viernes, 28 de enero de 2022

La indiferencia o muerte de un fotógrafo

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El mundo real nos es cada vez más indiferente. Nuestra necesidad de mirar focalizados en las pantallas nos oscurece el mundo, lo que nos rodea. La realidad parece no estimularnos demasiado, por eso muchos sacan sus teléfonos móviles para grabar lo que el marco de la pantalla aísla y traduce a un nuevo lenguaje. Lo que no está enmarcado carece de sentido y nos es indiferente.

Escucho lo ocurrido con el fotógrafo francés René Robert. En la web de RTVE el titular nos resume "El fotógrafo René Robert muere congelado tras permanecer nueve horas inconsciente en una calle de París" y una primera entrada nos da un dato más "La única persona que llamó a los servicios de emergencia fue un vagabundo". Un acontecimiento terrible que en Antena 3 llaman, siguiendo a la prensa francesa, "asesinato por indiferencia".

RTVE lo reseña así:

El fotógrafo René Robert ha muerto a los 84 años por una hipotermia en una concurrida calle de París. El martes 18 de enero el fotógrafo cayó por la tarde en medio de la calle y permaneció nueve horas inconsciente sin que nadie lo socorriera.

A la mañana siguiente, temprano, un vagabundo lo encontró en el suelo y llamó a los servicios de emergencia, pero Robert ya había fallecido."Permaneció solo, en el suelo, consciente, al menos durante las primeras cinco o seis horas en uno de los barrios más concurridos de París sin que nadie viera oportuno intervenir", ha criticado el periodista Michel Mompontet, amigo del fotógrafo.

Además, esta semana se retransmitió el homenaje que hizo Mompontet al fotógrafo en la televisión francesa. "Murió solo en una concurrida calle de la capital sin que nadie se detuviera a socorrerlo... Este trágico y repugnante final nos enseña sobre nosotros mismos", lamentó Mompontet en su red social. *



 Probablemente la palabra más dolorosa sea "concurrida" que nos deja un escenario terrible, presidido por la indiferencia. Robert murió solo, pero en una soledad marcada por la presencia de los que le ignoraban.

Trágico y repugnante son las dos dimensiones paralelas en una sociedad que se preocupa por el destino de vacas, cerdos, hámsteres, perros y gatos, sentimientos loables. Está de moda sufrir por todos menos por los seres humanos; es intenso el sentimiento de empatía por lo que está lejos de nosotros mientras podemos pasar por encima de enfermos, muertos y heridos con total indiferencia y hasta un poco de cínica elegancia. Sí, el caso nos enseña mucho sobre nosotros mismos. Han sido casi diez horas de enseñanza sobre la indiferencia que nos provoca el dolor ajeno.

Me viene a la mente el relato de mi padre, escandalizado cuando llegado, como corresponsal a la ciudad de Buenos Aires, nos contaba su estupefacción al ver una persona caída del autobús sin que nadie se molestara en atenderla. Eran mediados de los sesenta y todavía Madrid no acumulaba los defectos de las grandes ciudades.

¿Podemos imaginar lo que fueron esas cinco horas consciente que le calculan a René Robert? ¿Podemos sentir esa muerte, ese "asesinato por indiferencia", intentando ponernos en su lugar o es demasiado insoportable dentro de nuestro mundo hiperactivo e indiferente?


Hace muchas décadas que se detecto esta enfermedad, la indiferencia, de la que surgen muchas otras de forma directa y derivada. Sí, la indiferencia refleja un estado social en donde nos vemos como partes indiferenciadas del entorno. No somos, sino que formamos parte de un paisaje rutinario.

René Robert era un gran fotógrafo. Nos dicen que es el gran fotógrafo del arte del flamenco, el que puso en blanco y negro a los grandes artistas de un arte del que le atrajo su densidad emocional, su grito de dolor convertido en voz y movimiento. Él puso la imagen dramática y silenciosa del flamenco para emocionarnos. Podemos emocionarnos ante una foto pero no ante la agonía que esa foto puede haber retratado. Hemos perdido la respuesta ante la realidad, que nos es cada vez más indiferente.

Casi diez horas tendido en una calle parisina. Una muerte por abandono, por indiferencia, por un frío real y por una frialdad social, muerte por congelación.


Cada vez son mayores los síntomas de nuestra indiferencia. Lo vemos en la destrucción progresiva de las relaciones humanas, que quedan circunscritas cada vez más a círculos estrechos mientras que el resto se convierte en un infierno gélido de indiferencia o de agresión. Eso va de los entornos laborales a los educativos, a los deportivos, a las aceras de nuestras ciudades.

La queja de las personas mayores respecto a la atención bancaria automatizada no es solo por "no entender" cómo funcionan las máquinas, sino al rechazo a ser tratados por máquinas y como objetos. Es el rechazo al desprecio hacia lo humano y por la pérdida de humanidad cada vez más evidente en nuestro trato diario.

La muerte por indiferencia durante diez horas de René Robert es algo más que una terrible muerte; es un aviso, una advertencia que nuestra indiferencia olvidará mañana conmovidos por alguna nueva desgracia. Esta saturación mediática hace que solo sintamos frente a una pantalla, pero que la realidad no resulte lo suficientemente empática. Vivimos a través de sacudidas artificiales mediante las que comprobamos nuestra existencia anodina.

Solo le pido a Dios

Que el dolor no me sea indiferente

Que la reseca muerte no me encuentre

Vacía y sola sin haber hecho lo suficiente.

La vieja canción de Mercedes Sosa resuena como un eco lejano. Descanse en paz el fotógrafo René Robert, quien nos enseñó a mirar el dolor a través de su lente, pero al que nadie quiso ver, hasta que un vagabundo se acercó a él.

Los muertos eran ellos, los que circularon a su alrededor durante sus horas de agonía.

Necesitamos aprender de nuevo a ver, a ver el mundo con sentido; necesitamos salir de las conchas de teléfonos y pantallas y mirar el mundo que vive y sufre, que muere bajo nuestra indiferencia, con nuestros propios ojos.

Una imagen me ronda y no me deja tranquilo. La posibilidad de que algunos hayan fotografiado a René Robert con sus teléfonos y seguido su marcha. 


"El fotógrafo René Robert muere congelado tras permanecer nueve horas inconsciente en una calle de París" RTVE.es 27/01/2021 https://www.rtve.es/noticias/20220127/rene-robert-muere-congelado-horas-inconsciente-calle-paris/2272381.shtml

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