martes, 11 de enero de 2022

Retrato con ganado de fondo

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


La política española ha alcanzado el nivel sublime de abstracción al hablar con una vaca detrás. Vacas y toros, gallinas y cerdos hablan ya por nosotros como ellos solo saben hacerlo: de forma muda, icono de ellos mismos al servicio del mensaje político. La frase se escucha en cada rincón y se lee en cada pancarta: ¡Garzón dimisión!. Pronto lo llevará impreso cada chuletón, algo que indigestará al presidente del gobierno en cada nueva demostración simultánea de apoyo y repudio de ese ministro que le ha salido un poco rumiante.

Con el fondo cárnico de las fotos y entrevistas, la política española vuelve allí de donde nunca debería haber salido, a la granja, con un toque reivindicativo de mercado, que nos sitúa en el mundo más allá de las columnas y titulares de The Guardian, ¡qué sabrán ellos!

Muchos verán simplista y poco racional eso de ponerse ganado detrás. ¡No se equivoquen! Por fin la política española adquiere sentido en los detalles mínimos, que son los que hablan con claridad.

Con tanto político deseando manifestarse a favor de la carne española, de costillas y chuletones, de entrecots de primera y pinchitos a la lumbre ahora que la electricidad está cara, el pobre ganado no sabe bien si tanto apoyo será nocivo, que para demostrar que la carne es buena, se lleven por delante a media manada, de campo o macrogranja.

Con todo llevado a la simplificación polarizada, el ganado ha puesto a la política española en el punto de máxima irreflexión y pura demostración. Con o sin, se trata de eso; nada más allá.

Se confirma la política a tres bandas a la española, con la doble oposición: la exterior, la "derecha", y la interior, constituida por los mal llamados "socios", que siguen con su gresca amable y sonriente. De forma inaudita en cualquier país, el presidente "lamenta", pero no "cesa". Es otro rasgo que nos identifica. "Donde hay marinero, no manda patrón" y así Garzón, el ministro impecable y por libre, bocazas con fundamento a lo Arguiñano, puede desautorizar a su presidente insistiendo en que él solo habla como ministro del ramo, que es el "Consumo", por lo que hay que echarse a temblar, porque ¿qué no es consumo?

En RTVE leemos, para gloria de la Ciencia Política, los lamentos del presidente Sánchez: 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha lamentado "muchísimo" la polémica suscitada a raíz de las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, respecto a las macrogranjas, al considerar que no se corresponden con la realidad del sector ganadero ni con el trabajo que hace día a día el Ejecutivo. Sánchez ha defendido en todo momento la "calidad" de la carne que produce España y ha eludido responder si el ministro hablaba o no a título personal.

Sánchez se ha expresado así una entrevista en la Cadena Ser al ser preguntado por el revuelo provocado por las declaraciones de Garzón en las que criticaba el modelo de las macrogranjas españolas, al señalar que exportan carne "de peor calidad", y sobre si suscribía estas afirmaciones.

"Lamento muchísimo toda esta polémica porque estamos hablando de un sector que produce una carne de extraordinaria calidad", ha dicho el presidente, antes de apuntar que el sector cárnico en España sigue los máximos estándares de la normativa española y europea.

Sánchez ha evitado opinar si Garzón hablaba a título personal o como ministro (tal y como insiste el titular de Consumo) y sobre si suscribía esas afirmaciones, pero ha señalado que "más allá de las declaraciones, el Gobierno se expresa en el Boletín Oficial del Estado, en las políticas que pone en marcha y en los acuerdos que logra con el sector agrario".*

 


¿Solo delirante?

Mientras los políticos se abalanzan sobre el ganado, la ciudadanía se abalanza sobre los políticos en cada esquina convirtiendo cada aparición pública en un escándalo de petición de dimisiones que fuerza al presidente de todos los españoles a consumir más carne, a visitar más granjas y apoyar más al enfadadísimo sector, que algunos llaman el "lobby cárnico" en apoyo del ministro.

La oposición, por su parte, intenta hacerse con ese espacio, el de la reivindicación de la carne, luchando en lo que han calificado como "la batalla del chuletón", otra metáfora sublime y esquiva salida de la boca del presidente. ¡Doy gracias por no tener que explicar la política española a mis hijos!


El impecable Garzón le ha dado a la otra oposición el arma que les permite, retratándose ante unas vacas, atacar al presidente. Garzón y demás siguen con su campaña de demostración de que ellos son el verdadero progreso, la modernidad ecológica y planetaria, que lo del PSOE es puro acomodo a las circunstancias. ¡Si las vacas votarán! se decían hoy con maldad en las televisiones, ¡pero no votan!, se respondían ellos mismos. ¡Una gran verdad! Aunque de seguir insistiendo en esto del bienestar animal, sus derechos, etc. podrán tener apoderado, no como los toreros, sino como votantes in pectore.

Esto ha llegado a un nivel que los propios medios no saben ya cómo tomárselo, si a chirigota o por la tremenda. Lo cierto es que se les salta la broma con tanto ganado de fondo. Ya se había criticado al presidente andaluz por hacer su mensaje de salutación del año desde un bar como fondo, con su cervecita, que debía ser interpretado como un apoyo al sector de la hostelería. Pero lo del ganado lo supera. "España", como decía la vieja canción, "huele a pueblo".

 


* "Sánchez defiende la calidad de la carne que produce España y lamenta "muchísimo" las declaraciones de Garzón" RTVE.es 10/01/2022 https://www.rtve.es/noticias/20220110/sanchez-carne-garzon/2251782.shtml



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