Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Las
noticias nos hablan de la preocupación en Alemania por el espionaje ruso. Son
diversos los casos que han salido a la luz y con ellos las polémicas sobre la
eficacia de las medidas anti espionaje en el país. Nos dicen en el artículo del
BR24 alemán, disponible traducido en la web de RTVE.es, que el responsable y
sujeto a críticas es el Servicio de contrainteligencia Militar, el
"MAD". El artículo nos da cuenta de los juicios por espionaje (bien
pagado) que se están celebrando ahora, y se nos habla hasta del intento de
compra de un diputado por parte de los agentes rusos. El MAD, por su parte, se
defiende hablando los 57.000 controles realizados al personal más sensible para
intentar detectar posibles focos de información para los rusos.
El
texto del artículo se cierra con el siguiente párrafo:
Sin embargo, los expertos dudan de que un control sea suficiente para detectar espionaje. Al fin y al cabo, el empleado del BND y ex soldado Carsten L. también fue sometido a un control de seguridad, según la Fiscalía Federal. Les preocupa la cercanía de ciertos círculos políticos a Rusia. Esto estaba muy extendido entre los partidarios de AfD, por ejemplo, dice Schmidt-Eenboom.*
Recordamos que "AfD" es el partido político de la extrema derecha alemana, Alternativa por Alemania, neonazis contra la inmigración y el europeísmo, entre otras cosas.
La metáfora espacial de la "cercanía de ciertos círculos políticos a Rusia" no logra ocultar la raíz del problema. La pregunta que hay que hacerse es "¿cuánto tiempo llevamos en la nueva guerra fría son saberlo"? Es una pregunta incómoda y comprometida, pero necesaria. No lograremos entender nada si no resolvemos todo aquello que nos afecta. Y Rusia nos afecta.
Quizá hemos estado mucho tiempo congratulándonos de los negocios con Rusia y ahora descubrimos, por decirlo así, la letra pequeña. Quizá nos hemos alegrado mucho de que los oligarcas rusos compraran enormes y discretas villas en nuestra Costa del Sol, que atracaran sus súper yates (que luego les requisamos), etc., por tratar solo el caso español, sin tener en cuenta muchos factores añadidos, algunos en la sombra.
Hace unos días planteábamos aquí el problema de la dependencia energética de Rusia, cómo países pueden caer con que se les cierre el grifo del gas. Esto no es nuevo, pero sí una labor de años trabajándose los contactos con esos países y colocando sus piezas.
Creo que hoy está medianamente claro cómo ese trabajo detallado tenía como fin la presión sobre Europa cuando comenzara la "reconquista rusa", cuyo primer movimiento ya fue hace años con Crimea. Y Europa siguió haciendo "buenos negocios".
Es una extraña confluencia y quizá el caso más claro sea el del Brexit, cuyo desaparecido líder visitaba Moscú con frecuencia y con el entonces presidente Trump pidiendo que se le llamara "Mr. Brexit". Cada uno quiere una Europa débil por distintos motivos. Coinciden en las estrategias para hacerlo con el apoyo a las extremas derechas. Estas son antieuropeístas, como han tenido ocasiones de expresar de continuo.
El populismo creciente tiene en Europa su objetivo y por eso es fomentado distribuyendo un mensaje sentimental sobre el "nacionalismo" de cualquier calado y tamaño.
El temor expresado en la noticia alemana es a estar vendiendo información sensible a Rusia. Una parte de ella es utilizada para tener detalle de los movimientos, pero otra, como ha ocurrido, es utilizada para establecer la debilidad alemana, es decir, sembrar discordia y confusión. El actual objetivo ruso en la mayoría de los países europeos (incluido España) es mantener un estado interno de conflicto, que es azuzado a través de la provocación de crisis continuas.
El ejemplo más claro lo tenemos en el señalamiento del grano ucraniano como un obstáculo para el desarrollo agrícola, como ocurre directamente en Polonia, país fronterizo con Ucrania. El objetivo de cerco a Ucrania, de limitar sus posibilidades en la maltrecha situación en que se encuentra, cumple el recorte de sus pocos recursos y a la vez empuja a los prorrusos, que tienen la prueba del desinterés de Europa en este rechazo. Rusia les espera con los brazos abiertos; su objetivo es "salvar a los hermanos" de la codicia europea.
En la DW podíamos leer sobre este asunto en septiembre de 2009:
Los países del este de la Unión
Europea, con excepción de Hungría, han sido hasta ahora los que han dado el
respaldo más vehemente a Ucrania tras la invasión rusa. Pero ahora se tambalea
la solidaridad. Más aún: hay gran disgusto en Ucrania con algunos de
esos países.
El motivo: Polonia, Eslovaquia y Hungría rechazan el
levantamiento de las restricciones comerciales impuestas transitoriamente por
la UE al trigo y oleaginosas de Ucrania. Quieren mantenerlas en vigor, pese a
que con ello contravendrían el derecho comunitario. Por eso, Ucrania se propone
demandarlos.
Ucrania es uno de los mayores productores de grano del mundo.
Sus exportaciones se han dirigido tradicionalmente, sobre todo, a regiones
fuera de la UE. Debido al bloqueo ruso del Mar Negro, ha tenido que buscar vías
alternativas para transportar la mercancía, por ejemplo, por tierra, a
través de Polonia, Eslovaquia, Hungría y Rumania.
Y esto ha ocasionado problemas, principalmente en Polonia. Una parte del grano en tránsito ha ido a parar al mercado local, presionando los precios a la baja, o ha bloqueado los depósitos polacos, en lugar de salir del país. Tras protestas campesinas, Polonia y Hungría prohibieron a mediados de abril de 2023 el ingreso de transportes ucranianos de cereales. Y forzaron una prohibición temporal de importación por parte de la UE, vigente hasta el 15 de septiembre pasado. Ahora que expiró, se ha convertido en un asunto de política interna en esos países y en motivo de pugnas con Bruselas.**
Es obvio que este enfrentamiento con Ucrania es favorecedor de la estrategia rusa. Hasta qué punto está actuando directamente o a través de esos contactos en las instituciones y agrupaciones europeas es algo que tendrán que esclarecer en algún momento.
La Rusia de Vladimir Putin juega con blancas desde hace mucho tiempo. Si nos alejamos un poco para mirar el lienzo europeo en su conjunto podemos ver la figura con más claridad. Es lógico que exista preocupación en Alemania sobre la penetración rusa en la seguridad y en las instituciones. Me imagino que en el momento en que se aprieten los controles, como le reclaman al Servicio de Contrainteligencia Militar, irán apareciendo más casos.
Hay que vigilar más estrechamente a los grupos sospechosos de relaciones con el Kremlin en aquellos países donde están sirviendo a su juego, lo sepan o no. Esta es una guerra desigual y lo que el Kremlin hace no lo suelen hacer los países democráticos. Por eso es importante determinar en qué momento estamos, cuáles son las piezas reales sobre el tablero europeo en algo que no es casual ni trivial.
Es fundamental entender que la guerra de la Rusia de Putin no es solo con Ucrania, que nos lleva ventaja, como acaban de descubrir los alemanes. Tener en Europa un foco de conflictos crecientes es preocupante y no tiene trazas de ir a menos.
* Joseph Röhmel "Alemania, en el punto de mira de los espías rusos" RTVE.es / BR24 28/02/2024 https://www.rtve.es/noticias/
* Jacek Lepiarz | Bernd Riegert | Robert Schwartz | Keno Verseck "Polonia, Eslovaquia y Hungría: bloqueo al grano ucraniano" DW 19/09/2023 https://www.dw.com/es/por-qu%C3%A9-polonia-eslovaquia-y-hungr%C3%ADa-bloquean-el-grano-ucraniano/a-66868874
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