Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Pobres
los resultados en Irlanda para intentar cambiar la definición de familia y el
papel de la mujer en la sociedad a través de la modificación constitucional. Este
inmovilismo irlandés lo explican por
dos motivos, por la pobre implicación del propio gobierno irlandés y por la
deficiente y ambigua redacción de algunos artículos. No me parecen suficientes
motivos como para no avanzar o, si se prefiere, salir del pasado en que Irlanda
vive y, según parece, quiere seguir viviendo.
Los dos
elementos clave suelen ser formas de reconocimiento del cambio social. Se suele
decir que la sociedad va por delante de los cambios políticos, que finalmente
consigue que estos acaben recogiendo su nueva realidad. No es esto lo que
ocurre en Irlanda, donde la tradición no quiere perder su peso. La sociedad ha
dicho no a los cambios propuestos.
En RTVE.es nos explicaban ayer mismo:
El 'no' a las dos consultas lo
defendieron varios diputados independientes y grupos ciudadanos
ultraconservadores con agendas contrarias a la inmigración, la globalización o
las políticas medioambientales.
La primera propuesta del Gobierno, llamada Enmienda de Familia, planteaba si el Estado debe reconocer a las unidades familiares como conjuntos de personas "basados en el matrimonio o en otras relaciones duraderas" en lugar de solo en el matrimonio. La segunda, llamada Enmienda de Cuidados, proponía eliminar dos artículos de la Constitución que se refieren a la "vida de la mujer en el hogar" y a sus "deberes en el hogar", respectivamente.
No es difícil ver las conexiones de la agenda política en el primer párrafo de la cita. Estar en contra de la inmigración, anti globalistas y estar en contra de las medidas proteccionistas del medio ambiente es vivir en ese pasado tan de moda en el presente. Encajan a la perfección con esta orientación los motivos anti igualitarios que pretenden encerrar las aspiraciones de las mujeres convenciéndolas que su destino natural es la cocina y el cuidado de la casa.
Ante una declaración mediante el voto de este calibre, solo quedan dos posibilidades: aceptarlo o marcharse de Irlanda a algún sitio donde se pueda respirar. Algunos dirán que siempre se podrá "vivir por libre", es decir "no casarse" o llegar a un "acuerdo familiar interno", pero eso es complicado si tienes a tu alrededor a gentes de todo tipo haciéndote ver tu claro comportamiento anti constitucional. Sí, eres "raro" o "rara" y así te mirarán. Y si algún día hay un conflicto, siempre estarán los abogados y jueces para decirte que tu marido tiene razón y que debes quedarte en casa.
¡Qué difícil es hacer una Europa común cuando hay tantas diferencias en cosas esenciales! La política de definición de la familia es algo esencial pues supone el acceso a reconocimiento legal y a determinadas ayudas. Pero el rechazo constitucional irlandés establece unas diferencias que condenan a la invisibilidad a una parte de la población. Condena, además, a un papel secundario, fijado en su carta magna, a las mujeres que no se ajusten a ese modelo tradicionalista, lo que establece la condena a una ciudadanía limitada, de segunda.
Que hayan sido los partidos ultraconservadores los que haya apoyado esto es un indicador de ese estado que se va abriendo paso en diversos países y sociedades desde el pasado.
Las luchas sobre estos aspectos son cada vez más clara en diversos escenarios. Las cifras españolas que se nos ha dado en estos días sobre hombres que creen que se ha ido demasiado lejos son preocupantes. En 20minutos leemos:
Un 44% de los hombres opina que "se ha llegado tan lejos" en la promoción de la igualdad de las mujeres que ahora se les está "discriminando" a ellos, una postura que mantienen también un tercio (el 32,5%) de las mujeres consultadas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Esa creencia, además, es algo mayor entre los jóvenes: casi el 52% de los chicos de 16 a 24 años está de acuerdo con la afirmación.
Esta es una de las principales conclusiones de la primera encuesta monográfica Percepciones sobre la igualdad entre hombres y mujeres y estereotipos de género que publica este lunes el CIS y que destaca que el 67,2% de las mujeres cree que las desigualdades de género son "grandes o bastante grandes", mientras que el porcentaje desciende 20 puntos en el caso de los hombres encuestados, hasta el 48,2%.**
La situación irlandesa es de rechazo, de inmovilismo frente a un cambio. Pero la situación española —de la que hemos visto síntomas en ocasiones anteriores— es de un cambio que lleva a un retroceso. ¿Qué se está haciendo mal para que sea esa la percepción?
Hay una cuestión añadida: no es solo una forma de percibir, sino que se detecta que se ha convertido en una forma de actuar. La estrategia del negacionismo es considerar ahora a los varones como víctimas. Esta estrategia es sensible en los jóvenes. Es una forma de reconducir los déficits sobre el empleo, ya sea de calidad, estabilidad, etc. sobre las mujeres. Por decirlo claramente: los interesados en ese ataque a la igualdad están convenciendo que es desigualdad, una injusticia contra los varones. De esta forma se suscita un claro rechazo a la igualdad. Se ocultan así las verdaderas causas de la baja calidad del empleo, de su precariedad, etc. Las culpables son las mujeres, que se ven favorecidas para encontrar empleo. Esta idea prende con facilidad en los jóvenes, a los que se les plantea —como en Irlanda—, que si las mujeres trabajan hay menos empleo para todos y de peor calidad. Si a esto se le suma la idea de que se les beneficia en el acceso, el destino de la igualdad está fijado.
La familia tradicional se ve como el elemento de equilibrio. La mujer en casa no es competencia. Este es un proceso que comenzó al término de la II Guerra Mundial cuando se exigió en Estados Unidos que las mujeres, que habían ocupado las fábricas mientras los hombres estaban en el frente, volvieran a casa. Muchas lo hicieron, pero muchas otras descubrieron que podían trabajar fuera de casa, tener una vocación y una práctica profesional.
El aviso de Irlanda no es solo una consecuencia de su realidad social e histórica. Forma parte de un movimiento de retroceso más amplio y con unas intenciones políticas. Es una puerta cómoda para lograr la polarización y el activismo social en favor de otras causas con origen económico, como el señalado negacionismo del problema medioambiental, también convertido en problema de empleo, como mostraron Donald Trump y los suyos en Estados Unidos, donde se llegó a considerar un "invento de China" para frenar el desarrollo industrial norteamericano.
¿La poca implicación del gobierno irlandés en la campaña obedece a una renuncia a ir contra la tendencia mayoritaria? ¿Han dejado los partidos políticos de liderar los cambios para hacer solo aquello que no les reporte un desgaste social? Si es así, esto se irá incrementando por temor a enfrentarse a ese inmovilismo.
Quizá, como hemos señalado en ocasiones anteriores, se está haciendo algo mal en la comunicación de los avances reales en la sociedad rompiendo los viejos moldes. Que haya tanta gente considerando que la igualdad de las mujeres es contraproducente y supone una agresión debería hacernos reflexionar sobre la forma de implicarse y presentar estos logros como tales. La manipulación de los logros, convertidos en batallas, no es el mejor camino hacia el futuro, por lo que estamos viendo en muchos lugares. Es fácilmente generador de violencia contra las mujeres como respuesta a ese avance que se considera agresión a su estatus dominante.
Lo vemos cada día y lo veremos mucho más porque es en la juventud -sometida a fuertes crisis- donde prenden estas ideas, donde se dan las cifras más altas en esta línea de rechazo. Eso significa un futuro complicado, con casos como el de Irlanda cada vez más frecuentes en una Europa que se institucionaliza la xenofobia, el control patriarcal y se incrementa la violencia.
* "El Gobierno de Irlanda asume la derrota en los referéndums para cambiar la definición de familia y el papel de la mujer" RTVE.es / EFE 9/03/2024 https://www.rtve.es/noticias/20240309/gobierno-irlanda-derrota-referendums-cambiar-definicion-familia-papel-mujer/16007400.shtml
** Elena Omedes "El 44% de los hombres opina que la promoción de la igualdad ha ido demasiado lejos y los discrimina" 20minutos 15/01/2024 https://www.20minutos.es/noticia/5209220/0/44-los-hombres-opina-que-promocion-igualdad-ha-ido-demasiado-lejos-los-discrimina/
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