Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Rusia
invade y lo llama "acción especial"; cuando los ucranianos atacan son
"actos terroristas". Si alguien contesta a las acciones
"justas" rusas, se considera una "provocación". Desde el inicio de la invasión, aunque podríamos ir más atrás, la Rusia de Putin exhibe un leguaje cada vez más distante de la realidad.
Tras
ser condenada ayer en la Asamblea General de Naciones Unidas por una enorme
mayoría de países y obtener el apoyo solo de cuatro —Siria, Nicaragua,
Bielorrusia y Corea del Norte— y algunas abstenciones —como la de China—, la
explicación Rusa es la siguiente, según nos cuentan en RTVE.es:
Rusia ha calificado la resolución como un instrumento "politizado y abiertamente provocador" y ha asegurado que supone un mensaje de confrontación que "podría destruir todos los esfuerzos en favor de una solución diplomática a la crisis".
"No tiene nada que ver con la protección de la ley internacional y los principios de la Carta de Naciones Unidas. Presentando este borrador, los países occidentales están persiguiendo sus propios objetivos geopolíticos y una vez más tratan de usar a los miembros de la Asamblea General como figurantes", ha denunciado el embajador ruso, Vasili Nebenzia.*
Realmente, ¿puede uno tomarse en serio esto? No se trata ya de la cuestión de "aislar" a Rusia, sino de devolverla a un sentido de la realidad que, evidentemente, ha perdido. Es característico de las dictaduras acabar generando sus propias fantasías que tratan de convertir en "realidades", en universos alternativos. En el caso ruso, la forma de ver los acontecimientos es tan absurda que difícilmente se puede uno sentar a dialogar sobre algo en concreto. Por el momento, son universos paralelos que no se encuentran en ningún horizonte.
En La Vanguardia, Alex Rodríguez titula su artículo "Putin, enemigo de Rusia", algo en lo que no le falta razón. Lo que hace falta saber es el motivo real de todo este movimiento pues es imposible creer que Putin se tome en serio sus propios argumentos. No empieza uno una guerra no declarada por lo que dice, sino por lo que calla. ¿Cuáles han sido los motivos reales, ya que es imposible suponer que Rusia temía a Ucrania?
Los analistas tratan del "miedo" europeo y de las "protestas" rusas ante las acciones de Putin. Por Europa, los prorrusos están camuflados en diferentes niveles. Son básicamente los populistas antieuropeos, los nacionalistas tóxicos, que han sido amparados política y económicamente por Putin. Los son muchos de los secesionistas de distintos países, a los que se les ha prometido el reconocimiento futuro como naciones y estados independientes. Por aquí, en España, sabemos algo de esto y algún que otro "independentista" ha tenido que dar explicaciones de sus viajes a Moscú. En Italia, por ejemplo, la foto de Mateo Salvini con una camiseta con la cara de Putin es lo suficientemente clara para necesitar explicación.
Los hay también camuflados en instituciones, ex políticos importantes que se han desvelado como parte del entramado ruso. Sus motivos suelen ser económicos, ya que los han colocado bien en las empresas rusas. El caso de Schroeder en Alemania es también claro.
Surge la pregunta de nuevo: ¿qué pretende con todo esto Putin? De hecho, la invasión de Ucrania solo le ha servido para que quede al descubierto una parte importante del entramado prorruso por Europa. Al salir a la luz, han quedado inhabilitados para realizar las misiones que tuvieran encomendadas, las tareas previstas. Con Rusia aislada, solo queda la prudencia.
En ABC, nos explica Javier Ansorena, su corresponsal en Nueva York:
La aprobación de este miércoles en la Asamblea General no tiene ese poder vinculante del Consejo de Seguridad, pero sí tiene poder simbólico y retrata el aislamiento de Rusia en la comunidad internacional.
La resolución condena la anexión de las provincias ucranianas ocupadas por el ejército ruso a través de referéndums ilegales y sin garantías. **
Casi todo el mundo —con la excepción de esas cuatro joyas internacionales y de la propia Rusia— condena lo que la Rusia de Putin ha hecho y hace. Es una violación de todas las normas internacionales y la construcción de ese universo alternativo a la realidad.
El problema de las fantasías es que se acaban volviendo en algún momento contra ti. Lo hemos visto en la huida de los rusos del país, una auténtica espantada que supone negarse a aceptar la ficción de su presidente. Si deseaba mostrar "fuerza", lo que estamos viendo es una enorme debilidad rusa, unas enormes carencias. Si algo queda claro es que Putin controla Rusia pero no a los rusos, cuyas protestas crecen. Siempre podrá decir que están —como todo— fomentadas por Occidente, pero no dejará de ser una falacia más.
Conforme pasa el tiempo, la situación de Putin se agrava. Como siempre ha ocurrido con Rusia, considera que su mejor general es el "invierno". Es su baza y tratará de alentar el descontento de la incomodidad de un invierno con ahorros energéticos. Pero seguro que lo pasamos y sobrevivimos. Esto, en cambio, no es tan seguro para Rusia, que ve cómo el cerco internacional puede ir estrechándose y desgastando el sistema en su conjunto. Aislados internacionalmente, puede que los rusos se tengan que "comer" gas y petróleo a falta de muchas otras cosas.
Si el plan inicial era que las democracias son débiles porque se deben a la opinión pública y esta tiende a la comodidad, le está fallando. Preocupa, en cambio, su capacidad para manipular sectores clave que contribuirían a agravar los efectos de la crisis energética. Ya hemos padecido algunas de estas crisis, sobre todo en el sector estratégico del transporte, como se ha visto en diversos países, de los camioneros a los pilotos.
El mayor aliado de Putin, su mejor arma, es la inflación. Tras la pandemia y sus descensos de la actividad en todos los sectores, Putin aprovechó el momento de la salida y, con ello, del dispararse la inflación. La subida de los precios es anterior a la guerra y con ello Putin tenía hecho la mitad del trabajo.
Gran parte de las expectativas occidentales pasan por el campo de la economía. En este no es fácil mantener una doble realidad mucho tiempo. A los bombardeos les acompañan las apreturas del día a día, del precio de las cosas y del llegar a fin de mes. Veremos la "resistencia" de la "realidad" de Putin a esta lenta erosión.
La condena de la anexión en la Asamblea General de UN es un duro golpe a Rusia, es una bofetada de realidad que difícilmente puede esconder, reinterpretar o ignorar. Los rusos deben saber que lo que se hace en su nombre ha recibido la condena mundial casi absoluta. Es una realidad que no se puede ignorar más.
* "La ONU condena por mayoría "las anexiones ilegales" de Rusia de los territorios del este de Ucrania" RTVE.es 12/10/2022 https://www.rtve.es/noticias/20221012/naciones-unidas-condenan-mayoria-decision-rusia-anexionarse-territorios-este-ed-ucrania/2405824.shtml
** Javier Ansorena "La ONU condena la anexión en el mayor varapalo a Rusia en la comunidad internacional" ABC 13/10/2022 https://www.abc.es/internacional/condena-anexion-mayor-varapalo-rusia-comunidad-internacional-20221013005350-nt.html
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