sábado, 9 de marzo de 2024

Todo lo que el dinero saudí puede comprar

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

En estos días es frecuente encontrarnos con eventos, deportivos principalmente, que nos llegan desde Arabia Saudí, desde el denominado El Reino. Esta semana pasada, por ejemplo, hemos asistido a un Campeonato Máster de nueva creación para el mundo del Snooker, una entretenida forma del billar que va creciendo en su aceptación por todo el mundo, especialmente en China que aporta una buena cantidad de jugadores. El campeonato para los 16 jugadores seleccionados (los 14 primeros y dos invitaciones, que fueron a jugadores saudís) ha estado dotado de premios que desbordaban las posibilidades de los campeonatos repartidos por el mundo. Añadía además una innovación, la "bola de oro", la posibilidad de ganar medio millón de dólares con una bola extra a la que solo se podía acceder si se lograba primero el máximo numérico de puntos, 147. La bola se restiraba cuando los jugadores ya no podían conseguir el máximo. Los presentadores no dejaban de hablar del monto de los premios y de lo que suponía para un jugador participar en ese nuevo campeonato de partidas rápidas que permitía conseguir una buena cantidad ya solo con participar. Se ha hablado tanto del dinero saudí y de lo que este permitía introduciéndose, sin tradición alguna, entre los cuatro grandes torneos de la temporada.

La sala estuvo medio y casi vacía, pese a estar vendidas todas las entradas, según afirmaban. Lo que se pudo apreciar es que a los saudís les importaba poco lo que ocurría en las mesas, no sabían cuándo debían aplaudir, etc. ampliamente comentado por lo locutores. Entraban en cualquier momento con bandejas de comida y bebida en el reciento no respetando a los jugadores de la mesa, algo que fue respondido con broma fingida por el gran jugador John Higgins en un momento dado en que iba a jugar un tiro esencial. El que paga, manda.



En resumidas cuentas, el circuito mundial de Snooker tiene una nueva parada, comprada a golpe de talonario, la tercera cosa que abunda en Arabia Saudí: arena, petróleo y dinero. Gracias al dinero, los organizadores han aceptado fechas, bolita de oro y cambiar el atuendo tradicional, incluido el de la mujer árbitro participante, algo también comentado. ¡Pero si pagan...!

Y ahí está la cuestión. Después de una serie de acontecimientos muy negativos para la imagen del país (algunos tratados aquí en estos años), entramos en la etapa de abrir Arabia Saudí al mundo. Por ejemplo, este torneo que se llamaba de "Riyad" han dicho que lo cambian a de "Arabia Saudita" para el próximo año. La etiqueta debe quedar bien vivible.

En el mundo del golf, los saudíes han decidido crear su propio circuito quitando al PGA Tour sus estrellas. En esto, los titulares de la prensa se han centrado en Jon Rahm, el jugador español, que ha recibido -según la prensa- 500 millones por pasarse al tour saudí.



No todos se han dejado vencer o convencer por el dinero saudí. Un ejemplo lo tenemos en la campeona del mundo de ajedrez, de la que se decía en diciembre pasado:

 

La ucraniana Anna Muzychuk, doble campeona del mundo de ajedrez, va a perder sus dos títulos por decisión propia.

La jugadora se niega a participar en el Mundial de partidas rápidas y relámpago que se celebra en Arabia Saudí entre el 26 y el 30 de diciembre. Según reveló en sus redes sociales, Muzychuk renuncia a defender su corona por una cuestión de principios.

En pocos días voy a perder mis dos títulos mundiales, uno a uno. Solo porque he decidido no ir a Arabia Saudí; por no jugar con las reglas de otros, por no llevar abaya, por no tener que ir acompañada cuando estoy en la calle y, en resumen, por no sentirme una criatura secundaria”, comienza explicando Anna en su cuenta de Facebook.

La organización de la competición en Arabia Saudí había dado permiso para que las mujeres pudieran jugar sin lucir hiyab, el velo islámico, pero sí les obligaba a seguir un estricto código de vestimenta: traje pantalón azul marino o negro y blusa blanca de cuello alto.*



Lo que los responsables del Snooker sí dieron por bueno, Anna Muzychuk ha decidido no hacerlo. Hay cosas que, afortunadamente, el dinero saudí no puede comprar. Creo que es un ejemplo bastante claro de hasta dónde puede llegar el dinero. Arabia Saudí quiere convertirse en un centro mundial, pero no quiere aceptar el mundo, sino someterlo a sus condiciones y prejuicios. Lo que intenta no es fácil, pues no se puede estar prohibiendo las cosas y luego convertirse en centro mundial del espectáculo previamente prohibido. Por mucho que se cambie el atuendo de jugadoras y árbitras, muchos "fieles" lo considerarán una aberración. Siempre hay alguien más radical que tú. De hecho, ya les están criticando ciertas celebraciones de temporada en nombre del sufrimiento de los palestinos en Gaza. Es un arma de doble filo esto de los cambios a golpe de talonario.


 

Pero lo que motiva este escrito son la reacciones a una nueva compra, la del artista egipcio Mohamed Henedy, toda una celebridad egipcia en el campo de la comedia. En Egyptian Streets nos explican las reacciones a su cambio de nacionalidad, pasando a ser etiquetado como "artista saudí":

 

“I don’t understand how someone could give up their citizenship, forget about their origins, and leave a huge part of their identity like that,” Nouran Mohamed, 25, marketing manager, told Egyptian Streets. “There are thousands of Egyptians who have other citizenships, but still call themselves Egyptian, why is he a ‘Saudi artist’?”

Mohamed Henedy announced on 25 January that he obtained Saudi Arabian citizenship, and fans are still outraged to this day.

Henedy, known for being one of the best Egyptian Comedians of the 21st century, continues to spark controversy across different social media platforms every time his name is mentioned next to the words, ‘Saudi Arabia.’

Henedy’s announcement was through a tweet on X (formerly known as Twitter). He said, “The greatest honor is that I have had the privilege of obtaining the citizenship and passport of the land of the Two Holy Mosques.”

Most of his Saudi Arabian fans congratulated him and welcomed him warmly to Saudi Arabia. However, one user replied, “Now I feel protective over my Saudi identity.”

On the other hand, Egyptian fans resorted to mockery and started renaming his films, making them more relevant to The Kingdom. They changed the name of his film, ‘Ismaelia Rayeh Gay’ to, ‘Jeddah Rayeh Gay.’ Instead of ‘Andalib El Dokki,’ they called it ‘Andalib Al Riyad.’

A picture taken of a TV screen circulated on social media on 25 February, caused great outrage. The picture showed Henedy on a Saudi TV talk show, with the bottom banner labeling him as, “The Saudi artist, Mohamed Henedy.”

Fans were triggered and took to social media to express their anger and disappointment. A social media user wrote, “Even people are being bought!”**


El cambio de nacionalidad, en Egipto, se lleva mal. Especialmente si cambia uno de etiqueta oficial. Muchos egipcios conservan una doble nacionalidad porque lo peor que el pueden decir a uno es "¡tú ya no eres egipcio!", en el sentido de haber perdido las raíces por vivir fuera del país, las costumbres, etc. Pero ver aparecer a "su"  como "actor saudí" en los rótulos televisivos ha desencadenado oleadas de indignación, chistes más sangrientos, etc. ¡Es difícil de entender y de llevar! Esto es un efecto de la construcción del nacionalismo sentimental egipcio, que no concibe que se pueda preferir una cosa a otra.

Pero el lamentable estado de Egipto, por más que sus canciones, ministros y titulares periodísticos fieles digan lo contrario hace que el fenómeno tradicional migratorio hacia el Golfo se convierta ahora en un éxodo de celebridades que deciden aceptar la oferta de "renacimiento" como saudíes y proclamen la superioridad de su nueva condición, algo que un egipcio difícilmente aceptará de otro egipcio. Podemos entenderlo desde la compensación. Lo de pasarse al país "de las dos mezquitas santas" puede convencer a alguno, pero a muy pocos egipcios que en esto no admiten bromas.

La política de captación saudí puede tener efectos imprevistos. ¿Funcionará atraer las miradas en exceso hacia un lugar con tan serias limitaciones sociales? ¿No empezará a convertirse en el espacio prefecto para la reivindicación y denuncia al atraer a los medios? Sería bueno si fuera realmente una apertura, pero es más bien una compra de imagen. El ejemplo de la ucraniana campeona mundial de ajedrez puede iniciar nuevos movimientos en otros campos. Cambiar imagen por dólares puede chocar con la integridad de muchos en diferentes campos. Otros en cambio se dejarán atraer por las ganancias y mirarán a otro lado.

Veremos qué ocurre.

 



* "La campeona del mundo de ajedrez rechaza jugar en Arabia" Espiral 21 22/12/2023 https://espiral21.com/la-campeona-del-mundo-de-ajedrez-rechaza-jugar-en-arabia/

** Muhammed Kotb "Why Are People Against Mohamed Henedy Changing His Citizenship?" Egyptian Streets 1/03/2024 https://egyptianstreets.com/2024/03/01/why-are-people-against-mohamed-henedy-changing-his-citizenship/







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