miércoles, 31 de enero de 2024

El futuro del ruso en Lituania

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

En su recogida internacional de noticias, RTVE.es no trae una desde Lituania. La noticia se refiere a lo que ocurre en el pueblo de Vilnius, donde se está produciendo un desplazamiento en los idiomas que los estudiantes aprenden en la escuela. No es el único caso, ya que desde hace tiempo el idioma ruso se percibe como una amenaza, un elemento de penetración que allana el paso de otro tipo de acciones más contundentes.

En el medio lituano LRT se toma el caso del pueblo de Vilnius:

El Ayuntamiento de Vilnius tiene previsto dejar de ofrecer ruso como segunda lengua extranjera a los futuros alumnos de sexto curso a partir del nuevo año académico. A cambio, se ampliará la oferta de clases de español.

Según el teniente de alcalde de Vilnius, Arūnas Šileris, el ayuntamiento se ha comprometido a aumentar la disponibilidad de las lenguas de la UE en las escuelas de la ciudad.

Los futuros alumnos de sexto podrán elegir clases de francés, alemán y español. El español como segunda lengua se imparte actualmente a 22 alumnos en Vilna.

Según Šileris, el ayuntamiento está consultando con representantes de embajadas extranjeras los posibles intercambios para satisfacer la demanda de profesores de estas lenguas.

En Lituania, el ruso sigue siendo la segunda lengua extranjera más popular, elegida por más del 60% de los estudiantes. Sin embargo, en medio de la invasión rusa a gran escala de Ucrania, el interés por las clases de ruso ha ido disminuyendo, mientras que un número cada vez mayor de estudiantes eligen ahora el francés o el alemán como segunda lengua extranjera.*


Uno aprende otro idioma con varias ideas en mente. La primera la de aumentar la cultura por ese lado, pero puede que sean las dos causas siguientes las que más pesen: la de comunicarse con otros y las posibilidades de traslado a otro país para tener más campo en la ofertas de trabajo.

Son esos mismos motivos, sin embargo, los que alejan a los jóvenes lituanos de la lengua rusa. No es la lengua en sí, sino lo que representa en este momento. Putin ha creado una imagen de Rusia que no es la más favorable a esos proyectos de futuro. Donde él quiere crear "grandeza", solo queda temor y desprecio, ira y rechazo.

El "fundamentalismo ruso", como el islamista, es un avance hacia el pasado. Solo se recuerdan los "grandes momentos" de otros tiempos de la Historia, los que favorecen unas formas supremacistas. A lo largo del tiempo, son estos mensajes grandilocuentes los que seducen a los pueblos que se niegan a ver que en esto lo que cuenta es la opresión, que se ampara en esos delirios que apenas cambiaron de la "santa Rusia" a la "Rusia comunista". Hoy toca una versión mixta, con las bendiciones del Patriarca de Moscú por conquistar un "pueblo degradado", el ucraniano, y los planes territoriales expansivos de la antigua Unión Soviética. Todo ello se mezcla y da lugar a este neoimperialismo desfasado.

Las peticiones de acogida en la OTAN por parte de países que siempre habían querido vivir en la neutralidad es la demostración más clara del fracaso de la política del miedo y la imposición de la Rusia de Putin.

Hoy los jóvenes lituanos del pueblo de Vilnius eligen lenguas lejanas y no cercanas, porque en esa cercanía está el peligro inminente de la "rusofonía", el arma que Putin ha estado usando en este tiempo. Allí donde se habla "ruso" es "Rusia". Es la misma táctica que usó Hitler con el idioma alemán, lo que le permitió comenzar por aquellos lugares que, como Austria, compartían lengua.

El acto de aprender un segundo idioma en Vilnius es toda una declaración de intenciones. Los caminos hacia Rusia están cerrados. No desean comunicarse con ellos ni desean ir a trabajar a Rusia. El ejemplo ucraniano es elocuente. Los datos de Ucrania mostraban el acceso al mercado ruso, para el que la lengua era esencial. La "rusificación" ha sido la consecuencia y con ella la invasión de unos territorios fronterizos. Pese a ello, se nos dice que un 60% de los estudiantes siguen con el ruso. La cifra va decreciendo.


Aprendiendo inglés, alemán y español, los jóvenes del pueblo amplían su mundo de posibilidades frente al ruso, un destino que hoy les parece muy negativo, algo que no desean. Las lenguas son algo más que hablarlas; suponen unas posibilidades de destino. Las nuevas lenguas son una forma de pensarse en otros lugares en los que poder vivir en paz o, simplemente, comunicarse.

En un mundo de comunicaciones globales, las lenguas habladas son las que determinan los grupos de amistades. Hablando una lengua, puede comunicarte con otras personas con las que compartes cosas, emociones, ideas, llantos. La perspectiva del ruso es muy distinta; es una imagen imperialista que te convierte en posible invadido.

Sería bueno que se fomentara algún tipo de acción —webs, chats, envío de libros... —destinada a apoyar a esos jóvenes lituanos que quieren aprender español, algo para que percibieran que se están relacionando con un mundo que quiere la paz, un mundo en el que pueden desarrollarse sin miedo y así durante al menos el tiempo de la conexión vivir de otra manera, con otras ideas en la cabeza, aparcar los temores. 

Ahora el futuro del ruso está en otros países, en aquellos que establecen alianzas con el régimen de Putin y que fomentan su lengua como una forma de conexión y sintonía. Es un buen indicador de las políticas que se siguen. La lengua de Pushkin, de Lermontov, de Dostoievski y Tolstoi, de Bulgakov y Pasternak, de tantos escritores... es hoy la lengua de Putin.


* Una mirada Europea "Las escuelas de Vilna sustituirán las clases de ruso por las de español" RTVE.es / LRT.lt  29/01/2023 https://www.rtve.es/noticias/

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.