostenerte en el poder.

Uno de estos casos es el de Hungría, curiosamente una de las primeras revoluciones que Rusia aplastó en su periodo soviético. En el Independiente en español nos recogen las diatribas que Viktor Orbán acaba de lanzar contra Europa con motivo de las próximas elecciones en la Unión:

El primer ministro húngaro Viktor Orbán intentó movilizar el apoyo para su tipo de populismo de derecha en un discurso de día festivo el viernes, instando a sus espectadores a ayudarlo a “ocupar Bruselas” en las elecciones de la Unión Europea a realizarse a mediados de año.

En su discurso, que coincide con la conmemoración de la fallida revolución húngara contra el gobierno de los Habsburgo, Orbán arremetió contra la Unión Europea y —de manera similar a otros de sus discursos en años recientes— la comparó con los ocupantes imperiales que han dominado a Hungría a lo largo de su historia.

El primer ministro nacionalista, que habló desde la escalinata del Museo Nacional en el centro de Budapest, presentó un marcado contraste entre su país y el “mundo occidental” al que acusó de ser una fuente de desarraigo y destrucción.

“Inician guerras, destruyen mundos, modifican las fronteras de los países y se alimentan de todo como langostas”, dijo a la multitud. “Nosotros, los húngaros, vivimos de otra manera y queremos vivir de otra manera”.

El mandatario pronunció su discurso a menos de tres meses de las elecciones de la Unión Europea, en que se espera una oleada de partidos de derecha en todo el continente que comparten muchas de las posturas más importantes de Orbán.* 

Ante estas palabras, lo lógico sería que Orbán abogara por un referéndum tipo "Brexit" y por la abstención en las elecciones próximas —esas que, cómo veíamos aquí hace unos días, algunos académicos españoles ven como de "segundo orden"—. Sin embargo no es así. Lo que pide Orbán es hacerse con la representación de todos los diputados húngaros en Europa para dinamitarla desde dentro.

El último párrafo advierte de que esto no es solo una "cuestión húngara", sino un asalto generalizado para destruir la Unión desde dentro. Ese es el verdadero reto que se nos plantea.

Metidos en sus campañas locales, los partidos políticos se están dejando ganar el terreno considerando que lo propio es más importante que lo común. Sin embargo, los cálculos que están haciendo desde los independentistas locales hasta los independentistas europeos, por mantener el concepto, es muy diferente. Para debilitar Europa, ya que de eso se trata, hay que disolver su unidad que se ha ido constituyendo en un obstáculo para las distintas tendencias de corte imperial que tenemos hoy sobre el mapa del planeta,

En la confluencia de Trump y Putin se puedo apreciar qué es lo que tenían en común y que les suponía disgusto. El caso de Putin es claro, seguir la tendencia que Rusia ha mantenido de la expansión territorial. Durante décadas tuvo un sentido "soviético" internacionalista, lo que no le evitaba el deseo de presidir ese "orden". Pero, sin ceder en su expansionismo, hoy lo hace de otra manera, promoviendo gobiernos que acaban siendo autoritarios y dependientes. Lo que estamos viendo en Ucrania no deja muchas dudas; sus amenazas nucleares a Europa tampoco. El cierre de Estados Unidos es otra amenaza que ya se vio con Trump y que se corre el riesgo de repetir si vuelve a la Casa Blanca. Sus advertencias sobre la OTAN han sido escándalo de los países miembros que temen que intenciones provoquen las de Putin.

En este contexto, las elecciones europeas pasan a ser de "primer orden" por lo que nos jugamos. Si la estrategia (de nuevo) es llevar el máximo de representantes populistas nacionalistas para dinamitar la Unión, para practicar el obstruccionismo, etc. es necesario algo que es cada vez más difícil, que haya acuerdos de los partidos y ciudadanos europeístas. Podemos dejar de ser "europeos" si no somos "europeístas". Puede que usted no sepa quién es Viktor Orban, pero lo importante es que él sí sabe quiénes somos nosotros, el resto de Europa. Y le molestamos.

El europeísmo tiene que darse cuenta de la importancia de valorar Europa como algo más que un "mercado", como lo fue en sus inicios, y considerarse un espacio de convivencia, pero ¿cómo hablar de convivencia europea cuando somos incapaces de convivir dentro de las mismas fronteras, como nos está empezando a ocurrir?


Toda esta polarización local sin límites choca con la necesidad de convivir en Europa, de delimitarla como un espacio en el que se pueda buscar la armonía, donde sea posible encontrar acuerdos que repercutan en beneficio y progreso de todos. Desgraciadamente, las luchas locales dejan poco espacio para la concordia. Y eso se fomenta desde fuera azuzando a los de dentro a que desatiendan Europa.

Si no pensamos que Europa es importante, corremos muchos riesgos. En estas elecciones ya, como podemos entender por las palabras de Orbán, se trata de debilitar la Unión, de convertirla es espacio de conflictos y rupturas. Ya no se trata de discrepancias en la forma de actuar, sino en la obstrucción que impida actuar, que anule cualquier postura común en un momento en que es esencial para el destino de Europa, con una guerra en sus puertas.

Volvemos a repetirlo: las elecciones europeas son esenciales para poder tener unas instituciones que defiendan valores y espacio común. Pensar que son secundarias y dejar que las ocupen los antieuropeos no solo es un error sino un suicidio. 

* Justin Spike "Primer ministro húngaro arremete contra UE y Occidente" Independent en Español 15/03/2024 https://www.independentespanol.com/noticias/mundo/europa/primer-ministro-hungaro-arremete-contra-ue-y-occidente-b2513382.html

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