Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Mientras
los medios y políticos reaccionan ante la interpretación de una canción sobre
volver al "36", la verdadera preocupación está en el discurso de
Abascal sobre el futuro de España.
La
experiencia histórica nos muestra que son pocos pueblos los que olvidan sus
guerras civiles y que, de una forma u otra, ese recuerdo es rentable
políticamente para los que siguen interesados en que no se olvide. En España
son casi todos, empeñados en que "no olvidemos", en un sentido u
otro. Los recuerdos son rentables y crean su propia retórica de
enfrentamientos, de bandería, de los míos, los tuyos, los nuestros.
Pero lo
de Abascal el otro día ya no necesita de referencias bélicas específicas porque
es un mensaje contra la propia democracia y su pluralidad. Abascal, en su
discurso, se ha apropiado de forma definitiva de lo que es "España",
de lo que significa "democracia", quién es el "pueblo", además
de otros conceptos a los que define como propios de los "enemigos de
España". Abascal ha entrado de lleno en un discurso totalitario y
populista, el de "la raza, la tierra y Dios" que es necesario
entender para prevenir males mayores. El discurso de Abascal —hay que entender
esto— coge fuerza por la debilidad a la que se condenan los partidos
mayoritarios que acaban dependiendo de radicales. El propio Abascal dijo hace
unos días que se habían acabado los tiempos de las mayorías, que es la forma de
reivindicar el "caos" y ofrecerse como "estabilidad". Los
partidos populistas nacen esencialmente de los errores, de la incapacidad de
los partidos "grandes", con sentido de estado y voluntad de futuro
armonioso y convergente. La forma agresiva de actuar en política, hoy
generalizada, solo acaba dando más fuerza a los que no la tienen; son los
grandes beneficiados del caos del desencuentro.
En
RTVE.es podemos ver los mensajes que ha lanzado Santiago Abascal:
En su intervención, Abascal ha desgranado el contenido del documento 'España decide', con el que el partido defiende la convocatoria de consultas populares sobre asuntos como inmigración, política energética, el agua, la educación o la igualdad.
La propuesta se basa en el artículo 92 de la Constitución, que contempla la convocatoria de referendos para que, ha dicho Abascal, "nadie vuelva a tomar decisiones a espaldas de los ciudadanos".
"Queremos recuperar la democracia de manos de la partitocracia que ha traicionado al pueblo y al parlamentarismo, de manos de poderes extraños y no sometidos al control popular", ha explicado el líder de Vox, que ha recordado que, hasta la fecha, solo se ha recurrido en dos ocasiones a este tipo de consultas populares: para decidir sobre la permanencia de España en la OTAN y con motivo de la Constitución europea.
Según ha afirmado, habrá que decidir en las urnas si deben seguir siendo legales los partidos "cuyo objetivo es la ruptura nacional", si se mantienen las leyes de género "que atacan a la familia y el sentido común", la recuperación para el Estado de competencias autonómicas como la educación, la sanidad o la justicia o si se devuelve a sus países a aquellos que han entrado "sin llamar a la puerta o han venido directamente a delinquir".*
En el texto hay implícitas muchas cuestiones. La primera es la de la reivindicación del referéndum como fórmula de decisión. Esto es puto "populismo". La "voz del pueblo" se opone a la de la llamada "partitocracia" (¿han vuelto a Gonzalo Fernández de la Mora como base ideológica?). Abascal trata de oponer "partidos" y "pueblo". Ellos no son un "partido", sino que se presentan como una canalización del sentir popular, un "movimiento"; su propia elección del nombre, "Voz", voz, ya nos hace ver que pretender ser una mera correa de transmisión del pueblo. Ellos no tienen un pensamiento propio, son portavoces. De esta forma se forma la falacia del ellos (los partidos perversos) y del nosotros (el pueblo). Esta forma de presentación política convierte en enemigos a todos los demás, con distinto grado de responsabilidad, ya que ellos desean entrar en esos gobiernos en los que no se puede gobernar en solitario. Sus acciones son peticiones del pueblo.
La llamada a la "ilegalización" de los partidos políticos que van contra España es una forma retórica más que le sirve como objetivo para aunar gente a su alrededor. La apelación al enemigo siempre funciona con cierto tipo de gente. Por ello, Vox no crece tanto por sus aciertos sino por su promesa de eliminar a otros. Vox es el partido de la limpieza, ya que todo lo percibe como suciedad y él se ofrece como limpiador. Por supuesto, se erige en decisor de quién debe estar en el mapa político, que ha sido definido como "partitocracia".
Los partidos, por supuesto, no responden a los intereses del pueblo realmente, sino que están gobernados por fuerzas ocultas tras ellos. En el inicio del artículo ya se nos dice que se trata de «"recuperar la democracia" que, asegura, está ahora en manos de "gobernantes, multinacionales y medios de comunicación".»* Es una vuelta de tuerca más a la deslegitimación del gobierno que ha perpetrado una traición contra el pueblo español, engañado una y otra vez, vendido a intereses mercantiles. Gobiernos, multinacionales y medios son los tres dragones que el caballero Abascal debe vencer en su rescate de España. De ellos saca todas las explicaciones sobre las crisis y problemas. Los gobiernos actúan mal, las multinacionales roban y destruyen puestos de trabajo, y los medios mienten, vendidos a los dos anteriores. Se señala en el artículo que "aquellos que tenían que proteger nuestra economía, nuestra libertad, nuestras instituciones, la seguridad de nuestra nación y nuestra soberanía han traicionado a su pueblo"*.
No se puede pasar por alto la demonización de dos grupos muy distintos: el feminismo y la inmigración. A los primeros les acusa de la destrucción de la sagrada familia española, fundamento de la filosofía del patriarcado. Las mujeres que desean tener su autonomía, derechos, visibilidad, etc. son también enemigas de los "sagrados valores" que ellos defienden, en línea directa con Dios, que está, por supuesto, en la base de sus principios. El papel de la mujer está claro.
De enorme peligro son sus acusaciones y propuestas contra la inmigración. Los que vienen de fuera vienen a robar puestos de trabajo, a delinquir traficando, violando, etc. Abascal los rechaza en nombre, una vez más del pueblo español, de su pureza, de su religión, etc. Aquí hemos comentado la defensa de VOX en Castilla-León de la cuestión demográfica, la llamada "la gran sustitución". Hay que tener hijos para evitar que vengan los inmigrantes, cubran los puestos de trabajos y tengan hijos aquí. En esto, Vox, como otros, siguen las interpretaciones generadas desde la ultraderecha norteamericana y defendida por Donald Trump.
Es preocupante a la vez que revelador leer quiénes son los que se han sumado a Vox desde el campo internacional:
Antes de la intervención de Abascal, se han proyectado
varios vídeos de apoyo de numerosos líderes, encabezados por el
expresidente de Estados Unidos Donald Trump, quien ha agradecido
al presidente de Vox el "increíble" trabajo que realiza y ha
abogado por unas fronteras seguras y la defensa de la agenda conservadora.
Tampoco ha faltado a la cita la reciente vencedora de
las elecciones italianas, Giorgia Meloni, quien ha denunciado la
actual construcción europea y ha mostrado su esperanza de que pronto
Vox pueda seguir sus pasos en las urnas. "En España, como en
Italia, hay una mayoría de ciudadanos que no se reconocen en utopías e
ideologías de izquierdas y piden que asumamos la responsabilidad de
gobernar", ha sostenido.
Desde Hungría, su primer ministro, Viktor
Orbán, ha celebrado la "buena costumbre" de los seguidores de Vox
de reunirse bajo banderas españolas y ha asegurado que en Hungría también lo
hacen. "Es bueno para nuestro corazón y nuestra alma; y también
porque a los progres globalistas les provoca un infarto", ha
bromeado.
Quien sí ha compartido escenario con Abascal ha sido
el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, quien ha dicho
que, de no haber nacido en su país, hubiera deseado hacerlo en España. Abascal
le ha devuelto el cumplido asegurando que él hubiera deseado ser polaco de
no ser español, una nación que "contribuyó a salvar Europa en 1683" y
más tarde "venció al totalitarismo nazi y el totalitarismo
comunista".*
Es difícil trazar un cuadro más esperpéntico del pensamiento. Pero ese cuadro es revelador de las líneas que unen a todos estos miembros de la ultraderecha. Es bueno saber hasta dónde llegan sus apoyos e identificar quiénes son, no solo por España, sino por lo que suponen para Europa y su futuro.
La imagen del grupo, de sus conexiones, debería advertirnos de que no se puede seguir ignorando estas políticas considerándolas como algo improbable. Trump ha sido presidente de los Estados Unidos y sigue controlando la vida del Partido Republicano y las elecciones de los diferentes estados colocando sus candidatos pendiente del próximo asalto a la Casa Blanca.
El panorama europeo es desolador. Estamos hablando de la reciente ganadora de las elecciones en Italia, y de los presidentes de Hungría y Polonia. Estamos hablando de grupos poderosos que rozan ganar las elecciones como ocurre en Francia.
Es importante entender que estos grupos nacen de intereses locales, pero también internacionales, como muestra la buena sintonía con Putin de algunos de ellos, ya que este alimenta lo que pueda crear caos y debilidad en Europa. La debilidad de Europa interesa a Estados Unidos igualmente, ya que la hace depender para su supervivencia en un mundo peligroso.
Muchos de los que han felicitado a Vox están en el punto de mira de las instituciones europeas por su déficit democrático. En esos países se vende anti europeísmo con argumentos muy parecidos a los de Abascal aquí.
Vox crece porque no se solucionan muchos de los problemas. Se le ponen en bandeja el discurso anti democrático. Las instituciones se defienden con muestras de eficacia. Lo que vemos en el problema de la Justicia en España es un ejemplo de lo contrario. Y esto y otras muchas cosas son aprovechadas para hacer ese populismo de base que otros se ven tentados a imitar.
Del río revuelto sale Vox ganando. Cuando Abascal dijo que se acabaron los tiempos de las mayorías estaba proclamando su mensaje de división y reivindicando su papel en el caos.
El discurso debe analizarse bien y entender lo que supone para España y Europa, lo que supone para los ciudadanos y el futuro.
* "Abascal asegura que si gobierna convocará varios referendos "para recuperar la democracia"" RTVE.es Agencias 9/10/2022 https://www.rtve.es/noticias/20221009/abascal-asegura-si-gobierna-convocara-varios-referendos/2405532.shtml
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