Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El que no se consuela es porque no quiere, advertía el dicho popular. En RTVE.es titulan "El INE confirma que
la economía española creció un 2,5% en 2023 por la fortaleza del consumo",
un artículo firmado por Diana Fresneda.
Cuando
peor suelen estar las cosas, los titulares gloriosos tienen a justificar la
realidad, a mostrarlo desde un punto de vista positivo que nos hace dudar.
¿Quién es la "economía"? ¿Es "alguien" o es una
"figura retórica"? ¿Cuando la economía "va bien, vamos bien? ¿La
"fortaleza del consumo" significa que estamos todos
"fuertes" o solo algunos? ¿Qué ocurre cuando unos datos dicen unas
cosas mientras que el resto dicen lo contrario o se alejan mucho del retrato de
la realidad que dicen mostrarnos? ¿En qué consumimos con tanta
"fortaleza"?
A más
de uno le habrán surgido estas dudas cada vez que leemos esos titulares con los
que la prensa se contradice a sí misma con el resto de los titulares
publicados. Qué pensamos cuando leemos que:
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado este martes que la economía española repuntó un 2,5% en el conjunto de 2023, una décima más de lo esperado, y se situó a la cabeza de las principales economías de nuestro entorno. Pese al estancamiento de la zona euro por el alza de los tipos de interés, el mercado laboral resistió y tiró con fuerza del consumo privado mientras las exportaciones resistieron el envite en un contexto internacional de incertidumbre.*
¿Se
siente usted (o yo) en esa "economía" que está a la cabeza de Europa?
Yo no y probablemente usted tampoco. Pero estas cosas mediáticas están pensadas
para que usted se sienta orgulloso, parte de algo grande y eficaz, justo lo
contrario de lo que usted siente la mayor parte del año.
La
noticia constante en la página de RTVE.es, la que no se va nunca, es el listado
de las gasolineras más baratas en España, para que pueda usted ahorra tres o
cuatro o cinco eurillos al llenar el depósito. No es el único medio que lo
tiene. Estará allí por algo.
Los
datos del empleo, tan felices, entran en contradicción a las quejas de que
muchos de ellos son "basura", contrato y despido en un puente o fin
de semana. Vaya usted a algún restaurante y verá, casi con todo probabilidad,
personal distinto cada vez que vaya, algún fijo y el resto por conocer, como me
sucede a mí cuando voy a un restaurante de comida rápida el fin de semana.
Conozco otro que cambia cada mes de personal. Allí nadie es fijo; nadie
sobrevive al final de mes. Podríamos seguir los ejemplos sobre el mundo que
vemos a nuestro alrededor.
Entonces nos produce cierta extrañeza leer que:
En palabras del ministro de Economía,
Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, los datos publicados por el INE
"confirman la buena marcha de la economía española": "Frente a
las predicciones catastrofistas y los relatos sesgados, las cifras son
claras e incontestables", ha recalcado en un mensaje remitido a
los medios.
Cuerpo ha destacado que los datos de crecimiento vienen respaldados por cifras récord en el empleo, con la afiliación rozando los 21 millones de personas; y una inflación que se ha reducido en ocho puntos en apenas un año y medio, lo que a su juicio atestigua que “su moderación está siendo compatible con el crecimiento”.*
¿Será que cuentan mal? No lo creo, pero las cifras se pueden presentar de muchas maneras. Se pueden crear categorías que den al final lo que ninguna refleja realmente: a usted o a mí, el hecho de que a unos les vaya bien a otros mejor y a otros muy mal.
Yo no dudo más que de la distancia existente entre lo que las cifras de la economía dicen y lo que dicen los que la viven día a día mal que les pese. Es decir, lo que va de los conceptos a la realidad, de la teoría a las personas.
¿Están incluidos en esa fortaleza del consumo los koldos, amigos de koldos y tíos bernis de toda España? ¿Están incluidas las parejas, las esposas y esposos, novios y novias, de personas influyentes deseosas de que ocurran otro pelotazo pandémico? Quizá la pandemia sea un buen ejemplo de la radicalidad de la economía: ¿podemos decir que la pandemia fue una buena ocasión de hacer crecer la economía de algunos y aceptarla como un bien? Es indudable que algunos (todavía no sabemos cuántos) hicieron su agosto (sabia expresión sobre la economía turística). Ahora bien, ¿cómo se contabilizó eso?
Hay muchos datos que no nos hablan de esa abstracción llamada "economía", por la debemos sacar pecho en Europa. No, la verdad. Esos datos hablan de viviendas, de empleo, de salud, de precariedad, de carencia de servicios, de una España vaciada y otra especulativa, de centros de diferente tipo cerrados, de hacer kilómetros para ir a una escuela, banco u hospital... Nos hablan de muchas cosas que aquellos que viven en pisos de millones de euros pagados por los impuestos de todos no pueden entender.
En tiendo que haya gente feliz con esta situación, incluidos los ministros, diputados, senadores y demás casta en cada nivel, pero no son los comunes. Que sumando, dividiendo, sacando medias, etc. sale un país puntero y feliz, pues estupendo. El que no se consuela es porque no quiere, como ya dijimos. Felicitemos, pues, a la economía española por su buen estado y esperemos estar pronto a su altura.
¿Somos ricos y no lo sabemos? Nada más fácil que mover las cifras, nada más difícil que mover la realidad.
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